9 d’abr. 2020

Sánchez y Casado, el guardés y el dueño de la finca


Cuando por fin alguien desalojó a Jordi Pujol de la Generalitat, con aquel difícil y complicado Tripartito, la mujer de Pujol exclamó: "es como si nos hubiesen echado de casa". Su sentimiento, lejos de aceptar la alternancia democrática, le decía que la Generalitat (y por extensión el territorio de la región) les pertenecía por algún designio ancestral. Uno de sus hijos, más tarde imputado por corrupción, también dejó una frase para la crónica: "eso es como cuando la casa del dueño es ocupada por el guardés" ("el masover", en catalán).

La oposición que le hizo Convergencia al tripartito practicó todo el juego sucio posible, especialmente a través de los medios que, por obediencia y por tradición, se lo debían todo. Especialmente relevante fue el papel de La Vanguardia, pero La Vanguardia no fue el único. Hay que pensar que Convergencia estuvo cerca de 30 años en el poder autonómico y que a los largo de ese tiempo hizo lo único que se le da bien: crear una red clientelar y de fidelidades cuyo referente en el cine sería "El Padrino", para entendernos.

Ahora, varios años más tarde, se repite la historia a nivel nacional. Algunos medios tratan la moción de censura que echó a Rajoy de la Moncloa y la posterior victoria socialista en unas elecciones como un golpe de estado, algo ilegítimo cuando no oscuro y sucio. Se trata de democracia, nada más. Y la democracia tiene, entre los valores que la hacen superior a otros regímenes políticos, algo tan crucial como es la alternancia en el poder, clave para mejorar dentro de los límites de lo legal, lo racional y lo consensuable. Es decir, la única forma pacífica y pactada de cambiar hacia lo que una mayoría amplia puede pensar, en un momento dado, que es lo que más conviene para la comunidad.

La actitud de Pablo Casado, que a veces aparece como moderado y otras como furioso, responde de nuevo a aquel sentimiento de la esposa de Pujol o a la de su hijo: éramos los dueños de la finca y un guardés advenedizo nos ha quitado la casa. Puede ser una reacción emocional y por lo tanto humana, pero su exhibición es impúdica. Supongo que la alternancia de Casado (de la moderación a la furia) no obedece a un temperamento bipolar si no a los giros estratégicos a los que le obliga el nuevo actor de la política española. Vox ejerce, en España, el papel que llevamos unos años viendo en Cataluña, interpretado por la Cup. Aunque uno y otro partidos se posicionen en los extremos opuestos del tablero, en realidad interpretan el mismo rol, el actor pequeño (o mediano, en el caso de Vox) que empuja o arrastra a otro hacia lo furioso, lo patriótico en el sentido decimonónico y carlista.

Como antaño en Cataluña por obra de la Cup, Vox lleva a Casado hacia el terreno muy peligroso de la deslealtad. Incluso ante una crisis global, imprevisible y muy compleja, no son capaces de superar la alternancia democrática y tensan las cuerdas. Para ello, juegan con las emociones más básicas, es decir, con lo más rastrero. El miedo, la incertidumbre. Incluso juegan con la muerte de los demás, que es el indicativo seguro de la bajeza moral. Algunos (como Joaquim Coll en Crónica Global) han señalado la actitud de la oposición de derechas en Portugal, país que nos está dando varias lecciones de buena gestión y que se nos hace cada vez más apetecible como modelo, cuando no como destino para residir tras la jubilación a los que nos acercamos a ella. La derecha portuguesa se ha puesto en manos del gobierno y le ha deseado toda la suerte del mundo. Seguro que cuando se pase la crisis vendrán los análisis, las valoraciones y se pasarán las facturas pendientes. Por supuesto. Pero desde luego ahora no es el momento, ya que la agitación contra el gobierno solo lleva más incertidumbre a la ciudadanía.

En este sentido, es reseñable que tanto Vox como la Cup se opongan a las medidas gubernamentales, y que ambos citen la noción de "pueblo" en su discurso. Llegará el momento de los análisis y las evaluaciones. Tanto a los alumnos como a los profesores se les evalúa a final de curso, pero jamás durante el curso y mucho menos cuando surge un problema grave. Llegará el momento de valorar la gestión de la crisis en los extremos, de poner sobre la mesa la deslealtad terrible de Vox por un lado y de Torra por otro. Y de Casado, quién, como Torra aunque con algo más de moderación, se desliza por la pendiente de la irresponsabilidad.

Leo a la prensa de la derecha (o a sus incondicionales) atónita con la "popularidad" de Sánchez en las encuestas. Eso nos cuenta que la mayoría de los ciudadanos somos más sensatos que ellos, lo cual es una buena noticia de la que deberían tomar nota. Asustar o hablar de golpes de estado, de comunismo totalitario y de sandeces similares es fruto de un mal cálculo y de un pésimo sentido de la responsabilidad que, en el caso catalán inhabilita a Torra con más contundencia que un juez.

