27 de març 2013

Realidad aumentada


El copyright de la canción pertenece a Maíta vende cá, expresión caló que no traduciré

Ensayo previo:



Una rapsodia catalana

La vida avanza a pesar de todo, camina, tropieza. O revienta. A mediados de marzo de 2013, el azar (es decir, la vida) me mandó a trabajar unos meses a un centro de atención educativa preferente (caep). Esto de Caep es un bonito e institucional eufemismo cocinado en un despacho para designar a las escuelas cuyo alumnado tiene características especiales. Así lo expreso yo con un eufemismo propio.

Vamos a dejarnos de eufemismos. El barrio de Can Puiggener de Sabadell es un barrio periférico  de casitas barraquiles, chatarreros, miseria y rumbas. La Cataluña de la que no se habla en las hojas de ruta soberanistas. O puta miseria, por llamarlo de una forma más comprensible, sin antífrasis. Es un barrio de callejuelas torcidas, casitas a medio alzar o a medio derribar, es imposible decidirlo a ojo. En una esquina tres gitanos empujan un Renault Mégane seminuevo con sólo tres ruedas y el capó calcinado por un fuego divino. Al lado, en la puerta del bar El Torero, cuatro viejos apuran su carajillo como si fuese lo último que van a apurar.

No pude evitar meterme en El Torero en uno de mis primeros días de trabajar en Can Puiggener. Antes de las nueve de la mañana la vida hervía entre sus paredes desconchadas y amarillentas. El aire estaba embarazado de aceite requemado, sobaco, perfume barato, camiseta vieja, calzoncillo reaprovechado. El aire estaba vivo y coleaba con furia quemadora.

La vida hierve allí como en el caldo primigenio. Y las paredes no sólo muestran desconches sinó retratos del Camarón, carteles de El Juli, José Tomás, Jesús Janeiro, Manuel Díaz. Visto des de la barra, Camarón está vivo. Vivo sin adverbios. No hay lugar para la muerte ni el olvido, el lugar está ocupado.

En Can Puiggener la vida no se acojona por la crisis de los bancos, la falta de credibilidad de la clase política o los recortes en sueldos de los burócratas. En Can Puiggener las parejas follan y las madres paren niños y niñas, lanzados a la vida como nubes vigorosas surcando el cielo. Los cónyuges se son infieles y las madres paren de nuevo. A veces hay sangre y pinchazos, navajita plateá. La vida gime de placer, de dolor, de rabia, de placer otra vez. La vida gime, ruge, maúlla. Araña, hiere, chupa, escupe. Y luego acaricia, lame heridas, da besos y consuelo. Quién sólo tiene la vida sabe lo que vale, no la juzga. Baila la vida.

Creo que es el trabajo más duro que he desempeñado en la vida. Quería escribir la palabra vida de una puñetera vez al lado de la palabra trabajo y al lado de desempeñar.

Espero que me perdonen. Va por ustedes.

25 de març 2013

Júlia Costa


Mañanita del día 25 de marzo, en Barcelona, barrio del Poble Sec. Hoy he realizado la primera entrevista en mi nuevo blog dedicado a entrevistar a personas que me interesan.

24 de març 2013

Hoja dominical


El señor Spejbel se ha levantado con las primeras luces, tenues y grisáceas. El señor Spejbel nació en Chequia, en la Chequia ocupada por el Reich. El cielo sobre la Praga enjaulada amaneció nublado y triste. Una tristeza de miles de generaciones se abate sobre él.

Mi abuela aprendió a leer y a escribir ya de muy mayor, porqué en la escuela de Muro de Salem sólo le enseñaron a coser y a rezar. Yo tendría que decir lo que ella no pudo. Debería poder hacerlo. Aprender a hacerlo.

Vengo de generaciones ágrafas y analfabetas. Debería dar la voz a todas estas mujeres que me precedieron en un infinito relevo de vientres que parieron hijos. Una cadena infinita de coitos embarazos y partos. Esperando, siempre esperando al hijo al nieto al bisnieto que escribirá nuestra historia y nos dará una voz. Yo debería ser la voz de la abuela que no la tenía.


