29 de juny 2020

Kataluña über alles

Catalunya über alles! (2010) - Filmaffinity

Hace algunos años, un aprendiz de cineasta catalán realizó la cinta "Cataluña über alles", una burla del movimiento racista y supremacista impulsado en Vic por un sujeto más que turbio, Josep Anglada, promotor del partido Plataforma per Cataluña. Anglada terminó como un Saturno invertido, devorado por sus hijos (es decir, por los cachorros de su partido), pero por el camino logró un montón de votos, de concejales y de subvenciones. Cuando sus correligionarios descubrieron que el líder se había comprados dos coches Mercedes de gama alta a costa de los dineros del partido le montaron una encerrona y lo echaron a la calle. El engendro político desapareció en la bruma que enturbia la comarca de donde partió. A día de hoy nadie sabe nada de Anglada ni de la Plataforma per Catalunya que caricaturizó la cinta de un tal Ramon Térmens, protagonizada por el añorado Jordi Dauder y el olvidable Joel Joan, actor que es la versión catalana y triste de James Dean: guapetón, sobreactuado y pretencioso sin argumentos. Joel, como James, pensó que era algo pero no calibró bien la jugada. Joel, a diferencia de James, no era nada.

Volvamos a la cinta "Cataluña über alles". En aquella película, de 2010, se presenta a un movimiento ultranacionalista catalán que pretende salvar las raíces de la patria milenaria echando a los inmigrantes para mantener las esencias. Vista de nuevo, a día de hoy, sorprende que ni el director ni el guionista se diesen cuenta de lo que estaban haciendo: estaban incubando el huevo de la serpiente. La cinta sugería que el supremacismo catalán es cosa de una ultraderecha de tintes ridículos, tan pasada de vueltas como el Vox actual, tan grotesca y exagerada como el engendro inviable de Abascal y sus adláteres. Hay que andarse con cuidado cuando se hace burla de la ultraderecha más rancia. En Perpiñán acaba de suceder lo impensable: pocos meses después del showroom de Puigdemont, el candidato que fue amante de Marine Le Pen ha ganado las elecciones, y el candidato pancatalanista que avalaban Puigdemont y Torra se ha dado un porrazo tremendo. Ya lo saben, pues, Torra y Puigdemont: por el flanco de la ultraderecha les van a colar una goleada. Hablen ustedes de patrias, de esencias, de pitorrearse de la democracia y les van a dar de lo lindo y en el cogote. Cuando uno es burro y destapa la caja de Pandora debería saber lo que sucede luego. ¡Haber leído, narices!

Si Plataforma per Cataluña destapó la cajita de Pandorita que contaba que el supremacismo catalán podía obtener votos y luego los de Puigdemont usaron el mismo truco para sacar su tajada, deberían leer lo que les ha pasado en Perpiñán. El nacionalismo (o su hijo natural el independentismo) abren la puerta a la ultraderecha, y esa es su única función. Es su destino, como una maldición eficaz. A nadie sensato y cabal se le escapa que sin Puigdemont no hay Abascal, ni Monasterio ni Iván Espinosa de los Monteros. A nadie debería escapársele que despertar las emociones nacionalistas tiene consecuencias, y que esas consecuencias son muy graves. Nadie debería olvidar que lograr los valores de la ilustración nos costó Dios y ayuda, sangre y víctimas, y que nos costó siglos de sufrimiento que se puede joder en un un solo instante de pasión nacionalista.

Josep Anglada difiere dos milímetros de Joaquim Torra. Y este último otros dos milímetros de Santiago Abascal. Lo más cercano a un nacionalista catalán es un nacionalista español. Lo más cercano a un supremacista catalán es un supremacista de cualquier parte del mundo. Que Dios nos libre de las patrias y de los patriotas. De ellos solo cabe esperar guerra y muerte. Eso es el nacionalismo, de donde sea que lo sea: el nacionalismo es la muerte.

______
Enlazo el tráiler de "Cataluña über alles" para que juzguen el discurso torticero y tramposo de la cinta.

24 de juny 2020

Zafón ha muerto y Zanón está vivo


Sucedió como en "Ciudad de cristal", el inicio de la trilogía de Nueva York de Auster: alguien me llama y me dice: Zanón ha muerto. No, Zanón no ha muerto, le replico como saliendo de un sueño turbio. Por lo que yo sé, Carlos Zanón sigue entre los vivos y el que murió fue Carlos Ruiz Zafón, del que solo recuerdo unas frases escuetas, inscritas en unos monumentos pequeños, erigidos en rincones de la villa de Puigcerdà, rincones que por lo visto describió en alguna de sus novelas. Novelas que no he leído, lo digo sin confesarlo, puesto que no haber leído a Zafón no es ningún pecado, según mi código moral. Es mucho peor no haber leído a Vuillard o a Laurent Binet o a Carrère o a David Foster Wallace o a Patrick Deville. Todos vivos, como Zanón. Menos uno que está muerto, como Zafón.

