24 de gen. 2018

El sacrificio del ciervo y el lacito amarillo

Resultat d'imatges de el carnaval de los ciervos

Hace pocos días, en una librería, estuve hojeando un libro por la razón de que, en la portada, hay un ciervo. Desconozco la obra y la autora, y solo retengo eso, los datos escuetos: "El dia del cèrvol" (El día del ciervo), Marina Espasa, l'Altra Editorial, 2016. Hojear un libro no daña a nadie, aunque algunos elementos de la novela me echaron atrás: la protagonista es una filóloga catalana, y este tipo de personaje me provoca mucha prevención. No se porqué será pero tengo la impresión de que, en los dos o tres últimos años, en catalán, solo se publican novelas de autores militantes en el sector llamado "independentista". Hay excepciones, claro está: hay que saber buscarlas y luego encontrarlas. No es nada malo: ese nuevo paradigma editorial me ha llevado a leer, más que nunca, grandes novelas españolas y traducciones de otras, extranjeras.

Unos días atrás, en la calle Carders, (por detrás del mercado de Santa Catalina de Barcelona, que es el barrio en donde nací) pasé ante una tiendecita que exhibía camisetas con ciervos estampados, siluetas de cérvidos. Alguna de las siluetas era humana, pero adornada con cuernos de ciervo. Me acordé entonces, como golpeado por el relámpago de la memoria, de una historia que leí siendo muy joven, publicada por Arrebato, de Valencia, esa editorial a la que tantos le debemos tanto (creo que le debo algo parecido a la salvación). Se trata de "El carnaval de los ciervos" (1984), una historia de Max, oscura y truculenta, aunque diáfana, y que me remite a las mejores historias del género fantástico. Es una publicación que, si no estuviese agotada, se la mandaría con gusto a Thomas Ligotti.

Hace pocas semanas vi "El sacrificio de un ciervo sagrado", la última película estrenada en España de ese director griego y escalofriante, Yorgos Lanthimos. La cinta es otro intento (bastante logrado, creo yo) de regenerar y de actualizar el cine de terror, sacarlo del tópico y recargarlo de inteligencia, mala leche y crítica, durísima, hacia todo: la esencia humana, la sociedad, nuestras relaciones. El director de esa cinta cinta es un Hanecke más joven y quizás más salvaje. Lanthimos se permite incluir referencias a la mitología, y es así como fui a parar a mi querido Diccionario de símbolos, del añorado Juan Eduardo Cirlot, para descubrir que, en la antigüedad, el ciervo simboliza la renovación de la vida, es decir, el empujón del joven para desplazar al viejo y asegurar la regeneración.

El protagonista de "El sacrificio de un ciervo sagrado" es un jovencito imberbe y algo zafio que se venga de quien mató a su padre mediante una de las venganzas más atroces jamás filmadas. Aunque no "jamás contadas": la literatura antigua, muy dada al asunto de la venganza, tiene relatos de una crueldad infinita. Tanto en la mitología griega como en el Antiguo Testamento, hay relatos de este tema que superan a la más atrevida novela negra clásica y contemporánea, y es por ello que muchos autores de nuestros días siguen remitiéndose a los textos antiguos para simular que cuentan algo nuevo.

Mientras andaba pensando porqué se presentan, de repente, tantos ciervos en mi cosa cotidiana, me di cuenta de que quizás vivimos, en este desdichado lugar llamado Cataluña (llámelo país, región o comunidad autónoma según sus preferencias: yo le llamo Chtulhuña) bajo el signo del ciervo. La lucha por el poder en Cataluña tiene mucho del simbolismo del ciervo: solo hay que ver la liquidación, tan metódica como espeluznante, de la vieja oligarquía que ha ostentado el poder político catalán para sustituirla por una generación más joven, aunque la juventud sea la única diferencia observable. Una generación joven, sí, pero en la que asoma un sistema de valores de un conservadurismo tremendo, incluso en una organización como la Cup, que exhibe un populismo ramplón sin manías y sin propuestas interesantes.

¿Estamos asistiendo, atónitos, a un proceso de renovación generacional disfrazado de nacionalismo? Me fijo en los ciervos de la calle tanto como en las personas que andan por ella con un lacito amarillo en la solapa. (Bueno, y en otras muchas cosas, claro). Descubro que los del lacito amarillo suelen ser de edad avanzada, cuando no provecta. No he visto, hasta el momento, a nadie menor de 40 años con este símbolo en su abrigo. Estoy hablando de los barrios y los lugares por donde me muevo, por supuesto: eso no es un estudio científico. ¿Es el carnaval de los ciervos?

Algo me dice que Puigdemont se resiste a ser la próxima víctima de los ciervos jóvenes, aunque, si hubiera leído "El carnaval de los ciervos" sabría qué le depara el futuro.

Por mi parte voy a seguir atento a los ciervos. Estoy seguro de que me voy a tropezar con más ejemplares de esos seres, en los días próximos. Es lo mismo que me sucede cuando me levanto con la frase "hoy es martes", procedente del sueño, y la primera noticia que leo habla de la exploración de Marte, y poco después veo el anuncio de Ryanair en la cristalera de la agencia de viajes de mi calle que recupera, guasón y oportunista, el viejo eslógan: "Si hoy es martes, esto es Bélgica".

4 comentaris:

  1. Doncs jo he llegit "El dia del cérvol" i està millor del que sembla. I no és plasta indepe, de fet té algun gir interessant que no va cap aquí. Dit això, gràcies per recomanar "El día del Watusi". L'estic llegint i és realment sensacional.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Gràcies a tu, de veritat! Me n'alegro molt que no sigui un altre pamflet indepe, i ja em perdonaràs les suspicàcies, una mica paranoiques. Estic segur que "El dia del Watusi" no et decebrà gens, perquè com més avança, millor.

      Elimina
  2. Hoy, pocos editores quieren publicar textos en castellano en nuestra Autonomía. No se trata de que vendan poco, (en catalán no hay manera de vender nada), se trata de que son mal mirados por el contexto.
    Te aseguro que se de lo que hablo porque me muevo por estas lides, y he hablado con infinitud de escritores nóveles y no tan nóveles, y al decir infinitud, hablo con personas que tienen publicados por lo menos un libro.
    Supongo que como todo, todo pasará, pero de momento es lo que hay.
    Un abrazo

    ResponElimina
  3. [MI EX ESPOSA ESTA DE VUELTA]
    Mi ex esposa me recriminó diciendo que no quería volver a casarme y, por lo tanto, ella intentó que los niños se volvieran contra mí también. Tuve una relación terrible con todos ellos y la mayor parte es porque o no me deja verlos o porque está llenando sus oídos con un montón de mentiras sobre mí. Intentamos la mediación, nada parece llegar a ella. Conocí al Dr. Akim que me ayudó a lanzar un hechizo de amor, ahora hay tanto amor y felicidad en mi familia. El correo electrónico del Dr. Akim: [prayerstosavemarriage@hotmail.com]

    ResponElimina