30 d’oct. 2019

El último del Cercas


A veces hablo mal de libros que no he leído, por el puro placer de hacerlo. Lo hago porque me disgusta algo de un libro: el título, la filiación política de su autor, sus postulados estéticos. No creo que hablar mal de un libro, de un autor o de un editor sea un delito ni una falta. Ni tan siquiera debería estar mal visto.

Además, me parece elegante.

Del mismo modo, quizás para compensar lo anterior, a veces elogio un libro que no he leído. Elogio un libro que ni tan solo está publicado, del que solo tengo referencias escasas. Pero se trata de una novela de Javier Cercas. Es "el último del Cercas". Y con eso me basta.

Y además, Cercas me cae bien.

Creo que fue Tolstoi quien dijo que algún día nos avergonzaremos de haber escrito ficción. Cercas se avergonzará menos que los demás. Me resistí durante años a leer "Soldados de Salamina" por el agobio publicitario que le rodeaba, por el aire de best-seller con el que emponzoñaban el texto. Hasta que un día descubrí a un compañero de trabajo que, durante el descanso del mediodía, estaba sentado encima de unos fardos leyendo "Soldados de Salamina" mientras engullía un bocata de panceta al que no le prestaba una sola mirada de cariño. Javi era un chavalote que a duras penas había terminado los estudios obligatorios.

Cercas demuestra, otra vez, que lo mejor que se escribe en Cataluña se escribe en lengua castellana. Y al que le pique, que se rasque: contra una evidencia es inútil rascarse, es estéril combatirla con lamentos románticos o quejas nacionalistas. Recuerdo que, cuando yo era un niño y el presidente del Gobierno era Adolfo Suárez, se formó un revuelo enorme porque Suárez puso en duda que el catalán fuese una lengua válida para la ciencia. Poco después rectificó, pero la tribu local ya estaba alterada, indignada, enojada y todo lo demás. Debemos ser honestos: he leído textos científicos traducidos al catalán y parece que funciona. Hablo de sociología, pedagogía, antropología y etc. También debo decir, a tenor de las traducciones, que no deben perder mucho tiempo ustedes buscando a los grandes de la neurociencia (por poner un ejemplo) en catalán. Prueben con Eric Kandel, por ejemplo: nada traducido al catalán. Si Kandel no está traducido será por lo que será, pero no porqué sea intraducible al catalán. Los motivos están en otra parte.

Así, una vez sabemos que el catalán es válido para la ciencia, cada vez resulta más dudoso que sirva para la literatura, que era la opción que todos dábamos por supuesta. Pues bien, tengo una mala noticia: no lo es. Nuestros creadores literarios están en horas bajas o bajísimas, y tenemos ejemplos tan escasos para argumentar lo contrario que estos ejemplos tienen más aspecto de rarezas y de excepciones que de otra cosa. Aunque... quizás yo soy un mal defensor de esta causa, ya que, desde octubre de 2017, más o menos, no he leído ni comprado nada de ningún autor que escriba en catalán, y cuando compro traducciones siempre opto por la castellana. Aunque mi lengua materna sea la catalana, mi lengua literaria es la castellana, y debo cultivarla. No necesito más motivos.

Y además, como dije, Cercas me cae bien.

En Cataluña abundan (e incluso sobran) los escritorzuelos que escriben para agradar a alguien, que escriben como si quisieran obtener un puestecito, un carguito. O un comisariado del "Any Pipiolo", o un negociado en el Departament de Cultura, o un despachito en el Institut d'Estudis Catalanets, o incluso una mención en la gala del Premi d'Honor de les Dèries catalanes, una sillita en un programa semanal de Tv3, algo, por favor, lo que sea para sacar tajadita de la coseta nostra. Es esa una actitud muy menestral y muy catalana. Cercas no pretende gustarle a nadie: solo hay que ver lo que le dijeron a raíz de "El monarca de las sombras", texto ambicioso y arriesgado que pareció disgustar a muchos y que les sirvió, a los catalanes más cerriles, para demostrar de Cercas su tesis preferida: el que no piensa como yo es un facha. La actitud de los cerriles ante Cercas demuestra, justamente, que Cercas es el escritor que nos acompaña mejor.

De esos nos quedan pocos, y en Cataluña casi sólo Cercas. Por eso me permito elogiar un libro que no está en las librerías y del que desconozco su título. Que Cercas se haya adentrado en el registro del género negro o policial, además, es una gran noticia: me figuro la lección que les dará a los pánfilos que se acercan a este género sin haber comprendido nada y con la espuria intención de publicar ejercicios de escuela de escritura de barrio que presentan un nivel literario de trabajo de la ESO y que todo lo que saben del género es lo que pretenden haber aprendido viendo series de Netflix o, sobretodo, capítulos de CSI Miami. Creo que las peores bazofias en forma de libro que vi, en catalán, en el último lustro, pertenecían al género negro o policial.

Este artículo es un homenaje a dos Javieres: uno es el Javi, el chaval que leía "Soldados de Salamina" en un rincón de la nave inhóspita, fría y oscura de aquel almacén de una empresa de logística, allá por el 2001. El otro es Javier Cercas, el mejor escritor catalán de mi generación. Y le pido perdón al tercer Javier, que es Pérez Andújar, sin duda alguna nuestra otra gran referencia.

3 comentaris:

  1. Bueno, pues a tener en cuenta.
    Gracias.
    salut

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    1. Miquel, ya has visto que he hecho un juego "bloguero", con "La última del Cercas" y "El último del Cercas". El primero en femenino, por aquello antiguo de la caballerosidad.

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  2. Pues yo, que soy de Burgos, no estoy muy de acuerdo en que la lengua tenga mucho que ver con lo que se escribe. Creo que en lengua catalana se podra escribir, digo yo, igual de bien que en otras lenguas y si quien esta detras del lapiz tiene la "lucecita" que os alumbra a los escritores.
    Otra cosa, que si veo posible, es que se premie a determinados "intelectuales" del Regimen, hecho muy habitual en esta España de caciques y amigotes, no solo alli, por cierto, aunque alli, por las circunstancias se note más o menos, y que la gente vea normal meter a personas en cargos publicos con sueldos de infarto tan solo porque son afectos al "Regimen" y hacen bien sus labores de catequizacion y "apostolado"...

    Un saludo.

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