De Zafón y de Zanón he leído unas veinte páginas. De cada uno, veinte. Al llegar a la encrucijada de las veinte cerré el libro y lo guardé. Ni lo quemé ni lo maldecí. Simplemente lo cerré y lo dispuse, de pie como un guerrero indio muerto, en el estante. Puede que me llegue el momento de su lectura algún día. Mientras siga vivo, como Zanón. Una vez muerto, como Zafón, no leeré.

Conocí "La sombra del viento" hace veinte años, en un bar de Mahón, capital de la islita de Menorca. No, no estaba haciendo el turista en Menorca: estaba trabajando. El bareto que visitaba dos o tres días a la semana tenía un camarero que, en los mediodías, leía este libro. Cuando le pregunté me dijo: bueno, no está mal. Pero no creo que te guste. Por supuesto lo pedí en la biblioteca de Mahón y leí sus primeras páginas poco después, solo para confirmar que la novela no me interesaba. Por aquellos días estaba leyendo "La virgen de los sicarios", la novela del colombiano Fernando Vallejo. La novela de Zafón no justificaba suspender la lectura del colombiano. Escribir correctamente, escribir bien y escribir con arte son tres categorías distintas y hay que transitar muchas décadas para comprender la diferencia entre ellas. Ni Zanón ni Zafón lograron la tercera, las cosas como sean. Ninguno de los dos es Stendhal, para entendernos. Ninguno de los dos es Bolaño. Nada más que decir.

Me gustaría reivindicar la obra de Zafón más que nada por el maltrato al que le han sometido los informativos de la Tv3, el canal que pagamos entre todos los sufridos ciudadanos de Cataluña: han reportado su muerte como la muerte de un barcelonés y luego como la muerte de un español. Ambas afirmaciones son correctas, pero a nadie se le escapa que la ladina Tv3 ha hecho lo posible por no llamarle catalán a Zafón. (Por cierto: Pilar Rahola también es una autora española). Zafón no puede acceder a catalán porque no escribió en catalán. Según Tv3, solo puede ser barcelonés o español.

No creo que deba justificar que no me gusten ni Zanón ni Zafón. El uno está muerto, como Marley, y el otro está vivo pero escribe las novelas que quizás soñó un muerto, que es Vázquez Montalbán (digo yo que Vázquez Montalbán tampoco debió de ser catalán según Tv3). En general, de todos modos, no suelo leer a mis contemporáneos. La lectura, para mi, es como la contemplación de la pintura: hay que ver primero a los de antes y, si da tiempo, ya llegaremos a los de ahora. Por cierto: en pintura no hace falta pasar más allá de Rembrandt, puesto que igual en Rembrandt se terminó el arte de la pintura. (La idea no es mía, es de un pintor noruego que quiere ser Rembrandt y hace bien).

En música me detendría en algún lugar que no soy capaz de precisar, pero no mucho más allá del Clave bien temperado de Bach. No escucho a compositores contemporáneos, salvando a muy pocos: entre ellos están Max Richter y Tom Yorke, entre otros escasos. De Tom Yorke me gustó lo que hizo en su etapa en Radiohead y por eso le sigo hasta hoy, cuando compone pequeñas maravillas como Atoms for peace o como Cymbal Rush. También me gustan cosas de Robert Fripp y de Adrian Belew, pero no me voy a extender en este campo.

Es difícil convivir con uno mismo y difícil convivir con los contemporáneos, pero es lo que hay y debemos atenernos a esto. Es mucho más difícil aceptar el pasado: el propio y el ajeno. Más que derribar estatuas, me gustaría borrar episodios de mi pasado, pero eso solo me será posible cuando sea como Zafón y no como Zanón, que sigue vivo.

22 de juny 2020

Podemos derribar estatuas


La primera vez que conocí a una estatua maligna lo hice gracias a Prosper Merimée, el autor de la novela breve "Carmen". En una narración de Merimée (La venus de Ille), la escultura clásica de una Afrodita es ultrajada por el joven, romanticón e incauto protagonista, de modo que la escultura adquiere un tipo primigenio y brutal de vida y procede a una venganza erótica y mortal. El desdichado muere abrazado por unos brazos (y unas piernas) de mármol. Las estatuas pueden ser malas. Creo que la literatura gótica y romántica exploró el tema en otros textos, y la maldad de la piedra antigua incluso aparece en Lovecraft ("La llamada de Chtulhu" y otros cuentos).

Hoy, los informativos nos muestran imágenes de multitudes abatiendo estatuas. A veces con un cierto sentido. Otras, sin discriminar mucho. Echar al suelo la imagen de Fray Junípero Serra, por ejemplo, proclama un cierto desconocimiento de la historia o quizás una necesidad visceral de reescribir el pasado a lo bruto y sin matices. Junípero, franciscano mallorquín, se enfrentó al virrey español de California y combatió los abusos del poder político, se opuso a la codicia infinita de los conquistadores y defendió a la población nativa. Aunque es cierto que procedió a la evangelización cristiana de los autóctonos con métodos que nos ponen los pelos de punta. A los hombres y mujeres del siglo XXI, por supuesto. En cierto sentido, Serra es una figura equiparable a otros frailes: al sevillano Bartolomé de las Casas y al ecijano Francisco Ximénez, que aprendió la lengua náhuatl para comunicarse mejor con los nativos y propuso puntos en común entre sus creencias y las que él profesaba.

