22 de nov. 2018

El 20N con el Tercio de Montserrat

La escultura del monaguillo (memoria escultórica de una historia muy triste) que recauda donativos está a pocos metros de la bandera del Tercio de Montserrat, que la milicia falangista catalana donó a la Abadía de Montserrat tras ganar la guerra. Y ambos al lado de la imagen de la Moreneta.
¿Qué se venera en Montserrat?


El mismísimo martes 20 de noviembre nos fuimos de excursión escolar a visitar la montaña y la basílica de Montserrat con los niños y las niñas, todos de familia musulmana. Del mismo modo que visitamos la mezquita en septiembre, o museos y parques varios. Y otras instalaciones del bendito país. La educación consiste, entre otras cuestiones, en ampliar las miras, conocer lo lejano e interactuar con ello. A la excursión a Montserrat se apuntaron algunas madres y un hermano mayor. Ellas con el velo y sus abrigos largos, él con sus rasgos y su gesto. El día fue gris y aciago, y la montaña se encontraba sumida bajo un manto de niebla que la dejaba ensimismada y cabizbaja.

Había algo irreal en manejarse por este paisaje brumoso, como estar flotando en medio de una nube que impedía la visión a pocos metros. Las siluetas de las esculturas (santos, monjes, monjas, reyezuelos) mostraban su perfil más siniestro, como fantasmones procedentes de una dimensión paralela y más atroz. Alegorías de la muerte, de la pederastia, de la tristeza. Una de las madres musulmanas, viendo la representación del Cristo agónico, me dijo: "Pero... ¿qué le hicisteis a vuestro profeta?". Lo dijo con cierto estupor, quizás amedrentada en exceso por la presencia, glacial y turbia, de esa niebla blanca, pegajosa, esa extraña argucia de Dios para confundir o asustar a creyentes, infieles, descreídos con flojera y ciudadanos en general. Ni un comunista ateo de toda la vida sería insensible a la niebla que envuelve los lugares sagrados.

Nos pusimos en la cola para visitar a la virgen. Unos ciento cuarenta niños musulmanes en medio de un sinfín de japoneses, centenares de japoneses, incontables japoneses (la niebla sumía en la tiniebla blanca a la hilera de personas, la convertía en infinita). Me pregunté qué podría provocar en la mente de la madre musulmana que se sorprendió ante el profeta torturado esa manifestación japonesa tan masiva. La cola para visitar el cambril de la Moreneta avanza muy despacio. Uno se va fijando en las pinturas y los esgrafiados, en donde aparecen personajes con turbante, al fondo y a la izquierda, cayendo muertos ante unas murallas, y ante el embite de un rey cristiano de cuyo nombre no me acuerdo. Se me ocurrió rezar para que los niños no viesen a los moros muertos en una pintura que decora un templo, y mi plegaria fue atendida por Dios.

A veces funciona.

Ascendimos por las escaleras que llevan ante la imagen. La luz es cada vez más mortecina y el pasillo más estrecho. En el último rellano, a muy pocos metros ya de la Moreneta, hay una gran vitrina. dentro de la cual, la bandera del Tercio de Nuestra Señora de Montserrat, que le fue ofrendada al abat tras la guerra y el abat, displicente, la situó cerca de la Virgen Santa. Salve Regina, Virolai Vivent. Ahí está.

Para que luego digan sobre el franquismo y Cataluña y España y blablablá, que todos los españoles eran franquistas y todos los catalanes, buenos, democráticos y blablablá. Se debe recordar que el franquismo lo sufrimos todos los españoles, no solo los catalanes. ¿Se debe recordar eso? Quizás se debería recordar que no todos los catalanes sufrieron el franquismo, ya que algunos lo pasaron muy bien durante la dictadura. (Y algunos de esos algunos están en el partido del Sr. Torra, o en el del beato Junqueras).  Pero volvamos al asunto: la virgen está encerrada dentro de una urna. No una urna para depositar votos ni una urna para guardar cenizas de muertos: un cristal la protege, como a los votos, como a todo lo que es sagrado en Cataluña. Hacía décadas que no estaba allí y no recordaba la urna de cristal que protege a la estatuilla. Una estatuilla que, por cierto, vi algo desmejorada y (aleluya) sin ese lazo amarillo que dicen que le puso alguien tiempo atrás en el dedito de la diestra, la que sostiene el orbe. Vaya ahí el dato: los monjes de Montserrat no deben tolerar los lazos, porqué no vi ni uno solo en todo el recinto.