22 de març 2013

Narciso 2.0



Ahogarse en su propio reflejo de agua no es la única acción que hizo el héroe mitológico. Sin embargo, a Narciso se le recuerda precisamente por esta proeza. Muchas veces he temido que las cosas escritas en este blog sean mi reflejo acuoso. Aquí he contado demasiadas cosas, y la tentación de borrar algunas se me pasa por la cabeza. No sé si aquel Narciso griego suspiró alguna vez ya casi al final, si no pensó en vaciar el estanque, volver a casa e intentar llevar una vida normal.


[Este es uno de los videos que me gustan de todos los que he dejado aquí. Entre otros motivos me gusta porqué contiene dos errores flagrantes: el primero es la pronunciación incorrecta de Besan, que debe pronunciarse /bazan/. El segundo es la apreciación incorrecta del significado de la ropa tendida: en los pueblos de la alta montaña del Pallars, la ropa tendida no indica que la casa esté habitada, si no que sólo expresa el intento de su propietario por reivindicarse y simular la vida en la casa, evitando así la entrada de los ocupantes ilícitos.]

Bueno, creo que no voy a borrar nada y me limito a contemplar, des de la playa, como el barco surca el mar con las velas extendidas, alas de hilo y fragilidad. Navega a la deriva, pero a veces esa deriva toma el aspecto de un destino, de una dirección. Nadie sabe adónde va, pero parece que va hacia alguna parte (quizás porque es imposible ir a ninguna parte). A veces dirías que se dirige al amor, a veces hacia la paz. Aunque a veces parece que busque bronca o que, enfebrecido y angustiado, busque más fiebre y más angustia.

Kazantzakis dice que la mayor tentación de cualquier hombre es querer ser un hombre normal, y que Jesucristo evitó caer en ella. Jesucristo y algunos más, le objetaría yo, tentado de hacer una lista muy extensa de personas que evitaron la normalidad.

La verdad es que llevo una vida normal y que en esta normalidad están la a, la o, la m, la n y lade aburrimiento. Para escribir hay que vivir o haber vivido, así como también tiene que haber aburrimiento, lecturas, sopor y algo de dolor. El blog y sus textos y sus vídeos son el espejismo de lo otro y del otro que siempre me acompaña, el que no quiere ser normal. No, no voy a borrar nada y así tengo un espejo de agua en donde asomarme a veces como un Narciso 2.0: cobarde y tramposo, agarrado con prudencia de beata a la barandilla de lo virtual. Admiro y envidio (casi con rabia de impotente) a quienes escriben en su blog sin fingir ni crear personajes. A quienes no necesitan la argucia del relato porqué son voces que se relatan a sí mismas. Les envidio, les admiro y les amo. Les amo rabiosamente, eso es lo que quería decir.


Notas:
El video que encabeza este texto está ahí por puro narcisismo o por coquetería de cuarentón. Creo que es el vídeo que más me gusta de los que he colgado, porqué ahí me resulto interesante a mi mismo.

Punto final, intro. Y ahora me marcho a la cocina: me prepararé una tortilla con un poco de queso fundido, y la meteré dentro del pan que le acabo de comprar al tendero paquistaní de la esquina. Alea iacta est.

18 de març 2013

Actos 2 y 3



Justo antes de escribir este epitafio al blog, en donde sigo resumiendo su historia, pasé dos días en el Coll de l'Alba. Contemplando el enorme paisaje que el viento acaricia sin cesar, como locamente enamorado de los olivos y los almendros. Me llevé la novela que intento terminar. Creo que no la terminé. Además, a última hora di con el inicio de la siguiente.
El domingo por la tarde -oh, milagro- me llamó uno de los editores a quién mandé el original para decirme que le interesaba.
Han sido dos días de finales y comienzos. Al fondo, y a través de la ventana que da a levante, no tan sólo se ve como sale el sol si no también la desembocadura del gran río, que ronronea y se retuerce perezoso por su propia cama que es este delta amplio y tierno. El trazo del río dibuja la silueta de los cuerpos de los amantes cuando se levanta el día y es domingo.

A uno le vienen ganas de vivir aquí.