Vistos a día de hoy, los tres frailes serían pacientes de la psiquiatría y Lacan hubiera podido escribir un tratado muy sesudo de cada uno de ellos. Sin embargo, eso no tiene sentido práctico: desde los frailes que viajaron al Nuevo Mundo al psicoanálisis hay 500 años de diferencia. Los valores de hace 500 años, los conocimientos, la filosofía y la ciencia no son los nuestros. Juzgar a aquellos hombres con lo que sabemos o pensamos hoy sería tanto como tratar de burro a Publio Cornelio Escipión por no haber atacado Numancia con una flota de bombarderos B-52.

Uno puede comprender, más o menos, los estallidos de la rabia colectiva en poblaciones víctimas de la segregación, empobrecidas y humilladas secularmente: que un grupo de indignados derriben la estatua de un general sudista, de un tipo que se hizo riquísimo con el tráfico de seres humanos, de un explotador sin manías. (Aún así, el ánimo se me encoje en la contemplación de las muestras de la furia). La iconoclastia parecía ser cosa de bárbaros, de la antigüedad, o de ideologías que, hasta la fecha, se nos presentaban como salvajes e impresentables de otras latitudes y de personas cooptadas por religiones violentas: la voladura de los budas de Bamiyan a manos de los talibanes se nos presentó como un hecho solo entendible dentro de un mundo tan bestia como el del islamismo radical, algo que solo sucede en lugares lejanos. Sin embargo, el malestar también sucede en occidente y en las democracias. Eso es una evidencia que se debe pensar.

Lo que a uno le resulta más difícil de comprender es que cargos políticos españoles, o diputados y diputadas con sueldos excelentes, propongan derribar esculturas: ahí están concejales de Barcelona o políticos de la Cup que, en vez de preocuparse por el bienestar de los más desfavorecidos -colectivo que aumenta a ojos vista- se preocupen por el derribo de estatuas. Pero no de todas las estatuas, por cierto: no dicen nada de la escultura de Güell (ni de las obras de Gaudí financiadas por Güell) y jamás del monumento a Francesc Cambó en la Vía Layetana (antes Vía Durruti). ¡Qué cosas!

20 de juny 2020

Hacia un bilingüismo laico en Cataluña

Jo parlo català (Yo hablo catalán) | Nihon mon amour - 日本 ...

Comprendo que el concepto de "bilingüismo laico" puede parecer raro. Con él me refiero a un modelo de bilingüismo despojado de las religiones que lo emponzoñan: hablo de un bilingüismo democrático y constitucional, libre de connotaciones nacionalistas y que responda a la realidad objetiva de Cataluña, región en la que conviven sin problemas (o lo hacían hasta hace poco) y desde hace varios siglos, cinco por lo menos, las dos lenguas. El catalán y el castellano no solo son dos lenguas propias de este territorio (la historia demuestra que ambas le son propias por igual) sino que, según la legislación, las dos son lenguas oficiales y eso las sitúa, por lo menos ante la ley, como lenguas simétricas y con los mismos derechos.

El bilingüismo debería tratarse como una fortaleza cultural de esa región, del mismo modo que, en un futuro no muy lejano, se podrá hablar de plurilingüismo: a medida en que en Cataluña se vayan hablando, transmitiendo y produciendo textos en muchas otras lenguas: desde el español latino al árabe, amén de muchas otras. Sin embargo, todas estas otras lenguas deberían encontrar un lugar proporcional en el marco institucional a su uso social y a su arraigo. Ya llegará el momento, si llega.

Es impresentable el trato marginal del castellano en la administración pública y sobre todo en la educación: segregando al castellano no solo se priva a la población del acceso a una de las principales lenguas y culturas del planeta (¡en plena globalización!) si no que se merma el futuro laboral de personas que mañana podrían trabajar en Sevilla, en Madrid o en Bilbao. Si España es un estado de Europa debe ser capaz de imponerse a las exigencias narcisistas y escleróticas de algunas de sus regiones. Lo que nos hace españoles a un catalán y a un murciano, a un balear y a un castellano es la Constitución que nos ampara: no hace falta reformar este texto, basta con cumplirlo empezando por el artículo que reza que todos somos iguales en derechos. No puede haber más derechos para el catalanohablante en Cataluña, ni menos para el castellanohablante en la misma región autonómica. Esta asimetría no tiene justificación democrática alguna y solo se explica en virtud de pactos estratégicos entre fuerzas políticas que deberían pactar dentro del marco legal.

El problema lingüístico en Cataluña no es otro que el problema creado por el nacionalismo y sus vicios ancestrales, pues más allá del supremacismo catalán de los nacionalistas de la región no hay razones objetivas ni científicas para superponer una lengua a otra. ¿Se deben proteger las lenguas minoritarias y decadentes? Por supuesto que sí: del mismo modo que se protege cualquier realidad minoritaria y extinguible. Pero del mismo modo que para proteger a la sardana no se prohíbe la jota, ni para conservar al trigo sarraceno se elimina el trigo duro, no es justificable conservar la lengua de un territorio mediante el ejercicio de prohibir otra que es tan propia como la anterior en el mismo territorio. Del conservacionismo al conservadurismo hay un palmo, y hay que distinguir la diferencia para no morir de estupidez, que es una forma muy triste de morir. Eso es un problema de educación, de educación democrática.

