Hace un tiempo me invitaron a un banquete familiar, y me advirtieron de que iban a festejar no solo una efeméride global (la navidad) si no el advenimiento de la república catalana. "Visca Catalunya!", me dijo la voz, en vez de decirme "hasta luego". Para certificar el sentido inequívoco del convite me mandaron una foto: a los asistentes les vamos a regalar una urna votiva, miniatura de la urna-tupperware que se usó para el falso referéndum del 1 de octubre de 2017.
"Bueno, ya sabes que yo no comulgo con esas cosas y que, aunque lleve dos apellidos catalanes, no soy independentista", dije, con un murmullo. Lo dije y sonó a disculpa, a vergüenza, a susurro incapaz de pronunciar con claridad mis opciones, como si esas contuvieran algo pecaminoso. Hablo así cuando me doy cuenta de que mi ética personal entra en conflicto con la sensibilidad de los demás, a la que no quiero ofender. Porqué no me gustan las guerras ni la violencia de ninguna clase. Hablo así para ocultar mis ideas, en realidad.
Me sucede lo mismo en las situaciones informales, entre los compañeros de trabajo. Me callo, evito, susurro, y como mucho planteo preguntas. Pero jamás afirmo. Nunca digo qué opción voté en diciembre, agacho la cabeza, miro por la ventana, me busco una excusa para levantarme y ausentarme. Los demás se lo pasan en grande, se aplauden mutuamente las gracias, los chascarrillos, se pasan imágenes en la pantalla del smartphone en donde se burlan de los que piensan como yo. No hay maldad alguna en ello, no pretenden molestarme, lo se. Solo se burlan de lo que piensan que debe ser objeto de burla, en nombre de una superioridad mental que se da por obvia. No se dan cuenta del etnicismo que contienen sus chanzas, del desprecio que destilan, del odio que amamantan.
Un día en que hacía mucho frío no pude más y salí a la calle con la excusa de que me salía a fumar. Me encontré, agazapada en una esquina protegida del viento gélido, a la trabajadora de menor rango de mi centro de trabajo. Estaba fumando en cuclillas y yo hice lo mismo. Me acuclillé a su lado y ambos fumamos en silencio como dos soldaditos en una trinchera arrasada. No hacía falta decir nada. Echamos el humo hacia el cielo encapotado, sin mirarnos. Compartimos nuestra cobardía y nuestra vergüenza tal como se comparten esas cosas y la pobreza: sin mediar palabra.
Mi abuelo materno vivió la guerra civil española. Tuvo que exiliarse en enero del 39 y murió en un campo de refugiados francés, pero dejó escrito un diario. En él cuenta sus andanzas des del año 20 y tantos, y termina en el 41, que es cuando murió. Las últimas páginas hablan de derrota y lo hacen con la vergüenza planeando entre las palabras. Vergüenza por no haber sido más valiente, por no haber puesto más empeño en la defensa de sus valores y de sus ideas. No puedo dejar de pensar en esas últimas páginas. Mi abuelo soñaba con la república de veras, con la república de la igualdad y la fraternidad, y jamás usó en vano el nombre de la libertad.
Estoy viviendo una guerra civil sin tiros, con unas sonrisas supuestas, con el uso empalagoso de la palabra "democracia", aunque es una democracia desprovista de fe, solo formal, solo palabra hueca. En esta guerra civil estoy perdiendo una batalla tras otra, tal como las perdió el abuelo. Y, como él, siento que he fallado en la defensa de mis valores. No hay heroísmo alguno en mis actos, no dispongo de ningún relato heroico para explicarme. Silencios, retiradas, y luego más silencios y más retiradas. Nos dijeron que ese era un conflicto entre españoles y catalanes, pero esa es una mentira más: es un conflicto despiadado de catalanes contra catalanes y nada más. Lo otro es retórica vacía.
Las personas que sí fueron al banquete del que hablé al principio ya no me mandan ningún mensaje ni me llaman. Con alguna de ellas compartí casi toda la vida. He oído decir por ahí que decir eso (que el independentismo rompe familias y amistades) es ser un fascista, un facha, un españolista. Me temo que, a ese paso, en mi lápida escribirán mi nombre y debajo el epígrafe "Aquí yace un fascista españolista". De poco servirá que haya dedicado más de la mitad de mi vida laboral a trabajar para y con los más débiles y los más pobres, que me haya esforzado en hacerlo lo mejor posible.
