20 de juny 2020

Hacia un bilingüismo laico en Cataluña

Jo parlo català (Yo hablo catalán) | Nihon mon amour - 日本 ...

Comprendo que el concepto de "bilingüismo laico" puede parecer raro. Con él me refiero a un modelo de bilingüismo despojado de las religiones que lo emponzoñan: hablo de un bilingüismo democrático y constitucional, libre de connotaciones nacionalistas y que responda a la realidad objetiva de Cataluña, región en la que conviven sin problemas (o lo hacían hasta hace poco) y desde hace varios siglos, cinco por lo menos, las dos lenguas. El catalán y el castellano no solo son dos lenguas propias de este territorio (la historia demuestra que ambas le son propias por igual) sino que, según la legislación, las dos son lenguas oficiales y eso las sitúa, por lo menos ante la ley, como lenguas simétricas y con los mismos derechos.

El bilingüismo debería tratarse como una fortaleza cultural de esa región, del mismo modo que, en un futuro no muy lejano, se podrá hablar de plurilingüismo: a medida en que en Cataluña se vayan hablando, transmitiendo y produciendo textos en muchas otras lenguas: desde el español latino al árabe, amén de muchas otras. Sin embargo, todas estas otras lenguas deberían encontrar un lugar proporcional en el marco institucional a su uso social y a su arraigo. Ya llegará el momento, si llega.

Es impresentable el trato marginal del castellano en la administración pública y sobre todo en la educación: segregando al castellano no solo se priva a la población del acceso a una de las principales lenguas y culturas del planeta (¡en plena globalización!) si no que se merma el futuro laboral de personas que mañana podrían trabajar en Sevilla, en Madrid o en Bilbao. Si España es un estado de Europa debe ser capaz de imponerse a las exigencias narcisistas y escleróticas de algunas de sus regiones. Lo que nos hace españoles a un catalán y a un murciano, a un balear y a un castellano es la Constitución que nos ampara: no hace falta reformar este texto, basta con cumplirlo empezando por el artículo que reza que todos somos iguales en derechos. No puede haber más derechos para el catalanohablante en Cataluña, ni menos para el castellanohablante en la misma región autonómica. Esta asimetría no tiene justificación democrática alguna y solo se explica en virtud de pactos estratégicos entre fuerzas políticas que deberían pactar dentro del marco legal.

El problema lingüístico en Cataluña no es otro que el problema creado por el nacionalismo y sus vicios ancestrales, pues más allá del supremacismo catalán de los nacionalistas de la región no hay razones objetivas ni científicas para superponer una lengua a otra. ¿Se deben proteger las lenguas minoritarias y decadentes? Por supuesto que sí: del mismo modo que se protege cualquier realidad minoritaria y extinguible. Pero del mismo modo que para proteger a la sardana no se prohíbe la jota, ni para conservar al trigo sarraceno se elimina el trigo duro, no es justificable conservar la lengua de un territorio mediante el ejercicio de prohibir otra que es tan propia como la anterior en el mismo territorio. Del conservacionismo al conservadurismo hay un palmo, y hay que distinguir la diferencia para no morir de estupidez, que es una forma muy triste de morir. Eso es un problema de educación, de educación democrática.

Prohibir o sancionar una lengua para salvar a otra es una estrategia estúpida y, sobretodo, dañina para la ciudadanía. Ir en contra de la realidad y del devenir es una estupidez. Creo que seremos capaces de afrontar el debate lingüístico en Cataluña en cuanto nos libremos de los contenidos nacionalistas que lo envenenan y lo pervierten.

Continuará.

8 comentaris:

  1. Es que todo ha comenzado a derivar en la medida que los pequeños partidos se han hecho lugar entre la ciudadanía y entre ellos han buscado los votos que se les escasean por ser los votantes los que hay, y los partidos cada vez más y divididos.
    Cuando existía Convergencia no había problemas. Ni cuando existía Uniò. Se aliaron. No pasó nada.
    Todo seguía en un régimen bilingüe. Todas las facturas te venían en los dos idiomas (agua, gas, electricidad) Los carteles de los metros , autobuses, Renfe, lineas regionales, FFGG y demás estaban en los dos idiomas. Los hospitales te enviaban las circulares en los dos idiomas; los carteles indicadores de estos en los pasillos, aulas, dispensarios y demás, estaban en los dos idiomas...
    ¿Cuándo acabó todo? es la pregunta, pues a medida que entró la Cup, los de ER haciendo fuerza, los de Podem Catalunya, los del Junts y demás...comiéndose el espacio (porque los votos son los que son y no hay más ciudadanos) de los partidos políticos moderados, así el PSC se ve en la obligación a aceptar estas premisas a riesgo que los demás le traten de "feixista", y resulta que no puede con sus votos impedir que se junten tres de los mindundis y se borre todo lo castellano en todo lugar, quedando este como lengua relegada.
    Y eso es lo que ha pasado, o al menos lo que yo veo como resultado final.
    Un abrazo

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    1. Aunque creo que yo que lo que vivimos ahora es el resultado de la política de todos los años de Convergencia, con la inestimable cooperación del PSC.

