20 d’ag. 2018

El malestar en la cultureta

Resultat d'imatges de bolsilibros bruguera

La consellera de cultura de la Generalitat no tiene claro si la literatura escrita en castellano por escritores catalanes es literatura catalana o no lo es. Estamos en 2018 y sigue sin resolver el viejo enigma. Esa preocupación es antigua, empieza a tener visos de debate clásico, aunque clásico y antiguo sean más bien antónimos.

Hay varios problemas detrás del debate. Hay algunas obviedades: nadie habla de "literatura belga", si no de literatura francesa (o flamenca). Por otra parte, Roberto Bolaño (en el documental "La batalla futura") afirma que no hay literatura chilena o peruana, si no literatura española. ¿De dónde sale la novela chilena? se pregunta. No sale de Skármeta o de Isabel Allende, si no de Cervantes, responde. Lo mismo sería aplicable a la novela catalana, pero eso, aquí, resulta casi una provocación.

Si los autores catalanes que escriben en español son proscritos de la cultura catalana, nos encontramos con un panorama catalán verdaderamente triste, en el que solo hay mediocridad. Solo pensando en el presente, si eliminamos a Marsé, a Vila-Matas, a Mendoza (por nombrar solo a algunos) ¿con qué debemos conformarnos? He ahí uno de los problemas que deben atormentar a la Consellera. Entre otros, claro

El novecentismo catalán, hace ya algo más de un siglo, descubrió que no existía novela catalana y se pusieron manos a la obra. Se habían dado cuenta de que la literatura catalana solo producía poesías, unas bucólicas y pastoriles, y otras patrióticas. Con lo cual la literatura catalana no podía presentarse ante el mundo. Estimularon el ensayo y la novela, pero los resultados están a la vista. Durante muchísimos años, la única aportación notable de la novela catalana fue "Vida privada", de Josep Maria de Segarra. Y cabe añadir algo. Uno de los promotores del novecentismo es Eugeni d'Ors, que terminó marchándose a Madrid y escribiendo en español. Que ya es mala suerte.

Para caso de mala suerte también está el de Josep Pla, quien aunque escribía en catalán nunca fue aceptado por los mandamases de la cultureta. Solo nos quedaría reivindicar "La plaça del Diamant", una novelita discreta y correcta que quizás no sea más que un cuento largo pero que, en tanto que retrato de la Barcelona menestral, se queda a varias leguas de los textos de Juan Marsé

Adrià Pujol, el traductor, escribió hace poco que el mal estado de la literatura catalana es tremendo, y que se necesita una reforma urgente del panorama: repensar los premios y "decrecer" la edición son algunas de sus propuestas, aunque también apunta a la baja calidad de los autores y a la escasez de ambición. Pero es posible que se deban repensar más cuestiones. Una de ellas la propia definición de "cultura catalana": ¿por qué resulta imposible admitir que la cultura catalana lleva muchísimos años siendo irrelevante? ¿Por qué se insiste en confundir cultura popular con cultura del mismo modo que se presenta como "novela" un simple texto de entretenimiento?

En tiempos de los "Bolsilibros" de Bruguera, nadie pretendía que aquellas novelitas fuesen consideradas novelas, nadie pretendía hacerlas pasar por cultura. Y sin embargo hoy, hay una amplísima producción (pienso en la novela negra) que, sin superar el nivel literario de los "Bolsilibros" de Bruguera, pretende ser novela. Y no vale el cuento de que lo importante es crear afición por la lectura, porqué está demostrado que nadie que haya crecido leyendo a Harry Potter se ha pasado a Shakespeare. Aparte de la novela negra de escasa calidad, lo demás que se produce en catalán cae dentro de lo que Adrià Pujol califica de "autoficciones" sin interés. Si alguien se quiere molestar leyendo autoficciones contemporáneas de calidad, que se remita a Cartarescu por ejemplo.

El problema persistirá. Porqué hoy, alentado por el monstruo del nacionalismo, cualquier duda, cualquier crítica o cualquier autocrítica hacia la cultura catalana se interpreta como una agresión. Y así se sigue labrando el camino hacia el abismo. De nada sirve que alguien advierta de que se pordía haber cruzado el punto de no retorno y que, aquella cultura que se jactaba de haber sobrevivido al franquismo, podría perecer en manos del nacionalismo catalán.

