26 de febr. 2021

Una casita en las afueras

El confinamiento perimetral, ya no recuerdo si municipal o comarcal, me lleva a pasear por las afueras. Hay caminos raros que discurren entre campos en barbecho o abandonados para siempre, carreteras a medio asfaltar, pistas polvorientas en las que, cada 10 minutos, uno encuentra el cobijo de un arbolillo: un algarrobo enano, un ciprés, un almendro con flores blancas, cuyos pétalos se depositan como bendiciones diminutas encima de la tierra yerma.

En esos caminos uno encuentra lo que pudo ser una calle y se quedó en el sueño de una calle: apenas dos casitas, quizás tres, todas desvencijadas y sumidas en un olvido bíblico. Nadie transita por ahí. Un perro lejano ladra, afónico. Un Peugeot 208 blanco se oxida con paciencia mientras los hierbajos le crecen entre las ruedas ajadas y con patas de gallo. Nadie encuentre esperanza ni tregua en la pobreza ni en la soledad.

Descubro la casita pintada de rojo inglés. En el porche se agolpan los trastos, entre los cuales ese sillón color mostaza en el que debe sentarse el hombre solo que habita la casa. Hay unos dibujos infantiles pegados en un rincón de la fachada. Las mejores obras de arte que he visto en la vida están pegadas con imanes en una nevera, dice John Lurie: no están en las galerías ni en los muesos nacionales del arte nacional. 

Una soledad apabullante inunda ese porche, pinta esa fachada y se levanta, como un Golem, hasta el cielo azul y de plata. El hombre solo que habita la casa en las afueras está dentro o quizás no está en ninguna parte. Me acuerdo de El rey amarillo, aquellos cuentos escalofriantes sobre la soledad, el dolor y el miedo. El hombre solo. Quizás un viudo de más de setenta años, quizás un viejo homosexual expulsado hasta las afueras, quizás ambas cosas. La periferia del mundo.

Solo en periferia encuentro la definición del centro.

Alguien muy joven, muchos años atrás, me dijo: cuando sea mayor quiero vivir en el centro de la ciudad o en la periferia más extrema, jamás en los terrenos de enmedio. Le comprendí. La vida es así: todo o nada. Sin embargo, la mayoría elegimos el gris discreto de la mitad, de la clase media que se evapora, ese gris que nos camufla y nos ampara y nos acoge como una madre cariñosa, comprensiva, silenciosa.

Aunque a mi la periferia siempre me ha gustado mucho y no solo por la cosa epistemológica. Me gusta la periferia porque está aireada y es limpia, solitaria, triste, dulce. Quizás es inquietante, como ese porche barroco y cutre, o cutre en su barroquismo, o barroco en su cutrez desordenada, polvorienta, melancólica.

Los melancólicos quisieran volver atrás, regresar a un lugar al que quizás, en realidad, no quieren volver. ¿Para qué volver al origen del dolor?

Hay un hombre solo en esta casita en las afueras, y es un hombre triste a medio desahucio existencial, terrenal, sexual, estético. Le imagino sentado en la butaca color mostaza, resiguiendo con un dedo vegetalizado los contornos de la butaca cansada de ser color mostaza, deseando ser color invisible, color ausencia y olvido. Quizás se toca su rostro rugoso, de corcho pálido.

Luego, más tarde, ando por el linde de una vieja masía de apellido respetable. Can Cardús, se lee en un cartelito municipal. Está en ruinas. Solo una pareja de cuervos revolotea encima de su tejado herrumbroso y no graznan, vuelan en silencio.

23 de febr. 2021

Pau Vidal i la croada contra els impurs


Pau,

De vegades escrius com un aspirant a Torquemada de barri, però de vegades ets commovedor, ho reconec i per això t'ho agraeixo per escrit.

La teva lluita sens quarter contra les impureses em diverteix molt. Sóc un seguidor incondicional dels teus textos irats, il·luminats pel foc purificador. Solc compartir amb els meus amics i coneguts les teves atzagaiades, ens omple de joia aquest caràcter salvatge, redemptor i evangèlic. No sé pas què faríem sense tu, sense la incandescència del teu desig ardent d'una pàtria lingüísticament immaculada. A l'edat mitjana n'hi havia molts com tu i tu ens recordes que la llavor medieval perdura. Lloat siguis entre tots els apòstols, apòstol Pau!

Que bonic seria un univers de pureses virginals com les que pregones!

Seria preciós que tots diguéssim àdhuc, nogensmenys i adesiara en cadascuna de les nostre al·locucions: al carrer, a casa, a la taverna (millor que bar) i a la parròquia. Seria fascinant de debò que engeguéssim a dida el veí torracollons amb un bell i nostrat menja-te'm la cigala, oh, quin goig tan gran no seria això! Quin país tan feliç seríem si així ens tractéssim entre naltros! Tots ens aniria a cor què vols! En una Catunya que parlés tan bellament ja no hi hauria penes ni dolors, ni fam ni misèria.

