14 de març 2017

Muere, la democracia catalana, entre las sombras


Resultat d'imatges de ho tornaria a fer

Alguien cuenta que ha ido al cine a ver una cinta infantil y descubre que entre el público solo hay adultos. Quizás debemos replantearnos qué es "una película infantil" y afrontar en serio el asunto de la infantilización de la cultura, de la sociedad. Los libros más vendidos son los más simplones, burdos y dóciles. La tendencia empezó muchos años atrás y ahora no hay quien lo revierta. Las redes sociales nos predisponen a amar la información cuando nos la sirven a dosis minúsculas, esquemáticas, pensadas para una digestión rápida e indolora, en donde el eslógan sustituye al razonamiento y la perogrullada al espíritu crítico. Todos nos hemos vuelto pacientes del trastorno de déficit de atención, ya sea con hiperactividad o sin ella. Pedimos mucho de lo que sea, pero sobretodo mucha acción, mucha emoción y poca reflexión. La reflexión es aburrida.

Pensaba en eso mientras iba consumiendo noticias, artículos y opiniones sobre el estado del debate secesionista catalán. Aunque, a decir verdad, aquí no hay ningún debate a tener en cuenta. Solo hay personas que vociferan, chistes amargos y una abundancia desmesurada del término "democracia", puesta en boca de opinadores poseídos por un diablo enérgumeno y locuaz, verborreico. Pongan ustedes Tv3 y luego 13 Tv y díganme si hay diferencia alguna. Son lo mismo. Incluso en la nomenclatura se asemejan.

En la desmesura al usar el vocablo "democracia" -una falta de mesura quizás calculada- está el truco, la trampa para que nos asqueemos de la democracia. Se trata de estrangular y violar la democracia.

Dicen los intelectuales izquierdosos de Estados Unidos que la democracia se está muriendo en las sombras. Lo dicen a propósito de Trump. Y a mi me divierte ver como por estos lares hay quién hace aspavientos con el asunto, como si por aquí no hubieran Trumps a punta pala instalados en el poder. No se trata de una bromita sobre políticos con peinados trasnochados para relacionar a Puigdemont con Trump porqué no podemos comparar a Trump con el delegado provincial del régimen que es Puigdemont. Pero Puigdemont está ahi, y cada día en sus pantallas, en las públicas. Día si día no nos larga el mismo mensaje: España no es un país democrático. Quizás es un buen tema de debate: la calidad de la democracia española. Pero deja de serlo si lo promueve un individuo que preside una institución (institucioneta) sin haber sido elegido por las urnas. Un tipo que acaba de cambiar a dedo al director de TV3 para poner a un dóberman del proceso, un dóberman agradecido. Otro. Al que le vamos a pagar el salario entre todas (escribo "todas" para no levantar ampollas entre las huestes de la Cup, que son muy irascibles pero solo a veces y solo según con quién).

El otro día, el señor Presidentemás, recién inhabilitado medio en broma (solo por dos años), dijo sobre las finanzas de su partido que todo ha sido siempre escrupuloso y limpio, pero un tiempo atrás dijo que de las finanzas del partido él no sabía nada: ¿se puede no saber nada pero saber que son escrupulosas y limpias? Solo a un niño (de edad corta) se le puede endilgar algo así, pero el señor Presidentemás sabe que habla para niños, los mismos niños adultos que acuden al cine a ver pelis para niños y que se tragan, tan felices, el cuento de la democracia catalana excelente contra la democracia española ausente. Los mismos niños que se compran la camiseta de Textiles Forcadell cada verano. Es así como se mata a la democracia: manoseándola groseramente, sin escrúpulo alguno. Rechazando el diálogo pero amando el monólogo con ímpetu de onanista, de narcisista enfermizo, de nacionalista. Ese discurso, tan en boga entre los procesistas catalanes, de que el diálogo con lo otro ya es inútil, ese discurso asesina a la democracia y lo hace en su nombre, que es lo peor: nos llevan hacia una misteriosa post-democracia de la que poco sabemos. O quizás lo sabemos todo: quizás solo hay que volver la mirada hasta la España de un par de siglos atrás. Pero ¿quién lee historia en tiempos de facebook?

Los mismos sujetos (Puigdemont y Mas -sin olvidarse de Forcadell) arguyen que el Estado les procesa por poner urnas de cartón, aunque solo un niño pequeño se tragaría la falacia. Y lo peor del asunto es que eso lo aplauden los pobres estafados por el caso de las urnas de cartón, a quienes les dijeron que debían acudir a votar para crear un país nuevo los mismos que ahora son capaces de soltar al mismo tiempo: "yo no hice nada malo, fueron los voluntarios" (ante el juez) y "lo volvería a hacer" (ante la pantalla amiga de Tv3). Si no has hecho nada... ¿qué demonios es lo que volverías a hacer?

A la democracia se la puede matar con un golpe de estado militar, como hicieron Franco -subvencionado por el catalanista Francesc Cambó- o Pinochet, subvencionado por Estados Unidos. Y también como lo estamos viendo ahora: banalizando los conceptos, infantilizando las ideas, rechazando el diálogo y el debate, estafando, ridiculizando las urnas, jugando a convertirse en un trilero de las leyes, sodomizando a un Parlamento con una mayoría que no existió jamás, contando que es más democrático un referéndum que unas elecciones sin darse cuenta de que Franco hizo lo mismo que ellos: montar referendos sin elecciones. El precedente de sus urnas de cartón está en el franquismo y eso no es un desliz, es una consecuencia lógica de su filiación ideológica. Al fin y a al cabo, tanto Mas como Puigdemont proceden de la burguesía catalana que vivió (y prosperó) de puta madre con Franco. Eso fue la Transición: los que prosperaron con Franco debían seguir prosperando con la democracia. (Ahí estaba Pujol para asegurarlo, a cambio de hacerse el sueco con sus viajes a Andorra). Y si no lo creen así, léanse "Catalanes todos" de mi colega Javier Pérez Andújar, que lo cuenta bien y además con gracia, y además literariamente.

Vuelvo al asunto de la infantilización y los niños. Por estos mismos días de hoy hemos sabido que el primer gobierno (governet) de Artur Mas "desvió" 81 millones de euros presupuestados para las guarderías públicas hacia la escuela concertada (incluyendo las nacional-católicas). Para hacerse una idea de lo que son 81 millones de euros les contaré que, si ustedes tienen una cierta edad -como yo-, eso son 13.446.000.000 pesetas. Los que hicieron eso son los mismos que hoy se postulan como ejemplos mundiales de demócratas, de políticos capaces de construir un país nuevo ideal, la república soñada desde los albores de la humanidad. ¿A cuantos miles de años deberían ser inhabilitados por haber hecho eso? ¿Lo volverían a hacer, también? Esa última pregunta se la presto a Ana Gabriel.

Hace poco han descubierto (en Atapuerca) que los homínidos de hace miles de miles de años practicaban el canibalismo. Pues eso. Los fuertes se comían a los débiles. Igual lo llamaban "democracia" los fuertes, y los débiles se dejaban comer convencidos de que si, de que eso es democracia. Igual pusieron urnas (urnas de piedra) para refrendarlo. A la democracia la están matando entre sombras y plasmas, si es que alguna vez existió eso.

1 comentari:

  1. El Vicenç Sanchís és un neoliberal del grup Godó, amb un discurset de dreta rància insufrible. Bé, ara tot pensament únic, 8tv, tv3, rac1... Se'm cau l'ànima als peus.

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