3 comentaris:

  1. Sí, Lluís, completamente de acuerdo. El panorama literario catalán -me refiero a lo que se escribe en catalán- es un auténtico erial. Salvando unas escasísimas excepciones de poesía, lo demás tiene una calidad pésima. El noucentisme no logró que se escribiera una buena novela y creo que después de aquellos "tiquismiquis" que confundieron la belleza del detalle con la concepción general del argumento ya nada se ha producido con valor literario. El pensamiento único, la intolerancia, el fanatismo, la ñoñería de los medios locales de comunicación o la interpretación sectaria de la realidad no favorecen en nada el surgimiento de una narrativa digna de ser considerada. Una "cultureta" que ha aborrecido la obra de Joaep Pla o que encumbre a un grupo de amiguetes escribidores no puede llegar a ningun sitio, está condenada a permanecer encerrada en su corralillo.
    Abrazos
    Francesc Cornadó

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  2. De entrada, volver a repetir lo que he repetido una y mil veces, que los anónimos no son más que una representación cobarde del que no tiene la valentía de formar.

    Y a lo que voy. Dice Gregorio Morán, y no le falta razón, que no hay países buenos ni malos, sólo existe gente decente y gente indecente. La gente indecente, y esto ya lo pensamos muchos, es la que detenta el poder y se considera con la vara de medir honestidades. Así, se puede considerar decente un documento que firman 280 "académicos", en su mayoría dependientes de la Generalitat como funcionarios, asesores o subvencionados y que presenta la emigración obrera a Catalunya de los años cincuenta y sesenta como "instrumento del franquismo para la colonización lingüística" (sic) y de ahí el "Manifisto de Koiné"

    O sea, y vuelvo a reescribir, que la clase obrera que contribuyó de manera decisiva a la riqueza de Catalunya, explotada, mal pagada, en condiciones muchas veces infrahumanas y durante décadas, ahora resulta el agente definitivo del franquismo contra Catalunya y su lengua..

    Había pués, dos lenguas, una negra y otra blanca. Los negros que no se adaptaron a la lengua blanca son culpables de colonizar Catalunya, y así se trasfiere en el manifiesto susodicho, en su Punto Tercero, y que firman todos estos intelectuales subordinados al erario :

    3. Constatem també que, com sol ser típic dels processos de dominació política lingüística, el mecanisme per a aconseguir la implantació del castellà a Catalunya va ser i continua essent la bilingüització forçosa de la població. Un procés que va costar segles i que fins el 1939 encara era força precari pel que fa a la major part de les classes populars. El règim dictatorial del general Franco va completar tanmateix en dues generacions aquest procés de bilingüització forçosa mitjançant la repressió politicojurídica de l’ús del català, l’ensenyament obligatori i l’extensió dels nous mitjans de comunicació, tots dos absolutament en castellà, i la utilització d’una immigració arribada de territoris castellanoparlants com a instrument involuntari de colonització lingüística.

    Lo patético, es que muchos de los firmantes son hijos de los que huyeron de los pueblos donde sus padres pasaban hambre. Hoy, y por lo que parece, el principal problema es la colonización lingüística.

    No hay como ser un apecebrado del sistema y llamarse escritor "vernáculo", aunque toda la familia haya venido de la inmigración para ganarse honradamente las "gorrofes".


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  3. El talento creativo en cualquier rama del arte no se puede "estabular" desde el poder de turno, como si los escritores y artistas en general fuesen reses de ganado a las que se puede reproducir y engordar según la demanda.

    Pero hay algunos que viven muy bien a costa del pesebre, aunque den una "leche" de calidad mediocre y muy floja, que solo es apta para las dietas bajas en calorías ideológicas.

    El punto tres del manifiesto de marras es una clara manipulación del pasado. Históricamente, el catalán ha sido una lengua con mucha implantación en las zonas rurales, pero en las ciudades y las villas de Cataluña, el castellano era la lengua vehicular de la élites, los profesionales, y de las clases medias. El "monolingüismo" catalán, es una falacia bastante burda de nuestros "separatas", que se añade a la patria "inventada".

    Saludos.

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