30 de maig 2022

LOS LIBROS EQUIVOCADOS EN MADRID

Durante un fin de semana de enclaustramiento laboral, durante el cual solo me he permitido breves momentos de asueto (los fines de curso son muy exigentes), sí he podido poner la noticias en la TV. Y así me he podido pasear, muy brevemente, por la Feria del Libro de Madrid. Por desgracia, le han dedicado más tiempo al fútbol que a los libros, pero así son las cosas y así es el mundo. A quien lo le guste el mundo le sugiero que se ponga en contacto con el orate Elon Musk, que le propondrá el agradable paisaje de Marte.

La Feria del Libro de Madrid, según cuenta en el noticiario, ha convocado a casi 400 casetas. El dato es apabullante y uno piensa enseguida: ¡ojalá hubiese estado en Madrid!

Como todo el mundo sabe, las últimas ferias del libro en Cataluña suelen ceñirse al libro en catalán, lo cual significa, mayormente, al libro identitariamente catalán.

Me quedé atónito hace unos días tras ver el tuit de una librería pretendidamente plural, abierta y muy progresista de Barcelona. Decía eso: "No tenemos el libro x por transfóbico". No citaban el título, aunque no tardé mucho en descifrar el enigma. Se trata de "Nadie nace en un cuerpo equivocado". Supongo que lo siguiente será que las librerías organicen quemas de libros en la plazoleta más cercana, mientras venden banderillas y pasquines en favor de la libertad y esas cosas. Algo muy raro (y muy malo) está sucediendo por acá, y me da más bien mucha grima.

Les cuento: hasta hace poco, solía preferir comprar los libros en esas librerías de barrio, pero la cosa se ha torcido. De un tiempo a esta parte, uno debe recurrir al Amazon, empresa igual de codiciosa que las demás pero sin prejuicios ni voluntad de adoctrinamiento. Eso es triste, compañeros libreros. Nadie os pidió ejercer de comisarios políticos. Así que... ¿qué razón os llevó a ejercer de censores?

Me gustaría estar en la Feria del Libro de Madrid. Con casi 400 casetas habrá sin duda editoriales identitarias, pero también deben estar La Felguera y Valdemar, y seguro que habrá libros tránsfobos y transfílicos, y así cada uno (o cada una) podrá elegir qué le apetece leer, en qué quiere gastarse la pasta. Y luego criticará para bien o para mal, que es lo más natural, lo más sano y lo más democrático del mundo.

Pobre Cataluña, pienso.

Y luego recuerdo: que la última vez que estuve en Madrid, ante una de las entradas al parque del Retiro, di con unas casetas en las que estaba el libro que les he dejado en la foto de la cabecera. Un libro fascinante de Jordi Soler, a quién conocí por su libro anterior, "Ese príncipe que fui", un texto fabuloso que, de haberlo leído Luis Buñuel, habría dado lugar a una película genial.

28 de maig 2022

JUEGOS DE INVIERNO DE BARCELONA-ATACAMA

La verdad es que me quedo atónito ante las disputas por unos juegos olímpicos de invierno que se podrían titular "Barcelona-Pirineos", o bien "Pirineos de Cataluña y Aragón", o "Barcelona-Zaragoza", o vete a saber, quizás "Pirineos catalano-aragoneses y un poco bosnios también". Lo digo porqué leí que igual algunas pruebas se iban a celebrar en Sarajevo. (Lo que sea, menos nombrar a España).

No es muy oportuno citar a Sarajevo en este asunto, en el que concurren las mezquindades nacionalistas. La verdad, más allá de las rencillas identitarias, es que todo da mucha pena: pena por el modelo de desarrollismo que hay detrás de esos "eventos" lamentables, pena por la pobreza que esconden, pena por el lío de los referéndums que plantean las autoridades catalanas, todavía prendadas por la ensoñación de unas urnas metafísicas. 