Prohibir o sancionar una lengua para salvar a otra es una estrategia estúpida y, sobretodo, dañina para la ciudadanía. Ir en contra de la realidad y del devenir es una estupidez. Creo que seremos capaces de afrontar el debate lingüístico en Cataluña en cuanto nos libremos de los contenidos nacionalistas que lo envenenan y lo pervierten.

Continuará.

18 de juny 2020

Berlanga contra la Plataforma per la Llengua

Plataforma per la llengua. l'ONG del català | Plataforma per la ...
(En alemán: Ein volk ein reich ein führer).

La España de hoy echa de menos a Ortega, a Unamuno, a Santiago Rusiñol, a Josep Pla, a Concepción Arenal, a María Zambrano, a Terenci Moix. Y a otros muchos. Entre los que más lamento yo está sin duda Luis García Berlanga, más conocido por Berlanga que por García (como le sucede a Rodríguez Zapatero).

¡Lo que contaría Berlanga del procés...! ¡Y del ecofeminismo, y del veganismo, y del lenguaje inclusivo, y de los derechos de las minorías oprimidas...! A veces, en el duermevela, se me aparecen escenas de "La escopeta catalana", de "Bienvenido Mr. Pujol" o de "Los jueves, independencia". La pérdida del cineasta es de veras muy trágica: su humor sarcástico, socarrón y humanista nos podría salvar de varias desgracias, la peor de las cuales es la nueva dictadura que se está imponiendo en la Europa democrática. Lo cuenta Michel Onfray en una entrevista demasiado breve: https://www.elinactual.com/p/blog-page_366.html

Como caigo en la cuenta de que Berlanga era valenciano, me pregunto qué nos diría del empeño quijotesco de mi admirada Plataforma per la Llengua, que de nuevo anda ofendida por una sentencia judicial. La Plataforma insiste en que existe una entidad ultramundana denominada "Països catalans", comunidad ficticia que comparte una sola lengua: la catalana. Por supuesto.

¡"Ein volk ein reich ein führer"! parece clamar la organización, privada -pero subvencionada. Ellos pretenden que solo haya una lengua. Y que ésta sola lengua sea la que hablen los retoños en los patios de las escuelas. Que el delirio totalitario no cese, gritan. El volk y el reich están claros. Y supongo que el führer sería Puigdemont: a Torra no se le aprecia madera de führer y andan escasos de figuras relevantes, a no ser que se admita como relevante a Rahola, Canadell o Serra, Mark. La obstinación de la Plataforma per la Llengua es inasequible al desaliento y no desaprovecha ninguna oportunidad para mostrar su inigualable capacidad para sentirse ofendida, maltratada u oprimida. El maltrato, la ofensa y la opresión son la verdadera identidad catalana, el núcleo del identitarismo.

La Plataforma vive en lo que, según Kant, sería el período pre-ilustrado, cuando la humanidad necesitaba de tutores porque el ser humano no era capaz de pensar por sí mismo ni existía el estado de derecho. Inmune e impermeable a la Ilustración, la Plataforma reside en un universo medieval que hinca la rodilla ante el protoimperio de Jaime I, origen mítico de esa pancatalanidad delirante: ¿la Plataforma solo expresa el complejo de inferioridad catalán que subyace en el procés y todos sus adláteres? Insultan a España por haber creado un imperio (imperiofobia), pero a la vez lamentan no haber creado su propio imperio (imperiofilia). Es un galimatías endiablado. Optan por ofenderse, que es la opción del débil, pero actúan como dominantes cuando vigilan lo que hablamos o escribimos los demás.

No necesitamos más Luz: necesitamos más psiquiatras. O más Berlanga. Prefiero a los Berlangas que a los psiquiatras: el humor cura muchos males y es más divertido.

17 de juny 2020

El giro "social" de la ANC


La Asamblea Nacional Catalana (versión nostrada de la Asociación Nacional del Rifle) ha iniciado un giro en su rumbo. En mi población se pusieron a confeccionar mascarillas de protección y a distribuirlas por los comercios afines al régimen. Con un donativo para la república del zumbado de Waterloo, por supuesto. Pero se debe admitir que, con esa acción, empezaron a crearse una imagen menos egoísta de la que nos ofrecieron. Incluso el ayuntamiento los incluyó en una lista de entidades solidarias, que ya les vale (al Ayuntamiento).

Leo por otro lado que la ANC ha entrado en diálogo con Cáritas Diocesana para colaborar en acciones concretas. Es decir: el giro hacia lo "social" está en su nueva hoja de ruta. Parece raro, cuando no paradójico, que quienes se han obcecado con la división, el malestar y la defensa de unos derechos inexistentes caigan en la cuenta de que en Cataluña hay pobreza y problemas que nada tienen que ver con su nacionalismo, su supremacismo, su mala leche. Problemas de los que siempre han evitado hablar por soslayo o porqué, en caso de apuro: "la independencia lo arreglará todo". Siempre, hasta hoy, habían presentado la independencia como la varita de Harry Potter. Hoy, de repente, admiten que Cataluña tiene serios problemas sociales.

