El grupo Koiné quizás existe o quizás no existió jamás. Chesterton escribió en "El hombre que fue jueves" sobre la posibilidad de un grupo terrorista que es y no es a la vez. El grupo Koiné tiene un cuñado institucional subvenciado que se llama Plataforma per la Llengua, y otro cuñado, súcubo, oficial: la Oficina pels drets Lingüístics: una caterva de funcionarios de la cosa nacionalista en versión oficial. Hubo un "Manifiesto Koiné", hace un tiempo, y hubo un grupo de personas firmantes de un manifiesto que abogaba por implementar una sola lengua oficial en Cataluña y prohibir las demás. Lo más relevante de aquél manifiesto era su prólogo, en donde contaba que el idioma castellano es extranjero en Cataluña (contra todas las evidencias científicas), y que el castellano en Cataluña se debe a la colonización orquestada por el régimen franquista. La argumentación del Manifiesto Koiné era ridícula y malintencionada, propia de personas que mezclan la ignorancia con la mala fe. En términos vulgares: en la gilipollez.
El manifiesto del Grupo Koiné, más allá de la ignorancia y de la mala fe, caló hondo en algunos sectores de la sociedad catalana y alentó el odio en una sociedad nacionalista aburrida y exhausta que deseaba encontrarle un sentido "nacional" a su vida, tras haber crecido y prosperado en el franquismo. Hubo un presidente del gobierno regional catalán que se apuntó al discurso de este grupo, y afirmó que los castellanohablantes parecen bestias más que personas. Personas que escriben pseudoliteratura en catalán se sumaron a este discurso. Quizás para defender su negocio: vender libros escritos (mal escritos) en una lengua en fase terminal.
El catalanismo (una ideología estrictamente burguesa y tradicionalista) prosperó en el franquismo pero no contra el franquismo: el catalanismo burgués vivió en una rara esquizofrenia durante la España de Franco. A Franco le agradecían que les hubiese liberado de las hordas obreras, anarquistas y comunistas, y a la vez le reprochaban la prohibición, más o menos formal, del catalán. Òmnium Cultural nació para demostrarle al líder español que el idioma catalán no era incompatible con el fascismo, y la historiografía demuestra que la génesis de Òmnium Cultural es gestionar el interés del fascismo catalán: controlar la producción cultural en catalán para que sea afín al régimen.
El Grupo Koiné y sus ancestros son culpables desde hace muchas décadas. Culpables de ensombrecer y de empobrecer la cultura catalana, ya sea producida en catalán o en castellano, de intentar enfrentar a comunidades lingüísticas que habíamos convivido sin problemas o con pocos problemas, de empeorar la convivencia, la sociedad. ¿Querían convertir la convivencia de lenguas en un conflicto? Lo han logrado. Querían hacer de Cataluña un lugar difícil y oscuro y lo han logrado. Vaya logro. En un mundo que se globaliza, ellos quieren dificultar la convivencia y enfrentarnos. Quieren una sociedad jodida, que no solo se exprese en una sola lengua (residual y extinguible) si no una sociedad que piense de una sola forma, y que se pelee. Sobretodo eso, que se pelee. Quieren lucha aún sabiendo que su lucha está perdida de antemano, quieren contenedores ardiendo en las calles, aún sabiendo que en los contenedores solo hay basura catalana. Quieren engrandecer la figura de la diputada Laura Borràs. Borràs nos llena de vergüenza a muchos catalanes, no solo por sus indicios de corrupción delincuente al frente de la Institució de les Lletres Catalanes si no por su gestión tan deficiente de la cultura.
Laura Borràs nos demuestra que la cultura catalana no existe, que solo hubo la cultureta lamentable, la que excluye a la mayoría y solo incluye a sus amiguitos y amiguitas. La cultura y la lengua catalana morirán muy pronto a manos de las personas como Laura Borràs. Borràs y Pau Vidal y el grupo Koiné son una imagen renovada de las huestes de los hunos: tras su paso por la tierra la hierba no crecerá jamás. Podrán jactarse de eso. Y que les aproveche su jactancia onanística.
Acuso al grupo de los firmantes de Koiné de haber arruinado los restos de una cultura que pudo haber sido y no fue, de haber destruído la posibilidad de una cultura. Y de la lengua catalana, que fue mi lengua materna, la lengua de mi madre. A día de hoy, gentes como las del grupo Koiné liquidaron mi lengua materna y la hicieron antipática, borde, imposible.
Acuso al grupo Koiné de haber asesinado la lengua de mi madre cuando querían exterminar la lengua de mi vecino. Vaya cagada, grupo Koiné. Cuánta ignorancia en vuestra supremacía, cuánta estupidez en vuestra alma resentida, Vidal y Borràs, cuánta insensatez. No supisteis ver nada. Solo fuisteis una cagarada. La caca de la vaca, la caca de un mamut. Unos mierdas, unos nacionalistas. Vosotros os cargaisteis la lengua de mi madre y no contentos con eso emponzoñaisteis la vida en Cataluña. He aquí vuestros méritos.