10 de set. 2012

11-S


El barco estaba atracado en el muelle número trece. El número trece inquietaba a los seguidores de Étienne, que se habían vendido todas sus pertenencias para comprar un billete en el barco que les llevaría a la Nueva Icaria. Se vendieron todo lo que tenían y luego se embarcaron en el puerto de Le Havre, -un puerto oscuro y sucio- con destino a Nueva Orléans. Muebles, ropas, libros. En la Nueva Icaria no iban a necesitar nada de eso.


La Nueva Icaria estaba ubicada en el territorio conocido como Louisiana, en recuerdo de un rey francés y efímero. Pero Louisiana resultó ser un terreno pantanoso, habitado por cocodrilos y mosquitos. Esos bichos -diminutos, y tan numerosos y brillantes como las estrellas del cielo- transmitían enfermedades terribles. Nadie llevaba medicinas.


A quién les vendió el terreno a los icarianos se le olvidó contarles que el territorio estaba habitado por sus habitantes autóctonos, una gente rara a la que les llamaban indios, porqué esa era la forma de nombrar a los pueblos de ultramar -unos tipos emplumados y austeros, de costumbres bárbaras como si odiaran la herencia romana-. Los embarcados eran franceses, ingleses y cuatro españoles -catalanes de Barcelona, para más señas. Nadie escribió novelas ni rodó películas, y ahora todos andan muertos. Todos muertos entre Texas y New Orléans, adonde algunos regresaron exhaustos y se dieron al bourbon. Una vez extinguida la utopía, les esperaba el sueño emponzoñado del alcohol que endulza la sangre amargada.


La idea de Étienne Cabet era simple y razonada, llena de sentido común: jamás podremos cambiar el mundo, porqué el mundo es terco e hijoputa (otros lo llaman conservador, tradicionalista o simplemente nacionalista). La única posibilidad nuestra es colonizar un territorio nuevo y establecer allí las nuevas bases con las nuevas leyes. Igualdad, redistribución, fraternidad. Sin tener que cortar cabezas ni dispararle a nadie. No me explico porqué esa aventura tan bella no se abrió un paso más ancho entre nuestras fantasías. ¿Porqué no abrió páginas nuevas ni iluminó celuloides?

Con un final tan bonito -la diáspora de los supervivientes, que llegaron hasta Cloverdale, California- un novelista mediocre habría escrito una buena novela y luego habría llegado Jean Renoir, o quizás Akira Kurosawa, o bien Terrence Malick, o Visconti, o Tarkovsky, o quién sabe, Théo Angelopoulos.
-¿Y Kim Ki-duk? -susurra la vocecita.
-No, ese mejor que no.

De ser así, igual los catalanes se manifiestarían por otras causas, piensa uno, si supieran. Pero el tiempo es como una jauría de perros hambrientos, veloces, de voraces mandíbulas. No dejará nada, no deja nada atrás.

[Mientras se cierra la noche de septiembre abro de nuevo Las noches lúgubres de Alfonso Sastre, la historia del vampiro rico que no necesitaba morder a nadie, porqué compraba la sangre de los pobres, y los pobres se la vendían a gusto, y hacían colas ante su casa].

19 comentaris:

  1. Kim Ki-duk, millor que no, segurament Tarkovsky hauria estat la persona idonea per explicar aquesta història.

    Salut, i que vagi bé la peli francesa dels bordells.

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    1. Em sorprèn que hi hagi tan poc cinema sobre aquests moviments, però potser no em sorprèn.

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  2. M'has fet buscar a google qui era aquest Kiklin o com es digui (no, no cal mirar com s'escriu en realitat, ho oblidaria tot seguit). Quan trobo un nom que desconec, corro sempre a mirar qui és, per situar-lo. Si un cop situat m'interessa, passa a formar part de mi. Si no, doncs mira, llisca i als cinc minuts ja li he canviat el nom, la qual cosa vol dir que en cinc minuts més ja no en recordaré res. La conclusió, Lluís, és que no sóc cinèfil. I crec que sé el motiu.