També fórem més plens i rics i feliços si no miréssim altra cosa que Tv3, ni llegíssim cap altre poema que l'Oda a la Pàtria de n'Aribau, que és l'únic text que n'Aribau va escriure en bell llemosí. Crec que els estudiants de secundària t'estarien agraïts per sempre i es delirien, follament corpresos, per la lectura dels grans textos de la nostra literatura nacional. Shakespeare, Faulkner, Cervantes, García Márquez...? Vés, home vés: qui té ganes de llegir un nan indigent com Faulkner quan té al seu abast la prosa exquisida del gegant Porcel o del monstre Pedrolo? Qui gosaria escoltar Beethoven o King Crimson quan pot escoltar Pep Ventura o Marina Rosell -sense trair la pàtria consagrada a l'altar de Montserrat?

Després de tots aquests elogis, estimat Pau, t'he de dir que em dol una mica el teu menyspreu per això que tu anomenes els polígons, bell eufemisme per no anomenar els pobres. Sé que tu, als pobres, t'estimes més anomenar-los colons. I de vegades, quan vas molt encès, genocides culturals. Sé que tens un gran sentit de l'humor i li demano a nostre senyor que et perdoni per això. Al nacionalisme li fa falta una mica de conya, un xic d'emmirallar-se per poder riure's d'ell mateix. Ets un gran clown, perdó, un gran pallasso. T'auguro una bona entrada si t'exhibeixes al Circ Cric, entre un malabarista d'Olot i un xicot de Torelló que s'empassa sabres de color groc mentre recita uns versos d'en Guerau de Liost.

Pau: m'ai no t'estarem prou agraïts, els purs. Putos espanyols! Joder, quin pal que em fan tots aquests poligonerus que van del pal d'enrotllats i que només ens volen robar la pàtria! Quina sort que tenim, els bons, que tu siguis entre nosaltres i al capdavant de Cal Koiné, a qui Déu tingui en sa glòria.

Com de bella i llustrosa seria una Catunya on els escombriaires, els sensellar, les putes i els xoriços parléssim la llengua estricta de l'àvia Puigdengolas i Ferrussola, nascuda i morta al bell mig del Putxet! Quina gran pena que no sigui aixines o aixins.

Que la melanconia per un univers pur no ens faci covards. No et rendeixis, Pau, ho tenim a l'abast. Guanyarem. D'aquí a mil anys, els bons catalans continuarem proclamant (amb cap fred, cor calent i peus a terra): ningún pas enrere en la defensa del català pur! Mort als poligonerus colons! Ho tenim a tocar sí o sí!

Joder, quin lío, tiu.

Amb carinyo,

El Lluís, del polígon de Can Parellada.

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Nota: Aquest article és la resposta al que va publicar Vidal a Núvol: Els deu calcs més necis en català (de la gent del carrer). Noti's el retintín classista que amara el text.


21 de febr. 2021

Los policías son hijos de pobre

Hay quien, al nacer, hereda un apellido notable. Y con él, una hacienda, un patrimonio. A veces hereda el prestigio que la comunidad le ofrecerá por ser el hijo de alguien, de algo, el hidalgo. Lo he visto siempre y, aunque no deje de sorprenderme, así es. Hay apellidos que abren puertas, que se pronuncian con respeto y con veneración, que se cantan, que se oran. Hay apellidos que son el mundo entero y resuelven una vida.

Su abuelo fue un gran patriota; su padre levantó empresas, era un intelectual, un artista. Hay apellidos con terreno adosado, con cuenta corriente sin fin, con carné del Barça, con cargo en la Generalitat. No te hace falta perder el tiempo escribiendo tu currículum vitae para encontrar un buen puesto de trabajo: con el apellido en medio de una hoja en blanco basta: los ujieres te abren la puerta e inclinan la cabeza a tu paso, como el cachorro que huele al jefe de la manada. 

Y luego están los apellidos sinónimos de nada en el mejor de los casos, ya que también hay apellidos que traen desprecio, burlas, vacío alrededor de sus letras. Su padre fue un perdedor, un paria, un obrero, un pringao, un campesino analfabeto. Esos apellidos no sirven para nada y uno debe plantearse salir de su apellido y lanzarse a la selva.

La libertad no existe o es un fantasma. En ambos casos se demuestra. Y, si la libertad existe, les advierto que se paga un alto precio por ella: la libertad es carísima en dinero, en renuncias, en sacrificio.

La libertad, para el que nació con el apellido del paria o del pringao, del charnego o del parado de larga duración, puede pasar por hacerse policía. Lo he visto varias veces: ningún hijo de rico se ponía a poli ni a guardia civil. En los pueblecinos de la Extremadura más pobre nacen policías a diario. La escasa libertad que comprarán les costará el desprecio de los vecinos con buen apellido.

Incluso le tirarán piedras si la ocasión se presenta.

Fue Pasolini quién se lo advirtió a los jóvenes izquierdistas radicales y airados de su tiempo: los policías son hijos de pobre, acordaros de eso cuando os vayáis a las manifestaciones. Pero Pasolini era un poeta metido a cineasta y, a día de hoy, un escritor olvidado. Se echa de menos la existencia de poetas como Pasolini, con una sensibilidad política y social a todas luces extinguida. En Cataluña, escritores y periodistas de talla enana jalean a los jóvenes airados: pegadles fuego a los policías, no son nada más que pobres e ignorantes.