Eso es una guerra civil sin tiros pero contiene todos los elementos de una guerra civil. Y yo la estoy perdiendo. Quizás no tendré que largarme por piernas y con una maletita al hombro como lo hizo el abuelo, y quizás no daré con mis huesos en un campo de refugiados en un país vecino, pero de algún modo llevo tiempo haciendo todo eso y, en realidad, este texto es el texto escrito por el perdedor de una guerra, vencido y avergonzado, que camina por las pistas forestales en dirección al exilio, con poca o ninguna esperanza, triste, maltrecho, enfermo.
La familia paterna de mi abuelo, unos ricos hacendados de Figueras, le olvidaron tras la derrota de los suyos en 1939. La mayor parte de ellos le olvidaron, se desentendieron de su suerte. Cuando supieron de su muerte, dijeron: "eso le pasa por meterse en política". Yo no me metí en política aunque pude hacerlo, pero eso no me sedujo jamás. Prefiero trabajar de verdad, al pie del cañón.
Vendrán años mejores y la guerra terminará, como terminó la de Troya, tan estúpida y tan cruenta como todas las guerras. Pero no regresaré jamás de mi exilio.
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Nota: "Bajo un régimen de aislamiento" es un verso de la canción "Destruidnos juntos", de El Niño de Elche.
Das salida a mi mismo pesimismo. Yo también me retraigo, me callo, eludo la confrontación ante la suficiencia de los que se creen ungidos por la rebelión de Rosa Parks y de Gandhi. Tienen claro que es su tierra, que las calles son suyas, que los bomberos son suyos, que el Barça es suyo, que todo es suyo y que los que sentimos diferente somos fascistas, en resumidas cuentas, extranjeros, inadaptados, fracasados, gente mala. Y su mensaje cala porque la gente no quiere ser todo eso y quiere ser progresista, catalana, adaptada, exitosa, aceptada y buenos ciudadanos. La dialéctica es unívoca, eficaz, porque consigue que nos callemos. Cuando yo trabajaba replicaba en mi instituto, pero se me hizo un vacío alrededor. Algunos compañeros venían en los pasillos discretamente a apoyarme pero sin que se dieran a conocer públicamente. La política española es sucia, pero la catalana es mucho más porque invade facetas de la interioridad que creía sagradas. Tú tienes el valor de expresarte llevando los apellidos de la patria, y eso es mucho. Saludos.
ResponEliminaLa situación no es nada optimista. Lo percibo alrededor y me temo lo peor, quizás sea cosa de mi sensibilidad. El discurso oficial es eficaz por lo que nombras: nadie quiere ser un inadaptado, un desclasado. No tenemos un discurso competente que les contradiga.
EliminaYo hacía lo mismo en mi instituto, Joselu, y también algunos compañeros me venían a prestar su solidaridad, pero con la boquita pequeña y cerrando la puerta del seminario para que no les oyera nadie. Confieso que hubo un momento en que dejé de decir lo que pensaba. Por suerte, ya no estoy allí.
Elimina¿Recuerdas LLuis que un dia te dije ?: No no he perdido amigos porque he ganado en silencios. Y es así, me callo porque nunca he sido valiente, he huido de las confrontaciones y me sabe mal discutir sobre algo en la que no voy a hacer cambiar de pensamiento al que está enfrente. Mira, ayer mismo colgé e Facebook una entrada de Gregorio Morán, creo que espléndida : https://www.vozpopuli.com/opinion/alarma_0_1395161882.html
ResponEliminaMe contestó desde Sevilla un amigo de mi hijo Icaro, de su misma edad, 38 años, con estas palabras : "Creo que no te tenía conocido". Evidentemente le contesté, y no con el cariño que siempre le profesé, sino directamente al corazón y a dardo certero. Me supo mal, pero le llamé "rabanito" si, rojo por fuera y blanco por dentro.
Aquí hay mucho "rabanito", LLUIS, y yo he perdido otra relación, pero es que ya no podía más.