He visto comentarios que tratan a la ANC, en virtud de este giro, como de una entidad perversa y ladina que pretende entrar en las redes de la solidaridad para dominarlas y contaminarlas con el discurso nacionalista. Del mismo modo que pretenden adueñarse o controlar otras tantas entidades: empezando por la Cámara del Comercio Catalana y siguiendo por cuantas instituciones u organizaciones se les pongan a tiro. No se puede descartar la maldad en una entidad de naturaleza maligna, por supuesto.

Sin embargo, y como el destino cruel dispuso que alquilasen un local debajo de mi piso, les veo cada día entrar y salir y escucho, aunque no lo quiera, sus conversaciones. Son gente mayor o muy mayor, personas que vivieron el franquismo y jamás hicieron nada contra él (salvo coleccionar estampitas de Montserrat, cantar el Virolai en la intimidad o comprar libros de Mercè Rodoreda -sin leerlos jamás: esos eran sus mayores actos de rebeldía). A esos adorables viejecitos y viejecitas les quedó una pulsión reprimida en sus cuerpecitos ahora menguantes: Franco murió en la cama y a ellos les fue aceptablemente bien con el franquismo: trabajaron, mantuvieron sus propiedades, vivieron a la sombrita agradable de Franco, que les libró de los rojos y los masones. Cuando llegó la ANC tuvieron la oportunidad de la redención y a ella se agarraron. Claro.

Ahora, cuando el procés periclita y se sume en la confusión y la niebla, cuando los puñales voladores no proceden de los jueces españoles si no de entre sus filas nacionalistas, cuando descubren que Puigdemont es un orate sin rumbo pero con chalé, quizás temen que su asidero redentor se disuelve en la nada, en esa nada enorme, en esa boca abierta que se podría tragar galaxias enteras de un solo bocado. Y es por eso que les ocurre buscar otros horizontes, otros motivos, otras causas. La gran noche llegará en breve: algunos de ellos lanzan los bostezos que anuncian el sueño eterno.

El otro día, un hombre y una mujer de más de 75 cerraban el local de la ANC a eso de las nueve y se contaban sus vidas endebles: mi madre todavía vive, dice él, y tiene más de 90. Mi vida consiste en cuidarla. Yo, viuda y sola, responde ella, solo tengo el aliciente de acudir al local nacionalista. Así se liga más allá de los 70 en la Cataluña catalana. Incluso se recurre a la pena para despertar la empatía del otro bajo la banderita estelada que preside sus tardes. El procés seguirá varado en una playa eterna y triste, no nos libraremos jamás de él. Pero sus soldaditos tristes sabrán encontrar la forma de seguir agarrados a algo, a algo quizás mejor que cortar la Meridiana por las tardes, justo después de merendarse un café con leche y unos Manolitos y poco antes de tomar la Dormidina. Un simulacro de vida cuando la vida solo es simulación: a la redención por la patria.

Si no fuese porqué no olvidaré el daño que le han infligido a Cataluña, creo que a veces sentiría pena por ellos.

15 de juny 2020

El desbarajuste republicano según Ferran Planes

A mi amigo José Ramón Martínez Cordero, que me hizo descubrir el libro

Ferran Planes fue soldado republicano y al término de la guerra se exilió en el Sur de Francia. Su relato es el relato humano, próximo, directo y sin tapujos. Superviviente con una mirada lúcida, narró el episodio republicano, guerrero y del exilio con una literatura próxima a la novela picaresca. Su libro nos ayuda a comprender la verdad (o a vislumbrar lo verdadero), desmonta el relato que presenta una guerra de buenos contra malos y nos propone una reflexión sobre España que es siempre necesaria. Junto a la obra de Manuel Chaves Nogales "A sangre y fuego" me parece lo mejor que se ha escrito sobre el asunto. El libro se editó por primera vez pero censurado ampliamente por la intelectualidad catalana, que no veía con buenos ojos un relato crítico con la república y con Lluís Companys. Hoy, gracias a Libros del Asteroide, lo podemos leer completo.




Antes del video que ustedes han visto grabé otro, pero hubo un error técnico que abortó su grabación. Si alguno de ustedes tiene tesón y paciencia quizás quiera verlo, yo lo dejo aquí, nunca se sabe. A mi me parece mejor la versión fallida que la buena, son cosas que pasan. Ojalá uno pudiese vivir dos veces, aunque me temo que la segunda vida no sería mejor que la primera y por eso prefiero vivir una sola vez y luego nada, una eternidad de nada igual que la eternidad de nada que hubo antes de nacer.

14 de juny 2020

Èsù

Yoruba Esu Shrine Figure, Nigeria (With images) | African art ...