Sí, ya lo sé: la perspectiva de clase ha pasado a mejor vida, pero no puedo olvidarla. Puede que a día de hoy haya señores con buenos apellidos animando a sus jóvenes airados a que apedreen a los hijos de los pobres. Puede que haya pobres tirando piedras a pobres, o ricos tirando piedras a pobres. 

Quienes nacimos con un apellido igual a nada sabemos eso, y sabemos que los que nacimos en esas circunstancias solo tenemos un patrimonio: lo público. Tan público es el contenedor de la esquina como los servicios sociales, la escuela, el ambulatorio. He ahí nuestro patrimonio. El contenedor de la esquina es una poesía pública. Para llegar a disponer de contenedores en las esquinas han debido pasar siglos de penurias, de miseria y de hambre.

Aunque me gusta el cine de terror, no he visto película más terrorífica en mi vida que El ladrón de bicicletas, y quien la haya visto comprenderá lo que cuento.

Lo siento, pero no veo poesía alguna en los adoquines que se lanzan a los que se metieron a policías para obtener algo de libertad, la oportunidad de salir del pueblo miserable. No veo épica ni lírica en el contenedor de todos ardiendo en la calle, en las llamas que consumen la motocicleta humilde, el semáforo impávido alcanzado por el odio gratis de un fuego pálido e inútil.

Nadie se mete a policía o a Guardia civil cuando ha nacido rico y con hacienda. Y quemar un contenedor es lo mismo que quemar una escuela pública. A quienes nacimos con poco, viene uno que lo tiene todo y nos quema lo que lograron nuestros abuelos y abuelas. Y a eso le llama revolución, e invoca entre las llamas rituales el fantasma de nuestra libertad tan débil.

19 de febr. 2021

Dolors Sabater, consejera de interior


Cuando uno tiene un rato ocioso y se pregunta ¿qué cosa podría empeorar en Cataluna? encuentra escasas respuestas. Aunque hacia abajo no haya límites visibles, es evidente que la cosa puede empeorar: el universo es así.

Unos días atrás, en la recta final de las elecciones, leí el comentario de Facebook de un votante de la Cup que pedía la Consejería de Interior para este partido. Me partí de la risa. Pensé que era una idea típicamente buñueliana, del estilo de poner al Dioni de jefe de seguridad en el BBVA o al entrañable Paquirrín de ministro de Cultura y Deportes. El surrealismo es muy excitante.

Pues bien: resulta que la propia Dolors Sabater se ha manifestado dispuesta a hacerse cargo de la Consejería que manda al cuerpo policial regional, y lo ha hecho con una frase sorprendente en varios sentidos:

Estem preparadíssims per encarregar-nos del Departament d'Interior

Antes de empezar: me ha descolocado el uso del género masculino (preparadíssims) en vez del esperable preparadíssimes, que es canónico en su partido y en cierta izquierda.

Luego está ese aumentativo sospechoso. ¿Qué debe pretender con él? Teniendo en cuenta que a Felipe VI le llamaron "el preparado", supongo que ellos (ellas) deben querer mostrarse superiores al monarca por la vía del adjetivo con grado de aumentativo (y masculino).

La preparación para el cargo que han ostentado los cargos de la autonomía catalana en los últimos 20 años levantan grandes suspicacias, ya que uno es incapaz de discernir como se preparó Miquel Buch, el hombre que pasó de portero de discoteca a Consejero de Interior (aquí todas las bromas son oportunas), o qué méritos hizo el señor Torra para pasar de vendedor de seguros a presidente de la cosa nostra regional. Sin ir más lejos.

Así pues, uno puede empezar a matar los tiempos libres imaginando una consejería de interior en manos de la Cup. Se admiten propuestas.

A mi se me han ocurrido algunas, de más obvias a menos:

  • Los cascos y los escudos de la Brimo irán pintados con símbolos feministas, favorables a la entidad ilusoria llamada "països catalans", antifascistas, antitaurinos y antituristas.
  • Las furgonetas se pintarán con el inevitable arcoiris
  • La selección del personal seguirá los más estrictos cánones de igualdad LGTBIQ++
  • La policía no actuará por orden de ningún juez, si no a petición de los mandatos de las asambleas de ciudadanos.
  • No se actuará jamás en el Barrio de Gracia, puesto que lleno está de Gracia.
  • Los cuerpos policiales protegerán y ampararán las okupaciones, exceptuando las okupaciones de propiedades de miembros de la Cup, de buenos patriotas o de personas de la izquierda chupiguay.
  • Los cuerpos policiales vigilarán estrictamente las redes sociales, y perseguirán a los disidentes del régimen nacionalista catalán.
  • Los cuerpos policiales regionales ayudarán a las gentes de la Cataluña catalana de forma preferente.
  • Ante un disturbio, atraco o violación de la ley, los agentes de la policía regional se sentarán en una asamblea y decidirán, por consenso, cual es la mejor forma de actuar. Invitarán a la asamblea a los cacos, maleantes, vendedores de grifa o cultivadores de marihuana para que expongan sus motivos. En cualquier caso, se valorará que el colectivo de maleantes y traficantes es una comunidad minoritaria y oprimida.

