5 de març 2020

La Corte del Faraón catalán

Resultat d'imatges per a "falstaff"

Sin duda, lo más parecido a una corte zarzuelesca es nuestra maltratada Generalitat de Cataluña, poblada por príncipes conspiradores, bufones con sueldo de Cónsul Imperial, marqueses y marquesas que aspiran a príncipe, condes trágicos y baronets de medio pelo. Amén de heroínas melodramáticas que se desplazan en Jaguar.

Nuestra desdichada Generalitat catalana está en las zarzuelas. Pero también en la gran literatura. Así, viendo el reportaje de "Puigdemont en Perpiñán" me acordé del desterrado Rey Lear y de aquellos personajes tan intensos -y tan desubicados- del Sueño de una noche de verano. Entonces caí en la cuenta: ¡Dios mío, todo está en Shakespeare!

Hay quien afirma que todo está ahí, entre William, Jorge Luis y Miguel.

Falstaff, por ejemplo. Es aquél bufón de la corte gordinflón y borrachín, que divierte a Enrique y le lleva de parranda mientras Enrique es un joven príncipe irresponsable y juerguista, y cuenta batallitas en las nunca estuvo con la pretensión de vivir a costa de Enrique cuando sea rey. Cuando el príncipe llega a rey, sin embargo, repudiará a Falstaff para limpiar su imagen. Piensen ustedes: en el mundo de la política por ejemplo, a cuántos Falstaff han conocido. Y no solo en la política: en el trabajo, entre los conocidos, incluso en la familia. ¿No hay algo de Falstaff en aquel ex-cuñado chistoso?.

También debo recuperar a Guildenstern y a Rosencrantz, dos secundarios breves que aparecen en Hamlet. Son dos tipos afables pero sinuosos y ladinos, que pretenden ganarse la amistad y la confianza del príncipe de Dinamarca con la intención secreta de matarlo por encargo de un rey extranjero, aunque son ellos quienes finalmente mueren una vez descubierto el engaño. Esos dos tipos también se encuentran en todos los mundos en los que hay poder y dinero y, por consiguiente, mezquindad. ¡A cuántos de esos hemos visto!.

Yo, que casi nunca salí de Cataluña (salí un par de veces, y ambas por un año escaso), tengo vistos a muchos Falstaff, Guildenstern y Rosencrantz en mi triste región. Si me remonto a la época de Pujol me acuerdo de Miquel Roca, de Luis Prenafeta, de un tal Cullell entre muchos. (En aquellos tiempos remotos murió mucha gente. Entre ellos dos a tener en cuenta: el socialista Josep Pallach y el ultraliberal Ramon Trías Fargas. Los dos podían oscurecer la carrera incipiente del futuro Rey Garbancito. Pero los dos murieron. Oportunamente. Ahí lo dejo). La figura de Artur Mas, sin ir más lejos, contiene algo de Guildenstern, y quizás Oriol Pujol sea un Hamlet ridículo y lacaniano, la caricatura del príncipe Hamlet en invertido. Si Shakespeare se reencarnase hoy entre nosotros, los desdichados catalanes del tiempo del procés, ¡qué grandes tragedias escribiría sobre lo ridículo del poder, sobre la codicia infinita y la avara pobreza de los catalanes ricos, sobre su fascinante capacidad de apuñalarse por la espalda, sobre la mezquindad de sus pretensiones viles!.

Cuando pienso en Falstaff no puedo evitar acordarme de aquél Falstaff de Orson Welles rodado en España (en la lejana y sola y soriana Calatañazor), la deslumbrante "Campanadas a medianoche". Y entonces se me viene la figura de Oriol Junqueras, sirviente bonachón y esforzado de Puigdemont, a quien el presidente dejó plantado para poder huir. El criado fiel cuyo sacrificio le permitió acceder a la buena vida en el palacete de Waterloo, reyezuelo de sainete español. ¡Y ahora se permite repudiarle en el campo de Perpiñán!. Veremos lo que tardan Comín y Ponsati en convertirse en Falstaff. O en Guildenstern y Rosencrantz. Pienso en Laura Borràs, que tiene el aire de una Falstaff inminente.

Mientras tanto, en Cataluña -en la Cataluña española y no en la francesa-, hay muchos que pugnan para obtener el cargo de bufón y adulador de la Corte que dejó vacante Junqueras. Ahí tenemos, entre otros, al inenarrable Jordi Galves (antes Gálvez), un hombre que fue un buen crítico literario y ahora no conoce otra ocupación que la de adular al reyezuelo zarzuelesco de Waterloo con artículos que promueven la vergüenza ajena más solemne. Si quieren experimentar esta variante de la vergüenza, cliquen aquí y lean lo que escribe el desdichado. Yo apostaría a que Gálvez leyó a Shakespeare en el pasado. Pero o bien no le hizo provecho la lectura o bien, una vez convertido en Galves, la olvidó. El procesismo obra grandes milagros, y el de la ignorancia súbita es frecuente.

Mañana (o quizás pasado) escribiré sobre la Plataforma per la Llengua y la Oficina dels Drets Lingüístics. Quizás sea un tema menos shakesperiano, pero merece una misa catalana.

5 comentaris:

  1. Hay quien afirma que todo está ahí, entre William, Jorge Luis y Miguel...."

    Creo, a mi modesta opinión, que falta la molécula de Goethe, y sólo hace falta un libro para darse cuenta de lo que es el ser humano: Fausto.

    Allí hace hablar a Mefistófeles, y allí el Dios del Mal pronuncia la frase que creo los políticos, Arthur en cabeza, se han aprendido de memoria : "cuando no tengas ideas intenta inventar palabras" .

    PD: He pasado por el enlace del susodicho que nos remarcas. Se puede ser admirador de una persona, pero es que el lenguaje empleado huele a subvención para muchas mongetades i vi del Priorat, y el personaje se me da de que es un fan de ambas cosas.
    salut

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    1. Es muy posible que se deba añadir a Goethe. Y a otros, claro. Sería muy complejo elaborar la lista correcta. En cualquier caso, el Galves (antes Gálvez) parece bastante asiduo a la cosa del Priorat: la forma de redactar lo delata.

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  2. Lo que os pasa es que no sois dinámicos, ni ilustrados, autocríticos, inconformistas, revolucionarios, creativos...

    "El poble que segueix Puigdemont, no només és la majoria del poble, també és segons les enquestes la part més dinàmica, més il·lustrada i autocrítica del poble, la més inquieta i inconformista, la més revolucionària i creativa. La més perspicaç."

    Tanto si le untan como si no, hay una frase hecha antigua que le viene como un guante a este tipo: "Si es más tonto, no nace"

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    1. La cita es quizás la mejor frase del artículo. He buscado las encuestas que usa para su afirmación y no he dado con ellas. Como no soy perspicaz, supongo que es normal.

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    2. A mi, cuando la he leído, J. VICENTE, me he dado cuenta de que he empezado a formar parte del "poble"...me he quedado inquieto
      Salut

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