En Cataluña, la facción independentista habló de ampliar su base social (electoral) mediante la seducción. Conscientes de que siempre serán minoría, los independentistas saben que deben seducirnos a quienes no somos independentistas. Aunque a veces, quizás por la tremenda frustración que viven, optan por los antónimos de la seducción que son, según la RAE: engañar, tentar, arrastrar, corromper, abusar, sobornar, inducir, embaucar.
Pocos días atrás, Andreu Barnils, "periodista" de la cosa nacional catalana contó sin manías que la mayoría sociológica independentista catalana está a la vuelta de la esquina por consecuencia natural del envejecimiento de la población catalana unionista. Los unionistas se irán muriendo, dijo. La opción del periodista (de Vilaweb, por supuesto) no es muy seductora y además contiene un error de apreciación indigno en un periodista: la militancia de la ANC es visiblemente senecta, pero vamos a soslayar este extremo, que es penoso y de muy mal gusto. La demografía nos mata a todos, Barnils, eres muy burro y además, te guste o no, ya no eres joven: la vida iba en serio.
La opción del periodista nacionalista es la muerte del enemigo. Eso también se puede llamar "solución final", ¿no?. Sus partidarios podrían espetarle: ¿para qué esperar tanto?. La muerte del enemigo se puede acelerar, y solo hace falta echarle la mirada a la Alemania de 1940 para obtener bellos ejemplos de aceleración. Aunque hay más ejemplos, siempre escalofriantes, y algunos más cercanos en el tiempo. Algunos de los cuales quedaron impunes por cierto, como el genocidio de Krajina a cargo de la milicia nacionalista croata, milicia que debe seducir a los independentistas catalanes más calenturientos.
La seducción también afecta al apartado lingüístico: en Cataluña hay una evidencia que pone de los nervios al Grupo Koiné y a la Plataforma per la Llengua. El uso del idioma catalán retrocede a ojos vista. Para combatir la naturaleza promueven leyes, decretos, vigilancias y sanciones. Pero el idioma catalán no seduce. No solo se alejan de él los ciudadanos procedentes de otras partes del mundo que han caído en Cataluña sino que incluso hay disidentes, nacidos catalanohablantes que prefieren la lengua española por su mayor eficacia comunicativa. Entre otras razones que podemos comentar.
La lengua catalana fracasó en todos los frentes, y eso es una evidencia que debería promover la reflexión. Tras tres décadas de imposición en la escuela pública su uso sigue en caída libre hacia la nada. Su literatura, anémica y endeble, aparece cada vez más extinta cuando no más ridícula: Pompeu Fabra (y otros: Grupo Koiné, Plataforma per la Llengua, IEC, etc) le asestaron un golpe mortal a una producción literaria sin horizonte y sin futuro. Varias décadas sin ni una sola obra remarcable escrita en catalán deberían estimular la reflexión en vez del onanismo melancólico o a la nostalgia rabiosa y embravecida que vemos. La filiación política de los escritores en catalán al nacionalismo (¿la sumisión genuflexa?) ha sido la estocada definitiva ¿o no se dan cuenta?.
Solo se me ocurre decirles a los escritores nacionalistas lo que le dijeron Buñuel, Lorca y Dalí a Juan Ramón Jiménez (aunque por razones muy otras): "¡Burros, burros, más que burros!".
A Barnils le puede el deseo, que antepone a la realidad, y eso en un supuesto periodista, es imperdonable.
ResponEliminaA no ser que quieras agradar a los que te pagan la nómina, que entonces es otro cantar. Mentiras a medida de los que quieren ser engañados.
Precisamente la demografía juega en contra del independentismo.
Porque no creo que consigan "seducir" o "camelar" a los hijos de las ultimas oleadas de inmigración.
No veo yo a los hijos de peruanos, bolivianos y dominicanos votando a la independencia, cuando para ellos el tener un pasaporte español ( y europeo ) es todo un tesoro. Y no hablemos ya de los hijos de la comunidad marroquí.......
Y todos ellos, votarán o ya han empezado a votar.
Andreu Barnils publica unas entrevistas muy curiosas, en las que parece que se entreviste a sí mismo y use al entrevistado como a sparring. Cuando el entrevistado no le responde lo que él quisiera escuchar parece incomodarse mucho e insiste de nuevo en lo suyo. También escribe poesía, creo, pero me ahorraré su lectura. Estaría muy mal hablar ahora de Ramon Barnils, a quién conocí hace 25 años por pura casualidad, así que no lo haré en público.
