23 d’ag. 2021

Entre la minifalda y el velo

Hace unos pocos años cayó en mis manos un librito sobre el velo islámico. La autora, una profesora universitaria de la rama de la sociología, expone allí que no hay diferencia alguna entre el velo y la minifalda: ambas prendas obedecen a la elección de la mujer que se la pone. Siguiendo con su argumento, la profesora sostiene que criticar el velo es lo mismo que criticar a la minifalda: la vieja tradición patriarcal de meterse con las prendas que eligen llevar las mujeres. Será por eso que el librito se titula El velo elegido.

En el mismo librito se cuenta el origen del velo, a través de unos pasajes del Corán en donde el Profeta aboga por respetar la intimidad, el pudor y la privacidad por el medio de tender una tela entre quien entra en una casa y quien le recibe. Dato llamativo: en esa escena, los dos personajes son hombres. El velo aplicado a la mujer, por consiguiente ¿es una mala interpretación del texto sagrado?

Bueno, no me voy a meter a hermeneuta a esas alturas: bastante tengo con intentar comprender nuestra realidad cotidiana. Aún así, me permito aventurar algo: todos sabemos que el pecado está en la mirada y no en el objeto. De modo que, si se trata de soslayar el pecado ¿no sería mejor cubrir con un tupido velo los ojos del hombre que mira en vez de ocultar el pelo de la mujer mirada?

Pero no me negarán que, si lo que cuenta ese librito sobre el origen del velo es cierto, resulta bastante curioso que el velo termine cubriendo la cabeza de la mujer. Me viene a la memoria una escena de la fantástica cinta "Kandahar" (Mohsen Makhmalba, Irán, 2001) en donde un médico (un ginecólogo) debe explorar a una paciente y lo hace a través de una cortina que dispone de un orificio efectuado a la altura exacta. La imagen no solo resulta algo ridícula, sino que también contiene algo bochornoso, quizás perverso. Vamos a dejarlo ahí.

Tras leer el librito de la profesora universitaria se me ocurrió investigar un poco por ahí sobre otras lecturas del velo. Encontré un ensayo breve, poético y francés, en donde se cuenta que el origen del velo es cristiano, y que fue adoptado por los musulmanes (es decir, las musulmanas) tras algunos siglos: ¿apropiación cultural? ¿sincretismo religioso?. Sin ir más lejos: siendo muy joven mi madre, por entonces estudiante de arte, se fue a Italia de excursión de final de curso de la Escuela Massana de Barcelona y visitó el Museo Vaticano. A su entrada, recordaba ella, se le ordenó cubrirse los hombros (estamos en verano de 1953, no en siglo XV) y ponerse un velo en la cabeza. Creo que el cubrimiento de hombros todavía se les exige a las mujeres en tan santo lugar.

Tras buscar un poco más di con los textos de varias mujeres de origen musulmán que aborrecen el velo, lo tachan de imposición vergonzante y de ejercicio indigno de control masculino. Una de ellas hacía una mención casi explícita a la profesora universitaria cuyo librito leí anteriormente, y la acusaba de relativista cultural, de practicar la superioridad moral y, en definitiva de ser incapaz no solo de comprender si no de empatizar con las mujeres musulmanas a quienes se les impone el velo.

Algo más tarde tuve la oportunidad de asistir a una charla que daba la profesora universitaria. En el turno de preguntas del público le conté brevemente las críticas que había leído des del sector feminista y contrario al velo efectuadas por mujeres españolas de origen musulmán. Le pregunté por eso. Me miró con cierto pesar, entornó los ojos y me soltó: yo soy académica y profesora de la Universidad, las personas que me citas no lo son.

Me quedé algo chascado con la respuesta tan poco afortunada y comprendí, al mismo tiempo, que la distinción entre profesores universitarios y simples ciudadanos también iba dirigida a mi, por lo cual me abstuve, prudente, de ninguna réplica.

Hace un par de días, una columnista de un periódico catalán (y solo en catalán) expuso brevemente el argumento contra el velo, negando que las mujeres que lo llevan lo hagan por elección libre. Luego leí los comentarios de los lectores y me quedé horrorizado: se expresaba allí una larga lista de opiniones xenófobas y agresivas en donde se mezclaba el velo con el uso mayoritario del castellano por parte de la comunidad musulmana, se mencionaba la colonización del islam en tierras catalanas, y todo aderezado con acusaciones y amenazas: las minorías suelen comportarse con una enorme violencia cuando se enfrentan entre sí.


10 comentaris:

  1. La cuestión es estudiada por doctos y padecida por mundanos.

    podi-.

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    1. Y nunca más apropiado. Los doctos (o las doctas) suelen tener una actitud paternalista curiosa, justamente quienes son las que advierten del paternalismo de los demás.

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  2. Aquí nos tropezamos con el dilema de si la portadora del velo lo hace por propia voluntad, o presionada por la familia o el marido.

    Si estas mujeres tuviesen la certeza absoluta de que nadie las criticaría por no usarlo, ¿ lo seguirían llevando ?.

    Un detalle que casi nadie conoce, es que las judías ortodoxas tampoco muestran su propio cabello en público, usan pelucas, o en su defecto pañuelos para cubrirlo.

    Buena respuesta la de la ecdémica, con eso demuestra la distancia que existe a veces entre una parte del mundo académico y la realidad. Se miran el ombligo, y están encantados de haberse conocido a si mismos.