Lo dicho: estamos preparadísimos. O incluso preparadísimas.

18 de febr. 2021

Las horas muertas en Campoamor

En la hora muerta entre dos clases. Salgo a pasear por el Barrio de Campoamor. Por la mañana hubo mercadillo, algo más triste que antaño, y ahora las brigadas de limpieza barren suavemente. También cae suave la tarde. Cuentan que en Barcelona arden barricadas y aquí, en el Barrio de Campoamor, se escuchan las garzas y las cotorras, revoloteando para hacerse un lugar en las ramas.

Nunca he visto tantas plantas del dinero como en ese barrio pobre. Algunas de esas plantas han crecido tanto que descienden, solemnemente majestuosas, des del balcón del primer piso hasta acariciarte la cabeza, como una bendición verde y fresca. Me pregunto, con un mohín malicioso, si también hay tantas plantas del dinero en Pedralbes. O en Galapagar. Quizás no hace falta invocar lo que se tiene en abundancia, aunque allí quizás viven atormentados por el miedo a perderlo todo, un todo que es mucho.

Hace poco descubrí la calle Diego de Almagro, que más que calle es una avenida amplia y soleada pero como abandonada a medio construir, y que discurre entre meandros de nada y de ensueño. Algún urbanista tuvo un plan, un programa, un proyecto de negocio que se esfumó y así se quedó Diego de Almagro, avenida polvorienta sin terminar entre solares. 

Es enmedio de esa calle dedicada al desafortunado Diego de Almagro en donde descubro el Bar Entre Pinares y me siento a contemplarlo. La terraza parece haber sufrido un vendaval, una guerra, un desastre de naturaleza incierta. No hay nadie sentado en ella, pero ese sol de la tarde de febrero le añade todo lo que el hombre le niega. Hay silencio, paz. Un leve murmullo. Una radio suena en alguno de los pisos con las ventanas abiertas. Si la memoria no me falla, eso se llamaba Maíta vende cá. Siento vértigo por todo: el paso de los años, las tardes soleadas de febrero, las canciones de antes, el aspecto asolado de la terraza. ¿Dónde andarán los pinos de ese entre pinares que nombra el rótulo del bar? ¿Qué pinares recuerda quién le puso el nombre?

En esas circunstancias el tiempo pasa muy veloz, así que me doy cuenta de que mi hora muerta ya se pasó y debo apresurarme hacia la clase siguiente. Me deslizo raudo y otra vez bajo las hojas de verde rabioso de la planta del dinero, que de nuevo me acarician la cabeza, con una leve ondulación elegante, como de ola que muere en la arena de una playa lejana.

Más tarde descubro que a la misma hora, en efecto, en Barcelona se insultaban y se prendían fuego, los unos deseaban la muerte de los otros en nombre de la libertad, de la dignidad y de otras grandiosas palabras. Dios mío, me susurro, creo no nacimos para eso.

16 de febr. 2021

Hasél y Beethoven

No me siento capaz de afirmar que Pablo Hasél sea un músico. Ni tan solo que sea un artista. ¿Es artista cualquiera que coge un pincel, agarra un micrófono o escribe un par de versos? En mi barrio, el único artista que conozco es el panadero de la esquina. Sí, ya lo se, eso es otra acepción del término. pero es una acepción que me gusta: he conocido a panaderos artistas, a profesores artistas, a fontaneros artistas. Del mismo modo que he conocido a poetas zotes, pintores infames y arquitectos sin alma. ¿Qué diablos es el arte? Si el panadero del barrio un día suelta que el vicepresidente es burro en un tuit ¿se podrá amparar en la libertad de expresión de los artistas? ¿Le dirán que la libertad de expresión no ampara a los panaderos?

Luego: ¿dónde termina la libertad de expresión del artista? Si el valor supremo es el arte... ¿debe protegerse al arte, sea el que sea, por encima de la verdad?

Aunque les voy a ser sincero: creo que el asunto es demasiado delicado, tierno y quebradizo como para dejarlo en manos de políticos, de tertulianos, de columnistas o de tipos que, como yo, escriben en un blog pagado de su bolsillo (y sin publicidad).

A mi, Pablo Hasél me parece un activista o, mejor aún, un chico muy enfadado con el mundo, visceral, posiblemente falto de paz interior y con ciertas nociones de versificación. Y es evidente que España necesita reflexionar sobre la libertad de expresión, pero eso deberían hacerlo filósofos, juristas y personas ampliamente cualificadas, ya que eso no es solo opinión apresurada, ni reacción a un suceso.

Nadie cuestiona que la difusión de mensajes yihadistas sea delito. Vale. O por lo menos no he visto a nadie que, en España, proteste por el encausamiento o la cárcel cuando el objeto es uno que divulgaba mensajes islamistas. El asunto está en lo que duele, en el meollo de esta España en la que nada es de verdad hasta que sangra. ¿La apología del franquismo debe tolerarse en nombre de la libertad de expresión? Los que respondan que sí, ¿también defenderán la libertad de Hasél para cagarse en un Rey?. O se trata de lo de siempre: la justicia me gusta cuando actúa como lo hubiese hecho yo (sin ser jurista). ¿Existe el sentido común, más allá de lo que digan las leyes?

