13 de des. 2022

ORIOL, LO PEOR DE LA POLÍTICA -SEGÚN IÑIGO

El señor Urkullu recuerda los días previos al 1 de octubre de 2017 en Cataluña. Alguien le pidió que hiciera de mediador en el lío catalán, y Urkullu, lleno de buenas intenciones, se prestó. Urkullu repasa las personas con las que habló y de cada una de ellas esboza un retrato con muy pocas palabras. Pocas palabras y ninguna piedad para los líderes secesionistas que violentaron la democracia.
A Urkullo solo le falta parafrasear a Shakespeare: en octubre del 2017 el infierno estaba vacío, y todos los demonios estaban en Cataluña.
Iñigo les captó a todos: sibilino y astuto, formado en buenos colegios y de buena familia, pero mucho más inteligente y hábil que los cuatreros catalanes. Y aunque el vasco descabeza a todos los títeres (a Puigdemont le destripa con tres palabras bien puestas), uno se detiene ante lo que cuenta de Oriol Junqueras. Cuando el periodista le pregunta por el de Esquerra, Urkullu esboza una sonrisa ambigua, se detiene, piensa y, luego, por fin suelta: "Junqueras encarna lo peor de la política". No hay más respuesta: lo que sigue es el silencio y cuando la conversación se retoma es evidente que Iñigo ya no dirá nada más sobre Oriol, que cada uno saque sus conclusiones y se haga sus hipótesis. Yo me hice las mías.
Hoy he visto por un instante a Junqueras en televisión y me he acordado de Urkullu enseguida. El rostro altivo, la mirada errante, la soberbia, ese tono que destila maldad bajo su impostura de bondad hipócrita. Hay, en el verbo de Junqueras, algo de los peores curas de la literatura. Y no es por casualidad: junto al iluminado Jordi Cuixart, Junqueras es el otro santurrón del nacionalismo agresivo, el otro personaje que bordea siempre el lenguaje religioso.
¡Cuánta maldad debe haber en el corazón del hombre para tener que interpretar siempre a un santo de opereta!
Junqueras ha contado lo de siempre, lo aburrido, lo tan bravucón como falso.
Pero me ha devuelto a los terribles momentos de 2017, cuando él y su pandilla ejercieron una violencia deliberada y abyecta contra la mitad de la ciudadanía catalana en nombre de su fe verdadera. Y ha vuelto a las andadas: la terrible represión y blablablá, despreciando que la mayor violencia y la mayor represión de aquellos días no estuvo en las porras policiales: estuvo en él, en su asalto a la democracia y a la ciudadanía catalana que no piensa como él. Y eso se lo dice alguien que piensa que aquellos porrazos policiales fueron un error tremendo, fruto de la torpeza bíblica del PP.
Ahí lo tienen: lo peor de la política devuelto a la arena política por un extraño giro legislativo que le podría rehabilitar. Me acuerdo de Urkullu y de un verso de Extremoduro: "no lo entiendo o lo entiendo demasiado".

6 comentaris:

  1. "Iñigo les captó a todos: sibilino y astuto, formado en buenos colegios y de buena familia, pero mucho más inteligente y hábil que los cuatreros catalanes". La derecha vasca es mucho más lista que la catalana. Quizá porque han ido si cabe a mejores colegios.

    ResponElimina
  2. Es que la cosa va de curas. ¿O es que no saben ustedes de que el Sr Junqueras es del Opus?...ahhh, ¿y yo porqué lo se?, es la pregunta, Por dos motivos, la primera porque he estado siete años estudiando Teología en el Seminario Conciliar (no soy cura, sólo teólogo), y allí se sabía a ciencia cierta la ideología ultra de este señor, (si he dicho ultra, al menos en lo concerniente a la fé) que comulgaba con los capuxinos calzados e incluso con los jesuitas y mucho más con los de tendencia dominica.
    Y dos. Las llaves de Custodia de la Biblioteca del Vaticano situada en los sótanos del Vaticano (valga la frase), sólo la puede quien tenga la máxima confianza del Papa y quien ocupe un rango en la jerarquía de la fé. No olvidemos de que el Papa emérito fue guardador de la Santa Fe , ex Inquisición, e íntimo amigo del Sr Junqueras, y no olvidemos que el Sr Junqueras fue poseedor y custodio de las llaves durante tres años que duró su estancia allí.
    Nada se hacía en la Biblioteca, ni se entraba, ni se salía sin su permiso.
    Cada uno saque sus conclusiones.
    salut

    ResponElimina
  3. A Junqueras lo trajeron a TV3 por la mañana. Hasta la locutora marcaba distancia y se le veía que no estaba agusto en la silla, deseosa de acabar.
    Con su ojo de pirata, mirada altiva, no bien afeitado ,mirando al infinito.Sólo me quedaba con una palabra que repetía machaconamente: democracia, democracia y más democracia. Ya perdí la cuenta a qué democracia se refería y en que sentido la aplicaba, me había desacoplado.Lo vi más amargado, fruto quizás de su paso por la prisión, que marca para siempre.
    Me dio cierto miedo, que un ser como este, pueda volver a la política,aprovechando la nueva ley sobre la malversación, que Sánchez obstinadamente quiere meter como sea, al precio que sea.Cree que lo del independentismo violento se ha acabado, está muy equivocado.

    ResponElimina
  4. CAR RES, el Junqueras es medio cura, recuerda, que piensa claro y habla oscuro.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Algo tendrá de eso, porque en mi casa, le hemos subido un grado, le llamamos "el obispo".

      Elimina