Leo que las autoridades regionales de Cataluña pretendían convocar varios referéndumes, uno en cada comarca, para validar la oportunidad de los juegos de invierno: tras el batacazo del referéndum fallido de la cosa independentista, quieren reincidir para darle nuevo valor al referéndum. Ahora, sin embargo, bastante más inocente: "Quiere usted que su comarca participe en unos juegos de invierno?". Por si alguien no tenía muy claro que el "procés" independentista falleció, ahí tienen ustedes el referéndum sobre las olimpiadas de la la nieve. Apelan a la voluntad del pueblo, sí, pero solo para preguntar si quieren ver a esquiadores en el pueblo. La voluntad del pueblo siempre está por delante. Para decidir sobre: esquiadores, sí o no. Las autoridades catalanas han aterrizado en la realidad. Por fin. Esperemos que permanezcan en ella, por lo menos hasta 2.714.

La verdad, de nuevo, es que preguntarle a la ciudadanía por unos juegos de invierno resulta algo sorprendente. Hoy es 28 de mayo y llegaremos a los 30 y pico grados. La nieve de los Pirineos es algo así como un recuerdo lejano, quizás un falso recuerdo o quizás un sueño. Quizás un error de Matrix. Me temo una propuesta inminente de juegos de invierno en el Cairo. Quizás en Atacama.

Sea lo que fuere, esos juegos y sus referéndums previos son una distracción veraniega bastante distraída. Todo muy catalán y muy democrático. Con muchas urnas y sin nieve: algo verdaderamente catalán y desconectado de la realidad.


 

21 de maig 2022

EL REY SIN MÉRITO

Agrio se le ha puesto el semblante a Felipe tras conocer lo de Juan Carlos en Galicia para participar en una carrera de barcos, eso que una clase social llama "regata". Por lo visto, el viejo que tuvo, retuvo. Y no encontró nada mejor para su regreso -quizás fugaz- que navegar en velero y demostrar así sus ganas de enmienda, su sensibilidad social y su nivel ético. Vuelvo un rato, pero solo para participar en un deporte de ricos.

Agrio tiene que estar el estómago de Felipe, a quien su padre le estropea su lento trabajo de intentar lavarle la cara a la Casa Real. ¡Qué pena no tener disponible a Shakespeare por aquí! Nadie en este país ha trabajado con más eficacia para el regreso de la república que Juan Carlos con su propio regreso.

Es común, entre quienes todavía le defienden, referir el viejo servicio a la patria (el único conocido) con la Transición y su papel en el 23-F. Recuerdo el personaje de Siddhartha en la novela de Hesse, quien empieza diciendo algo así: "Ahora veis a un hombre sabio y bueno, pero antes fui una mala persona". En el caso de Juan Carlos, podría empezar del revés: "ahora veis a un viejo malvado, pero tiempo atrás le hice un servicio a la patria".

Atribuirle el mérito de la Transición a Juan Carlos es una maniobra lamentable y malintencionada: Juan Carlos estuvo allí y obró con acierto, claro, pero porque estaba rodeado de personas brillantes y valientes que fueron capaces de llevar a España hacia el inicio de una democracia, camino en el que todavía estamos. Sin embargo, no hay ningún otro mérito en el hombre que ahora viene a subirse a un velero de competición. Juan Carlos es, a día de hoy, el espantajo de una España caducada, el reservorio de lo rancio y el símbolo de todo lo malo que contiene una monarquía. Es, además, un aguijón venenoso clavado en el cuerpo de la monarquía.

Cuando veo a ese viejo con su desfachatez marinera comprendo los valores republicanos mejor que nunca, quizás ese sea su mérito más destacable. Y pienso en el librito de Étienne de la Boétie, el magnífico "Discurso sobre la servidumbre voluntaria" cuando veo a quienes acuden a aplaudirle. Me resulta fascinante: hay una demostración consciente y voluntariamente pública de estupidez en acudir a aplaudir al monarca corrompido amigo de los indeseables: dime con quien andas...

Y de nuevo siento una inesperada empatía por Felipe, luchando contra lo inevitable y viendo al propio padre al servicio de lo inevitable con el solo propósito de divertirse un rato. Ahí está lo shakesperiano de la situación. Puede que Juan Carlos, que odia a su hijo porque no le ama como él cree que debería, se haya propuesto demostrarle que la falta de amor será vengada con una república.