¡Aquí hay mucha tela y mucho debate! Hoy les he preguntado a los alumnos y me he encontrado respuestas muy dispares. Desde el chico que ha escuchado campanas y responde:

-¡Hasél en la cárcel y Cifuentes en la calle! -como si existiera alguna relación entre ambas personas y sus hechos.

No ha faltado quien ha metido en el mismo saco a Junqueras y a Hasél (aunque, bien pensado, Hasél podría pasar por un Junqueras joven y airado). En general: poco criterio y poco pararse a pensar. Poco pensamiento. Algunos alumnos han decidido no venir a clase para manifestarse y algunos profesores han decidido no ponerles falta de asistencia, en nombre de un valor superior. Lo que sea, menos pensar, menos debatir y menos poner a la razón por delante.

En España nada es real hasta que sangra o hasta que quema. Y así será hasta que no decidamos pararnos a pensar un rato. Dios mío... ¡como hecho de menos a Ortega y a Unamuno!

Yo, de mientras, me voy a poner algo parecido a Beethoven.

14 de febr. 2021

Pablo Iglesias, o la estupidez en un chalé de gama alta

Uno, que ha seguido la evolución del ahora vicepresidente, se pellizca y no siente nada. ¿Ese hombre que ahora ejerce de vicepresidente del gobierno español es aquél filocomunista que desafiaba a las arpías en la Tv de los obispos? ¿Qué se ha hecho de quién publicaba fotos en su pisito de Vallecas? ¿Que le ha sucedido al que muchos creímos representante de los trabajadores?

Lo confieso: voté a Pablo en aquellas elecciones europeas en las que su partido consiguió 5 millones de votos. Yo soy uno entre aquellos 5 millones, dos tercios de los cuales no tropezamos en la misma piedra jamás. Nunca más le voté. Ni lo volveré a hacer. Nadie fue tan raudo como Pablo Iglesias en defraudar a sus votantes, nadie tan falso, tan inane, tan lamentable. Quien vino a reformar la política fue el primero en refrendar la antigua. Un currículum penoso. Un tahúr de western italiano, un malo egoísta en la última secuencia de El bueno, el feo y el malo. Un timador. El chalé de Galapagar no tiene justificación racional, y no vale que usted tenga la displicencia asquerosa de consultarle a sus bases si están de acuerdo en que se haya comprado un chalé. Eso es indescriptiblemente tramposo, feo y ladino. Es usted una mala persona. Un egocéntrico que no sirve a los intereses de los demás ni quiere el bien común. Usted solo persigue el bien propio.

Su posición simpática con el independentismo catalán obedece a una interpretación sesgada y tramposa de los postulados de Ernesto Laclau, autor que ya es por sí mismo lastimoso. Usted busca sacar votos de los nichos oprimidos, una vez abandonada la clase obrera, la clase que usted desprecia por no haber votado comunista. Por eso su chalé en Galapagar. Su posición con el independentismo catalán me ha ayudado a descubrir los entresijos oscuros de su ideología malsana. No es usted nada nuevo, nada interesante, nada relevante. No es usted nada para la clase trabajadora.

¿Quiso usted asaltar el cielo? En beneficio propio, sin duda: el cielo de usted es un chalé, como el cielo del Vivales de Waterloo: usted, como él, le sacaron los monises al pueblo para acceder al chalé de sus sueños celestiales. No nos engañe más, señor Iglesias. Los catalanes demócratas estamos más que hartos de predicadores, tahúres y mangantes. No queremos más héroes. Queremos personas que crean en la democracia. La única anormalidad democrática española quizás sea usted. Aunque, por más paradójico e inexplicable que sea, sea usted el vicepresidente de España. Vaya tela, señor Iglesias. Vaya timo.

11 de febr. 2021

300 hombres catalanes


Cataluña no solo saldrá más escindida de estas elecciones: también más desquiciada. Les cuento: una misteriosa asociación denominada "Catalans per la Independència" ha impuesto a los partidos nacionalistas que firmen lo siguiente: bajo ninguna circunstancia pactaré con el PSC tras las elecciones. El documento firmado consta de una sola frase, de modo que resulta de lectura fácil y asequible para todo el mundo:

Sea cual sea la correlación de fuerzas salida de las urnas, en ningún caso se pactará la formación de gobierno con el PSC.

El papelito (no tiene otro nombre posible) lleva estampadas las firmas de los cabeza de lista de Junts, CUP, Primàries Catalunya, PDCAT y ERC. Dato relevante a tener en cuenta: Laura Borràs lo firmó dos días antes que el resto de los abajofirmantes. Que cada uno saque sus conclusiones de ese dato.

