8 d’abr. 2020
Nietzsche y el virus
"Lo que no nos mata nos fortalece" es una de las frases más conocidas de Nietzsche, y es oportuna a día de hoy. No tanto en lo individual (aunque uno podría pensar: si el virus no me mata generaré anticuperpos y, en consecuencia seré más fuerte) como en lo colectivo: si el estado no se derrumba, será un estado mejor.
Está por ver lo que nos encontraremos en la salida. Hay quien, lleno de optimismo pronostica una España más cohesionada, más solidaria y más "social". Hay quien teme un empeoramiento de la calidad democrática y hay quien augura un largo periodo de miseria moral y económica. No falta quien advierte de la caída en una dictadura comunista: no entiendo que Pablo Iglesias les dé tanto miedo a los agoreros de la derecha Covadonguiana. Y, por supuesto, ahí están los separatistas inflamados, deseando la caída en la miseria para realizar sus delirios egoístas, o aprovechando la muerte de los ancianos para demostrar, con argumentos mágicos y esperpénticos, que una Cataluña independiente se habría librado de la epidemia global.
Otro alemán que se llamaba Federico como Nietzsche, Hölderlin, escribió este verso: "Donde crece el peligro crece también lo que salva". Es decir: en toda crisis hay una oportunidad. Y deduzco que tanto un alemán como el otro quisieron decir: si eres inteligente, saldrás reforzado de los contratiempos. Está por ver si hay inteligencia en España, pero no nos falta mucho para saberlo. En cuanto la tormenta amaine, deberemos capear a los de Covadonga y a los de Waterloo, que son los mismos perros con distintas banderas en el collarín. Y eso no será nada fácil. Porque, al mismo tiempo, deberemos decidir si optamos por una España reforzada en lo social y en el bienestar para todos o en todo lo contrario. Me parece una tarea colosal pero no imposible. Y no se puede fiar todo a la inteligencia de los gobernantes, que no son nada más que mujeres y hombres normalitos, como usted y como yo.
Leo que los romanos distinguían entre la "religio" y la "superstitio". "Religio" es lo que nos une, lo común: algo contractual, formal. Para ellos eran determinados rituales paganos. Para nosotros, la "religio" sería la democracia, la Constitución. La "superstitio" de nuestros días, por lo tanto, serían los nacionalismos egoístas y sus derivados, así como los monstruos que han engendrado. No hace falta contar como trataban los romanos a la "superstitio". No estaban para tonterías, y sabían lo importante que es la cohesión. Aunque muy civilizados para su época, los romanos también eran un poco brutos y uno espera que ahora, 2000 años más tarde, se note en algo que han transcurrido 20 siglos.
Cabe preguntarse las dos cosas: ¿seremos mejores individualmente? y ¿seremos un país mejor?. Aunque no he perdido la esperanza (dicen que la esperanza esclaviza más que las cadenas), tampoco soy muy optimista. No lo soy cuando veo a los acaparadores de papel higiénico, y no lo soy cuando veo determinados tuits nacionalistas: Mark Serra, Albert Donaire, López-Bofill, etc, todos ellos con decenas de miles de seguidores.
Lo que hay en la salida es una oportunidad para la cohesión y por lo tanto se deberá abordar lo que nos une sin miedo, sin remilgos. Un día de estos se lanzó la idea de un nuevo "Pacto de la Moncloa" y distintos políticos dieron su opinión. Las dos que me sorprendieron más fueron la de Laura Borràs, la diputada de Junts per Cat: "el único pacto de la Moncloa que nos conviene a los catalanes es el que nos dé la independencia", y la de Santiago Abascal: "no le descuelgo el teléfono a Pedro Sánchez". Y se quedaron tan anchos. Para ellos, la crisis es una oportunidad para su egoísmo, otra reivindicación de "la voluntat del poble". A sus respuestas los romanos las llamarían "superstitio" y es eso lo que deberemos afrontar: si España sale de ésta, y con "España" digo también su democracia, solo puede ser con más solidaridad, más bienestar para todos. Más "religio".
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Hay has dado en el clavo (según mi entender). Laura Borrás y Abascal en el mismo saco; Covadonga y Waterloo en el mismo lugar del mapa, y la frase que acaba con la traca: "Para ellos, la crisis es una oportunidad para su egoísmo".
ResponEliminaLa pregunta es: ¿qué diferencia hay entre unos y otros? Todos sabemos la respuesta: ninguna.
Acabo de leer unas declaraciones del tuiter de los de la segunda residencias en Puigcerdá contra el alcalde de la población; vienen al caso porque el alcalde les pide que se queden en su primera residencia y no colapsen los servicios sanitarios de aquella localidad yendo para allí el fin de semana de este "puente" :
JaSabeuQuiSóc 😷🎗#RepúblicaCatalanaJA
@M_BrokenLeg
“..i tu estaràs despert per tots. No t'han parit per a dormir: et pariren per a vetlar en la llarga nit del teu poble." - V. A. Estellés
BCN/Lluçanès, Catalunya
Y otra suerte de bestalidades entre los que han ido y los residentes, y eso que todos enarbolan el lazo en la cabecera; total, un desatino, una falta de concordia entre nosotros, un egoísmo de "de gen", intrínseco.
Pero si no se entienden entre los que profesan la misma "religión", o sea, el mismo "re-ligare" (fuerza, intensidad) ligare (atar, anudar, amarrar), ¿qué podremos esperar nosotros, simples charnegos internacionales?
Salut
He leído algunas disputas entre residentes y 2as residencias en la Cerdaña, todos lacistas, y sirve para darte cuenta de que eso es egoísmo puro: entre ellos se acusan de ser clase inferior o superior. Lo que quizás no perciben es que son capaces de romper la concordia en donde sea. Aquí los charnegos internacionales pintamos poco. A verlas venir y poco más.
EliminaLa Laura Borrás és al món perquè hi hagi una mica de tot, com l'Abascal. Ja ho veus, los extremeños se tocan.
ResponEliminaCuida't
Jajajajajaja! Bona observació. Fora tan impensable un món sense "Borrasses" com una savana sense hienes.
EliminaSalut i internacionalis me
Manel C.
I aixi es demostra que Catalunya té la proporció de fatxes egoïstes normal. Res excepcional, de nou.
EliminaLauritas y Santiaguitos, ejemplos de egoismo. Con ellos la discordia y la insolidaridad está servida. No conseguiremos nada mientras esta gente esté por ahí berreando y cobrando de las arcas públicas.
ResponEliminaTengo pocas esperanzas, ya sabes que soy de los que creen que nos esperan setecientos años de miseria creativa y social. Auguro un tiempo de pobreza.
Salud
Tu augurios empiezan a cobrar forma. Cuando -ya hace años- me contaste los 700 años de miseria cultural para Cataluña creí que exagerabas. Ahora ya se que no era exagerado.
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