Un abrazo
Lo que estamos viviendo es muy grave. Creo que hay mucha gente que, de buena fe y creyéndose a sus líderes nacionalistas, no se dan cuenta de lo que sucede. Del drama. Mucha gente que no sabe nada de historia, que solo se dejan iluminar por eslónages nacionalistas sin pensar. Eso es una tragedia. Lo pagaremos caro todos.
EliminaEl fracaso del proyecto secesionista es mayúsculo: ni tienen república independiente ni han mejorado la autonomía. Sus líderes están en prisión y la convivencia en Cataluña ha empeorado, se han roto los tratos y los contratos. Es un desastre de grandes proporciones. Cataluña será, por lo menos durante dos generaciones, un territorio roto y una cultura destruída.
Elimina"No no he perdido amigos porque he ganado en silencios" i jo em pregunto: els consideres amics si has de callar?
EliminaNo, Dolorete67, no, llevas razón, pero...¿cómo he de considerar un hijo? No respondas de inmediato, piénsalo, de verdad piénsalo. Aquí, DOLORETEs67, es que para seguir funcionan incluso con tus allegados íntimos, y no discutir, porque se acaba en eso, en discusión, lo mejor es retirarte, no deja de ser una victoria si no te llaman feixiste.
EliminaNo es tan fácil, de verdad saber mantenerse al márgen.
salut
No vivim les coses som són, sinó com som nosaltres (Confuci). No culpabilitzem el altres, sisplau.
ResponEliminaNo he culpabilitzat mai els qui pensen diferent de mi. Discrepo, discuteixo, confronto idees. La construcció del món es fa entre totes i tots. Crec en el coneixement compartit, en la suma. Mai de la divisió en traurem res de bo. La humanitat ha progressat quan ha col·laborat. Qualsevol atra opció ens ha dut a la guerra, la mort i el desastre. El nacionalisme és la guerra, i la guerra és la mort. El nacionalisme és la nostra pitjor opció.
EliminaNo Doloretes67, això no ho va dir Confuci, això ho va dir un romantic estantis.
EliminaFrancesc Cornadó
Aquests romàntics... quin mal vam fer
EliminaYo perdí algún amigo por ese motivo, fue él quien se alejó, así que mi conslusión es clara: nunca fue un amigo fiable en realidad, si para él es más importante la "republiqueta" que nuestra amistad, así que en realidad no perdí nada valioso.
ResponEliminaPorque también tengo algún otro amigo que, teniendo la misma aspiración, valora más nuestra amistad. Ambos pensamos que el otro se equivoca, ambos sabemos que es inútil tratar de convencer al otro de su error, pero aún así nuestra amistad vale más que esa idea.
Por lo demás, y como ciudadano de Barcelona, solamente siento el declive de Barcelona como ciudad puntera y avanzada en casi todo sobre el resto de España. Pero esto terminará, y terminará como terminó en Quebec: ni Barcelona ni Cataluña serán independientes ni volverán a tener la importancia ni la imagen que tenían en muchos, muchos años.
Exacto. Exacto, J VICENTE. Igual que Quebec. No habrá república, de eso pueden estar seguros, y menos con un préstamo a devolver de 140 mil millones (a de-vol-ver) por parte de la UE, porque no hay nada gratis, y en ese préstamo se incluye Catalunya.
EliminaLa puntada final la ha dado La Caixa y su fusión. No sólo no vuelven, (ja tornarán, això está vist) decían los insuflados, sino que amplían recursos, y desde aquí, ahora se les exige su retorno. Ya ves la contestación del catalán Fainé : "En su discurso de apertura del XVIII Congreso de Directivos que se celebra en Málaga, el ejecutivo catalán ha calificado a los populismos como "el triunfo de la emoción sobre la razón" y ha destacado que "explotan los conflictos de autoestima a capas de la población" y ofrecen "respuestas aislacionistas y generan identidades artificiales"
PD: Por cierto, el congreso ya no se celebró en Barcelona, se celebró en Málaga.
Salut
La fusión de La Caixa con Bankia es la puntilla final que liquida el procés. Aquí se termina todo, y eso lo saben los que saben. Fin de trayecto. En ese asunto incluso los Cupaires saben que no hay nada más de lo que hablar. Cataluña empieza su descenso. En cuánto se den cuenta de que Cataluña es pobre se les pasarán las ganas de la secesión.