Se me ocurren un montón de asuntos, enumero algunos:

  1. En plena hola interseccional y de lenguaje inclusivo, entiendo que una asociación que se denomina "Catalans per la Independència" es una asociación formada exclusivamente por hombres, de sexo y género masculinos. No puede ser de otra forma.
    1. En las fotos de los políticos firmando tan sesudo documento, aparecen personas de aspecto femenino. Quizás es culpa de mi sesgo, y veo mujeres donde debería ver hombres. Ya se lo del género líquido y esas cosas, pero sigo algo perplejo. Quizás solo es importante la identidad nacional.
    2. Hace unos años, Artur Mas recurrió a un notario para registrar que jamás pactaría con el PP, tras haberlo hecho en múltiples ocasiones. Mas, hombre de tradiciones y tupé, obró a la antigua usanza y pagó a un notario de España. Los nuevos líderes de la Cosa Nostra buscan una opción más apañada. No está la caja para tantos gastos.
  2. La Asociación masculina e independentista parece ser, cuentan, algo así como una escisión de la Asamblea Nacional (¡los que encuentran demasiado blandita a Elisenda Paluzie!). Diríase que se trata de la línea dura, la más viril. También se cuenta que dispone de unos 300 asociados. De modo que ya lo saben: 300 hombres independentistas están condicionando el futuro del Parlamento regional. Hay que ser muy hombre para eso, sin duda.
  3. El documento, que consta de una sola frase, solo prohíbe pactar con los socialistas. Nada impide, por lo tanto, que ERC pacte con el PP, o la Cup con Ciudadanos. Ni que Laura Borràs pacte con Vox, por ejemplo: no hay que ser muy avispado para descubrir la cantidad de asuntos en los que Borràs y Vox coinciden en sus programas, así  como en la inanidad de sus aportaciones a la política. Son las cosas de la derecha nacionalista y rancia.
  4. Cataluña, tras la década nefasta, no solo se ha empobrecido económica y culturalmente: ya es miserable políticamente. Si es que alguna vez el mundo nos mira, quedará atónito ante tanta estupidez, mezquindad y tribalismo.
  5. Teniendo en cuenta que la asociación viril cuenta con 300 seguidores y sin embargo impone sus normas, supongo que el Barça (que cuenta con unos 100.000 socios) se estará planteando que los candidatos firmen algo así como que "Sea cual sea la correlación de fuerzas, aplaudiremos a Koeman". El Club Super 3 quizás será obligatorio en todas las extraescolares catalanas. La Asociación de Amigos del BDSM (facción catalana) impondrá, sin duda, el uniforme de látex, cuero y tachuelas a los Mossos de escuadra.
  6. El infierno está vacío: todos los demonios están aquí. Y las demonias también.

8 de febr. 2021

Arran pide el voto para Vox

Dicen que la inteligencia es la primera víctima de una guerra. Los independentistas radicales de Arran, sin haber logrado la guerra que tanto desean, ya han conseguido liquidar la poca inteligencia de que disponían. Arran es, lo sabemos todos, algo así como Torrente, el brazo tonto de la CUP. Y se lían a pedradas contra actos electorales de Vox, en quien ven encarnados a la vez a sus dos enemigos del alma: la extrema derecha y el españolismo. Pedradas en nombre del antifascismo.

No tengo muy claro qué cosas relevantes puede aportarle Vox a la política española, pero parece que Arran se ha propuesto promocionarles con su vandalismo, esa barbarie aguerrida y en el fondo muy española, muy legionaria. Entre las frases de Arran uno descubre el destello de Millán Astray, su impronta indeleble. A veces uno termina por parecerse demasiado a lo que odia, y de eso los psicólogos saben bastante.

Aún sin saber que diablos nos aporta Vox, es evidente que el partido de Abascal sabe conectar con colectivos cabreados (y generalmente cabreados con más razones que un santo): la pandemia y sus normativas, sus confinamientos, sus cierres de negocios han abonado el terreno a un partido que sabe ofrecer respuestas (quizás mágicas, quiméricas o absurdas) a los que lo están pasando peor. Para comprender el auge de la extrema derecha en Europa hay que ponerse a pensar un poco, no es nada simple. Y Arran deja claro que tiene una nula capacidad de análisis. Interpretar el antifascismo como un deporte de lanzamiento de piedras es un proceder muy pero que muy burro. Cada pedrada son cinco mil votos para Vox, que echen cuentas --si es que saben multiplicar des de la piscina climatizada de su chalecito en Matadepera.

Tan burros han sido los de Arran que hay incluso más de un independentista que trata los incidentes contra Vox como "ataques de falsa bandera", sugiriendo que no fueron ellos. Todos se dan cuenta de la estupidez malsana de esas acciones. 

A Vox, como a Arran, hay que responderles con la más estricta democracia. Y recordar que Vox es un partido parlamentario que acepta las normas constitucionales. Y que Vox obtendrá decenas de miles de votos catalanes. A ver como cuentan luego lo de "el poble català vol un referèndum" u otras sonoras burradas.

Por si en Cataluña teníamos pocos problemas, ahora tenemos uno que se llama Arran y está consiguiendo banalizar tanto el fascismo como el antifascismo.

5 de febr. 2021

Volem torradores Loewe i catalanes!


