15 de des. 2020

¿Marine Le Pen es Laura Borràs?

Les voy a contar cómo escribí el título de este artículo.

Lo escribí sin interrogantes, afirmando algo que me podría costar caro: una denuncia, una inhabilitación, una multa. Le puse los interrogantes como quién se pone un preservativo, un chubasquero, una vacuna, unas botas de goma impermeables. Los catalanes que no somos de la cosa nacionalista nos andamos con tiento. Llevamos años aprendiendo a pisar el hielo con miedo a que se nos rompa debajo de los zapatos y nos hundamos en una ciénaga helada.

Le añadí los interrogantes. No estoy llamado a ser un héroe. Ni un valiente. Ni nada. Mi único propósito es sobrevivir en Cataluña. Y vivir en la Tierra.

Algunos de los catalanes que no somos nacionalistas llevamos años leyendo a Lovecraft y escudriñando en sus interlineados. Usted me comprenderá, sin duda. Lo primero es sobrevivir. Y luego, vivir. Para sobrevivir en esa Cataluña de los nacionalistas hay que andarse con cuidado. Vivir es imposible, de modo que ya no nos lo planteamos. Con sobrevivir enmedio del horror nacionalista nos basta. Hay que fingir, callarse, soslayar. Cada uno se sabe lo suyo. Yo estoy harto de ver a los que soslayan, a los que se callan, a los que fingen. Y si estoy harto de ellos es porque yo he fingido, callado, soslayado como el que más. Lo dicho: no soy un valiente ni lo pretendo. Y lo he hecho diez, cien, mil veces. O diez mil veces. Una vez cometida la falta, da lo mismo cometerla mil veces más.

Volvamos al asunto: ¿Marine Le Pen es Laura Borràs?. O dicho de otro modo: ¿Laura Borràs es como Marine Le Pen? Bueno, ante todo hay que afirmar que Marine y Laura son personas distintas. Pero muy parecidas. Salvando algunas características físicas, tienen mucho en común. Francia para los franceses, Cataluña para los catalanes. Esa es la única base argumental del supuesto ideario político de ambas, si al odio se le puede llamar ideario político.

Y entonces... ¿quiénes son los franceses y quiénes son los catalanes? ¿Los que nacieron aquí? ¿Los que llevan trescientos años aquí? ¿Los descendientes de Jaume I? ¿Los que solo hablan catalán?

Es en este momento en el que descubrimos que no solo nada separa a Laura de Marine, sino que nada separa a Laura Borràs de Santiago Abascal. Son uno y lo mismo el bestia de tu marido, los memos de tus amantes, dijo Jaime Gil en un poema.

Ambos (o ambas, perdón por el sesgo machista) afirman que la identidad nacional es algo importante, algo a tener en cuenta: algo que le diferencia a usted de los demás. Que un trabajador precario catalán es más catalán que trabajador precario, y que por lo tanto su aliado (y su líder) es un rico catalán, y su enemigo un trabajador precario extremeño. Eso es lo que nos cuentan Laura Borràs en Cataluña y Marine Le Pen en Francia.

Bueno, recapacitemos: Marine no es Laura ni Laura es Marine. Y Santiago se les arrimado a ambas sin ser lo mismo que Laura o que Marine. Pero en realidad sí son lo mismo. O casi. Lo dejaremos en el casi.

Sin embargo, si quiere usted un mundo peor, vote a Laura. Lo he dejado para el final: Laura es peor que Marine. El mundo sería peor con Laura. Quienes leímos a Lovecraft lo sabemos muy bien: la nostalgia de los viejos mitos es más dañina en los pueblos pequeños, en aquellos pueblecitos oscuros en donde la civilización no llegó jamás o llegó muy poco y en donde todavía hoy se jactan de que los romanos no llegaron. Como el pueblecito de Asterix que muchos confunden con una cierta Cataluña.


2 comentaris:

  1. Mira, te voy a explicar una cosa, LLUIS. Ayer me enviaron unas fotos de como un hijo de puta amarilleó con spay una señal de parques y jardines en la montaña de Montjuïc, labrada en piedra, de la época de los años 50 y que ponía un dibujo de un árbol y la señal de repoblado arbolario, una pieza de museo vamos.
    Mi buen donador de fotos tenía la intención de que yo lo pusiera en el bloc, junto con otra foto de los muros del castillo llenos de pintura con unos símbolos amarillos.
    le dije que no lo colgaría en el bloc. ¿Porqué? porque me autocensuro. Porque no tengo nada que ganar. Porque el desgraciado que lo pintó va con la idea de que el castillo es símbolo de oprobio y esclavitud, y de que el cartel, como está escrito en castellano, por mucho que sea de hace 70 y pieza de museo, es invasor y colonizador.
    Como a ti, uno que está bragado en mil batallas, me pasa a mi.

    ¿Qué gana un tipo pintarrajeando circulitos amarillos en unos carteles, en la falda invisible de una montaña, que son principio de la semiótica en Barcelona y que pueden ser dignos de estudio incluso para saber cuando se repobló forestalmente aquella zona?

    La ignorancia es muy osada, y la sra de la que nos hablas , con su fotos de su Jaguar colgadas en las redes sociales, nos significa la importancia que tiene para ella las cosas, los objetos de marca, el lujo y la ostentación.

    Ella si que no se autocensura, si lo hiciera, saldría ganando.

    Salut

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  2. Por cierto y para que no haya dudas, me parece tan hijo de puta, tan deleznable, un tipo con un spray amarillo pintando señales que deberían conservarse por lo antiguas y curiosas, que un okupa pintando las puertas de madera de una casa modernista, que uno de Vox pintando los colores de un trapo en una puerta comercial.
    Me gusta el gobierno de Singapur al respecto. Tipo que encuentra pintando cualquier insignia, de cualquier color, en cualquier lugar del territorio y bajo el efecto o sin él de cualquier sustancia, tiene asegurada una pena de tres años de cárcel, amén las multas correspondientes.

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