La información la publica Crónica Global y la síntesis es de Miquel Cartisano. Gracias, Miquel.
Hoy no escribo yo, le cedo la palabra a la información. Digamos que eso de hoy es "información de servicio". Es la respuesta que necesitan quienes se permiten hablar, desde cargos públicos del gobierno autonómico regional, de que España impide la llegada de mascarillas protectoras a Cataluña.
La Generalitat de Cataluña compra las mascarillas, y desde hace años, las reparte una empresa (Logaritme Serveis Logístics AIE) que fundaron altos cargos de la sanidad autonómica.
Logaritme Serveis Logístics AIE es un nombre que pocos conocen. Se trata de una empresa-almacén pública de material hospitalario que fundó el Instituto Catalán de Sanidad (ICS) en 2002. Facturó 17,46 millones de euros el último ejercicio disponible en el Registro Mercantil. La totalidad de los ingresos de esta firma-nave industrial con sede en Sant Sadurní d'Anoia proceden del sector público. Ello no tendría mayor enjundia salvo por un detalle: los rivales aseguran que Logaritme "ha estrangulado" a la competencia, convirtiéndose en el único repartidor de material sanitario y no sanitario a los hospitales públicos.
Logaritme se fundó en 2002 en el Hospital Vall d'Hebron, de la mano de altos cargos de la sanidad pública catalana. Participada en un 97,32% por el ICS y el resto, por el Banco de Sangre y Tejidos (BST), la enseña vio la luz con el objetivo de centralizar las compras agregadas de material, incluyendo las polémicas mascarillas. ¿Con qué fin? "Comprar en bloque y, así, conseguir rebajas de precios de los proveedores. Que cada hospital no comprara por su lado, que salía más caro. Y optimizar la logística, con repartos más rápidos".
Pero... Logaritme no es un almacén que asesora, guarda y reparte lo que pide la sanidad pública catalana. "Nació como agrupación para servir al ICS, pero también a otros hospitales. Se creó como una suerte de pacto tácito entre los centros sanitarios más cercanos a la antigua CiU, agrupados en el ICS, sí, pero también en la Unió Catalana d'Hospitals (UCH), la de los privados; y los independientes, centrados en el Consorci de Salut i Social de Catalunya (CSSC)". Así nació Logaritme, la logística estrella de la sanidad catalana.
El ICS y hospitales rivales crearon en 2002 una logística única para obtener mejores precios y rapidez en la entrega de material hospitalario, incluyendo las ahora tan buscadas mascarillas contra el Covid-19.
A partir de aquí, Logaritme se ha convertido en dos cosas. Primero, en una colocadora de directivos. Se atribuye la idea de su creación a Josep Maria Via --uno de los grandes nombres de la sanidad catalana, exsecretario del Govern y exgerente del Hospital del Mar--, sí, como también a José Antonio Lázaro, ex alto cargo del CSSC. Su primer administrador fue Jordi Cussó, que dejó su puesto a Antonio Torres Gutiérrez (2012). A éste le sucedieron un exICS, Vicenç Fenollar (2014), y Enric Cardoner (2016), gerente al que el Instituto destituyó cuatro años atrás ante la amenaza de huelga del sindicato CGT por el deplorable estado de la empresa. Le relevó Albert Tarrats, otro exICS que había dirigido, entre otros, la empresa pública Gestió de Serveis Sanitaris (GSS) en Lleida y CARSA (Clíniques de Catalunya), el antiguo grupo Aliança.
Todo ello es información pública del Registro Mercantil. Pero hay más. "En segundo lugar, lo que chirría no son los vínculos de esta firma con el ICS, pues es una participada suya, sino con Gesaworld", alertan directivos del sector. Gesaworld es una consultora privada fundada, precisamente, por, entre otros, Albert Tarrats, administrador de Logaritme. El despacho buscaba mejorar los procesos de gestión sanitaria. En Gesaworld, privada, trabajaba el ahora jefe de la empresa que suministra mascarillas al ICS, pero también Montserrat Dolz, coordinadora de Procesos Estratégicos del Servicio Catalán de Sanidad (CatSalut).
