Hace unos días publiqué el texto que aparece a continuación. Después de pensarlo un poco, parece oportuno mantener la convocatoria pero con otra fecha, que podría ser 25 de agosto o bien 1 de septiembre. Gracias a tod@s.
Encuentro de bloguer@s y lector@s de verano en Les Planes
Encuentro de bloguer@s y lector@s de verano en Les Planes
Esto es un invitación abierta a participar sin filtros ni vetos a una comilona de verano, a todas las personas que entran, leen o comentan. En este bloc o en cualquiera.
La idea tiene una historia corta y simple. Hace algunos días nos fuimos a encender un fuego en el merendero de Les Planes. El sol caía amplio y sin piedad, como advirtiendo de un verano denso, de larguísimas siestas, sopor, nubes ralas, zánganos y gotitas de sudor que descienden por el cogote y forman un delta redondo en el cuello de la camiseta. Las mariquitas se posaban en la palma de la mano, con la calma del bicho sabedor que, si la cosa se pone fea, se puede largar volando. Hormigas voladoras, calor, el niño que llora porqué se le ha caído el helado al suelo y no hay pasta para comprar otro.
Nos llevamos pinchos morunos, algunas hortalizas, un litro de vino, dos libros. La verdad es que andábamos tras a lectura de Juan Marsé y sus Últimas tardes con Teresa, pero eso quizás sólo es una anécdota minúscula. Sin importancia. Lo importante estaba en eso de alquilar la parilla y la leña, la mesa pintada de verde, buscar una libre entre la algarabía. Escuchamos voces que hablan en ruso, rumano, colombiano y ecuatoriano, brasileño y mucho xarnego. Inevitablemente, cada uno recordó a sus padres o abuelos, inevitablemente xarnegos y murcianos. La abuela Carmen -la que vino de Cartagena de Murcia- se me apareció dulcemente por allí enmedio, como en un soplo de aire cálido que tal como viene se va. Es la abuela que odiaba la ópera: una monserga aburrida para señoritos frígidos, decía.
Se me ocurrió que podríamos encontrarnos allí con otros y otras que escriben en los blogs y nos hablamos, nos susurramos o nos saludamos. El espacio del merendero de Les Planes es público y abierto, está a tres minutos andando desde la estación del tren. Pueden venir quienes quieran, porqué no hay puerta con candado, ni llave que lo abra. Tampoco hay piscina, claro está: el merendero de Les Planes no es un chalet. Pero tiene pinos y sombras, y gritos de cincuenta colores. Y un chiringuito con helados y cafés por menos de un euro.
Esto es una invitación tan formal y tan legal que no tiene destinatario concreto y por eso tod@s cuant@s lean este texto están invitad@s: l@s que escriben blocs y l@s que los comentan. No hay primera clase ni segunda clase, no hay filtros: quién llega pronto se pilla el sitio y quien llega tarde se lo guardamos. Cada uno se trae lo suyo, y entre tod@s nos apañamos.
Si alguien viene de lejos -de muy lejos- vamos a encontrarle una cama o un sofá de una dignidad mínima -teniendo en cuenta que estamos en el sur de Europa y que estamos intervenidos por el FMI. Pero nosotr@s, chul@s, nos vamos de merendero.
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Nota: a partir de hoy y durante el verano, el blog paralelo -hermano, primo, cuñado- La segona versió irá publicando por entregas la novela entre negra y paranormal La segona mort de Martín Marín.
Eso implicará una disminución natural de las aportaciones a este blog, en parte vinculada también al verano: me aconsejo a mi mismo, y a los lectores y lectoras en general que aprovechen los meses de calor para practicar la siesta, la hamaca paraguaya, la sensualidad, los batidos y helados, la contemplación, el insuperable aburrimiento con la piel sudada de no hacer nada.