Lo que Biden nos cuenta a los catalanes es eso: al populismo identitario se le puede vencer en las urnas. No es imposible vencerle. Del mismo modo que un candidato tan poco atractivo como Joe Biden ha podido derrotar a un nacionalista identitario como Donald Trump, un candidato constitucionalista puede derrotar a Junqueras&Puigdemont. El populismo es, como las llamadas "nuevas políticas", algo que se puede derrotar en las urnas. Podemos, Vox, ERC, JuntsxCat: no nos debemos asustar por esas siglas que no aportan nada salvo crispación e identitarismo inane.
Eso es una aportación al optimismo democrático y constitucional.
El señor Abascal salió trasquilado en su patética moción de censura. Junqueras periclita, Puigdemont es un fantoche. Su identitarismo no nos lleva a nada. El identitarismo de Puigdemont, matriz del identitarismo de Abascal, tampoco. Eso son callejones sucios, polvorientos y mierdosos, callejones sin salida. Puigdemont es Abascal sin barba puntiaguda; Abascal es Puigdemont sin pelambrera. Ambos son el desastre y la nada, la perdición de España, la derrota de la democracia en el sur de Europa.
Debemos recuperar la democracia, sus valores fundamentales. Librarnos del identitarismo, esa es nuestra primera obligación y los votantes de los EUA nos lo han mostrado.
Lo cuenta muy bien Douglas Murray en su libro La masa enfurecida: nos estamos jugando la democracia. Les dejo aquí las tesis principales de Murray:
1) La política de la identidad implica el fin del individuo, que es disuelto en la tribu.
2) La política de la identidad es vivida como una pseudorreligión.
3) La política de la identidad lleva a Occidente a la autodenigración.
4) La política de la identidad necesita alimentar constantemente el victimismo.
5) La política de la identidad se está deslizando hacia el totalitarismo.
6) La política de la identidad se basa en el dogma de la “interseccionalidad”.
A la política de la identidad se la puede vencer con la democracia y la transparencia.
El problema es el manoseo del lenguaje, LLUIS, al hablar de democracia, todos los partidos se reflejan en ella, no encontrás uno sólo que se tilde de antidemocrata.
ResponEliminaYo ya no creo en la identidad, creo en la homogeneidad de la tribu. En esas mil variedades de identidades que, al lavarles el cerebro, con aquello de "no somos España" se sienten uno sólo, y son capaces de juntarse, aunque se odien y se deseen lo peor, para quemar containers, levantar barricadas, volcar motos, parar el tráfico cuando les convenga, e insultar llamando feixites por todos los medios a quien no comulgue con sus ideas, ideas, eso si, feministas, liberales, republicanas, éticas, ecológicas, sociales y de futuro de Itaca.
Salut
El probelam verdadero que tenemos es el identitarismo, y eso me tiene muy preocupado.
EliminaMurray olvida una categoría : los frustrados y fracasados en lo personal, que buscan redención en la causa "sagrada" del nacionalismo, y que quieren sentirse protagonistas de algo.
ResponEliminaSi los partidos no-nacionalistas en Cataluña tuviesen un ápice de inteligencia, deberían buscar la movilización y el voto de los que en las elecciones autonómicas son abstencionistas por costumbre y sistemáticamente.
Porque si miramos el índice de abstención, aquí es anómalamente alto. Y esa es la auténtica clave del triunfo de los "indepes", la indiferencia de los demás.
Saludos.
Debemos explicar a los abstencionistas que deben parirticipar, pienso en eso.
EliminaPara perdurar en el tiempo, los nacionalismos diversos, tanto el ultraespañolista como el independentista necesitan alimentarse continuamente de los contrarios. No se pueden dar el uno sin el otro. Esa es su razón de existir. La pasividad de buena parte de la ciudadanía hace el resto, pues permite que estos monstruos crezcan y se adueñen del espacio político de todos.
ResponEliminaSaludos.
La respuesta es: democracia, transparencia y democracia. Nada más que eso.
EliminaExacto: el identatirsmo necesita ser una víctima constante para subsistir, y apropiarse de los demás identitarismos.
EliminaCuando uno no tiene una estrategia clara de gobernar siempre se puede aludir al sentimiento tribal.
ResponEliminaCreo que solo se puede vencer a esta tropa de indocumentados con la verdad, explicando a la gente la situación, con razones, con números y con persistencia, mucha persistencia. Si seguimos con su modus operandi nos venceran. En España, quizás hay que cambiar el sistema electoral para que todos los votos cuenten lo mismo, y poner segunda vuelta, me atrevería a decir.
Un saludo.
La solución para España no creo que la tenga nadie, pero sí hay pequeñas acciones que deberían ser urgentes. La reforma de la ley electoral es una. En Cataluña es algo bochornoso: es la única autonomía de todas que no ha sido capaz de aprobar una ley electoral en más de 40 años, y eso significa, entre otras cosas, que un voto autonómico en un pueblo de Lérida vale como tres votos en la zona de Barcelona. Así nos va. Ese paisaje les permite a los independentistas mantener su mayoría parlamentaria, ya que de otro modo no sería así.
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ResponEliminaLa solucion seria que gente de otras nacionalidades reemplazaran a los habitantes de ahora
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