15 de des. 2019

Mamadou B. y Joaquín T.


El Presidente está muy ocupado, dice. No se puede hacer cargo de todos los problemas que le incumben, porque los problemas son muchos y muy complejos. Dice el Presidente que los problemas le sobrepasan, dice que usted debe comprenderlo.

Hoy, un alumno me ha contado que abandona los estudios. Abandona los estudios y su vida aquí, y se va a un pueblo, un pueblo de otro país. Llegó a España en patera. Se puso a estudiar, consiguió trabajo. Estudiaba y trabajaba. El trabajo, sometido a unos horarios terribles: madrugada o noche, según las necesidades o los caprichos de la demanda o del jefe. El fin de semana, al completo, a destajo.

Consiguió alquilar un piso. Se casó. El chico es un ejemplo, no solo para los que llegaron a España como él, también lo es para los chavales nativos. No se quejaba jamás. Es un chico humilde, agradecido: lo que dije, un ejemplo para todos. Es consciente de que el azar determina (el sitio en donde has nacido, las personas con quienes te has cruzado). Es más, en las escasas horas libres que le quedaban, hacía un voluntariado para ayudar a otros chavales, tanto emigrados como oriundos. Se llama Mamadou.

Le acaban de comunicar que le reducen la jornada laboral y por consiguiente el sueldo y, aprovechando la caducidad del contrato de alquiler, se lo aumentan un 30%. Y no estamos hablando de Gracia ni de Pedralbes, como se pueden suponer. Se larga pero no se rinde, porque la gente como él no se rinde jamás. Seguirá luchando, pero luchará en otra parte. Y estoy seguro de que lo logrará. Mamadou es un resiliente nato.

Sobre casos como el de Mamadou le preguntaron el otro día al Presidente, y el Presidente respondió que no estaba para esas minucias, que lo suyo es muy complejo, demasiado complejo como para llegar a todas partes. En el catálogo de las respuestas infortunadas, no hay ninguna más lamentable que la suya. Dijo el Presidente que tiene compañeros en prisión y en el exilio. Dijo: usted comprenderá que con esa vida que llevo no pueda con todo. Se le olvidó decir que, de vez en cuando, suspende una reunión para irse a cortar una autopista: su vida es muy pero que muy compleja. Y difícil. Tiene que visitar a presos en presidios lúgubres, confortar a exiliados en países lejanos y desapacibles.

Los pobres, al lado de los presos y los exiliados, son muy pequeños. Y si además de pobres son extranjeros que no votan, son unos tipos insignificantes, sin ninguna relevancia para un hombre tan atareado: esos pobres carecen de sentido y no tienen lugar en su proyecto político. Se le olvidó añadir que los pobres le importan un pimiento pero no lo añadió porque todo el mundo lo sabe. Que ya se apañen, que la Patria no está para atender problemillas de pobres, que la Patria es lo opuesto a la Miseria. Pudo haber añadido que si acaso los pobres esos están agobiados por algo pues que se dirijan a Tv3, por si la Maratón de la Limosna del año próximo les puede atender. El Presidente pide diálogo, y eso es una tarea árdua, durísima. Pedir diálogo es tan árduo que le impide detenerse a pensar en la pobreza. Pensar en la pobreza, vaya bajeza, vaya bajón. 

Si mañana encierran a un amigo mío en prisión y yo no acudo a mi trabajo porque me impongo el deber moral de visitarle en su celda, o acudo pero no pego golpe con la excusa de lo mal que me siento por tener a un colega enchironado, me dirán que escoja entre mi trabajo y mis amistades, ya que el sueldo es público y los que cobramos de la cosa pública nos debemos a todos, y nuestra única obligación es trabajar por lo mejor para todos.

Me imagino la cara que pondrían los alumnos si les digo que la clase se suspende porque debo ir a cortar una autopista por el bien de la Patria, y que se estudien ellos solos la lección, que al lado de los destinos y las encrucijadas históricas de la Patria, del sentido trascendente de la Patria en la historia y en lo universal, sus problemillas son nada y además me importan un bledo. Eso si: que no se olviden de pagar sus impuestos, ya que mi sueldo sale de esos impuestos, de cada vez que se compran una barra de pan y pagan el IVA, que es para mi. Y que si osan abrir la barra de pan para meterle un cacho de queso enmedio, que sea queso catalán, sobretodo catalán. Ni se les ocurra el queso manchego, ya que los manchegos son colonos, opresores, enemigos de la Patria, simples bestias. Mejor pan solo que pan con queso.

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