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La ilustración tiene el Copyright de Julio César Pérez Marín


5 comentaris:

  1. Mucho me temo que Vox haya venido para quedarse. También me temo no ver nunca jamás a un partido como el PSUC, pero supongo que cuando las neveras se llenan, el reparto se mengua.

    Ver a la IU de Saura como una mera sombra de lo que fue el PC, y además como protagonista de Cap de colla de los Mossos, fue tan ridículo que me obligó a renunciar a votar durante una temporada larga.

    Ni de la Cup, ni de los Pperos me atrevo a hablar. Los unos porque no me son creibles (eso de salir de Europa, eso de nacionalizar la banca...como que no ha lugar; y los otros porque jamás han dado nada que no hayan cobrado con intereses después.

    Por cierto, Pujol no ha desaparecido, ha estallado en mil trozos, simplemente, trozos que han quedado en los genes de los allegados y los neoconvergentes, tan nacionalistas ellos, tan de dinero en Andorra, torre en Palafrugell, vacaciones en Palamós y misas en Vich.

    Salut

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  2. Es evidente que sólo es democrático que gobierne el Partido (Socialista), y que no se le critique y menos aún, dispute el ejercicio del poder. Por supuesto, el Partido puede realizar cualesquiera pactos, críticas o lo que sea, contra los Pérfidos; malvados insolentes que imaginan tener derecho a gobernar. Habrase visto! Dónde vamos a ir a parar?

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  3. El Partido Socialista, DAMER MONEDER, es una parafarnalia envuelta en humo.
    De Isidoro no queda nada, como no queda nada de Guerra, a no ser el recuerdo de su hermano, el taimado Juan.
    Todo se jodió cuando puso a Corcuera, Roldán, Pellón y Barrionuevo, y hablo de muchos años, ya no de ahora, al frente de instituciones. Estos, tanto Ciu, como el Psoe de ahora, como Ppes, no han aprendido nada. No han aprendido a optimizar los recursos; a poner gente de valía al frente de los diferentes estamentos; a delegar en estadistas y no en favoritos de "que hay de lo mío". Así la historia se repite, y personas como Tierno Galván, como Aranguren o el mismo Gabilondo, pueden estar poco tiempo representando al partido, simplemente marchan hartos.
    Creo le he contestado con claridad meridiana.

    Tenga salut

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  4. Si tus escritos suelen ser normalmente muy buenos o excelentes, en este has estado un peldaño por encima de esa calificación: ojalá se me hubiera ocurrido a mi definir con tanta precisión, con tanta profundidad y, al mismo tiempo, con tanto dolor la situación en la que se encuentra la política nacional, me da lo mismo que sea la que ejerce, y ejecuta, la extrema derecha del PP o la derecha extrema de VOX. Y en ese bloque de inenarrables e irresponsables también podemos meter a la CUP, a BILDU o a JxCat.

    La duda que tengo es la de que si los “tontos útiles” de todo esto son algunos medios de comunicación que bailan al son de los que mandan o son los que mandan los que hacen bailar a esos partidos políticos, sean estos los que sea. Porque al final, los que mandan son todos iguales en todas partes, y sus objetivos son siempre los mismos: a río revuelto ganancia de pescadores.

    El grado de miseria moral que tienen estos policastros es de tan (bajo) nivel que no sé qué pensar: que si son así porque así somos en general los españoles (y catalanes), o son ellos los que hacen así de malvados a los españoles (y catalanes).

    En todo caso, qué tristeza tan terrible tener que estar confinado físicamente no sólo porque ahí fuera hay virus peligroso, sino también mentalmente, por hay otro virus de peor calaña que supura por los poros de todos los Abascales, los Casados y los Torras que pululan por el suelo patrio.

    Alfredo

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  5. Muy buen artículo Lluís.
    Pienso que en la derecha tanto del PP como en el independentismo falta talla política.
    El líder del PP tiene poco de líder, es alguien sin las ideas claras y tampoco tiene muy claro hacia donde debe dirigir su política. Se deja arrastrar por los acontecimientos en vez de marcar el la hoja de ruta. Si quiere gobernar algún día España debe pensar en una amplia mayoría social y yendo cómo está hacia posturas radicales y muy alejadas del centro político no la conseguirá. Oponerse a todo lo que hace el gobierno no es una política inteligente, pues la gente valora la sensatez también a los partidos de la oposición.
    En cuanto al líder de Jxcat más que un líder político y un jefe de govern parece más un líder religioso, pero de una nueva religión donde parece haber visto la "luz" que la mayoría no vemos.

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