18 de des. 2019

Wad-Ras no rima con Borràs

foto de Javier Liste Limés.

Si atacan a una, nos atacan a todas. La frase, ejemplo didáctico de distorsión cognitiva (en este caso se llama "sobregeneralización"), procede de otro ámbito. Pero es aplicable al pensamiento trastornado de una tribu en concreto. La catalana. Aunque sea un caso de pensamiento trastornado, en Cataluña funciona muy bien y permite obtener grandes beneficios. Que se lo pregunten a Pujol senior.

Pujol el viejo dejó un agujero tan grande en Banca Catalana como la Fosa de las Malvinas (la comparación no es mía, es de Francisco Casavella, en "El día del Watusi"). Cuando la justicia fue a por él, convenció al pueblo de que la justicia iba a por él por ser catalán, por ser nacionalista catalán. Si me atacan a mi nos atacan a todos, vino a decirnos el Sátrapa. Y le funcionó de maravilla. El pueblo se echó a la calle, gritaron hasta quedarse afónicos. Recuerdo la crónica: hubo quien le gritó "President, desperta ferro!", el grito de guerra de los almogávares de Roger de Flor.

Nunca sabremos lo que sucedió luego. ¿La justicia se amedrantó? ¿Alguien movió los hilos con tan gran pericia que consiguió el milagro? Fuese lo que fuese (los conspiracionistas pueden opinar), Pujol se fue de rositas. Y ahí sigue.

El fenómeno se repite en 2019 con la señora Laura Borràs. Aunque Borràs duplica en altura al Garbancito del Eixample, usa la estrategia del gran pequeñajo. Lo que sucedió con las adjudicaciones de contratos durante su época como directora del Institut de les Lletres Catalanes, el ILC (¡solo les faltaba eso a las desdichadas letras catalanas!) tiene todo el aspecto de ser solo una muestra, la punta del hilo que asoma y del cual, tirando de él, puede caer la madeja entera. No sería de extrañar que, al final de la madeja, cayese un gato (o una gata) agarrado a ella. Vamos a esperar. Será una espera llena de ilusión.

De todas formas cabe reseñar que, en esta ocasión, ha habido una aportación nueva. Esta nueva aportación tiene nombre y apellido: se llama Bel (Isabel) Olid y es una señora de la CUP. Si no me equivoco, Bel Olid se autoproclama escritora. Sostiene que ha publicado más de un libro, pero desconozco títulos y referencias y, además, me da mucha pereza documentarme sobre el caso. Me suena que ha publicado algo sobre autosatisfacción sexual femenina. Creo.

Bel Olid escribió un tuit en el cual asegura que Borràs es persona de proceder intachable. No es un tuit maravillosamente escrito pero se expresa bien, e incluso suelta alguna frase enigmática, lo cual se le agradece. Explica que trabajó para Borràs. Se infiere que trabajó "con" ella en el ILC, pero no lo explicita: ¿en calidad de qué debió de trabajar con Borràs? ¿Trabajó con ella o bajo su mando (que no es lo mismo)?. Y, a continuación, Olid asegura que la imputación de Borràs obedece a la pérfida justicia del estado opresor (la señora Borràs se desplaza en un Jaguar, el vehículo típico de los colectivos oprimidos), y que se la persigue por ser diputada de Junts per Catalunya, el partido del señor del chalé en Waterloo. Tal cual lo oyen. Ni miento ni interpreto. Una señora de la CUP (el partido de la izquierda radical, trotskysta-leninista) acude en defensa de una diputada de la derecha nacionalista populista. Y lo hace sin que se lo hayan pedido. Lo hace por amor. ¿A la Patria?. Si nos atacan a una, nos atacan a todas, supongo que habrá pensado Olid.

Recuerdo que, en unas elecciones catalanas recientes, se presentaban tres señoras de la intelectualidad catalana, intelectualas y escritoras, cada una en su lista correspondiente. Esas tres señoras eran Laurà Borràs, de JxCat, Bel (Isabel) Olid por la CUP y por fin Jen (Jennifer) Díaz por ERC. Todo bien atado. Borràs obtuvo algún cargo, y el destino de las otras dos lo ignoro, pero no debe ser muy brillante. Lo dicho: las letras catalanas siguen en caída libre y diría que pueden ir a peor, por difícil que parezca. Pero no lo olviden: hacia abajo no hay límite.

¡Enfin! Años atrás el señorito Pujol tuvo que espabilarse por llamar a la tribu en su defensa y ahora, cuando le toca a Borràs, ella no debe molestarse en convocar a la tribu para que la defienda ante los jueces. Lo hace en su nombre la representante de la extrema izquierda. ¿Para qué molestarse en hacer algo cuando te lo puede hacer la criada? habrá pensado Borràs. O bien: "Debo acudir en defensa de la Señora, que siempre se portó muy bien conmigo cuando yo era su sirvienta", habrá pensado Olid.

Por fin hemos dado con el "fet diferencial català" (el hecho diferencial catalán), ese fenómeno nunca visto pero siempre cacareado: en Cataluña, cuando a un político de derechas le imputan por falsedad documental, malversación,  prevaricación y falsificación, le defiende la extrema izquierda. ¡Por fin! Por fin sabemos lo que nos hace únicos y especiales ante el mundo. No tardará en salir el tertuliano o el columnista que, a partir de esta curiosidad idiosincrática, nos demuestre que es por eso que Cataluña es una nación.