Mientras el Govern culpa a Madrid de "interceptar o retener tapabocas" en plena crisis del coronavirus, su operador logístico de abastecimiento sanitario no presenta cuentas a la Sindicatura.
Por cierto, el gerente de Logaritme, Enric Cardoner, se subió el sueldo un 7,63% hasta alcanzar los 88.170 euros al año en 2018, siendo uno de los incrementos más acusados del sector sanitario público.
Esto lo saben quien trabaja en Sanidad. En mi familia lo hacen siete directamente (Clinic, Parc Taulí, Terrassa, Oncológico..) y una , mi señora, ya jubilada que espera ser llamada tal como ha anunciado el Departament de Sanitat de la Generalitat). Todos los siete (mi señora no), están sindicados. No diré los sindicatos pero gana por mayoría el Satse.
ResponEliminaNadie recuerda que en el Clinic se cerraron salas enteras. Ni que se privatizó la 6 y 7 planta (Barnaclinic) con el agravante que se sacaron camas públicas. Ni se recuerda que con el Boi Ruiz, defendiendo la privada, las dolencias graves eran tratadas en la pública para traspasar a la privada el cuidado del paciente, originando un gasto gravísimo a las arcas del estado, pues las privadas se beneficiaban del mantenimiento y la pública corría con el gasto de la intervención, la maquinaria, los quirófanos, la mano de obra especializada...
Aquí todo Cristo habla, pero no tienen puta idea, LLUIS, hay que estar dentro el tinglado, como lo de las mascarillas...eso es una empresa creada desde CiU, ¡ coño ¡ que es la que hace las compras en global y que las distribuye, y hoy este diario fascista, leninista, mussolinista y demás, nos explica una noticia que no es fake. Lo jodido es que todo quisqui seguirá creyendo en un tipo que dice que España, y el Salvados Illa en concreto, impide el reparto de las mascarillas porque se les tiene odio, y eso lo explicará en Waterloo y en Londres.
Demencial, completamente demencial.
salut
Y 2) Y para acabar:
ResponEliminaTampoco se habla del problema del Hospital de Iguala, de donde vino la infección de la población y el porqué están 80 médicos y enfermeras de cuarentena.
En Catalunya se da el primera caso de COVID positivo el 31 de enero. En Italia y en China ya tenían muertos. Era tal la poca importancia que se le daba a pesar de la alarma, que se dudaba de posponer el MOBILE (25/28 febrero). Y era tal la poca alarma que se le daba dentro de CAT/SALUT que nadie alertó a los profesionales del Hospital de Igualada de que no hicieran una comida grupal en un restaurante (como se hizo) el día 28 de febrero, o sea un mes después de que ya se habían declarado las primeras muertes en Europa. En esa comida, una de las personas había venido de Italia, y contagió a los profesionales. Y de ese "esto no es nada", a estar todos enclaustrados.
PD: Hoy, TVN3 lo ha sacado a la luz. No ha sido la prensa canallesca, la fascista, la de la caspa rancia.
Salut
https://www.elperiodico.com/es/sanidad/20200320/la-paciente-cero-de-igualada-yo-no-acudi-a-esa-comida-7898652?utm_source=facebook&utm_medium=social&utm_campaign=btn-share
ResponEliminaEn este artículo sale la carta de la enfermera en cuestión q desmiente las declaraciones del Secretari de Salut Pública, Joan Guix.
ResponEliminaEspero q algún día se empiecen a depurar responsabilidades....... huele fatal!
Cada dia entiendo mucho mejor todo esto de la independencia y el procés.......cuanto han robado !!!!!!!!
Ahora q ya ha salido lo del rey espero q no haya impedimentos para q empiecen a caer uno tras otro, aunque en Catalunya se han montado un tinglado tan descomunal co el asunto de la independencia q les va a proteger!!!!! Que listillos!!!!!