Cuando me marchaba, en la hora de los malvas y los grises, el rosa y el azul pálido (y un destello de naranja oro), me di la vuelta para contemplar la chimenea. Una llama pequeña brotó entonces de entre la ceniza y estuvo bailando un rato ante mi, como cantando una canción en voz baja.

*     *    *
Estos son los textos que tenía previstos para este último post (postrero post suena fatal), pero he preferido empezar por el texto anterior, que me gusta más.

Acto 2. Edad adulta

El adulto es capaz de infligir un dolor enorme a sus semejantes. Un sólo hombre puede hacer más daño que cien tiranosauros rex. Y asimismo es capaz de entregarse con una generosidad de la que sólo disponen algunos animales. Un sólo hombre puede hacer más bien que cien jesucristos juntos.

Un signo inequívoco del adulto, digo yo, debe ser tomar opciones. Y luego defenderlas, claro. Así que opté por decidir(me) que tenía dos poetas en español y dos en catalán. Opté por Juan de la Cruz y Federico García. Y en catalán  Ausiàs March y Maria Mercè Marçal.

En la cosa del cine decidí defender a Andrei Tarkovsky, sin olvidarme de Pier Paolo Pasolini. Luego conocí a Albert Serra.

Por lo que hace a la pintura, creo en el Giotto y en Francis Bacon.

Acto 3. Senectud

Cuando veo un montón de leña recién cortada, puedo imaginar como serán sus cenizas, una vez haya quemado en el hogar. A veces puedo imaginar el árbol de donde salió esta leña, con hojas verdes y pájaros en las ramas. Puedo ver una fiera agazapada en su sombra esperando a la presa. Puedo ver a dos amantes susurrándose. Eso sucede en verano y están tumbados junto a las raíces.

Y finalmente, por lo que respecta a este blog, decidí dejarlo en suspenso para empezar con otro muy alejado, que se muestra aquí, aunque si lo visitas lo vas a ver en obras.


12 de març 2013

Hasta luego en tres actos (1)

Este blog se despide de todos ustedes en tres actos, y este es el

Primer Acto



El blog tuvo una infancia, una madurez y una decadencia. Como toda forma de vida. Ahora ha llegado a la decadencia, y como soy partidario de la eutanasia le estoy suministrando pentobarbital en dosis pequeñas y cariñosas.

Sin embargo, por decencia y por dignidad -y por pena- me he propuesto destacar una muestra de cada etapa.

Lo abrí casi con inconsciencia, casi sin pensar: o acaso el bebé planifica su vida futura?

El blog ha tenido una vida de casi tres años, durante los cuales:
  • he cambiado de domicilio
  • he enterrado a mi madre
  • he trabajado como maestro de primaria en: Torres de Segre, Bellver de Cerdanya, Alcarràs, Esterri d'Àneu, Oliana, Terrassa, Palau-Solità i Plegamans, Santa Perpètua de la Mogoda, Sabadell.
  • he terminado una novela, si, claro, pero esto...
  • he soñado y me he enamorado, me he desenamorado... he querido, deseado, odiado. Luego he soñado, he vuelto a querer y a desear.
Durante la infancia practiqué trucos y engaños, creyéndome muy listo. Visto desde la distancia, todo eso parece lamentable. Creo que no he ido más allá de un triste antihéroe del siglo quince.

Durante estos años -como ya dije- murió mi madre. Mi hermano y yo la la enterramos.

El entierro de mi madre no me hizo ni mejor ni más listo: el duelo, visto des de aquí, es terrible. Sólo puedo decir esto.

La infancia es este limbo, el relato sin narrador. Caminos que, bajo el sol, esperan a un incierto cartógrafo.

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La primera vez que formulé las palabras hasta luego, en la infancia y la ingenuidad del blog, fue para invocar al lejano comandante. En realidad no debería ser hasta luego sino hasta siempre pero enfin, otro rasgo infantil son estos lapsus. Creo que me fascinaron más las piernas de Nathalie Cardone que todo el resto, pero yo era pequeño. Y como los pequeños, gimiendo por ser (por no haber sido) el Che Guevara, que fue infinitamente mejor que Lluís Bosch. Lluís és un tipo que sospecha que, cuando sea cadáver, no vendrá la Cardone a filmarle un clip.