En Francia llevaron a la guillotina a los sátrapas desalmados. En España, por lo visto más sutil y civilizada, la monarquía se hundirá sola en su propia podredumbre moral y en sus líos. Poco podía imaginarse Azaña, cuando lanzó su "¡Hasta la tercera!" que la tercera llegaría de la mano de un tal Juan Carlos.


19 de maig 2022

Un Ayuntamiento progresista, ecologista y feminista

El Ayuntamiento progresista, ecologista y feminista decidió hacer unas reformas en algunas calles, con la noble intención de "pacificar el tráfico" alrededor de algunos centros educativos. Planearon ajardinar zonas limítrofes con escuelas e institutos, peatonalizar las calles de acceso a los centros y mejorar el paisaje urbano. Todo eso es loable, por supuesto. Nadie se lo discute. Es una buena iniciativa.

El Ayuntamiento progresista, ecologista y feminista encargó el proyecto a una empresa (desconozco si pública o privada), que les presentó un plan de cuatro fases de desarrollo. Por los motivos que sean, el Ayuntamiento decidió empezar por la fase 3, la consistente en peatonalizar la calle del acceso al instituto. Tuvieron el detalle de presentarse en el centro (vía telemática) para contar los pasos de forma pormenorizada y con muchos detalles. La responsable política del proyecto contó una parte del plan, y en algún instante de su alocución se refirió a unos árboles (olmos) que están adyacentes a la verja del centro y que deben tener, según los entendidos, unos 30 años. Son altos y dan buena sombra, y forman parte del paisaje de un barrio triste, polvoriento y desvencijado.

Durante su intervención, me fijé en que la responsable política del proyecto usaba unos eufemismos técnicos tan raros como llamativos para nombrar la acción que se iba a acometer con dichos olmos. De modo que, al fin de su presentación, le pedí si podía precisar el destino de los olmos. Entonces admitió que los árboles serían cortados y arrancados de cuajo. Le pregunté si eso podría ser evitable, y me respondió que no, ya que:

-Esos árboles son viejos y no tienen valor.

Me quedé estupefacto. Y más cuando la señora política añadió algo así como que el coste de trasplantar los árboles era alto e injustificable. 

Me marché triste. No pude dejar de preguntarme por los criterios que llevan a cortar y tirar a la basura a un árbol por el hecho de "ser viejo y no tener valor".

Y luego me pregunté: si los árboles viejos y sin valor deben ser arrancados y tirados al vertedero, quizás a mi abuela le espera el mismo destino. Y luego también pensé: si el ayuntamiento progresista, ecologista y feminista trata así a los árboles, será quizás porqué "árbol" es palabra masculina y merece menos atención. Pero claro, me queda la duda. Si un ayuntamiento ecologista y feminista trata así a los árboles ¿tratará igualmente a las mujeres, en función de su valor de mercado o de su edad?



15 de maig 2022

Anacleto en el Pati dels Tarongers

Un juez se ha interesado por las visitas de un Anacleto ruso en el Palacete de la Generalitat, en el año de autos (2017, por supuesto). A raíz de las encuestas del juez, la prensa ha difundido algunos detalles de ese agente secreto, de nombre Sergei, invitado por nuestro Mortadelo local, un señor que se hace llamar Víctor Tarradellas, a quien un tal Sardà, amigo común le presentó. De Sardà se sabe poco. Se sabe que es un empresario que importa y exporta con Rudia, pero se desconocen sus empresas. Todo claro y transparente, tal como exige un guión de espías y triquiñuelas.

Cuenta este último (Tarradellas) que recibió una oferta del ruso consistente en mandar tropas y mucho dinerito contante y sonante (no en rublos, si no en dólares) para sufragar los primeros gastos de la república. También cuenta que al ruso se le subió la mosca a la oreja cuando se percató de que las autoridades catalanas no habían previsto absolutamente nada tras la declaración de la independencia y de que todo parecía ser, en efecto una chapuza. Parece que todo el mundo sabía de la chapuza enorme Todo el mundo menos los pobres ilusos independentistas que la creyeron. Tras lo cual, el Anacleto ruso se esfumó y nunca más se supo. 

A uno, que es muy visual, le da por imaginarse las escenas vividas en el Palau y termino soltando lágrimas. Y aunque ya sabemos que los espías de hoy no son como el hombre que surgió del frío, no llevan gabardina y no reciben llamadas en cabinas de teléfono bajo la lluvia en un puerto cochambroso, no lo puedo evitar. 