EliminaConocí a Ramón Barnils hace muchos años a través de sus colaboraciones en una emisora de radio. Y tengo que reconocer que fuera de sus ideas, era un gran periodista de conocimientos casi enciclopédicos. Descanse en paz.
EliminaYo le conocí en persona una sola vez y no me quedó una buena impresión de él, pero eso no viene al caso.
EliminaEl problema es de visión de futuro. La aldea grande (Catalunya) ha querido ser gobernada como si fuera Cuba, o sea verticalmente, y eso a la gente no gusta.
ResponEliminaLa gente acepta que el catalán sea otro de los dos idiomas de Catalunya, cap problema, lo que no acepta es que te lo impongan como único. Hospitalet tiene 300.000 habitantes; Badalona, 215.000; Santa Coloma, 120.000... No hablo de Barcelona, sólo entre estas tres poblaciones hay más de 600.000 personas ¿catalanes de habla? no más del 25%. El fallo insisto es querer aplicar con calzador unas medidas que en el patio del colegio no se iban a utilizar. Sino hubieran apretado, hoy el catalán estaría más valorado, mucho más valorado, pero así lo han alejado de la población.
Sólo hace falta un grupo de pretendientes de eruditos con mando en plaza y sueldo a cargo del erario (Koiné), para acabar de reventar la cosa. Que no se llame a firmar a nadie que haya ganado el Cervantes por el mero hecho de que es un premio español, cuento menos es de pena. Así te encuentras que se escupen hacia arriba y ves de la pasta que están perfilados.
¿Qué lees cuando lees el postulado del grupo? : La realitat lingüística de Catalunya i la normalització del català i l’occità en la futura República...¿eso es un apostura lingüística?, o una postura política..
Ellos mismos se responden
Un abrazo
Es un asunto muy complejo. El catalán no ha convencido ni ha seducido, solo era para ellos. Lo han impuesto, claro: en la imposición del catalán hay una inercia franquista y totalitaria. En eso se han equivocado, y es un error gravísimo. Si le sumas que el catalán literario es inane ya lo tienes todo. Un error mayúsculo y de perogrullo.
EliminaMiquel, como vecino de Hospitalet ( uno de los barrios periféricos ) te puedo certificar que el nivel de catalanohablantes no pasa del diez por ciento, si por ello nos referimos a los que usan el catalán asiduamente. Otra cosa es el entenderlo, el ochenta por ciento no tiene problemas para entenderlo.
EliminaCon el uso de la lengua como arma separatista, están eliminando el atractivo que tuvo en su momento el catalán como idioma de cultura y libertad, que ahora es cultureta y ariete.
Están consiguiendo exactamente lo contrario de lo que pretenden.
Lo que tenéis que aguantar por ahí..., qué paciencia...
ResponEliminaBesos.
Ya lo ves. Es lo que hay.
EliminaA ver si el reciente premio Barcino otorgado recientemente al gran Eduardo Mendoza acaba por hacerles reventar el forúnculo que tanto les escuece a Koinés y drag queen con zapatos de plataforma per la llengua. Collons! Hacen odiar la propia lengua! Soc gairebé 100% catalanoparlant (bilingüe de naixement) y no puedo dejar de asociar el català con conyvergència y la extrema derecha nazi - onanista... lo han conseguido! Nada hay más contestatario ante esta situación que, siendo catalanohablante, hablar en la lengua de Machado (y de Anselmo Lorenzo!!!).
ResponEliminaMolta salut! manel C.
Exacto: yo empiezo a percibir el acto de pasarse al castellano como un acto legítimo y justo (incluso necesario) de rebelión ante el totalitarismo. Incluso un acto revolucionario, aunque en sentido estricto solo se trata de una opción moral privada.
EliminaMás bien pienso como tú Lluis. Los más provectos son los indepes. Por mucho que se crean que han seducido a los más jóvenes y que lo más cool es ser independentista. Por desgracia para ellos, eso está cambiando. De esos nuevos catalanes, hay muchos que se empiezan a alejar de sus ideas. Y los que creían en ellas se han visto traicionados. Así que sólo quedarían los yayos. A Barnils le concedería como mucho el empate entre viejos. Entre el llamado antes franquismo y antifranquismo. El tiempo, no mucho, nos dejará sin ambos bandos.
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