9 de març 2013

Voyages pas très loin (pido perdón)


Posttagmezo perdis kiam min volis reveni. Kaj mi neniam pli trovis mian domon, kvankam mi ne rezignis al tio, nek ĝi rendeixo min. Iu tago tuj trovos ŝin. Se min venas al elhejmigi ne saltos por la balconada.
Kredas ke estas la plej bona: forgesi ĉi tiun blogon, fiksi min bone en la aliaj, peti al ili helpon kaj pardonon. Kaj skribi en esperanto.

Una tarde me perdí cuando quería volver. Y nunca más encontré mi casa, aunque no he renunciado a ello, ni me rindo. Algun día la voy a encontrar. Si me vienen a desahuciar no saltaré por el balcón.
Pero no soy un héroe, ya lo dejó dicho David Bowie: que no necesitamos más héroes.

Reinhardt Heydrich, siendo jefe de los servicios de Hitler, se perdió un día volviendo de una reunión donde había planteado la Solución Final al problema judío: como tenía el título de piloto de caza, agarró los mandos de un Messerschmitt 9 y se lió a perseguir un Yak ruso que se le cruzó en el camino. El soviético se zafaba de él una y otra vez, hasta llevarle hasta la zona de alcance de una batería de la DCA comunista. El avión de Heydrich fue alcanzado y cayó tras las líneas enemigas. Finalmente escapó a pie y volvió a territorio nazi. Poco más tarde, un comando terrorista checoslovaco ametralló el coche en el que viajaba, y RH murió por fin tras una terrible agonía.

Nunca he viajado muy lejos, pero aún así no es fácil encontrar el camino de vuelta, porqué además siempre hay varios caminos. El corto, el fácil, el que cruza por el llano, el que bordea la costa bonita. El chungo, el del bosque, el del desierto con dunas y espejismos. Una vez decidido que este blog llega a su fin y que debo volver me pasan los tres añitos expuestos en él como una sesión de diapositivas aceleradas y locas. ¿Quién fuí? ¿Dónde estuve mientras andaba perdido? ¿Cuál de los puertos en donde se detuvo el barco era el puerto de mi vida? ¿Cuál de ellos estaba cerca de casa?

Creo que es lo mejor: olvidar este blog, fijarme bien en los demás, pedirles ayuda y perdón. Y escribir en esperanto.

Una tarda, mentre volia tornar, em vaig perdre. I mai més no he sabut trobar casa meva. Però tampoc no hi he renunciat ni m'he rendit. Perquè un dia la trobaré, per més lluny que sigui.

Quan Reinhardt Heydrich era el cap dels serveis secrets nazis, es va perdre en sortir d'una reunió. Hi havia plantejat la Solució Final al problema jueu. Com que Heydrich s'havia tret el títol de pilot de caça, va prendre un avió Messerschmitt 9 i es va fotre a perseguir un Yak rus. El soviètic el va embolicar en una llarga cursa fins a ficar-lo a l'abast d'una bateria de la DCA comunista. L'avió de Heydrich va caure abatut rere les línies enemigues. Tot i això, es va escapolir a peu i va tornar a territori del Reich. Poc més tard, un comando terrorista txecoslovac (quan Txèquia i Eslovàquia lluitaven juntes contra el feixisme) el va ametrallar i porc nazi finalment va morir.

Mai no he viatjat gaire lluny. Però fins i tot des d'aquí no és fàcil trobar el camí del retorn. Hi ha molts camins, quin deu ser el bo? El curt, el fàcil, el que voreja la costa bonica? O bé el cardat, el que creua el bosc, els pedregars i les dunes. Un cop decidit que aquest blog arriba al final, me'l miro i em sembla una bogeria amb breus lapsus d'una dolorosa lucidesa.

El millor és sens dubte tancar i oblidar el blog. Pensar quin dels ports on vaig arribar era el bo i no vaig saber adonar-me'n. I demanar perdó

Explicar-m'ho només a mi, i dir-ho només a qui li interessi. I després seguir escrivint, però en una altra banda i en esperanto.




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La titolo de la demetita estas plagiat de franca aŭtoro, verkisto kaj desegnante al kiu admiras aparte kiel verkisto.