Es imaginable: Puigdemont agazapado tras una cortina observa la entrada del ruso por el Patio de los Naranjos pero no ve nada. Solo le parece intuir una sombra que se desliza bajo los arcos. Luego se encuentra una nota en papel amarillo, aparecida misteriosamente encima de su mesa presidencial. Alguien que firma con una "S" le cita en los lavabos del segundo piso. Allí, por fin, en el segundo retrete, se entrevista con el enviado de Putin. El ruso le pregunta:

-¿Con cuantas tropas cuenta usted para blindar fronteras y repeler al ejército español?

-Buenu, mire usted, tengo algunos mozos de escuadra libres de servicio.

Ante la ceja levantada del ruso, el presidente regional añade:

-Y tengo al pueblo catalán, dispuesto a todo. Y a un superviviente de Terra Lliure muy agresivo.

El aspecto improvisado y rural de todo lo que sucedió durante aquel año entre las bambalinas, con políticos jugando a héroes salvapatrias, conspiradores de pacotilla y bravuconadas varias nos permite intuir la calidad de la república prometida. Uno llega a la conclusión de que los políticos catalanes se olvidaron de sus funciones (gestionar lo público lo mejor posible y para el bien común) y dedicaron sus horas a jueguecitos patrióticos entre sombras, gintonics y declaraciones solemnes. Pero todo ello con un aire cutre. Solo así se comprende la visita del misterioso Sergei, recibido por las autoridades con la solemnidad debida al legítimo representante de la Gran Rusia.

A día de hoy, y con las andanzas de Putin en Ucrania, lo de Sergei adquiere un tinte macabro por detrás de lo cómico, que es insoslayable. Jamás sabremos nada de Sergei, ni de sus intenciones ni identidad, solo podemos afirmar que la Generalitat del 2017 fue un auténtico teatrillo de despropósitos y bodrios, cuyos detalles se van conociendo poco a poco, para pavor de la sufrida ciudadanía que corrió con los gastos.

Me sabe mal no haber aprovechado la ocasión para presentarme en el Palau como emisario de Corea del Norte, ofreciendo misiles Hwasong a buen precio. Previamente, me hubiese maquillado la cara de color amarillo, para aparentar un indudable coreano y teniendo en cuenta la predilección del gobierno local por ese color.

12 de maig 2022

POESÍA EN EL BALCÓN

Hasta hace un par de años, mi vecino más perseverante renovaba cada tres meses su bandera estrellada. Impasible el ademán. De satén, reluciente y cara al sol. Instaló un mástil de dos metros en su barandilla, atado y bien atado con sogas y cinta americana de plata. Ahora su bandera languidece y ya no se renueva. Poco a poco irá palideciendo su fuego: el amarillo será blanco marfil y el rojo, rosa sucio. Hay algo antropológico en el relicario del independentismo.

Sin embargo, aparecen a veces unas pequeñas pancartas con versículos. El que me gusta más es "Vam votar, Vam guanyar" (Votamos, Ganamos). Es escueto y lacónico, como la buena poesía. Y está bien que los vecinos compartamos su buen gusto por la literatura. Creo que el autor de ese poema sintético se llama "Som República", puesto que esas palabras aparecen al pie del texto. Digo yo que será el pseudónimo de una pluma de las letras universales que desconozco, ignorante de mi: nunca he sido mucho de poesías.

Lamento, eso sí, el aspecto ruinoso y ajado de ese balcón, el más majestuoso de la calle, el del vecino con la mejor finca. El descuido en esos colgajos harapientos afea mucho la mejor fachada de Amadeo de Savoya, que es nombre de la vía. Una pena. La colección de harapos le haría suponer a más de un transeúnte que allí vive un buhonero, quizás un pobre hombre muy aquejado del síndrome de Diógenes, como la vieja de los gatos de los Simpson.

El sol de ese verano que se avecina infligirá grandes daños a su colección de reliquias de unos tiempos en los que el vecino más afortunado de la calle soñaba con implementar una república maravillosa. Cuando llegue septiembre, incluso su bella poesía será un borrón ilegible estampado en un viejo pañuelo acartonado, incapaz de absorber más lágrimas por el país de las delicias que pudo haber sido y no fue.