Esperaré con ilusión las evoluciones del caso, pero me permito augurar que Wad-Ras no rima con Borràs. No me hagan mucho caso, son cosas de catalanes.

6 comentaris:

  1. Lo curioso del caso es que si la noticia la da un diario llamado Crónica Global, te dirán que es de poco fiar y que de seguro es una fake; si la da el Punt/Avuí, te dirán que está bajo secreto de sumario y que mientras no se demuestre nada todo viene de las cloacas del estado, que es justamente lo que se está diciendo. Todo muy a su ritmo.
    Lo que no podremos negar es que la señora tiene gusto, el Jaguar es de élite, de empaque y prestancia, de burguesía venida a más ¿a más o a Mas?, no se, pero es que este juego de palabras me emociona.
    Salut

    ResponElimina
    Respostes
    1. También es curiosos ver como trata la noticia La Vanguardia, quien te ha visto y quien te ve. Lo de la Vanguardia tiene algo de bipolaridad, porque una cosa es ser plural y otra muy distinta bipolar. Quizás tenga algo que ver la subvención del governet.

      Elimina
  2. La cárcel de WadRas está en el acomodado barrio de la Vila Olímpica de Barcelona. La cárcel en mitad de la ciudad.
    Junto a la cárcel hay construcciones extrañas. Supongo que todos habéis visto con una mezcla de sensaciones las fotos del campo de golf, no sé si en Ceuta o en Melilla, cuyo límite es la valla fronteriza en la que a veces están encaramadas algunas no-personas que miran atónitas el sueño al que aspiran, que dista dos metros de distancia y 50 o más años de burocracia, sufrimiento, palos y enfermedades mentales. Digo no-personas no porque dude de su humanidad, sino porque su vida depende de un papel y mientras no llega los convierte en seres abstractos, no son una cosa ni otra y están condenados a vivir en los metros colindantes a la valla. Y eso es una vida de no-persona.
    Me pierdo. Decía que junto a la cárcel hay construcciones extrañas. Hay casas normales, y casas de lujo cerca de la cárcel. Pero pegadas a ésta hay unas instalaciones deportivas. Unas pistas de pádel y un hoyo de golf. Si alguien quisiera escapar de la prisión de mujeres de WadRas por el muro trasero debería superar éste, junto a la alambrada posterior, para caer en un foso de unos 3 metros de ancho donde suele haber un coche de los Mossos y cientos de pelotas de golf. Después otro muro alambrado, y caería o bien a las pistas de pádel o al hoyo 1 de Icaria.
    Junto a la cárcel se desarrolla un ritual cada atardecer. Cuando termina el turno de visita, los familiares o amigos de las reclusas se sitúan en las aceras colindantes a las otras rejas para dedicarse la última conversación. La cárcel es tan vetusta, gracias a la tradicional preocupación de nuestros nacionalistas por los presos, que basta con pasar por allí para escuchar a las presas, que abren ventanas a voluntad.
    Por esos muros se cuelan las voces y supongo que el frío. Estremece escuchar las risas dedicadas a los seres queridos para que su vida sea más fácil. Y los idiomas escuchados son el mejor barómetro social de las injusticias o de las consecuencias de la falta de oportunidades, o de la inconsciencia, o de la desesperación, lo que queráis pensar, digo, la babel de allí suele estar formada por un par de rarezas hablando en catalán, varias personas negras hablando en inglés o lenguas africanas insondables, portugués y abrumadoramente el español. Dentro del español, los preciosos acentos latinos son los mayoritarios.
    Todas y cada una de estas personas, las que veo en la acera, impresionan tratando de hacer la vida mejor o más llevadera a las mujeres al otro lado.
    Pero viendo durante años estas escenas es cuando uno sabe que jamás Laura Borràs tendrá a un familiar, novio, amiga, en la acera para apoyarla. Porque jamás estará dentro. Esa es la cruda realidad de la cárcel de WadRas. No hay ujeres catalánoparlante encerradas salvo excepciones. Y cada una de ellas es un drama. Pero el mapa de la exclusión en Barcelona habla idiomas muy concretos.
    WadRas es un nombre de prisión de mujeres que me parece urgente cambiar YA.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Me ha emocionado tu texto, Javi, de veras. Conozco la cárcel de Wad-Ras y sus entornos y esa vida que transcurre a su alrededor. Wad-Ras es, además, un lugar invisible, del que no se habla ni se muestra. No hay películas, ni documentales de tv sobre Wad-Ras. Estoy seguro de que la mayoría de los barceloneses menores de 40 no saben ni que existe. Y a eso venía mi texto, menos bueno que el tuyo: Borràs no estará nunca en Wad-Ras. Esa cárcel no está pensada para personas como ella.

      Elimina
    2. Muy buena observación, JAVI. Muy buena. Otra perspectiva en la que no me había fijado
      Gracias.
      salut

      Elimina
  3. Wad-Ras es un lugar que no existe. Las cárceles, salvo apogeos publicitarios interesados, no existen. Y como dices, Wad-Ras no existe a pesar de estar en medio de la ciudad. La gente, cuando pasamos al lado, tratamos de distanciarnos. Supongo que es una reacción humana normal.
    Recuerdo una manifestación kafkiana de familiares de presos de la Modelo que pedían que no se cerrara. Nuestros políticos pedían acabar con el símbolo de la Modelo. Pero los familiares de los presos tenían motivaciones más prosaicas como que la cárcel les pillara a tiro de metro.
    Los manifestantes que me encontré iban en dirección a Fondo. Claro.

    ResponElimina