El título del post está plagiado de un autor francés, escritor y dibujante al que admiro especialmente como escritor.

El títol del post està plagiat d'un autor francès, escriptor i dibuixant, a qui admiro sobretot com a escriptor.


5 de març 2013

Projekto humanoides asociitaj (HA!)


¿Cómo suena en esperanto?


El autor del blog, dando tumbos por el búnker-observatorio donde estuvo el general Vicente Rojo durante la batalla del Ebro. Desde que era pequeño, sólo me es posible empatizar con los perdedores. Luego razoné que no empatizaba con la pérdida, sinó con la enormidad tremenda del esfuerzo en vano (que no es perdedor aunque a veces lo parezca). Nada nos da el que se instala en su plaza de funcionario tras ganarla. Sólo cuenta algo de la humanidad quién cada día lucha, quién cada día pierde. Toda, toda la vida estoy en la batalla del Ebro. Cada día pierdo. Mil hombres, cien hectáreas. Miravet ha caído. Retirada. Y al día siguiente vuelvo a la trinchera.

Grandola, vila morena


¿Retirarme? Sólo un paso. Sólo un paso, para luego contraatacar.


Mis deseos no se convierten en realidades salvo cuando la realidad, de repente, se tiñe de deseo. Esto es una divagación más de las miles de divagaciones que abundan en este blog, que se acerca a su fin.

Cuando empecé con los Mil dimonis (entonces en catalán) prometí cerrarlo al llegar a la entrada número 1.000 por una necesidad -absurda y pitagórica- de coherencia con los números. Sin embargo, estoy agotado. No he llegado a las 500 entradas y la verdad es esta: que ya no puedo más.

Queriendo o sin quererlo, el autor del blog no es jamás la persona que escribe, ya que se va construyendo un personaje sin darse cuenta. Y yo ya he empezado a odiar a mi personaje. A odiarle cordialmente, claro. Casi con cariño.

Los Mil demonios cerrarán o quedarán suspendidos cuando consiga poner en marcha el siguiente proyecto, titulado provisionalmente Humanoides Asociados / Humanoides Associats (aunque también pienso en Operación Antropoide e incluso en su versión en esperanto: Humanoides asociitaj), que consiste en no escribir nada y usar solamente el video. La primera idea es grabar un rato, unos minutos de la vida de personas distintas. Posiblemente no podré evitar un texto breve al pie de la imagen, cuatro líneas. Algo así como una entrevista o un reportaje sobre alguien. Ni famoso ni importante. Y si algún día se graba a un famoso o a un importante, tratarlo como a uno más.

Me gustaría tratar con todo/as o casi: parados y empresarios, blogueros y tenderos, actores, poetas, bastardos, curas y viciosos, anarquistas y policías (bueno, policías mejor que no). Novelistas frustrados, abuelos, hortelanos. Okupas. Políticos comunistas o ácratas, skaters, grafiteros. Puteros y puretas. Se admiten combinaciones y perversiones. Acompañarles en acciones banales o salvajes, estúpidas o sublimes.

Ahora escribo sólo para recoger ideas, sugerencias, colaboraciones de cualquier tipo.
Propuestas de personas a quién entrevistar. ¿Entrevistarles o seguirles por la calle en una acción cotidiana y banal? ¿Cuestionarlas con preguntas comprometidas? Bueno, cada persona tratada pide en cierta forma, un tratamiento adecuado y especial: por algo son personas distintas.

Tengo algunas ideas para empezar, poetas de edad muy avanzada que siguen escribiendo poesías.

Se agradecerán sugerencias de nombres, de posibles aportaciones: ¿quieres grabar a alguien y mandarme la grabación? ¿Quieres simular que eres otro y aparecer disfrazado/a interpretando a tu personaje? ¿Quieres que te sigan por la calle sin que lo sepas? ¿A quién te gustaría ver en este blog?

¿Cuál sería mi mayor ambición? Muy simple: que algunas personas me escriban para decir: ¡quiero aparecer en Humanoides Asociados!

Todas las ideas, sugerencias y divagaciones son bienvenidas. Se pueden escribir aquí o en el correo.