Ese pedazo de tela vetusta, despojada de la poesía que lo adornaba, parecerá un estandarte caído de uno de los primeros círculos del infierno: el de los poetas nacionalistas.


10 de maig 2022

LÁGRIMAS POR LA PATRIA

"Post festum pestum", decían los antiguos latinos. Una expresión que se puede traducir por "después del jolgorio viene el crujir de dientes". Eso es lo que parece que sucede en el extraño aparato de colocación de cargos y carguitos llamado "Junts per Catalunya". 

La semana pasada vimos lágrimas de despedida en la señora Elsa Artadi, la upperdiagonal más exquisita de la política nacionalista de por acá. Esas lágrimas en las despedidas, tan frecuentes y cómicas en los deportistas, le enternecen el corazón a cualquiera. Los deportistas que se retiran suelen llorar cuando hay cámaras que les inmortalicen en el llanto: les habíamos visto siempre en actitudes viriles, agresivas y guerreras hasta que, llegado el momento del retiro, nos regalan su rostro humanizado por el brillo de la lágrima. La lágrima plateada en la mejilla del guerrero del deporte debe de impresionar más que en el rostro ajado del minero que se jubila.

Es raro que el señor Puigdemont anuncie que se retira de la carrera por presidir su extraño partido y es más raro todavía que la señora Artadi anuncie, entre sollozos, que ya no puede más en la política. Más de uno habrá pensado: ¿esas retiradas tendrán algo que ver con las escuchas telefónicas del CNI? Aunque eso del CNI suene un poco a Mortadelo y Filemón, agencia de información, lo cierto es que cabe hacerse la pregunta. Además de sus triquiñuelas independentistas ¿qué más debieron escuchar los agentes que escuchaban?

Lo que sí sabemos es que Junts x Catalunya es un nido de víboras. Y no ha terminado aquí, ya que el extraño pacto entre figuras del neoliberalismo de tercera fila como Turull (el extraño gemelo de Rull) y Borràs tiene muy mal aspecto y se vislumbra la tormenta. Y la tormenta estallará de lleno en cuanto haya elecciones y Junts x Cat descubra que sigue su caída: el partido que el sátrapa de General Mitre llevó al estrellato se hunde entre sopapos internos. Por no hablar de la más que probable condena a la señora Borràs, no por independentista si no por mangante -que quede bien claro.

Tras la más que probable inhabilitación de Borràs vendrás los bofetones, el crujir de dientes y las dentelladas. Y más lágrimas.

Lágrimas por la patria. Por supuesto.

4 de maig 2022

FATIMA NO ESTÁ

Sucedió tal como suceden los fenómenos naturales. Me encontré con Fátima, que andaba con un brillo de soledad y rabia en los ojos, cuando menos me lo esperaba. Nuestra relación siempre fue accidental y tensa. Por eso intuí que me hallaba ante un fenómeno extraordinario cuando me dijo: tengo que hablar contigo.

Y luego:

-Hace dos semanas cumplí los 18. Ayer me marché de casa. Hoy dormiré en casa de una amiga, luego ya veremos, igual en una casa de acogida del ayuntamiento.

Toda la sangre de la juventud está en esas palabras que suelta con seguridad, incluso con aplomo. Ha aprendido a no llorar. Quizás volverá a llorar más adelante, cuando pueda. Está toda la energía de las personas supervivientes en sus manos, que se mueven con nervio pero sin prisas. Jamás había visto a Fátima tan segura de si misma y de sus decisiones. El incendio está controlado, pero todavía llamea.

-Estoy harta, no puedo más. Mis padres se piensan que vivimos en Marruecos. Me dicen: fumar de es putas, salir con amigos es de putas. Mi madre me dice que no quiere una hija sucia y me escupe a la cara. Me dice: aquí no queremos españolas y tu pareces una española. Ahora hace un tiempo que no me pegan, pero antes me pegaban por nada, por cosas muy pequeñas. Ellos nacieron en Marruecos, pero yo he nacido aquí y soy de aquí.