Ho ha dit na Laura Loewe Borràs: vol que la torradora li parli en català. La Laura exigeix el dret a decidir que la seva torradora Gucci l'entengui quan ella li ordeni, en bell llemosí: "vull una torrada de pa català, de farina de l'Empordà, ni massa feta ni massa crua!"

Na Laura ho ha dit en un acte electoral. Ho ha dit per demostrar, sense cap ombra de dubte, que una Catalunya nacional-independent tindrà torradores que entendran el català, que respondran en català i que només torraran pa de farina catalana. Una farina que, no cal dir-ho, no hauran tocat pagesos ñordos ni botiflers ni unionistes. La puresa de la farina va unida a la catalanitat de la torradora, marca Prada (però dels Prada-Puigdengolas de Castellfollit de l'Arquebisbe).

La puresa. La torradora que vol Loewe Borràs no en tindrà prou amb parlar català. Ha de parlar un català estricte, garrotxí, osonenc. Català vigatà, de Vic. O català olotí, d'Olot. No el català de Badalona, ni de Barberà del Vallès ni del barri de Sant Martí, xava i aflamencat. Aquests no són prou catalans. Estan axarnegats i són impurs, i es mouen en Seats, a peu, en metro, en patinet. Les Loewe ens desplacem en Jaguars pel cap baix, i viatgem a Waterloo en cotxes de primera classe. Visca, visca i visca, la Catalunya catalana del Jaguar i del Jeep Defender: defensa Catalunya com un tigre.

La torradora que vol na Laura ha de parlar un català com el del Quim Masferrer, un català seriós, del Montseny. Català-català, sense vicis, sense prosòdies forànies ni estrangerismes: sense barbarismes. La Laura vol una torradora com cal. Res de torradores colonitzadores. Vet aquí el motiu pel qual cal la independència súbito.

El partit de la Laura Loewe pretén passar-se les institucions democràtiques per l'Arc del triomf amb tal que les torradores parlin com Mossèn Ballarín. O com el rector de Vallfogona. O com el rector de Sant Prepuci dels Roures, que era estrictament nostrat i exigia hòsties catalanes. Volem torradores catalanes i rectors catalans, crida na Laura Loewe des de la finestrella del Jaguar.

Na Laura Loewe vol ser presidenta i per això llança el missatge de les torradores. Volem torrades catalanes.

Vam tenir un president que promocionava torrar-se amb la ratafia ¿no seria lògic que tinguéssim una presidenta que es vol torrar en català?


4 de febr. 2021

Un adicto al procés se confiesa

A veces me sucede. Me he prometido muchas veces no reincidir, pero ya se sabe lo que pasa. Quizás sea ya una adicción, como cuando Albert Soler cuenta que espera que el procés no termine nunca: ¿qué diablos haríamos sin el procés? ¿Con qué nos enfadaríamos? Pero sobretodo ¿con que nos reiríamos?Hay infinidad de temas, cuestiones y asuntos interesantes alternativos, pero... ¿hay alguno tan fabuloso como contemplar el delirio tan desesperado como atroz de los catalanes independentistas?

¿Acaso alguien confiaba con ver, en directo y en siglo XXI, una disonancia cognitiva colectiva tan apabullante como la del independentismo catalán?

El otro día pues, aún prometiéndome que no lo haría, terminé por responder a un conocido procesista (o independentista, o nacionalista o lo que sea que quiera) que preguntaba: si usted es independentista y de izquierdas, ¿a quién votaría?. La pregunta me resulta enternecedora por esa ingenuidad enorme y tan irracional. La ilusión de la independencia es abracadabrante: la exposición pública y religiosa (de una religiosidad medieval) que destilan los verdaderos indepes, y que no dudan ni sienten vergüenza alguna en exponer, me resulta un espectáculo sobrecogedor. Y, por lo tanto, adictivo. Insoslayable. Por eso recaigo sin remedio.

Respondí que no se puede ser nacionalista y de izquierdas y me respondieron que la revolución cubana era de izquierdas y nacionalista. Fascinante. ¿Amnesia o mala intención? Si la revolución cubana fue nacionalista... ¿como se explica usted el intento del Che Guevara por exportar la revolución no solo a Bolivia, por ejemplo, si no a Angola también? Hubo quién no dudó en proclamarse internacionalista y nacionalista a la vez, y no faltaron quienes me contaron, con el habitual tono paternalista, que los españolistas son el verdadero nacionalismo malo y que su versión catalana solo es una respuesta legítima, una reacción lógica y comprensible. No solo lógica y comprensible: también buena y necesaria. Un acto de bondad. Fenomenal.

Así pues, aunque me prometo no reincidir y no volver a caer, obro como el adicto contumaz: recaigo. Solo para repetirme, después, que esa será la última vez. Lo prometo, lo juro por la gloria de mi madre. Una campaña electoral es un mal momento para dejar mi adicción: cada vez que la señora Borràs suelta una declaración, mi sistema límbico reacciona en cuestión de segundos. Lo mismo para Aragonès, Budó, Junqueras, Cuixart, Riera o la inefable Dolores Sabaté, la que consiguió devolverle a Albiol la alcaldía de Badalona. Y cualquier otro monstruito nacionalista. Es imposible sustraerse a eso.

