18 d’oct. 2022

SER FACHA EN CATALUÑA

Unos días atrás, y a propósito de un texto que colgué aquí, alguien me dejó este comentario: es muy raro (y encomiable) que defiendas la opción antindependentista des de posiciones de izquierdas. Y es cierto: no resulta habitual cuestionar el independentismo desde la izquierda, ya que a menudo la izquierda se calla, mira hacia otra parte o simpatiza, y le cede a la derecha más retrógrada el papel de la oposición.

Un fenómeno muy conocido en cualquier conflicto es el intento de eliminar la moderación des de ambos extremos, con el objetivo de tener un conflicto basado estrictamente en los extremos más opuestos: en este caso, a los catalanes constitucionalistas pero no españolistas, críticos con los esencialismos y las patrias sagradas, opuestos a la mitomanía de Pelayos y Guifrés, nos han ido desplazando hacia lo invisible.

Hace unos años, un independentista me dijo: -Con el tiempo vendrás a nuestra trinchera. Sonó como una maldición a mis oídos. Y sabe Dios que no lo hice ni lo haré, pero ambos extremos han hecho lo posible por sacar el debate de sus cauces racionales y democráticos, y llevarlo a rastras hacia lo radicalizado, hacia el punto de no retorno. 

Hoy, es muy fácil ser facha en Cataluña cuando uno no se manifiesta independentista: la izquierda (determinada izquierda) creyó ver en el independentismo un atisbo de rebelión legítima, de progresismo y de radicalidad democrática. Pues bien: el independentismo es todo lo contrario. Es un movimiento profundamente reaccionario, conservador y antidemocrático. En sus fuentes están el racismo, el clasismo y el supremacismo cultural, ideas muy difíciles de casar con el pensamiento progresista y emancipador. 

No me dejé llevar por esa insensatez y miopía peligrosa, y sostuve (y sostengo) que una persona de izquierdas es incompatible con una persona nacionalista. Y mucho menos partidaria de la independencia. Sin embargo, a los dos extremos les conviene borrar esa posibilidad. El botifler es un facha, tras un ejercicio barato y simplón de pereza mental.

En el otro lado del asunto está lo que sigue: cuando alguien se manifiesta aquí contra el independentismo, automáticamente se le atribuye una simpatía hacia las posiciones de la derecha españolista, a quien se le ha regalado la oposición al secesionismo. Y entonces llegan los disgustos: muchas personas, por las redes, han inferido que simpatizo con las ideas del escandaloso y corrupto Partido Popular, con el lamentable Vox o con el Ciudadanos de la segunda ola, el crepuscular y escorado (incomprensiblemente) hacia una derecha muy poco liberal.

A mi modo de ver, este desastre tiene un culpable evidente: la estulticia de esa izquierda que se confundió y simpatizó con el independentismo, sin darse cuenta de quienes son sus líderes, sus eslóganes y su ideología: es falso que el independentismo haya sido transversal, tal como leo (atónito) muchas veces. En esa confusión de consecuencias dramáticas veo, muchas veces, la parábola de los ciegos de Brueghel. Un tuerto dijo que el independentismo era progresista y los ciegos le creyeron. Ahora están en el barranco.

Si la izquierda socialdemócrata no quiere terminar en el mismo barranco, debe soltar ese lastre y recordar los principios de la ilustración. Cuanto antes mejor.

5 comentaris:

  1. El auge que tuvo Ciudadanos en Cataluña hay que atribuirlo sobre todo al papel de "tonto útil" que interpretó el PSC en su día y que siguen interpretando "els comuns", a mi entender.

    podi-.

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  2. Una entrada lúcida, Lluis.
    Incluso a los que han votado PSC se les ha llamado fascistas por parte prosesista.
    Los ideólogos tienden a extremar las posturas contrarias hasta el límite y todo lo que no sea de su cuerda es bautizado como fascista o como filocomunista.
    Es la política de vuelo bajo. No hay un equilibrio porque no hay diálogo ni acercamiento.
    De todas formas, al menos aquí, lo que llamamos izquierda creo ha sido fagocitada por las posturas independentistas, y dudo mucho tengan la fuerza que otrora alcanzó por ejemplo el PSUC, que siendo comunista era un partido trasversal, sin contaminación independentista.
    Nada es como era, ni volverá a serlo.
    Salut

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  3. Quién te ha hecho ese comentario no tiene ni idea de política, ni tiene conocimientos mínimos de historia moderna.

    El nacionalismo siempre ha sido una ideología derechista sin maquillar, y por ende, si uno es progresista o de izquierdas, jamás podrá ser nacionalista.

    Lo que ocurre es que la confusión y la perdida de ideología de las nuevas izquierdas descafeinadas en Cataluña, hacen que estas se alineen con el separatismo, confundiéndolo con un "ideal de progreso", sin darse cuenta de la contradicción de estar apoyando a unos partidos claramente derechistas.

    Que no se engañen, si hipotéticamente Cataluña alcanzase la independencia, estaría en manos de las cuatrocientas familias que citaba Millet, el parásito del Palau de la Música. Y entonces, a la "nueva izquierda" le lloverían los garrotazos sin miramientos.

    Un abrazo.

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  4. Estoy contigo, el nacionalismo nunca puede ser de izquierdas. De hecho estoy convencido de que los nacionalismos nacieron para contrarrestar los movimientos socialistas. Pero me gustaría que alguien alguna vez explicara de manera inteligible el fenómeno CUP, los que creen ser de izquierdas y a la vez son acérrimos nacionalistas (si bien una vez oí a uno de ellos, creo que era Baños, que no es lo mismo ser nacionalista que independentista y que, por supuesto, él era independentista y no nacionalista.

    Y ahora permíteme una reivindicación: DESDE que te leo no puedo evitar pensar que el gran Pompeu Fabra se dijo "pues si en castellano se escribe "desde" en catalán lo escribiremos "des de". Como el aquel de que "Córdoba" o "La Habana" se tengan que escribir con uve en catalán, tantas palabras que son iguales fonéticamente pero se les cambió la ortografía para que no fueran iguales. Supongo que son cosas del "fet diferencial"

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  5. Pues yo me he radicalizado, pero no encuentro un partido que me represente. Quizás es que busco el individuo lúcido y no lo encuentro. Las listas abiertas en elecciones y que todos los votos valgan lo mismo pudiera ser una solución a este pais, no lo se.
    Un saludo.

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