Hay ocasiones en las que, como se pueden suponer, uno siente ganas de aplaudir al terminar de escuchar un relato. Pero la verdad es que yo me quedo unos segundos sin habla y no hay aplausos. Me doy cuenta de que necesito respirar, pensar, hacer conscientes la emociones. Podría hacerla recapacitar quizás, lo dudo, o podría recordarle que la vida será muy difícil a partir de ahora. Pero me callo: ¿qué derecho tengo a proyectarle mis miedos? ¿Acaso yo no hubiese hecho lo mismo?

Ella permanece callada por un momento. Breve. Miro su rostro, mucho más sereno que en ocasiones anteriores, cuando me desafiaba tras haberla liado en clase y haberse ganado una colección de partes por mal comportamiento. Fátima ha vivido en el infierno y, en realidad, celebro su insumisión, me alegra su rebeldía, su desfachatez, esa valentía casi inconsciente que solo existe a esa edad mítica. No recuerdo las ideas que se pasan por mi cerebro en ese instante. Hago cálculos, pienso en los servicios sociales, en los recursos públicos, en sus tiempos y su burocracia... Pero en mi corazón se levanta una alegría que estaba dormida. Fátima es el futuro de este país, y me alegro por el futuro y por el país.

No se crean ustedes nada cuando les cuenten que tenemos una juventud débil, enganchada a las pantallitas, ausente, despreocupada e irresponsable. No es cierto. No se crean ustedes nada cuando les vengan con las monsergas sobre la inmigración, sus índices y sus porcentajes y sus prejuicios, y mucho menos el rollo sobre el islamismo: las primeras en abandonar el Islam son ellas, hartas de una religión que solo les procura represión, velos, dolor y silencio. La boca de Fátima no fue concebida para estarse callada ante los designios de un profeta exhausto que vocifera en el desierto.

El mundo no cesa y se sigue edificando cada día, incluso en los barrios más desastrosos, en las casas más humildes, en los rincones más ocultos. Quizás es exactamente así: el mundo crece justamente ahí, y no en los palacetes ni en los chalés con piscina ni en los pisos de diseño. Como siempre.


3 de maig 2022

EL POLITÓLOGO


Uno a veces entra en el duermevela ante la pantalla. Debe ser cosa de la edad. Antes esa pantalla me mantenía en vilo, ahora me aburre y me ayuda a entrar en el paraíso de las sombras: hay ocasiones en las que incluso me duermo con Iker Jiménez.

Un personaje frecuente en la pantalla soporífera es el politólogo, especie que tiene las variantes diurna y nocturna. El diurno parece más joven, y aparece con el alba, y de vez en cuanto sorbe el líquido de una taza invariablemente opaca que podría contener café o ginebra (dicen que en las entrevistas a Vladimir Nabokov y a Marguerite Duras, sorbían efectivamente ginebra de su taza). El tertuliano nocturno nos inclina a sospechar que practica la estrategia Nabokov-Duras, puesto que divaga más y ofrece perogrulladas igual o peores que su pariente diurno pero con una languidez mórbida superior y va vestido con menos elegancia.

Con la cosa del "procés", los medios públicos catalanes se saciaron de tertulianos expertísimos en el asunto. Apareció uno que me parece bastante sorprendente, un tal Ramon Cotarelo, de currículum incierto y anécdotas algo vergonzosas, y de talante furibundo. Amén de vestuario y peinado muy dudosos. Creo que Cotarelo calibró mal las cosas y pensó que, del mismo modo que uno transita de político sin cargo a tertuliano, se podía transitar de tertuliano a político con cargo: el error de cálculo es evidente y por eso anda ahora el señor tan enfurruñado en tu twiter.

Los tertulianos tienen algo de pitonisa y de alcahueta, aunque con título de alguna universidad colgado con dos chinchetas. Pronostican, vaticinan, señalan los errores que cometen los demás y sobre todo, les juzgan. Es un pasatiempo tan divertido como inane y encima te pagan. Hay uno que dice ser filósofo, con un verbo antisistema de derechas duras que haría las delicias de Fernando Pessoa.