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Los Mil demonios seguirán activos uno o dos meses, tres como mucho: el tiempo necesario para tener suficiente empuje, colaboraciones, material e ideas para arrancar con el siguiente. Es muy posible que luego siga bajo mínimos, en estado letárgico.

He releído ahora mi texto y me doy cuenta de que expresa la envidia que me da Agnès Varda, el malestar que me produce no ser ella. No me queda otra opción que intentar mitigar este dolor.


3 de març 2013

Última tarde en sanadrián


Mientras cae el sol y la sombra se destiñe en azules malvas y rosas desciendo por las calles de Sanadrián. Poca gente y en los bares intuyo que el partido del Barça me esconde. Me alegro de la circunstancia, Hasta hoy siempre había maldito el fútbol y los opiáceos

Cada vez que doy un paso siento como cruje mi rodilla izquierda. Será la edad, me digo. Le pagué mil euros a alguien, no le vi muy bien: se refugió en la penumbra. Okey, te sacaré de España, me prometió a cambio. Sólo vi unos ojos azul ceniza, que para un tipo como yo, mediterráneo, no son de fiar. Pienso que sin embargo los ojos claros también deben llorar sufrir soñar reir gemir. No me pareció que su respuesta fuese demasiado convincente, pero al fin y al cabo ¿qué es convincente? Algún día hay que creer en algo, en alguien.

El día 2 en Sanadrián, a las cinco y media de la tarde, me dijo. Y aquí estoy. Una cafetería en la calle del Carmen. El coche de los Mossos de Esquadra ha pasado dos veces por la calle del Pilar, frente al local de Comisiones Obreras. Hay una calma rara y chicha en las calles, el viento de levante ha arrasado las nubes que se concentraban al final de la Avenida de Cataluña, y debería admitir que en realidad esta es una tarde apacible. La tarde en que huiré de mi país peligroso ha sido al fin una tarde lánguida y casi primaveral. Es una tarde ligeramente cálida para ser dos de marzo, el mes que mata. Marzo es el Büchenwald del calendario.

Pido un café. Hay un silencio raro en el local. La mujercita que atiende en la barra apaga el televisor.
-Últimamente vienen muchos como usted por aquí, murmura. Le deseo mucha suerte... y en realidad a mi también me gustaría escaparme de España.
-¿Qué le debo? respondo yo, como fingiendo que no sé de qué narices me habla.
-Está usted invitado, sonríe sin sonreir.

Voy al baño y cuando vuelvo (y horrorizado descubro una manchita en los pantalones que delata el mal funcionamiento de mi bufeta urinaria) encuentro a mi contacto. Está de pie frente a la taza de café, ligeramente tenso. Con los ojos me indica que le siga. Salimos a la calle. El sol está colgando de una palmera al final de la calle ancha que se asoma al río.

-Llámame Dante -murmura. No, creo que me lo he inventado, creo que en realidad no me ha dicho nada ni tan sólo ha despegado los labios rosados, pero Dante es un buen nombre para este hombre en esta situación, en esta escena. Quizás Virgilio habría estado bien igualmente, pero suena algo pretencioso.

Avanzamos por la calle despacio, vigilantes y alerta. Y aún así miro y retengo cada árbol, cada baldosa. Cada rostro de cada niño que se cruza. Aspiro el aire ligeramente salado, el mar está justo ahí detrás. Retengo en la memoria saturada de emociones los colores de esta tarde, los sonidos, esas voces, los pájaros que descienden para dormir en las ramas de los plátanos. Otra vez el azul perverso de la policía autonómica, pero no se detiene. El llanto del bebé hambriento en la cuna. El resoplido de la madre que lo empuja, que quizás no querría ser madre si lo hubiese sabido.

Mientras espero en un sótano antiguo y frío más que olerlo intuyo el olor a gasóleo del barquito que debería esperarme en el muelle de los pescadores para sacarme de aquí. Espero el instante en que podré pronunciar Adiós, España.

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La tarde del día 2 de marzo asistí invitado a un ensayo de la Compañía Kamchàtka, del cual no puedo revelar nada -naturalmente. Sólo puedo contar lo que cuento, las emociones y los pensamientos que me acudieron. Este es uno de los posibles relatos, aunque hay otros.