4 d’abr. 2020

La guerra del abuelo


Sábado 5 de abril. Confinado e introspecto

El confinamiento me lleva a la introspección. ¿A quién no? Así, he recordado que el abuelo Miquel murió de neumonía. O quizás de tuberculosis, nunca lo supimos a ciencia cierta. La relación de este asunto con los abuelos que están muriendo estos días es directa, no necesito filigranas retóricas. La diferencia con los abuelos que mueren hoy es que Miquel murió a los 33 años, décadas antes de ser abuelo. Fue un abuelo póstumo.

Durante toda mi vida han pesado sobre mí el abuelo desconocido y su guerra perdida. El abuelo tuvo un cargo público durante la República, y en 1939 fue uno de los últimos en salir pitando para Francia a bordo de una motocicleta que requisó, como en una película de buenos y malos. Pocas horas después de su huída a lo Steve McQueen, las tropas nacionalistas entraron en Barcelona. En enero de 1939 el abuelo tenía 32 años y tres hijos, dos hijos y una hija, que era mi madre. Quería tener más hijos, según cuenta en las memorias que escribió en el exilio. Pero no tuvo más. Murió en Francia, en algún lugar cercano a Montpélier. Hace pocos años mi tío (su hijo el mediano) consiguió repatriar sus restos incinerados, por cuenta propia y pagando lo que sea, sin ayudas ni subvenciones del Ministerio de la Memoria Histórica, y los metió en el nicho familiar.

Hace poco conseguí los documentos del juicio póstumo que le hicieron, en 1945 y en el tribunal de Burgos que juzgaba a los republicanos huidos. Al tribunal no le constaba su muerte, acontecida cuatro años atrás. No les constaba o les daba lo mismo. La muerte del enemigo es intemporal. La muerte no tiene tiempo. El ministerio de Defensa me mandó el expediente enseguida. Así me enteré de su filiación masónica, extraordinariamente bien documentada por el tribunal franquista. La masonería del abuelo siempre había sido una leyenda brumosa en mi familia. De algún modo, pues, el abuelo fue para mi al menos un masónico póstumo. Eso podría dar lugar a una novela, un poco al estilo de "El monarca de las sombras" del Cercas.

Durante mucho tiempo pensé que yo era de izquierdas por varias razones, entre las que estaba el sacrificio del abuelo. La sangre. El deber con la sangre.

Sin embargo uno vive, y piensa. Y piensa, entre otras cosas que no vienen al cuento, que lo de la sangre es un cuento. Así que sigo siendo de izquierdas, o socialdemócrata diría yo, pero sin que el abuelo tenga mucho que ver. Mis motivos no son sanguíneos ni sanguinolentos. Responden a reflexiones sobre lo público y lo privado, la democracia, los principios del racionalismo y la redistribución equitativa, etc. Llevo años siendo de izquierdas (o socialdemócrata) a pesar de la sangre. No fue fácil al principio. Tuve que emanciparme del abuelo para comprender que se puede ser socialdemócrata solo con la razón, sin reclamar la participación de la sangre.

Mi abuelo era de izquierdas y también era independentista catalán. Al menos durante una buena parte de su vida, ya que no me queda claro si fue independentista hasta el final. Yo diría que no, pero eso es discutible. El independentismo del abuelo no lo heredé, vaya usted a saber porqué lo uno sí y lo otro no. La familia me lo reprocha. En cualquier caso, a estas alturas he vivido casi el doble que mi abuelo y me puedo permitir vivir y pensar a mi manera y por mi cuenta, ya que el abuelo no se pudo permitir el lujo de pensar a los 40 ni a los 50. ¿Por qué debería pensar como un joven de 33 años, teniendo yo más de 50? No hay ninguna respuesta afirmativa y a la vez racional a eso. A no ser que le dé un sentido trascendente a la sangre. Un sentido trascendente que la sangre, lo siento así, no tiene.

Deberíamos empezar a pensar por nuestra cuenta. Es cierto que yo soy hombre de pocos apegos y que, además, desconfío mucho de los apegos. Pero más allá de eso hay que pensar por uno mismo, sin manías ni deudas de sangre. Deberíamos liberarnos de los apegos ideológicos, aprender a pensar con calma y procurar imitar a los que piensan más que a los que vociferan o se dejan arrastrar por la sangre, por el deseo de la sangre, por los ánimos de venganza cuya causa se aleja en el tiempo, se pierde en la bruma de cuevas, trincheras y tinieblas en las que nunca estuvimos.


21 comentaris:

  1. La respuesta a "deberíamos empezar a pensar por nuestra cuenta", la da Pepe Mujica a la periodista, que espera una crítica hacia un presidente, cuando lo que sucede es que uno mismo el que se tiene que movilizar y tener capacidad de sacrificio.
    El sistema nunca regaló nada.
    Un abrazo

    https://www.youtube.com/watch?v=EOYSdmDw_ME

    ResponElimina
    Respostes
    1. En efecto, el sistema no regala nada. Y pensar por cuenta propia no es lo que se enseña en las escuelas. Aunque quizás debería enseñarse en familia, por difícil que sea.

      Elimina
  2. Muy interesante.