Pero date cuenta, NATALIA, del detalle. Ella desmiente que haya estado allí. Tiene todo su derecho, pero no desmiente que se haya efectuado la comida, como en realidad se hizo, ni la fecha, como en realidad ocurrió. La cena se produjo, y en esta cena multitudinaria había una familia de cinco miembros que llevaba el virus. Las fechas son exactas. Todas, por lo que esa cena del colectivo del Hospital jamás se tenía que haberse realizado.
ResponEliminaIntuyo que la quieran responsabilizar; lo verdadero, que no la verdad, es que 80 miembros sanitarios se van a una cena más de un mes después del estado de alerta en China, en Corea y los muertos de la esquina italianos. Aquí el sentido común no sobresale.
Para unas declaraciones en exclusiva para el diario La Veu de l´Anoia, la enfermera en cuestión dijo:
La consellera de Salud de la Generalitat, Alba Vergés, ha explicado este viernes ufana que, finalmente, habían identificado el origen del brote de coronavirus que desde hace una semana obliga a confinar Igualada y su área de influencia. Se trataba según el secretario de Salud Pública de Cataluña, Joan Guix, de una celebración del 28 de febrero a la que asistieron 80 personas, entre ellas sanitarios del hospital de esa ciudad y una persona que, al parecer, estaba contagiada y extendió el brote tanto en esa celebración como entre su familia, cuyos cinco miembros están afectados.
Igualada: más de 200 contagios y un hospital agotado tras una semana de reclusión
Sin embargo, la señalada, una enfermera que fue la primera trabajadora del Hospital de Igualada contagiada, ha negado haber asistido a esa comida, así como que hubiera tenido contacto con personas que habían viajado previamente a Italia, y ha exigido una rectificación a la consellera y el equipo que lidera el Departamento de Salut. Lo ha hecho en un comunicado remitido hoy mismo al diario local La Veu de l’Anoia, en el que niega los hechos relatados por Vergés unas horas antes.
«Me veo en la obligación de pedir una rectificación de la información incorrecta difundida por la Conselleria» advierte la enfermera, que no firma el comunicado para preservar, dentro de lo posible, su identidad. Explica que es la primera enfermera que fue detectada como positiva del coronavirus en ese centro hospitalario el 9 de marzo. Pero advierte que fue contagiada «por una fuente desconocida, ni yo ni nadie de mi familia hemos viajado a Italia, tal como se ha difundido en varios medios de comunicación».
También niega haber asistido a la celebración del 28 de febrero señalada por Guix. «Se ha especulado con que yo asistí a esa comida, es falso» advierte en el comunicado, en el que defiende haber actuado con total responsabilidad y explica que cuando sintió los primeros síntomas fue al CAP, donde le dieron la baja sin hacerle la prueba del COVID-19 y se quedó en casa. «No volví a trabajar hasta que tuve el alta médica. Creo que en todo momento actué correctamente y no creo correctas las informaciones sobres alguna actuación impudente por mi parte».
Investigación de cuatro epidemiólogos
Guix ha asegurado que el 9 de marzo se detectó un brote en una familia de cinco miembros, alguno de los cuales habría participado en la comida multitudinaria del 28 de febrero, según la investigación realizada por cuatro epidemiólogos y cinco administrativos en la última semana.
A partir del encuentro de aquel día se localizó un grupo de infectados dentro del mismo Hospital de Igualada, con profesionales sanitarios implicados, y otro en la ciudad, con expansión entre la comunidad. En esta multitudinaria reunión participaron muchos profesionales sanitarios del Hospital de Igualada, según Guix.
La respuesta de las autoridades me parece muy mezquina. Intentan señalar culpables con nombres y apellidos. Solo para protegerse a sí mismos de sus negligencias y sus errores. Errores que son humanos, pero la mayoría no buscamos a otro culpable. Cuando todo eso se pase haremos balances.
EliminaInteressant, i molt instructiu. Gràcies per la info., Lluís!!
ResponEliminaMas carillas se dice Mes caretas....
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