Èsù nació en África, era yoruba, viajó a América en un barco esclavista y parece ser que murió, de viejo, en Haití. Fue un niño malvado en Cuba y un joven seductor en Brasil amén de otras cosas y en otras partes del Nuevo Mundo. Promovió el vudú, las religiones animistas, el sincretismo y otras maldades. Los americanos de Hollywood hicieron algunas películas a costa de Èsù. Recuerdo haber visto tres: "La serpiente y el arco iris", con Bill Pullman, "The Believers" con Martin Sheen y "Angel Heart", con De Niro y el malogrado Mickey Rourke cuando todavía era guapo pero ya se le adivinaba la maldición que le tenía visto. Sé cómo te llamas y donde vives, me llamo Èsù.

Un bisabuelo de Artur Mas, marinero, se dedicó al tráfico de esclavos y se hizo rico con el negocio. Es el ancestro del cual el expresidente guarda el timón de su barco que usa como metáfora de su labor como presidente de los catalanes. Una buena metáfora, Artur: el timón de un esclavista es tu mejor elección como político, sin duda alguna. A lo mejor fue tu bisabuelo, El Pigat de Vilassar, quién trasladó a Èsù desde África hasta las costas americanas. El Pigat de Vilassar cobró la faena y se volvió para el Maresme sin saber que había trasladado el mal. Sin saber que su tráfico era indigno, inmoral y rastrero.

Pero no se puede juzgar a los hombres del siglo XVIII con los valores del siglo XXI, es cierto, pero en el siglo XVIII ya había voces que clamaban contra el tráfico de personas y eso no se puede soslayar. Hay mucha literatura, mucha bibliografía. Aunque en esa Cataluña ignorante y siempre poco leída es posible que no lo supieran: Cataluña y la ignorancia supina son sinónimos. Está sobradamente documentado lo que dijeron en el XVIII, de modo que el bisabuelo de Artur Mas era, indefectiblemente, una mala persona. Pero estoy seguro de que El Pigat de Vilassar fue un buen marido y un buen padre. ¡Juzgar es imposible!

Ahora bien: ¿Artur Mas debe pagar por lo mala persona que fue su bisabuelo? Sin duda que no, eso no tiene sentido. Mas es culpable de muchas tropelías, y responsable de la degradación de la Cataluña de hoy, pero no debe pagar por lo que hizo su bisabuelo. La memoria histórica es falaz y tramposa, hay que andarse con cuidado. Los mismos que aplaudieron el derribo de la estatua del Marqués de Comillas aplauden la obra y la figura de Mossèn Jacint Verdaguer sin comprender que el poeta catalán no hubiese existido sin el mecenazgo del esclavista y fundador de la Compañía Trasmediterránea. Es posible que muchos admiradores de Verdaguer no se hayan leído su mejor obra (escrita en prosa y no en verso): "En defensa pròpia", el texto más espeluznante escrito jamás en lengua catalana.

Èsù también está en los textos más oscuros de Verdaguer, en los textos sobre el espiritismo y los endemoniados. Parece que los viajes a ultramar del clérigo poeta con el Marqués esclavista no fueron en vano: la Cataluña burguesa fue la Cataluña esclavista en cuánto el rey de España se lo permitió: no desaprovecharon el regalo del rey español. El permiso para traficar con hombres y mujeres. La historia catalana es jodida y rocambolesca, retorcida, amarga. Venimos de una oscuridad insondable, el pasado es el infierno y por eso no deberíamos añorarlo: los románticos son muy tontos. Pero cada uno sabrá que se hace y lo que se cuece. Èsù está aquí por eso. Hoy muchos catalanes creen que sus males se los trajeron los andaluces y los murcianos. Desgraciados.

12 de juny 2020

El arte de la seducción en Cataluña


A Andreu Barnils, periodista de Vilaweb

A cualquiera que le pregunten, dirá que "seducir" significa atraer, convencer. Y hay más sinónimos: cautivar, encandilar, fascinar, entusiasmar. En Cataluña, sin embargo, parece que la seducción toma caminos más oscuros y deriva hacia un concepto gótico, romántico tenebroso.

En Cataluña, la facción independentista habló de ampliar su base social (electoral) mediante la seducción. Conscientes de que siempre serán minoría, los independentistas saben que deben seducirnos a quienes no somos independentistas. Aunque a veces, quizás por la tremenda frustración que viven, optan por los antónimos de la seducción que son, según la RAE: engañar, tentar, arrastrar, corromper, abusar, sobornar, inducir, embaucar. 

Pocos días atrás, Andreu Barnils, "periodista" de la cosa nacional catalana contó sin manías que la mayoría sociológica independentista catalana está a la vuelta de la esquina por consecuencia natural del envejecimiento de la población catalana unionista. Los unionistas se irán muriendo, dijo. La opción del periodista (de Vilaweb, por supuesto) no es muy seductora y además contiene un error de apreciación indigno en un periodista: la militancia de la ANC es visiblemente senecta, pero vamos a soslayar este extremo, que es penoso y de muy mal gusto. La demografía nos mata a todos, Barnils, eres muy burro y además, te guste o no, ya no eres joven: la vida iba en serio.