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    1. Lo más curioso de la señora académica es que dice hablar en nombre de las mujeres no-académicas, pero cuando se le cita a las no-académicas te responde que las no-académicas no tienen derecho de réplica. Fantástico, oiga.

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  3. Lo del velo debe ser algo así como un aparato coercitivo con hondas raíces y ramas en el interior de cada mujer. Asumido en mayor o menor medida, ya no sé. Obsérvese que al ir por la calle las personas nos dirigimos la mirada y muchos de nosotros las sostenemos y con mujeres occidentales, hasta con ciertos mensajes rápidos y pasajeros que pueden denotar interés, curiosidad, afán de comunicación y acercamiento incluso, o...lo que sea. Imposible ese ejercicio que no considero por sí mismo nada agresivo con una mujer musulmana de velo, y eso que ya pululan mucho por las calles. No discuto su sentido del pudor, pero es algo que me llama tanto la atención... Esas raíces, ese ramaje, esa religión y moral, tal vez. Naturalmente puede haber otras razones. Solo era un comentario bienintencionado, por supuesto.

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    1. Es muy probable que esas costumbres, tradiciones o imposiciones se vayan perdiendo con el paso de las generaciones. Sin embargo, como eso también lo saben los defensores de la tradición lucharán hasta el fin por mantenerlas. Eso lo conocemos muy bien en Occidente y mucho en España, sobra decirlo. Por no hablar del nacionalismo carlista catalán, que está a poca distancia de lo anterior.

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  4. "...ambas prendas obedecen a la elección de la mujer que se la pone..."
    Curioso argumento, pero vamos al meollo desde mi perspectiva teológica.
    De entrada el velo no es una imposición coránica. No hay en el Corán parte alguna donde esté escrito. Lo dice Mircea Eliade y Cesar Cantú (dos de los más importantes historiadores de la religión), aparte que he leído el Corán y no cita nada de esto.
    ¿Qué es lo que sucede entonces?
    Debemos entender que Mahoma no fundó en el 640 d.C, ninguna autoridad temporal, no instituyó iglesia, ni Estado , ni poder político .
    Es posible, muy posible, que los ulemas, o predicadores del Corán, hicieran con el velo como se hizo en el cristianismo con la castidad de los monjes predicadores de la Biblia.
    El que se casa hace bien, dijo Jesús, pero el que no lo hace hará mejor.
    La idea que tengo, es que a la mujer, siempre velada y en segundo término en el Corán, la Biblia no la trata mejor y la Torá tan siquiera la trata; que cuando se habla del velo sellado de la mujer cuando su esposo se alce con otras esposas (hasta cuatro si las puede mantener, pues la idea es dar hijos al Alá), se haya convertido de simbólico a literal, tal como he explicado en el sacerdocio en los cristianos, y de ahí a una costumbre que ha pasado a ser acto de fe, de tal manera que cuanto más cubierta, más se acerca a la idea religiosa.

    Por otra parte no comparto en absoluto las ideas de la conferenciante. Estoy convencido que las mujeres van cubiertas por miedo a ser denunciadas, porque nadie negará de la influencia de los medios de comunicación para que ellas se sientan parte de este mundo , hagan e imiten, y eso se llama moda, el estilo o las maneras occidentales del vestir.
    Lo hacen con las marcas de ropa, los bolsos, los zapatos, la lencería (uno de los artículos más vendidos en todo oriente), y todo lo referente al sector. ¿Porqué no lo harían con la manera de vestir occidental, cuando sus maridos e hijos van con harta frecuencia con corbata si es necesario?.

    Es una opinión.
    Salut

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    1. Por lo que yo he leído, en el Corán efectivamente, no se impone el velo a las mujeres. Y el cristianismo, ciertamente, ha sostenido durante muchos siglos el sometimiento de la mujer con muchas y variadas imposiciones, prohibiciones y etc. Por lo que se, en efecto al judaísmo tampoco le ha faltado ser segregador.
      La conferenciante que cito, en efecto, me pareció una persona tramposa que usa argumentos pretendidamente académicos para reafirmar una conclusión previa: su hipótesis de partida sería algo así como ¿verdad que el velo es una prenda elegida libremente y que quienes lo critican son los mismos que critican la minifalda?

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  5. Como buen seguidor que soy del insigne académico "Dr. A Posteriori", se me ocurre que a esa profesora se le podría haber contestado algo así como "ni me convencen sus razones ni me parecen siquiera dignas de una persona culta, independientemente de los títulos y diplomas que pueda tener"

    Dicho lo cual, yo estoy convencido de que hay mujeres musulmanas con diferentes opiniones respecto al velo, dentro de un amplio abanico, desde la que se lo pone porque le obligan hasta la que se lo pone y lo defiende de todo corazón. Igual que pasaba y aún pasa con algunos ciudadanos del ámbito católico (esas mantillas que se pone la Cospedal...). De la misma manera que existen mujeres muy machistas (yo he conocido algunas), otras que lo son sólo un poquito y otras que son feministas a tope.

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    1. Me siento incapaz de afirmar que el velo sea elegido o impuesto en términos absolutos. Algo me induce a pensar que, en la mayoría de los casos está más bien impuesto por la presión del grupo, no solo de los hombres o de los mulás.
      Otro dato a tener en cuenta sobre la señora académica es que se ha destacado mucho denunciando conductas machistas, acoso y persecución en su ámbito (el universitario). A mi me parece raro que alguien tan avezado en descubrir el heteropatriarcado en un espacio sea incapaz de verlo en otro.

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