11 de jul. 2018

Las opiniones y las prioridades del señor President

Resultat d'imatges de sanchez torra ratafía

A estas alturas a nadie le sorprendre ya que el President diga que las cuestiones sociales no son una prioridad. Incluso Rajoy las mencionaba, aunque fuese a través de una pantalla muy grande y con un cinismo aún más grande que la pantalla. Así es: tras ofrendarle una botella de ratafía al Presidente del Gobierno, el President regional asegura que hablaron mucho de autodeterminación y muy poco o nada del resto, ya que las cuestiones sociales (repito) "no son una prioridad".

A estas alturas, a nadie le sorprende que los Comités de defensa de la república (Cdr) le hayan reprochado al president regional su falta de temple y su tibieza, así como su actitud servil: le acusan de haber pecado de autonomismo. Sin embargo, los Cdr no tienen nada que objetarle a su ratafiesco president sobre el desprecio a las cuestiones sociales. Lo cual confirma mi hipótesis: a los niños ricos se la trae al pairo la cuestión social. "Cuestión social", como todo el mundo sabe, es un un eufemismo de "pobreza" y, de eso, ellos saben poco y les preocupa menos. La pobreza no ha llamado a las puertas de los chalés de Sant Cugat, de Matadepera, del Ampurdán, de la Cerdaña ni de Caldas de Montbui: en esos suaves paraísos la pobreza no está ni se la espera.

En la crítica (bastante dura) que los Cdr le endilgan al President hay algo que me asombra: le reprochan el "simbolismo" y le exigen lo suyo: "República ja!". Si, lo ha leído usted bien, amigo lector: le reprochan el exceso de simbolismo. Yo pensaba que el procés en su conjunto era poco más que simbolismo, pero ahora pienso que quizás iba desencaminado. Quizás sí hubo hechos, como por ejemplo la república de los 8 segundos. Y sus consecuencias. ¡Nunca 8 segundos salieron tan caros!

Bueno, dicho todo esto... Dentro de mi alma sigue chirriando algo. Me dijeron que el President es un intelectual (incluso alguien proclamó que es un "intelectual brutal" -bello oxímoron, por cierto). Yo sospechaba de antemano que el President no es Habermas. Ni tan siquiera Claude Lévy-Strauss. Pero le concedía una sospecha de intelectualidad que, a cada declaración suya, me resulta más indesentrañable. Que en la Cataluña de 2018 alguien diga que las cuestiones sociales no son prioritarias me inclina a pensar que el President piensa poco antes de hablar. ¿Será por la ratafía, esa afición sobrevenida que le tiene poseído? Aunque solo fuese para quedar un poco bien, debería haber dicho lo contrario. Habría estado bien salirse con algo como:
-Hoy hemos hablado de ratafía y de autodeterminación, y en próximas sesiones abordaremos la cuestión social.

Mira si era fácil cumplir con los mínimos que el pueblo espera. Porqué aunque el pueblo de Cataluña sea el pueblo más pueblo de todos los pueblos no deja de ser pueblo, y al pueblo le gusta que se preocupen por sus cuitas. Incluso los intelectuales se acuerdan del pueblo, diría yo. Foucault lo hacía. Un neurólogo como Eric Kandel piensa en los desfavorecidos. François Englert (premio nobel de Física y belga para más señas -aunque me temo que belga francófono y no flamenco-) explica que se dedicó a la ciencia para mejorar la vida de los seres humanos, de todos ellos. Uno espera que los intelectuales se preocupen por cosas como esa. Relegar las "cuestiones sociales", postponerlas o, en definitiva, despreciarlas, no parece una opción bien pensada. Ni en boca de un intelectual ni en la de ninguna otra categoría de político.

Hace un tiempo (eso es una anécdota, lo reconozco) alguien independentista me dijo que yo no era capaz de comprender el alcance de la revolución que propone el independentismo catalán. Me callé porqué, en efecto, no soy capaz de comprender ese alcance: "Lo que estamos haciendo es tan grande que tu pobre cabecita no lo puede asimilar", me dijo, y ante tanta grandeza opté por el silencio, como es normal. "Ni te imaginas la república que estamos construyendo", añadió. Aún admitiendo todavía mi falta de entendimiento -creo que es más falta de fe que de entendimiento- me cuesta mucho encajar las piezas. Y como encaja la pieza del President regional, con su presunta intelectualidad junto a los elogios que le propina a la ratafía y el desprecio que exhibe ante las cuestiones de la pobreza.

En favor de su capacidad intelectual, sin embargo, está esa frase brillante, sugerente y de profundo calado, que dijo ante la Cofradía de la Ratafía:
-La ratafía es país y es familia.

Ite missa est.




4 comentaris:

  1. Hay alguna frase más. Aquella de "tengo 55 años, hijos ya mayores y nada que perder" es de categoría. Él no tiene nada que perder, él. ¿y no piensa que hay otros cinco millones de esos siete , que si tenemos algo que perder?, y que de esos dos que quedan, un millón no está de acuerdo en el postulado unilateral y también tiene que perder.

    Este elemento sólo piensa en él, lo primero (observen como se coloca en la "pol positión", y en sus hijos después, su mujer ni está ni la nombra y por lo visto ni se le espera en esa tranquilidad mezquina.

    Esta si que es una frase sugerente. Dice todo lo que quiere decir, sólo hay que leerla con detenimiento.
    salut

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    1. Torra me sorprende gratamente por su gran capacidad de ofrecer frases para el estudio, algo que hace sin parar. La que citas es terrible, y tiene todo el aspecto de ser una de esas frases que, siendo lamentables, se dicen creyendo que son profundas y poderosas. Creo que Torra confunde a menudo sus ocurrencias con buenas ideas o buenas frases. Debe ser tremendo ser el asesor de imagen de Torra... Tras esta frase, en efecto, hay una mezcla de locura y de desprecio, a la vez que un raro olvido de su mujer. En este tipo de frases, como en los actos fallidos de los que habla Freud, es donde se muestra la verdadera personalidad. Para pensar.

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  2. Opino igual, y os digo que cuando escuché esta frase, no podía creer lo que oia, sentí el miedo y rabia.
    Qué será lo siguiente?
    Decir "No tengo nada que perder"creo que los que no tienen nada que perder son los que ya lo han perdido todo y se lanzan al Mediterráneo en pateras sin saber nadar.
    Salut i bona nit

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  3. Otra frase digna de un president intelectual: "aviat trucaran de l'Estat la meva dona per dir-li què he de sopar". Sin comentarios.

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