21 d’abr. 2020

¿Deberes para niños confinados?


Francesco Tonucci acaba de publicar una entrevista (traducida, en El País) en donde cuestiona seriamente la oportunidad de mandar deberes a los niños confinados. Tonucci era un referente 30 años atrás, cuando yo cursaba Magisterio y él era la voz de la pedagogía más renovadora, el ideólogo de las escuelas comunales (municipales) de Regio Emilia, por entonces el tipo de escuela en el que todos los futuros docentes queríamos estar. Aunque Tonucci sea, a día de hoy, algo para nostálgicos o viejos frikis, algo así como Paulo Freire, ambos siguen siendo voces ilustradas a tener en cuenta. Por algo será que sus textos son vigentes en algunas universidades del mundo -aunque no de España.

Me lo acaban de contar: una escuela de la periferia, cuyos alumnos son hijos de emigrantes mayormente magrebíes, se esfuerza en mandar deberes a los niños, deberes diarios que podrían costarles no menos de 5 horas diarias de trabajo. Por si eso no fuese bastante terrible ya, también me cuentan: están respondiendo alrededor de 10% de los alumnos. Es decir: el 90% se ha caído del "teletrabajo". Los motivos pueden ser muchos:
  • La imposibilidad de acceder a la red. Supongo que no se debe contar que España dispone de un servicio de internet de los más caros de Europa, lo que excluye a la pobreza (me niego a escribir "desfavorecidos", como si dependieran del favor de algo o de alguien).
  • Los padres y madres no les pueden ayudar, por el obstáculo del idioma.
  • El asunto de la "diversidad": la funcional, la sensorial, la intelectual sobretodo. Que alguien me cuente como puede teletrabajar un niño con diversidad intelectual. Que alguien me cuente como hará deberes telemáticos un niño con Trastorno de atención, con hiperactividad, con autismo, con cualquier variante de todo eso.
  • Las problemáticas familiares: ¿alguien cree que las familias inmigrantes o pobres (o pobres e inmigrantes) disponen de los requisitos de buen ambiente, paz y sosiego necesarios para ponerse a hacer deberes 5 horas diarias?
  • Cuando en una casa hay precariedad y hambre, (el confinamiento deja a muchísimos trabajadores sin contrato y cobrando en negro en el desamparo total)... ¿se imagina usted a un chaval que pasa hambre poniéndose con los deberes telemáticos?
  • Niños con familiares enfermos, o hospitalizados sin saber casi nada, sin poder verles.
Es probable que haya más causas del desastre. Pero luego está el otro asunto, del que tampoco se habla:
  • ¿Están los maestros preparados y formados para gestionar el teletrabajo? ¿Disponen de las herramientas necesarias?
  • ¿Cómo se está gestionando la privacidad y el horario de los maestros? Me cuentan: a una maestra le llama un alumno a la 1 de la madrugada. Parece ser que su padre suelta el smartphone a esta hora.
  • Por lo visto, algunos docentes no están de acuerdo con el enfoque ni la metodología del asunto, pero se les llega a amenazar, aprovechando su estatus de interino: ¿sabes lo que es un ERTE? Otros se callan: soy interino y no me atrevo a expresar mi opinión.
  • Hay maestros con familiares enfermos y/o hospitalizados.
Sinceramente: es de mala persona obligar a niños a hacer 5 horas diarias de deberes, presionar a los maestros para que sigan las consignas de unas direcciones obsesionadas en demostrar eficacia pero no empatía, y que de paso fomentan la competencia fratricida entre compañeros. Eso no son educadores: son poco más que torturadores.

El mundo que saldrá del virus y del confinamiento no será, ahora ya lo sabemos, un mundo mejor.

6 comentaris:

  1. Creo que sabes que colaboro en un proyecto desde el curso 2007/08 (REIS -Reforç Escolar Integració Social) que está dirigido a menores entre 6 y 16 años con dificultades de integración y/o aprovechamiento escolar deficiente. El objetivo es superar el fracaso escolar, por eso el refuerzo escolar, y de ahí evitar la marginación social que comporta, de aquí la integración social.
    Todos los niño/as son derivados por los Servicios Sociales, pasando por el filtro del Educador de Zona y de la dirección del colegio.

    Dicho esto comentar que no soy maestro, pero que estoy capacitado para el ejercicio, dado la titulación de que dispongo y la voluntad de no dejar "colgados" a los niños a mitad de curso. La ayuda se presta de 18 a 20 horas los martes y los viernes.

    Y a lo que voy. Todos , absolutamente todos los niños/as que nos vienen derivados para la ayuda tienen problemas, lo que no quiere decir que son problemáticos. No se puede admitir más de 14, dado que no tenemos espacio ni voluntariado preparado ni dispuesto. De esos 14 niños/as, este años nos vienen tres del Raval, pakistanies; cinco del Poble Sec, uno peruano, una hindú y tres de Filipinas; cuatro de Sant Antoni, filipino, ecuatoriano, y dos hermanas catalanas y dos primos chinos de la otra parte de Poble Sec.

    Todos con una problemática casi idéntica: la falta de espacio vital, el hacinamiento, la desestructurada vida familiar, el problema del idioma por parte de los padres, el analfabetismo de estos para ayudarles en los trabajos escolares, la carencia de trabajo fijo de los progenitores, una muy mala alimentación...¿porqué lo se?, porque quien lleva el Proyecto es una Doctora en pediatría, y se preocupa al máximo de la salud de los crios. Aparte está Alfons Catedro de Teoría Económica y Dr en Economía; Pedrito, Profe de 4º de Químicas en el Inst. Quimico de Sarriá; Andreu, Cátedro de derecho Internacional en UB; Pepa, Ex directora del colegio público Joan Miró; Joan, Profesor de secundaria de los Salecianos; Manuela, arquitecta; Margarita, arquitecta; Marga, arquitecta...y el menda que te escribe.

    El confinamiento será una mierda, y los hará más vulnerables y con más miedo, y más débiles delante los ojos de los demás.

    Los niños son una maravilla...y los encuentro a faltar.
    Salut


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    1. Ahí está el tema. La situación presenta ahondará en las diferencias, y eso no se resuelve dando mucho trabajo. Es más, lo puede empeorar. Sería más oportuno preocuparse del acompañamiento, de la empatía. Tonucci lo cuenta bien.

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  2. Doncs comparteixo les dues aportacions que feu..
    les veig, les sento i les visc
    si veiem el que hi ha, tenim més possibilitats d'encertar cap a on navegar

    salut!

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    1. Jo diria que el què hi ha ho veu tothom, incloses les autoritats. Que ho vulguin veure ja és una altra cosa.

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  3. Además, los nenes pueden aprender muchas cosas útiles durante el confinamiento, por ejemplo a colaborar en las tareas domésticas: hacerse la cama, barrer, poner y quitar la mesa, colocar la vajilla del lavaplatos... Un aprendizaje que les vendrá muy bien para el día de mañana.
    Un saludo.

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    1. Lo que propone Tonucci es muy simple: cocinar y hacer recetas, colaborar en las demás tareas, leer, etc. La tarea del maestro creo que debería tener más en cuenta el acompañamiento que los deberes, de los que no se aprende nada. Si lees la entrevista enlazada verás que no parece complicado.

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