La opción del periodista nacionalista es la muerte del enemigo. Eso también se puede llamar "solución final", ¿no?. Sus partidarios podrían espetarle: ¿para qué esperar tanto?. La muerte del enemigo se puede acelerar, y solo hace falta echarle la mirada a la Alemania de 1940 para obtener bellos ejemplos de aceleración. Aunque hay más ejemplos, siempre escalofriantes, y algunos más cercanos en el tiempo. Algunos de los cuales quedaron impunes por cierto, como el genocidio de Krajina a cargo de la milicia nacionalista croata, milicia que debe seducir a los independentistas catalanes más calenturientos.

La seducción también afecta al apartado lingüístico: en Cataluña hay una evidencia que pone de los nervios al Grupo Koiné y a la Plataforma per la Llengua. El uso del idioma catalán retrocede a ojos vista. Para combatir la naturaleza promueven leyes, decretos, vigilancias y sanciones. Pero el idioma catalán no seduce. No solo se alejan de él los ciudadanos procedentes de otras partes del mundo que han caído en Cataluña sino que incluso hay disidentes, nacidos catalanohablantes que prefieren la lengua española por su mayor eficacia comunicativa. Entre otras razones que podemos comentar.

La lengua catalana fracasó en todos los frentes, y eso es una evidencia que debería promover la reflexión. Tras tres décadas de imposición en la escuela pública su uso sigue en caída libre hacia la nada. Su literatura, anémica y endeble, aparece cada vez más extinta cuando no más ridícula: Pompeu Fabra (y otros: Grupo Koiné, Plataforma per la Llengua, IEC, etc) le asestaron un golpe mortal a una producción literaria sin horizonte y sin futuro. Varias décadas sin ni una sola obra remarcable escrita en catalán deberían estimular la reflexión en vez del onanismo melancólico o a la nostalgia rabiosa y embravecida que vemos. La filiación política de los escritores en catalán al nacionalismo (¿la sumisión genuflexa?) ha sido la estocada definitiva ¿o no se dan cuenta?.

Solo se me ocurre decirles a los escritores nacionalistas lo que le dijeron Buñuel, Lorca y Dalí a Juan Ramón Jiménez (aunque por razones muy otras): "¡Burros, burros, más que burros!".

10 de juny 2020

Homer Simpson en Ripoll

T'ajudem. Llengua catalana

Tras observar, vigilar y castigar a los niños que hablan castellano en el patio de la escuela, la Plataforma per la Llengua arremete ahora contra Homer Simpson por el mismo motivo. Nadie escapa al ojo atento de nuestros guerreros de la lengua, ni tan siquiera los personajes de ficción. Ya se sabe que la ficción obra un poderoso influjo sobre la realidad y nuestros vigías de occidente lo saben. Se habla mucho de la Plataforma per la Llengua y del Grupo Koiné. Aunque la primera está sufragada con generosa alegría por parte de las instituciones regionales (del segundo lo desconozco), se habla menos de un organismo oficial, con cargo a los presupuestos y dotación de medios, humanos y materiales: se trata de la Oficina de garantías lingüísticas (OGL). Cabe decir que a esta oficina pública le salieron dos hermanos, uno en Baleares y el otro en la Comunidad Valenciana. De nuevo con la ficción nos topamos: en este caso nuestra vieja ficción de los Países Catalanes, el sueño expansionista del nacionalismo.

Cuando uno entra en la web de la OGL, enlazada aquí, lo primero que descubre es que el objetivo de dicho chiringuito es la preservación de la lengua catalana -aunque se menciona también al aranés, esa reliquia que solo se habla en la ficción-. No se trata pues de defender los derechos de las personas si no los de la patria. La Generalitat catalana cae en el mismo error una y otra vez. De nada les sirve que se les cuente del derecho y del revés que los territorios no tienen derechos, que de eso solo tienen los ciudadanos. El asunto es grave: tanto, que el señor Torra está convencido de que la Generalitat incluso tiene derecho a la libertad de expresión y ni tan solo las explicaciones elocuentes de los juristas le permiten salir del error.

Pero tras repasar la web de la OGL, uno comprueba, pasmado, que se induce a la delación. "Si usted cree que sus derechos lingüísticos como consumidor han sido vulnerados...". En palabras llanas: usted puede denunciar a un establecimiento por haberle atendido en castellano. Eso debe de ser tremendo, digo yo. Lo que oyen: si a usted le atienden en la lengua oficial de España dentro del territorio español, usted puede denunciarlo. ¿Se imagina usted que le obliguen a hablar francés en la bella localidad de Rennes, en la Bretaña francesa, y que el estado francés ponga a su disposición una oficina para denunciar tamaña tropelía? Alguien le pondría el adjetivo "kafkiano" a la situación, pero a mi más bien me remite a Homer Simpson.

Llevo unos día dándole vueltas al asunto y se me ha ocurrido dirigirme a la OGL aduciendo que fui obligado a hablar en catalán en una tienda de barrio, en la que el dueño me dijo que no comprendía el castellano. También puedo simular ser este alumno al que le obligan a presentar sus trabajos de tecnología en catalán. Y se me ocurren más ejemplos. ¿Deberé escribir un prólogo a mi queja sobre la igualdad de derechos de los ciudadanos? ¿Qué respuesta creen ustedes que me darán?