EliminaMira si me van a desconsiderar por lo que siento.....que quieres que te diga.
ResponEliminaEs una suerte que se retraten antes de que sea tarde.
Y Miquel que quieres que te diga en eso del "apego" de lo que crees tuyo... Yo iré al geriátrico si llego y me toca con taxi, y será mejor que si me llevase "un allegado".... que vols que et digui.
Eso es la realidad. Y que se retraten es bueno, en efecto.
EliminaHay que sobrevivir con la cabeza alta, el corazón frío y la mirada encendida. El desengaño es bueno , salir del engaño. Mejor alejarse de fanatismos y mala gente. En los caminos solitarios , a veces te encuentras personas afines.
ResponEliminaPues... si, hay que confiar en encontrarse con personas afines a lo largo del camino. Por suerte eso sucede.
EliminaEs triste tener que "exiliarse" en el presente. Por suerte no es como el de tu abuelo. Del País Vasco hay cifras de unos 200.000 ya en democracia. Personas que han dejado esa tierra. En CAT se forzó a los maestros a elegir hace años. Muchos se fueron. Boadella, Azua, se marcharon hace tiempo. Y ejercen su trabajo fuera. CAT pierde y el lugar de acogida gana. Azua se fue porque no quería que adoctrinaran a su hija. (Por desgracia, no todo el mundo puede coger las maletas e irse si le apetece).
ResponEliminaEn efecto, no todo el mundo puede coger las maleta para irse cuando lo decide. A veces es más complicado. Estaría bien una estadística de los catalanes que preferiríamos irnos aunque estemos aquí. Hay un dato significativo del saldo migratorio de los 2 últimos años en Cataluña: es negativo. Hay más gente que se va de la que llega. La van haciendo pequeña.
EliminaEl año pasado -2454, y este año van por un poco más , unos -2.600 escasos, pero incluso con la migración que llega hay menos habitantes. Y hay menos habitantes porque hay menos oportunidades, y hay menos oportunidades porque hay menos industria, y hay menos industria porque...han marchado cerca de 4.000; 11 del IBEX; la punteras de La Caixa junto con las farmacéuticas Oryzon, Lincosa, Chemo Ibérica, todas ellas facturando más de 300 millones anuales (no quiero hablar de Rafols y demás, pa acojonarse.
ResponEliminaPero te dejo un listadillo pequeño, de empresas que superan millones anuales :
https://www.20minutos.es/noticia/3162078/0/fuga-empresas-cataluna-lista-companias-dejan-region-proceso-soberanista/
Por cierto....No pasa nada..
ResponEliminaQuim Torra continuará percibiendo un salario superior al del presidente del Gobierno español tras haber sido inhabilitado durante un año y medio por desobediencia. El máximo dirigente de la Generalitat mantendrá su privilegiada condición de cienmileurista gracias a la legislación catalana, que permite a los expresidents continuar recibiendo un 80% de su sueldo una vez cesan de sus funciones durante la mitad del tiempo que han permanecido en el cargo, y un 60% como pensión vitalicia cuando se jubilan a los 65 años.
Teniendo en cuenta que Torra es, de largo, el presidente autonómico y cargo político mejor pagado de toda España, con un salario anual de 153.235,50 euros en 2019 --el doble que el presidente Pedro Sánchez--, el hasta ayer máximo dirigente de la Generalitat pasará a percibir a partir de ahora el 80% de esa cantidad: 122.400 euros. En este sentido, cabe recordar que el Govern independentista descartó reducir los sueldos y pensiones de sus dirigentes ante la grave crisis económica y social causada por la pandemia de coronavirus.
Terribles momentos, no hay día que no piense en apartarme de las redes sociales, simplemente por no sufrir. Cada día siento más un ambiente prebelico que no ha esplotado, creo, por estar en 2020. Es un combate y un insulto continuo, hoy mismo en el Congreso y el Parlament los ambientes son patéticos.
ResponEliminaYo también percibo un aire de pre guerra, y no somos los únicos. Espolear el odio conlleva consecuencias terribles y hay que recordar que estamos en España.
EliminaEs muy triste. ¿Cuántos damnificados va a dejar esta locura, que amenaza con no tener fin? ¡Malditos sean ellos y su puñetero capricho! de niños malcriados
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