8 d’ag. 2017

Revolución, el concepto

Resultat d'imatges de revolucion

Por lo que nos cuentan, en estos momentos hay dos revoluciones de ricos (de pijos, lo llaman algunos) en marcha. Una está en Venezuela y la otra en Cataluña. Incluso leo a uno que, henchido de patriotismo, celebra que la catalana haya sido anterior a la venezolana. Las patrias son así: siempre ganadoras, siempre pioneras en algo.

La revolución de los ricos liberales de Venezuela es una revolución en toda regla: con tiros, muertos, fuego en las calles, palizas, bloqueos internacionales, detenidos, etc. Allí hay incluso ricos que se juegan el pellejo, aunque como suele pasar prefieren que salgan los pringados a la calle, a batirse en su nombre.

Lo de Cataluña es otro asunto. Como cualquier fenómeno en versión catalana, nuestra revolución solo lo es un poquito. Una miqueta de revolució, però no molta. El carácter catalán, ese tret diferencial que junto a la sardana y la butifarra amb seques demuestra que somos una nación milenaria prefiere la mesura y siempre tiene en cuenta el asunto de la caja. La caja registradora y la cuenta en La Caixa. Hay que hacer la revolución, si, pero también hay que comer y con las cosas del comer y las del patrimonio no se juega.

Es por eso que en uno de los sectores más revolucionarios y aguerridos de la revolución catalana, esos chicos y chicas de la CUP, hay quien decide alquilar su apartamento en la costa a través de Airbnb. A 750 euros la semana, a ver si pica algún turista. No creo que el chaval de Premià al que le han pillado sea el único.

Lo de Premià (tanto monta el de Mar como el de Dalt) va a pasar a los anales de la historia de Cataluña, aparecerá cerca de Pilós, el Guifré, porqué Pilós empieza por P, como Premià y como Pujol, que tiene una casa por allá y creo que sus raíces familiares están por allá. Florenci, el abuelo de la deixa, creo que vivía en Premià. En el caso de Pujol, padre inspirador de la revolución de los ricos catalanes, la pequeñez de lo catalán se cuestiona. Porque si bien Pujol es de estatura pequeña no se le puede despreciar: el semental arremetió duro y es padre de siete pujolets (cinco pujolets y dos pujoletes).

Las gestas militares catalanas también suelen ser pequeñas, como entrañables, con algo de ruido y pocas nueces (y el ruido debe cesar a las 10 de la noche, para poder descansar y acudir mañana despiertos y alegres al trabajo). Al ejército de Napoleón lo detuvo un niño con su timbalet, él solito. Sus mayores estaban ocupados atendiendo a los clientes en el colmado familiar, que no cerró ni en caso de invasión francesa y además la invasión enemiga es una ocasión inmejorable para esquilmar al cliente y subirle los precios por las nubes.

La revolución de los catalanes ricos nació con el divertido eslógan de "la revolución de las sonrisas" y va camino de ser la revolución de las carcajadas. El otro día los currantes del aeropuerto de Barcelona se pusieron de huelga y se armaron unas colas tremendas en los vestíbulos de El Prat. A los voluntariosos comandos de jubilados de la ANC no se les ocurrió nada mejor que ir a sulfurar a los turistas atrapados en este país (¡vaya país en el que quedarte atrapado!) y a repartirles unas octavillas que piden el voto para el Sí (¿a los turistas?) y en donde se cuenta que la culpa de las colas es de España, porqué en la República catalana casi inminente des de hace 5 años no habrá colas. Eso si es una propuesta revolucionaria.

Dice un señor de la ANC, esa organización, que las urnas están guardadas en una embajada extranjera. Como en Barcelona no hay embajadas, uno no sabe qué pensar. Igual se refería a un consulado. Y muy probablemente se refería a un consulado honorario, que no es exactamente un consulado sino el piso de un cónsul honorario. El cónsul honorario suele ser un empresario con mucho dinero y con buenos contactos en el país que consuela, y con el que tiene montado bonitos negocios. De modo que... ¿hay 8000 urnas en un piso de Barcelona? Igual en vez de urnas son urnitas, que es más catalán. Igual, vete a saber, Echenique sabía de lo que hablaba cuando habló de "poner cajitas".

Nos quedan algo menos de sesenta diítas antes de la fechita del referendumito, toménselo con calma y buenos alimentos, pongan sus dineritos a buen recaudo y prepárense a ver la revolucioncita de los catalanes ricos. En directo por Tv3.

3 comentaris:

  1. Con tu permiso. Pura casualidad.

    http://totbarcelona.blogspot.com.es/

    ResponElimina
  2. Me encanta lo de la revolución de las carcajadas. El ridículo es espantoso.

    ResponElimina
  3. Me encanta el toque LeCarré de las urnas escondidas en una embajada extranjera (y, por tanto, en territorio extranjero) a salvo de las zarpas del Estado español. Igual están preparando ya un black ops para añadir emoción a este septiembre...

    ResponElimina