    No fa gaire que m'he adonat que l'art que m'interessa és el més inconscient, l'art que feien no els artistes sinó els artesans. Els gran artistes més admirats de l'antiguitat, eren tots artesans, aquest era el seu concepte sobre ells mateixos. Amb els escriptors passa una mica el mateix. I amb els primers cineastes. Però aquest concepte d'artista que tenim ara francament no m'interessa. El primer consell que donaria a algú que volgués ser escriptor, o pintor, o actor, seria que fos artesà, escribent o còmic. En sentit antic.

    Visconti sí que m'agrada (i Kurosawa i Renoir) perquè era un malalt d'una malaltia social. Avui en diriem un somatitzador...

    Referent a la resta, doncs que tan de bo hi haguessin més somnis en una època tan descreguda com la nostra. Demà començaré a cridar, i probablement no pararé fins el dia 25 en tot allò dels puntets... M'agradaria anar-hi, la veritat.

    Salutacions.

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    1. Tens raó en això de la somatització i Visconti. "Confidèndies" és una pel·li de les considerades "menors" i que ho exemplica molt bé.

      I també estic d'acord en què caldria reivindicar l'artesania, i potser els autors dels blogs ja ho estem fent.

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  3. Gran part de la bellesa i l'atractiu d'aquestes comunitats rau en una visió ingènua, optimista i rousseauniana del gènere humà. No n'hi ha prou amb el romanticisme, no. I les peles -que no tenen entranyes, com deia l'oncle Karl- no hi pintaven res. Ara ho són tot, cagontot!

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    1. Sí, no es pot dir que haguem evolucionat massa espiritualment...

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  4. Potser és que estem instal·lats en la fantasia permanent.

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    1. Jo diria que alguna cosa sí, però em costaria definir en quina fantasia vivim.

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  5. Em recorda La Missió del Robert de Niro

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    1. Amb la subtil diferència que la Missió del De Niro era una utopia jesuïta (!) i la dels icarians, atea.

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  6. Échale un ojo, Lluís. Quizá te interese...

    http://www.melusina.com/libro.php?idg=9346

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    1. ¡Parece muy interesante! Voy a ver si se puede encontrar por un precio decente (o a medida de un subsidiado del paro). Gracias de nuevo...! Por cierto: te quiero pedir los datos del libro que comentaste mucho tiempo atrás sobre la comuna de París, ahora que ya tengo visto el magnífico Enciclopédie.

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    2. Te refieres a

      http://old.kaosenlared.net/noticia/la-mierda-con-los-tertulianos

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    3. dejad de recomendar libros, que ya casi no tengo vida :) Sobre la Comuna: "Historia de la Comuna", de P.O. Lissagaray, uno de sus supervivientes. Yo lo encontré de segunda mano por internet, tirado de precio

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  7. Bueno cuando uno compra a ciegas y a gente que suele marcar las cartas, las sorpresas ocurren.
    Hoy esta la manifestación, nos informaremos por La vanguardia, de los asistentes. Todos sabemos que en Cataluña impera la prensa libre, que no se deja influenciar por el partido que gobierna, aunque este le subvencione con casi nueve millones de euros. Que los de la Vanguardia si tienen que ser criticos, lo son, faltaria más... y los pájaros cantan y las nubes se levantan...

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  8. ¿La Vanguardia? Uy, hace mucho tiempo que no uso la prensa del régimen ni tan sólo para cubrir las baldosas después de fregar el suelo (igual como dejé de ver TV3). Si alguien compra a ciegas luego que no se queje. Ya tenemos aquí la burbuja soberanista. Otra burbuja.

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  9. A monsieur Cabet le perdió, además, su afán prohibicionista de la última época, que no es buena cosa reglar las utopías hasta transformarlas en parientes del exclusivismo.

    (Y en cuanto al título del post, pues... que yo sigo escuchando a Brassens y su Ballade des gens qui sont nés quelque part. No sé si me he explicado...).

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    1. La canción de Brassens va perfecta para estos días con tanta bandera... El país empobrecido y maltratado se acuerda de su bandera... en fin, sin comentarios.
      Muchos de los idealistas de esta época tienen partes oscuras y complicadas, hay que verlos globalmente y valorar la parte más creativa -e ingenua, seguramente.

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  10. Decirte -que se me pasa siempre- que me agrada ese bien concebido torbellino de ideas que plasmas...

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