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  2. Tanto el pujolismo como el PSUC y el PSC basaron sus relatos y sus hegemonías en la exaltación y sacralización de la inmigración castellana de los años 50 y 60. La noción tradicional del catalanismo que la catalanidad es adquirible pero no automática, y que pasa por la asimilación cultural y la adopción de la lengua catalana, si bien ha subsistido como forma de autocomprensión popular, ha sido sustituida en el debate político respetable por dogmas vacíos del «un solo pueblo» y el «es catalán quien vive y trabaja en Cataluña». En la nueva ortodoxia, unos se abrazaron con el deseo de que la asimilación se produciría sola si los autóctonos eran bastante amables. Otros, querían construir mayorías electorales con el voto cautivo de grupos inmigrantes fosilizados. Algunos de estos últimos alimentaron un relato neolerrouxista en que la catalanidad se vinculaba a burguesía, riqueza y privilegio, mientras que la españolidad, la inmigración, representaban el proletariado, el trabajo y el esfuerzo. De manera no del todo bien atada, los catalanes también podían ser campesinos atrasados ​​y reaccionarios, un lastre para la potencia de una Barcelona moderna y diversa, que en el fondo quería decir castellana. Esto se lo inventó el PSC de Maragall y lo ha recuperado el neofalangismo de Tabàrnia y Tractoria.

    El escritor Joan-Daniel Bezsonoff explica que su abuelo visitó Barcelona en tres ocasiones. Las dos primeras fueron en 1929 con motivo de la Exposición Universal, y en 1952 por el Congreso Eucarístico. Segun cuenta, en aquellos momentos Barcelona era una ciudad en la que el catalán se sentía en todas partes, era la lengua de la calle. La tercera ocasión fue en 1978 cuando fue con la familia. La ciudad «había cambiado muchísimo en 26 años». El abuelo «no reconocía nada. En todas partes, la gente hablaba el castellano de Andalucía ». «En el restaurante, el abuelo no entendía el andaluz. Los camareros tampoco entendían el catalán de Nils ». En la plaza de Catalunya, una mujer increpó la madre del escritor: «Señora, el corazón no se lleva al cuello». La Barcelona de 1978 era una ciudad en la que el catalán se había evaporado.

    Salut

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    1. No me creo nada... en los años 70-80 Barcelona era era ciudad mas que envidiable, todos estaban mas o menos a gusto, en casa hablábamos tanto catalán como castellano sin ningun problema.. Si este señor "abuelo" visitó el Congreso Eucarístico 1952 (años franquistas) me extraña mucho junto con su visita a la expo del 29 (dictadura de Primo de Ribera) que sintiera tanto catalán por todas partes, máxime cuando las primeras inmigraciones fueron para construir la exposicion Universal y no digamos el Congreso con las llegadas masivas para construir las llamas Viviendas del Patronato del Congreso Eucaristico (1952-1962)
      Para mi que el señor estaba senil, y encima siendo extranjero no habría que descartar nada.
      Un abrazzo y andavant!! (lo escribo asín pa que me entienda)

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    2. No puedo asegurar la validez del testimonio. He sacado a relucir algunos puntos que me han parecido interesantes de un artículo que he encontrado.

      Salut

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    3. El relato del sr. Bezsonoff parece muy tendencioso, y escrito con la intención de demostrar algo que no tiene sentido, o simplemente para expresar sus prejuicios, o quizás para abundar en el discurso apocalíptico de les que ven al catalán en estado terminal (a la vez que afirman ser 10 millones de hablantes). Aunque no hay datos sobre el uso del catalán en aquellos años, parece obvio que el castellano estaba tan presente en el 29 como en el 52 como en el 78. Por lo que sabemos, el castellano siempre ha sido una lengua catalana, o por los menos desde hace 500 años, suficientes como para admitir tranquilamente que el castellano es tan "lengua propia" de Cataluña como el catalán.

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    4. Es interesante el tema...

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    5. Sí es interesante, y además complejo. Según algunos historiadores que han intentado abordar un tema del que no hay datos sociológicos (de lo que se deduce que en el XIX, por ejemplo, a nadie le importaba un pimiento en qué idioma se hablaba en Cataluña) basándose en la prensa que se publicaba en Cataluña, en 1900, de 18 periódicos que se editaban en Cataluña, 15 se publicaban en castellano y 3 en catalán.

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