8 de juny 2020

García Oliver y la Cup

Juan García Oliver, nacido en Reus y muerto en el exilio mexicano en 1980, fué la máxima referencia del anarcosindicalismo revolucionario de los años 20 y 30 del siglo pasado (junto a Buenaventura Durruti). En el exilio escribió su única obra, un volumen de memorias que tiene más de 900 páginas y que ofrece una cantidad apabullante de información sobre la España de aquéllos tiempos, por fortuna lejanos pero que, a veces, parece que se emperran por repetirse, como se repite el ajo.



Para formarse una idea más completa de quién fue Juan García Oliver les enlazo aquí la grabación de un discursos que pronunció en 1937, con tan solo 36 años de vida.


4 de juny 2020

¿Se ensaya un crimen en Cataluña?

El título de la película original: ENSAYO DE UN CRIMEN. Título en ...

Cuando alguien publica ocurrencias como: "los españoles parecen bestias", "España nos roba" -y luego le añade "España nos mata", "los españoles son colonos" y "estamos oprimidos por un estado fascista/franquista" (por poner solo unos ejemplos), abre una puerta. Le abre una puerta a alguien o a algo, pero no sabe quién o qué cosa cruzará esta puerta.

O quizás sí lo sabe, quizás intuye algo, quizás responde a un deseo de algo que no formula. Pero le importa poco o le quita importancia y juega a sentirse inocente, cuando no ingenuo como un niño travieso que comete travesuras para divertirse, sin mala intención. El coqueteo con el mal es visto como un signo de puerilidad inane cuando se da en adultos, un juego banal. Yo no hice nada, señor Juez, todo era simbólico y nada más. Nada. O casi nada. Quizás cree que sus palabras -repetición de los eslóganes de otros, en realidad-, no tendrán consecuencias en el mundo real: al fin y al cabo la mayor parte de esas expresiones bárbaras se pronuncian en el mundo virtual y ese canal parece restarle gravedad al asunto.

Algunas de las expresiones antes citadas proceden, en origen, de personas con responsabilidad en la cosa pública, personas que ostentan cargos cuya nómina está a cargo del presupuesto público. Deben olvidar que su salario procede en parte de Barcelona, en parte de Manlleu y en parte de Extremadura, de Murcia o de Madrid.

Pocos días atrás me contaron que la directora de un centro escolar de la villa de T. afirmó ser funcionaria de Cataluña y negaba serlo de España. Lo afirmaba y lo sostenía. Esta persona consiguió un título universitario y aprobó unas oposiciones antes de ostentar un cargo directivo. Obtuvo todo eso sin saber nada. Sin embargo, hace apenas unos días descubrió por fin, ante las evidencias que le presentaron, que su nombramiento como funcionaria, así como su sueldo, procedían de España. Por lo que me cuentan el descubrimiento la dejó traspuesta durante unos instantes, como cuando a alguien le cuentan que su padre no es su padre, o que fue adoptado a los pocos meses de vida: ¿toda mi vida ha sido una mentira? parece que se pregunta durante su tránsito por el pasmo ante la revelación.

Sin embargo, esa misma persona afirma y sostiene que los catalanes vivimos oprimidos, y que solo la independencia por la vía autoritaria nos libraría de esa opresión. (Y nos metería en otra, por supuesto). Lo afirma una persona a quién España le paga un sueldo de cargo directivo. Quizás no sea un sueldo despampanante, pero tampoco es desdeñable y además entre sus atribuciones está la posibilidad de rescindirles el contrato o renovárselo a las personas que están bajo su mandato. Eso no es moco de pavo. Y nadie sabe si esa persona sigue creyendo que España nos roba, nos mata, o que los catalanes estamos colonizados por hordas de charnegos que invadieron Cataluña con la secreta misión de joder el idioma y la cultura (un idioma y una cultura que los propios catalanes habían destruído y se habían empleado a fondo en ello). Quizás cree que los charnegos colonos e invasores se irán como por arte de magia. En caso contrario, puede pensar en las soluciones últimas, en esas soluciones finales que no se pronuncian jamás pero que flotan ahí, suaves y ligeras, insinuadas como una invitación erótica en una tarde de primavera, casi como sin querer.

Algunos se han ido ya, los más listos. Otros deseamos marcharnos en cuánto las circunstancias sean más favorables o la situación más insoportable, y pensamos cada día en ello.

Puede que sí, que en Cataluña se esté ensayando un crimen más allá del crimen que ya se ha cometido bajo la apariencia de un chiste, de una ocurrencia, de un tuit.

Cúidate, España, y ampáranos de quienes pretenden cometer un crimen con cargo a tu presupuesto.


3 de juny 2020

¿Escribir bien o escribir en catalán?

Hoy les hablo del poeta y ensayista Pere Gimferrer, referente de la literatura catalana de alto nivel. Poeta exquisito, quizás algo difícil, erudito, intelectual. A propósito de Gimferrer les cuento algo sobre la decadencia de la literatura catalana, emponzoñada por el nacionalismo. ¿Estamos a tiempo de salvarla? ¿Cuándo se jodió la literatura catalana?.