21 de març 2020

Crónica del miedo


Sábado 21 de Confinamiento

Cuando me preguntan porqué me gustan las películas de miedo respondo con una idea de Bruno Bettelheim: los cuentos de miedo nos preparan para lo que pueda venir, nos enseñan. Dicho de otro modo, actúan como una vacuna (aunque no esté bien hablar de vacunas en estos días). Es una hipótesis. Además, es bueno sentir emociones reales cuyo estímulo procede de una ficción. Parece sofisticado pero es simple. Del mismo modo que nos gusta experimentar emociones dulces viendo un idilio, o llorar viendo un drama. También hay quienes se ponen cine bélico o épico para sentir como les crece el guerrero victorioso que lleva, dentro de sí, el oficinista que se levanta a las seis de la mañana para revisar papeles.

Sin embargo, tras mucho cine de terror transitado por las pupilas, ayer sentí el miedo y no lo dominé. Era difuso, raro, ambiguo. Me desperté con un ataque de tos. Esa tos clásica del fumador que se acostó tarde, atrapado con lecturas primero y luego revisando "El factor humano" de Preminger, que sigue siendo una gran película de angustia existencial. Lectura nocturna, cine en casa y tabaco. Las adicciones se dan la mano y bailan juntas.

Me había propuesto acudir de voluntario a un comedor social que se ha quedado desprovisto de voluntarios y con casi mil usuarios al día. Pero la tos me asustó. No solo por el miedo a un posible contagio. También imaginé la escena en el tren que debía llevarme a Barcelona. Intuí las caras de pavor de los demás viajeros ante mi tos, las consecuencias imprevisibles del miedo en los demás. El miedo se puede transformar en cualquier cosa, es una respuesta orgánica que puede inducir a salir corriendo, pero también a atacar con violencia. Alguien dirá: esa respuesta es la del cobarde. Y puede que así sea.

Tras el miedo, que me dejó encerrado en casa, vino la culpabilidad. Una culpabilidad a la que tuve que combatir con argumentos, forzando la racionalidad: tu presencia allí no cambia las cosas, no eres imprescindible, etc. Creo que esas respuestas racionales también son aprendidas tras décadas de vivir en un mundo insolidario e individualista.

Me di cuenta entonces: nadie está hablando de todos los que dependen de la labor de los voluntarios. Un punto ciego dentro de la emergencia del virus. La publicidad del confinamiento plantea el aislamiento y el encierro en casa como el verdadero gesto solidario, lo que no deja de ser una extraña inversión de los valores sociales. Las situaciones excepcionales desvelan lo que somos: ayer me descubrí cobarde y luego culpable. Quizás solo experimenté mi propia fragilidad, algo que debería saber de antemano. Llegué a pensar: ya te juzgarás cuando termine todo. Posponer el juicio, vaya pensamiento ¿no?. Y luego me dije: ¿y esos políticos que usan el miedo para llevar el agua a su molino? Ese señor Torra que no duda en usar el miedo para una causa profundamente insolidaria ¿también se juzgará luego?

Por la tarde fui a comprar algo al supermercado y se me ocurrió preguntar si tenían guantes. La dependienta dio un respingo cuando vio que daba un paso hacia ella, y dio tres para atrás. Allí, allí, me señaló con un mohín de susto. Encontré unos guantes para lavar platos, verdes y amarillos. Los colores del miedo y de la vergüenza.

9 comentaris:

  1. En mi opinión no son argumentos de cobarde, tiene su lógica. A demás ahora hay que evitar los espacios cerrados con gente dentro como trenes autobuses etc. Quedándote en casa estas colaborando en que no haya más personas infectadas. Según dicen algunos médicos que he escuchado este virus es listo en sus tácticas para penetrar en el organismo. A ver si la comunidad científica se replantea eso de que no consideran los virus como seres vivos.

    Salut.

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    1. Sin embargo la paradoja es: para ser solidarios debemos quedarnos en casa y no ser solidarios con los que sufren hambre. Difícil respuesta.
      Por lo de los virus como seres vivos... no te olvides que nosotros, los humanos, también tenemos conductas propias de virus y bacterias. Quizás deberíamos ser más humildes.

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    2. Es que en una autoproclamada Democracia Moderna ya no debería haber personas que pasasen hambre. Tendría que haber mecanismos para evitar esas situaciones. ¿Que puedo hacer yo si a duras penas llego a fin de mes? ¿Cuando nos daremos cuenta que podando las ramas torcidas del árbol torcido no se soluciona el problema, que la única solución es arrancar el árbol de raíz?

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  2. Mi hija estudia enfermería y está en tercero. Sanidad ha pedido a jubilado o estudiantes de medicina y enfermería de últimos cursos que se incorporen a los servicios de sanidad por el desbordamiento que se está dando. Mi hija se lo ha planteado, pero en casa está la abuela con cáncer y las defensas muy bajas. ¿Es justo que ella se arriesgue por ella misma pero también arriesgue a los de casa? Es un agudo dilema al que no sé qué solución darle. Lo ominoso es lo mal pagadas que están las enfermeras y los médicos para los riesgos que deben correr en la sanidad pública. Ahora se hace patente lo que vale un político y lo que vale una enfermera.

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    1. Espero que, cuando llegue el momento de los balances, nos planteemos esas preguntas. Cuando se pase el virus, que nos quede la memoria.

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  3. Venga, ánimo. Yo me adelante diciendo que irías, y a la noche me llamaron para saber si te había pasado alguna cosa.
    Todo explicado y remediando, y tranquilo, el peso de la conciencia siempre nos empuja, pero eso no es malo, es que afortunadamente significa que tienes humanidad.
    Un beso y suerte...y al toro

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  4. Humanament fràgils, tots ens igualem en la por a la mort. I ara, i potser només ara, som més iguals que mai... Ens serveix per entendre el que deu ser l'esclat d'una guerra, per exemple. Jo he entès moltes coses que frivolitzava, quan he experimentat la por. La culpa no serveix de res, és un valor només cristià. En tot cas, serveix potser per encarar la vida amb més humitat, dic jo, que no tinc punyetera idea de res de res. Salut a tot ésser viu.

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  5. Y con esta noticia, podemos entender mejor porqué NO SE ACTUÓ como se debía en los hospitales de CAtalunya. Y de aquí, lo de Igualada

    https://www.elconfidencial.com/espana/andalucia/2020-03-21/sanchez-lleva-comite-cientifico-un-medico-se-reia-miedo-covid_2510776/

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