    ResponElimina
  3. Pensar por cuenta propia es un ejercicio de toda una vida y no es fácil. En realidad si preguntas a todos y cada uno de los miembros de la sociedad, todos piensan por cuenta propia en su conciencia. ¡Quién reconocería que no piensa de modo personal? Nadie. Pero sabemos que no es así. El pensamiento personal puede que nos aleje de las certezas, de la tribu, de nuestra propia secuencia de creencias y en primer lugar de nosotros mismos. En estos días de confinamiento, he llegado a dudar de este dogma que lleva a la gente a convertirse en delatores y ha elevado nuestra sociedad a sencillamente totalitaria. Pero es lo que piensa la mayoría. Lo difunden todos los medios de comunicación. Así que tener un pensamiento propio es muy difícil, mucho, estás siempre entrando en contradicciones.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Gracias por tus palabras, Joselu. Estoy completamente de acuerdo contigo pero lo formulas mejor que yo. Me las guardo.

      Elimina
  4. Lluís, el apego ideológico lo contamina todo. Yo suelo observar la realidad y reflexiono casi siempre desde el punto de vista estético y veo como la ideología contamina el arte y el pensamiento todo.
    El apego a una ideología, a una pasión más o menos sangrante, a un arrebato o a una creencia utópica no llevan más que a la sinrazón. Y lleva al pensamiento único.
    Lo ensangrentado, el delirio, el frenesí y todas estas formas de vehemencia son contrarias a la razón. Y esto es lo que hay que enseñar en las escuelas y esto es lo que los padres deben transmitir a los hijos. Fomentar el sentimiento lacrimógeno o la sensiblería es alienar.
    No hay una ciencia que pueda desarrollarse sobre presupuestos ideológicos, no hay progreso artístico bajo el peso del rencor, no hay creación artística que nazca de un sectarismo ideológico.
    El animismo, la religión, los nacionalismos y otras formas de animalidad fanáticas y esotéricas, favorecen a unos cuantos que viven a costa de una enorme población que aún cree que vendrá un iluminado a traernos una Arcadia feliz. No, NO y NO.
    El bienestar ha de venir del trabajo concienzudo, serio y racional, en una sociedad que comparta conocimientos sin que las fronteras lo limiten.

    P.D. en cuanto a la visión estética, debo decir que cunado echo una mirada a la estética nacionalista de este pequeño corralillo, me pongo a llorar. La profusión antiestética de símbolos es de lo más horroroso que uno pueda imaginar. De ahí deduzco lo horroroso de su idiotez.
    Abrazos
    Francesc Cornadó

    ResponElimina
    Respostes
    1. La estética nacionalista es horrenda, solo por eso debería darnos grima a todos. Es una estética que retoza en un pasado medieval y oscuro, contraria a la luz y a la razón y a la ciencia.

      Elimina
  5. El meu avi va entrar per la Diagonal el 39, tornant a casa.
    Dit això, no entenc res quan parlen de Catalunya i Espanya.
    Trosdase

    ResponElimina
    Respostes
    1. T'entenc. És a dir, no entenc res de quan ens parlen de Catalunya i Espanya com si fossin realitats diferents.

      Elimina
    2. D'altra banda, Trosdase, m'agradaria molt poder contactar amb tu. Amb ànima d'escriptor. Tens el meu correu disponible aquí al costat dret.

      Elimina
    3. M'afalaga el teu interés però el que va passar després m'avergonyeix massa. Preferiria no parlar-ne. Grácies igualment.

      Trosdase

      Elimina
  6. Ya ves, siempre he querido que alguien me explicase, de forma razonada y racional, que es ser masón...
    Un saludo.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Yo lo se gracias al tribunal de Burgos de 1945, y es muy interesante.

      Elimina
  7. Respostes
    1. Creo que "Trosdase" es la firma del anónimo. Pero es dudoso.

      Elimina
    2. DE todas formas te pongo un enlace para que sepas lo que el asa catalán

      https://totbarcelona.blogspot.com/search?q=burro

      Elimina
    3. Mi hermano, que vive en el Pirineu, tiene dos burros. Son dos equinos muy monos. A mi los burros me gustan mucho.

      Elimina
    4. Deberías decirnos como se llaman, los burros, claro...al igual un día yendo de excursión me los tropiezo y no sabría como presentarme...
      Salut

      Elimina
  8. Me ha encantado las rrflexiones. Lo principal es seguir trabajando para qeu las guerras no vuelvan nunca mas. Para no hacernos daño. Fue posible un pacto qeu no nos llevara a la guerra pero al final los fanatismos se adueñaron de la situación. Moderación, dialogo, comprender al otro, amplias mayorias, menos luchar por el poder y más por el interes común. Pues bien creo qeu el amigo Lluis está en esa posicion. Una abrazada

    ResponElimina
    Respostes
    1. Espero que la mayoría comprenda el significado de: menos luchar por el poder y más por el interés común. Gracias, José Ramón.

      Elimina
  9. Hay una frase que se atribuye ( vete a saber si es cierto ) a Ortega y Gasset : "En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa".

    Pues creo que esa "ratio" es muy generosa, actualmente estaría en cincuenta a una.

    Que después de tantos años después de fin de aquella guerra, las derechas españolas del año 2.020 hayan sido incapaces de renegar públicamente de franquismo y de su carga siniestra y criminal me parece inconcebible para nadie que piense de verdad.

    Que las izquierdas españolas del 2.020 sean incapaces de criticar las equivocaciones cometidas por el Frente Popular durante la guerra, también me parece inconcebible.

    Si seguimos instalados en el maniqueísmo ideológico, en la dualidad buenos-malos independientemente del polo desde lo miremos, estamos perpetuando todos aquellos errores y crímenes.

    ResponElimina