Me obligué a mi mismo a leer las densas y fascinantes páginas de "Los Once" de Pierre Michon, el autor francés contemporáneo más sugerente de las últimas décadas. Creí que Michon me libraría de las tentaciones y las recaídas. Pero ni así pude soslayar la atracción por la barbarie, delirante e insistente, de los nacionalistas: la novela de Michon es demasiado breve y, para más inri, en mitad de la lectura supe que Gerard Quintana había ganado el premio Ramon Llull de novela catalana. Di un respingo y el libro de Michon salió proyectado hacia el espacio, dio contra la pared, rebotó, y se cayó finalmente encima del potus (Epipremnum aureum). ¡Pobre potus!

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Postdata: Es posible que en las afueras de Ginebra exista alguna cínica especializada en quitar adicciones como la mía. El problema está en que no podré pagar su minuta. Si acaso, pienso, le pediré una subvención a fondo perdido al vicepresidente Iglesias, hombre siempre atento y displicente para con las minorías oprimidas. O, una vez en Ginebra, a lo mejor le pido ayuda a Anna Gabriel, antaño cupaire, que parece haber abandonado el procesismo y guarda un silencio monacal, una discreción estrictamente suiza. ¿Se habrá curado de aquella enfermedad tremenda que sufrió en un sanatorio trotskista de la dulce ribera del lago Léman?

2 de febr. 2021

La sinificación de Cataluña

Hace algunos años, un columnista catalán afirmó que a Jordi Pujol le veía aspecto de comerciante japonés. Era una de sus bromas. El escritor, más allá de comentar unos rasgos algo japoneses en el rostro del sátrapa regional, expuso su amor hacia el dinerito y los negocios, la gesticulación de vendedor de electrodomésticos y otras lindezas que no recuerdo muy bien.

Si lo he recordado (vagamente) a día de hoy es porque, a día de hoy, le veo ciertos rasgos chinos al gobierno autonómico, una indiscutible maniobra de aproximación a los métodos autoritarios de la lejana y enigmática China.

Pero antes de entrar en la sinificación de Cataluña, voy a contarles algo sobre el señor Josep Piqué.

Hace muy poco más de un año, a las puertas del virus (que Trump calificó de virus chino), vi una entrevista a Josep Piqué en TV2. Magnífica, como casi todas las de ese canal que ya se parece a lo más moderno, adelantado y europeo que tenemos en España (Tv3 podría aprender algo del canal).  En aquella entrevista, Piqué expuso una hipótesis que me pareció fascinante. Cito de memoria la alocución del que fue director general con Pujol y luego ministro de Aznar:

-Lo más interesante que nos ha enseñado la China es que no hace falta tener democracia para generar riqueza. Hasta hace poco pensábamos que la democracia fortalecía a las clases medias y a la creación de empresas, y que eso nos llevaba al progreso económico. La China demuestra que la democracia es innecesaria: se puede crecer económicamente sin necesidad de pasar por la democracia.

Me quedé fascinado ante la sinceridad del señor Piqué. Piqué, que ha transitado desde el PSUC hasta el Partido Popular pasando por el pujolismo, puede que sea algo así como un gurú que insufla inspiración en el gobiernillo regional de ahora. Sin duda, hay algo muy chino en la Cataluña procesista: los presidentes regionales se designan a dedo uno tras otro, sin mediar elecciones de ninguna clase. El pueblo no eligió a Puigdemont, ni a Torra ni al Asombroso Niño Barbudo. Nada indica que el próximo presidentito sea un cabeza de lista, pero eso ya lo veremos.

Una vez, no hace mucho, se pusieron unas urnas chinas disfrazadas de tupperware catalán, o unos tupperware chinos disfrazados de urnas catalanas.

A día de hoy, el gobiernillo convoca elecciones y luego las desconvoca. ¿No quedamos en que votar era sagrado?. A día de hoy, el gobiernillo intenta modificar los usos y costumbres del poble y decreta un horario muy raro para bares y restaurantes. Nos dice a qué hora debemos desayunar, todos juntos y al mismo tiempo: eso es algo que años atrás no hubiéramos dudado en calificar de chino. Ya lo ven: no es una ocurrencia china, si no una ocurrencia catalana.

A día de hoy, se nos permite ir a trabajar adónde nos toque pero no a solazarnos el fin de semana donde queramos. Hace pocos días, una patrulla de esa milicia de los Agentes Forestales me paró en una carretera enmedio de un monte solitario y me informó de que estaba a punto de cruzar un límite municipal. El joven miliciano imberbe me dijo:

-Le informo que está usted a punto de cruzar una frontera municipal. Yo se lo cuento de buen rollo y se lo digo por su bien. Pero sepa que los Mossos de Escuadra están patrullando y ellos se lo dirán de malos modos.

Saludé al miliciano y le agradecí sus buenas formas, su generosidad y su buenrollismo. Me fijé en su uniforme y sus insignias, buscando la estrella roja del partido comunista chino. A saber donde la llevaba.