A mi me gustaría ser politólogo, que es una categoría algo más elevada que simple tertuliano de esos que tanto opinan sobre un crimen horrendo como sobre corrupción política, las subidas del Nilo, el incendio de Lisboa o la colonización de Marte.

Tanto es así que tengo preparada mi primera intervención en la TV pública (aunque no le haría ascos a la privada).

Diré que veo una simetría indiscutible entre Vox y Podemos: el uno es el reverso del otro y ambos un populismo simplón (por no hablar del estupendo papel de comadrona que le hizo el independentismo al parto de Vox). Los segundos intentan presentarse como universitarios, académicos e intelectuales y los primeros tabernarios, pueblerinos y cazurros. La complementariedad es asombrosa, les digo. Aunque hay algo que se debe destacar de Podemos: fueron algo torpes al sembrar, ya que es Vox quien ha pasado a cosechar: el discurso antisistema de Podemos dio su fruto más tarde, y se lo llevaron los de Santi -tal como le llama, con cariño y proximidad, Bertín Osborne. En realidad, la única aportación de Santi a la política es ese homoerotismo tan frecuentado por el fascismo desde sus principios italianos.

Bueno, yo creo que con esta carta de presentación a politólogo, las televisiones me llaman enseguida. Pueden encontrar mi dirección de correo con facilidad. Nos vemos pronto en las pantallas, mejor de noche.

1 de maig 2022

SUSTOS Y TERROR EN CATALUÑA

Me permitirán una confesión: siempre me ha gustado el cine de terror y le he dedicado horas incontables. La mayoría de las veces me he llevado decepciones por el poco miedo sufrido, por la debilidad de sus argumentos o por la torpeza de sus actores y actrices. Quizás busco algo que me asuste más que la vida y no lo encuentro.

Hace muchos años, cuando yo todavía no tenía 30, un amigo que me dijo: la mejor película de terror que he visto es "El ladrón de bicicletas". He tardado años en comprender cuánta razón llevaba aquel amigo, unos veinte años mayor que yo.

Unas semanas atrás vinieron a avisarme: hay una alumna que se ha tomado 15 comprimidos de Rivotril. Llamé a la ambulancia y mientras la esperaba me senté al lado de la chica, en las inhóspitas escaleras de mármol falso y bajo la luz de un fluorescente que amarillea. Intenté mantenerla despierta con preguntas y ella me contó escenas inconexas y, con frases maltrechas, me contó algo sobre el horror de su vida. Tiene 17 años y ha vivido mucho más terror que el de la película más angustiosa que ustedes hayan visto, ya sea cualquier entrega de Viernes 13, de Alien o de Insidious.

Al rato vi el reflejo de las luces de la ambulancia tras los cristales y salimos a su encuentro. Vinieron el chófer y la técnica sanitaria, una chica con velo que habló con la alumna y en poco segundos conectó con ella: la chica con el velo mostró una empatía envidiable y una profesionalidad apabullante. Unos minutos más tarde nos íbamos hacia el hospital. Vi como las luces del vehículo iluminaban las fachadas, y eso era algo como del cine, para mi, ya que siempre había visto las luces de las ambulancias des del punto de vista opuesto.

Para simplificar, digamos que el suceso terminó bien. O por lo menos sin consecuencias graves. La chica pudo regresar a su casa (aunque nadie de su familia vino a buscarle) y a la semana siguiente asistió a sus clases casi como si nada. A veces la veo y nos cruzamos por el pasillo. Nos saludamos con un ademán o con la mirada. Le he pedido a su tutora que me informe de cualquier novedad y ella siempre me cuenta que todo va bien.

Durante el viaje en la ambulancia le pregunté si era la primera vez que intentaba matarse y ella me miró con un sonrisa torcida: ya van muchas veces, respondió. A esa chica no le gustan las películas de terror, me digo: le gustan las de amor y las de baile y esas cosas, las de superhéroes y aventuras románticas.

Esta chica, por cierto, es una de las alumnas que solo hablan en castellano, aunque habla un inglés sorprendente y fluido y, cuando se lo exigen, un catalán tan lucido como el de un diputado de ERC. O mejor. Y escribe sin faltas de ortografía. Es posible que las autoridades la acusen, muy pronto, de cometer genocidio cultural y de ser una colonizadora despiadada.