A veces pasa.

Pero... (¡Ay, ahí esté el "pero" ineludible). Pero una de las niñas me cuenta que, en el interior del templo, al pasar ante una feligresa, ha escuchado como esa le espetaba: "No me gusta que vengan aquí los musulmanes". Yo le respondo algo sobre la ignorancia y su pequeñez, sobre la nula importancia de una opinión individual. Creo que la niña entiende mi respuesta. A sus once años -pero también antes- uno debe estar preparado para afrontar la estupidez que campa por el mundo y que puede albergarse en un templo, de la religión que sea: hay una tremenda igualdad entre los dioses, así como entre los hombres: la insensatez es muy democrática. A la vuelta, me abstengo de comentar la anécdota de la bandera del Tercio de Montserrat entre mis colegas. ¿Para qué mencionarla? ¿Con qué objetivo? ¿Con qué pretensión de validez? Tengo la suerte inmensa de vivir en un ecosistema laboral en el que hemos consensuado -sin debates- soslayar el asunto nacional y nacionalista, lo cual es casi casi casi... Casi un milagro.

A veces suceden.

9 comentaris:

  1. Nuestra religión de libro nos impide ir cambiando el panorama del torturado Jesús. Aunque hay que hacer constar que los taoitas , religión ancestral de trasmisión oral, tienen torturas particulares en un infierno particular con muchos escalones, a la medida del de Dante con sus nueve suplementos.

    Cierto es, que no tienen un profeta definido como el nuestro, al que nosotros nos apuntamos a su sacrificio. Hay ciertas cosas de nuestra religión que hace chirriar los sentidos. Nos gusta llevar un instrumento de tortura en el cuello, la cruz. A veces, y no pocas, me pregunto que si a Jesús lo hubieran ejecutado en la silla eléctrica que tan capaces seríamos de llevar ese modelo a escala colgado del cuello.

    PD: Muy bien por llevar a los niños a lugares sacros. A mi me gusta todo lo que contenga algo de religioso, intuyo que allí hay energía positiva.

    Un abrazote

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    1. Completamente de acuerdo. De nuevo. Sobre instrumentos de tortura expuestos encima del cuerpo hay mucho que hablar. Yo veo, a veces, a personas que llevan un símbolo amarillo destinados celebrar la penitencia y, a la vez, a torturar mis sentidos.

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  2. A veces creo que la iconografía sobre Jesucristo en la cruz es una exaltación da la tortura y el sadismo. Aún sigo recordando el temor que me causaba a los cinco o seis años el contemplar el realismo de algunas figuras de cristos en las procesiones de Andalucía. Yo no entendía como alguien podía infligir a su prójimo semejante sufrimiento.

    Después, al crecer, comprendí tristemente que el género humano era capaz de eso y mucho mas.

    El Tercio de Montserrat es una verdad incomoda para alguno de nuestros ilustres separatistas, cuyos abuelos desfilaron por la Avenida de la Diagonal luciendo una boina roja y envueltos en una bandera manchada de sangre en la batalla del Ebro. Y a renglón seguido, hicieron buenos negocios durante años envueltos todavía en aquella bandera.

    Una buena entrada.

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  3. Abat és català. En español se dice ABAD.
    Cambril és català. En español es CAMARÍN.

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  4. Existe la temeraria tendencia a generar grupos de personas, olvidando que cada somos como somos, anulando la identidad de la persona y metiendo la en un grupo, ya sea por su nacimiento, residencia o modelo de coche (que también)...

    Un saludo

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  5. Excelente entrada, por lo que dice y por lo que sugiere. Por lo visto la ley de memoria histórica no es aplicable a este santuario catalanista.
    Muy educativa e integradora esta excursión.

    Saludos.

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  6. Muy interesante y entretenido, cómo es marca de la casa.

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  7. jajajaja, ya está, ya tuviste que sacar el tema del "Signo Amarillo" de la forma que sea, mira que ibas bien. Yo que siempre he pasado de patrioterismos relacionados con el suelo geográfico, pero viendo el panorama me parece que voy a empezar a replantearme eso.

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