11 de jul. 2022

EL "PROCÉS" EN UNA SOLA FOTO

El hombre que rema en el extremo delantero de la balsa, casi desesperado el gesto, llegó a postularse a presidente de la Generalitat en los momentos más tensos, aunque al fin se llevó el gato al agua el sorprendente Quim Torra, tan fugaz como irrelevante. Pues bien, hoy Jordi Turull ha descendido un tramo del río Segre a su paso por Balaguer montado en una triste embarcación hecha con material de desguace.

Todo es desguace en esa balsa: la bandera, aunque aparente relucir con una cierta arrogancia, ya es tela de olvido y vergüenza. Aquí tienen el "procés" en una sola imagen: sus antiguos caudillos remando para no irse a pique, la enhiesta banderola, las chapas y los neumáticos. El antiguo aspirante, algo ajado ya, levanta sus zapatillas para no mojarse los pies y pillarse un resfriado, que son muy malos en verano. A su lado pueden observar el sombrero de paja con la cinta... amarilla, en recuerdo de aquella enfermedad que asoló la tierra catalana.

Ese hombre, que casi fue presidente de una autonomía y pasó unos meses en la cárcel, en cuanto puso el pie en tierra hizo una breve alocución en la que hablo de naufragios, y tildó al Presidente del Gobierno de futuro náufrago sin darse cuenta de que, quien habla, es un náufrago recién rescatado de las aguas. Todo, en el procés, ha sido esta exhibición de folklore con banderas, con bravuconadas. Este señor que rema para no irse a pique formó parte del ala más derechista y dura de la época de Artur Mas, e insistió mucho en que se procesase por sedición (por sedición sí, han leído bien) a los organizadores de la protesta "Rodegem el Parlament", aquella protesta que terminó con políticos escracheados y pintarrajeados con esprays y en donde el propio Mas tuvo que llegar en helicóptero a la seda parlamentaria. Gracias a la insistencia en la sedición del señor que ahora desciende ríos en balsas, unos cuantos protestones tuvieron un futuro negro entre barrotes. El señor de la balsa fue duro e inflexible: quien agrede a la democracia debe pagarlo caro.

Luego, claro, vino el crujir de dientes, pero no vamos a tocar ese asunto.

Hay algo incluso entrañable en la imagen que resume el periodo más negro de la Cataluña reciente: esos hombres en una balsa frágil y desmadejada cuya bandera le da una pincelada cómica, grotesca, incluso algo surrealista. La fragilidad de ese hombre capaz de hablar de patrias históricas y de destinos en lo universal se muestra aquí descarnada: esas zapatillas, ese chaleco salvavidas bien agarrado al cuerpecito, ese mohín preocupado, el sombrero resguardado para que no se lo lleve un golpe de aire. Ese hombrecito que, cuando pone un pie en tierra, habla del naufragio de otros.

El procés en una sola imagen. Cuando alguien les pregunte qué diablos fue eso del "procés", muéstrenle la imagen del señor Turull en su balsa de desguace.


3 comentaris:

  1. Antes de ver de quien se trataba he pensado "¡vaya fantochada! muy representativo de la cosa en cuestión!"

    podi-.

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  2. Que no, que no,...LLUIS, que no...veo que no has entendido nada del proses. Pero nada de nada. Es una metáfora, un simil. Es el viaje a Itaca del que nos hablaba Sir Arthur. Vale, vale, falta el timón, pero bien sabes que el timón lo manejan entre varios y esos varios se odian, así que lo han escondido y van a golpe de pala, o sea, como cagallón por sequia, dando tumbos.
    Pero van, y han dejado a tres velas al territorio que dicen gobernar, de tal manera que hasta los mismos próceres de aquello se llevan sus empresas a tierras donde se cotiza menos.
    Fracasado esto, esperan vivir con mejor fortuna en aquello. Lo malo que es nos han arrastrado a todos, y en eso te doy la razón.
    Un abrazo

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  3. Y la bandera, comprada en la tienda de los chinos, recién sacada del paquete y que nadie se ha molestado al menos en planchar. . . . . .

    Tienes razón, la imagen es patética y nos remite a un naufragio en mitad de una tormenta. Pero creo que para ellos significa lo contrario, una imagen de tenacidad y resistencia a toda costa, "inasequibles al desaliento", y contra los elementos.

    Pertinaces ya son, ya. Sola hay que ver a la Borrás, que a pesar de todos los indicios que muestran su postura delictiva, sigue empeñándose en decir que todo es una conjura de las cloacas del estado. Vamos, lo que antes era una "conjura rojo-judeo-masónica" de toda la vida.

    Hasta el mismísimo Pere Aragonés declaró ayer que debería ser suspendida en el cargo hasta que pase el juicio.

    En fin, lo de esta gente es digno de un anuncio de las pilas Duracell.

    Un abrazo.

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