23 de maig 2021

Pedro Subercaseux pintó a Diego de Almagro


Pasé un tiempo investigando la figura de Diego de Almagro, el hombre que quiso conquistar Chile y terminó muerto a manos de Francisco Pizarro, quien antes fue su buen amigo. Los conquistadores y sus hechos, hazañas y heroicidades me importan más bien poco. Si me fijé en Diego de Almagro es porque en él todo es desastre, mala suerte, enfermedad e infortunio. No hay conquistador más desdichado que ese hombre, nacido en Almagro y muerto en Cuzco, al garrote vil, tras perder contra Pizarro una de las primeras guerras civiles españolas. Uno diría que España exportó conquistadores e importó guerras civiles.

¿Qué debe de ser lo que me atrae tanto de Diego de Almagro? Bueno, pues a decir verdad, casi todo. Hijo ilegítimo, pendenciero, tuerto, feo, rencoroso, avaricioso, mangante, liante, codicioso… Diego de Almagro compone un fresco sobre la naturaleza humana que pocos pueden igualar. Envidia de muchos. Sin embargo, Almagro me parece cercano aún sin compartir todas sus debilidades. Almagro suspendió en cuantas empresas se propuso. Diego de Almagro es la antítesis del emprendedor, lo más opuesto al éxito, el hermano íntimo del fracaso. El más humano de todos quienes se fueron a América para hacerse ricos y poderosos. Quizás exagero en eso: digamos que Almagro es el paradigma de los que fracasaron, que debieron ser muchos.

La conquista de Chile en el intento de Almagro empezó mal y terminó peor. Diego se perdió por el desierto de Atacama, durmió bajo la sombra de los tamarugos. Creo que Werner Herzog podría hacer una gran película sobre Diego de Almagro, que tiene algo de Fitzcarraldo y de Aguirre a la vez.

Así pues, investigando sobre el conquistador, di con las pinturas simbolistas e idealizadas que hizo de él un pintor chileno llamado Pedro Subercaseux a principios del siglo XX. Detallista y muy colorista, Subercaseux pinta a Almagro tuerto, y es el único retratista de Almagro que recoge esa característica suya. Si uno se fija bien en el cuadro titulado “Almagro llega al Valle del Copiapó”, descubre que al héroe le falta el ojo derecho. Me puse a buscar la obra de Subercaseux, pero caí en la tentación de fijarme en su biografía. Las tentaciones están por algo, y ese algo es la atracción del abismo.

Pedro Subercaseux se casó joven pero luego se hizo monje. Abandonó el matrimonio y la vida mundana y se metió en la vida monacal, que le deja más tiempo libre a uno. Hay fotografías de él, todavía bastante joven y apuesto, vestido con el hábito de monje. Es curioso de veras: Subercaseux es uno de los primeros dibujantes de cómic de la historia. Creó al personaje de Federico von Pilsener, tipo alemán y regordete que anda en compañía de un perro salchicha llamado Dudelsackpfeifergeselle. A Federico le mandan a Chile para investigar las tradiciones y las cosas chilenas, motivo que a Subercaseux le permite reírse de los estereotipos alemanes y de los chilenos a la vez, en una bella carambola. Subercaseux firmó sus cómics con el pseudónimo de Lustig para enmascarar esa faceta suya, que debió considerar inferior a su labor como pintor de los grandes momentos fundacionales del estado de Chile.

Sus pinturas son tan grandes como impresionantes, aunque hay algo en ellas de la estética del cómic. Subercaseux es un pop antes del pop, demasiado vibrante en el color y demasiado amanerado en el gesto. Convierte en epopeya tecnicolor las desgracias de Almagro y sus desdichados seguidores. Pero eso debe de ser un mérito. Todos pretendemos recuerdos en tecnicolor.

Lo mismo le sucedió a una antepasada mía que se marchó a la Argentina en los felices 20. De ella conservo una fotografía en sepia. Está sonriente, esplendorosa, curvosa y muy maquillada. E inevitablemente deseable. Mi familia jamás me quiso contar cómo terminó esa mujer su aventura allende los mares, pero yo sé que fue una conocida prostituta del Río de la Plata, codiciada por españoles ricos y luego por argentinos de media clase y más tarde quién sabe. Si el monje Subercaseux la hubiese pintado, lo habría hecho con amarillo limón, rosa fucsia y malvas muy subidos. Y azul de Prusia. Con toques dorados en algunos ángulos.






4 comentaris:

  1. No sabía nada de Subercaseux. Visto el dibujo, que sabes me apasionan, encuentro una técnica similar a lo de los dibujantes al uso del Tbo de los años 20 y 30.
    Buscaré algo más de él. Me has abierto el apetito.
    Salut

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  2. Pilsener (también pils, pilsner o cerveza tipo Pilsen) es el tipo de cerveza lager elaborada originalmente en el siglo XIX en la ciudad de Pilsen, al oeste de la región histórica de Bohemia, en el entonces Imperio austrohúngaro (actual República Checa). Están hechas con maltas de Moravia tipo pilsen, agua de baja dureza y sobre todo con lúpulo checo de Zatec (Saaz) que varía del 2 al 5 % de alfa ácidos, y es fermentado con levadura de baja fermentación. Es una bebida de color claro y su contenido de alcohol es medio (de en torno a 3 al 5 %) al igual que su extracto.[1]

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  3. Si Juan Carlos Esparcia Frías, recuerdo que las primeras cervezas Damm, las que llevaban grabadas la inscripción de la marca a fuego en el vidrio, ponían aquello de "cerveza al estilo Pilsen".
    Te dejo una foto..

    https://www.todocoleccion.net/coleccionismo-cerveza/2-botellas-cerveza-damm-33-cl-anos-70~x181215100#sobre_el_lote

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