10 d’oct. 2012

El que susurra en la oscuridad


Todo lo que viví en los montes podría ser cierto, pero también podría deberse a los delirios de la enfermedad que avanza tan suavemente como el agua, la miseria y la tristeza. Lo cierto es que poco a poco me vi sumido en un atardecer profundo. Y además echo de menos a mi gato de ojos ambarinos, que me abandonó persiguiendo una sombra por el jardín. (Eso pasó hace años, cuando yo todavía vivía en una casa con un patio enorme, que yo llamaba jardín).

Creo que sin duda algo extraño y colosal habita más allá del valle, algo terrible. Seres provistos de un hambre y una codicia sin límites. Quizás siempre estuvieron aquí. Antes que yo y que usted. A veces alguno muere y entonces su cuerpo termina aguas abajo, arrastrado por la riada. He llegado a entrever los restos de alguno, podridos y mutilados por la salvajía de la naturaleza de tal modo que mi imaginación no los puede recomponer. Una especie de piedad natural habita nuestra mente, y queremos ver algo humano y dulce en lo que nos rodea. Algo humanamente bueno, y esa idea me resulta casi cómica.

No hay bondad aunque esos seres tengan cabeza con ojos, extremidades, manos. Esas manos no se usaron jamás para acariciar ninguna piel, la boca no servía para besar: la boca expresa voracidad y las manos escarban, arrancan, rasgan, destripan. Y también hacen sumas y restas, eso lo se: sienten una particular atracción por los números, las listas y las cuentas.

Recuerdo muy bien a mis compañeros de colegio cuando atrapaban pobres bichos indefensos y los torturaban con una crueldad que le puede helar la sangre a uno. Entonces: ¿qué demonio ingenuo nos empuja a creer que si algo parece humano debe ser necesariamente bueno o bello?

Una vez hablé con un hombre que vive en el fondo del valle, más allá del bosque. Él los conocía bien, había llegado a algún acuerdo con las bestias y aseguraba que eren buena gente, que simplemente iban a lo suyo, como qualquier hijo de vecino. Se ocupan de sus negocios, y si uno se lleva bien con ellos incluso puede ver mejorada su vida. Hay que ser comprensivo y tolerante con otras formas de ver el mundo, me dijo, y a mi me ayudan. No tendría algunas cosas de las que tengo sin ese pacto con ellos: medicinas, aparatos, distracciones. No se olvide, siguió, que nosotros somos miserables y nacimos en la pobreza: ¿qué hay de malo en tolerarles y poder tocar algo de su poder enorme?

Hace poco intenté volver a aquélla casa más allá del bosque. Pero no supe encontrarla. La verdad es que no se muy bien porqué quise volver: quizás finalmente, atenazado y asustado por la miseria y la enfermedad, estaba dispuesto a entenderme con ellos y pedirles algo. Aunque no sepa qué exigen a cambio, posiblemente me sentía predispuesto a dárselo.

Cuando volvía, descendiendo con las primeras sombras del crepúsculo, me asaltaron recuerdos de la infancia y me detuve en un calvero del bosque lleno de susurros:

Cuando yo tenía dos años mi padre fue considerado un loco peligroso y fue encerrado en un manicomio. Mi madre me hizo llevar bucles hasta los seis años, edad en que insistí para que me cortara el pelo, y cuando lo hizo muy a su pesar y me transformó en un niño, le dijo a todo el mundo que yo era horriblemente feo, y me acostumbré a esconderme.

15 comentaris:

  1. sempre m'ha sorprés que s'equipari el mot humà amb el mot bo.. una persona molt humana.. al tanto! si és massa humana comença a sospitar..
    després de segles i segles de guerres, matances entre individus d'una mateixa espècie i abús de poder, com pot ser que encara no es qüestioni la paraula?

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  2. una cosa és la nauralesa humana, una altra el que la societat fa amb "lo" humà..

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    1. Tot i gaudir molt amb Lovecraft, mai no he entès el significat que dóna als adjectius "humà" i "inhumà", perquè ell desconfiava molt de la bondat humana.

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  3. això de tortura als animals deu ser algu que portem gravat al xip...

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    1. No ho sé... no és una conducta global, sinó que es concentra en una part del planeta i en una cultura concreta.

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  4. En todo ser humano hay algo malo y algo bueno, de quien gana esta batalla dependen nuestros actos. Normalmente cuando andas entre bestias, o eres devorado o te transformas en una de ellas, ya lo dice el refrán:
    "Dime con quien andas y te diré: y a mi que me importa"...

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    1. Dicen que algunos policías se vuelven malos por tanto convivir con los malos.

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  5. El hombre del valle no sabe de la misa la media. Los monstruos devoran, siempre. Aunque parezca que van a lo suyo. Devoran, y torturan, y se comen a los niños, casi casi de forma literal.

    Lo humano no es bueno, no lo es. De esa tensión ética es de donde nace, dicen, nuestra capacidad de crear. Yo no estoy de acuerdo: la capacidad de crear nace de nuestra voluntad de mejorarnos a nosotros mismos.

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    1. Yo también creo que la creación nace de un conflicto entre lo que vemos y lo que nos gustaría ver, porqué esta tensión es la que nos hace un poco mejores.

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  6. los humanos como los niños somos crueles y necios por naturaleza.

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    1. Yo creo que no todos necios y crueles, diría que esas propiedades afectan sobretodo unas determinadas zonas y culturas.

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  7. Tan atàvic i alhora tan realista. T'ha sortit una bona paràbola.

    I, recordes? Els mateixos que torturaven bestioles torturaven els companys més febles. Ho dic per si algú no acaba d'entre el relat.

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  8. Aquests essers plens de cobdicia sense limits actualment poblen bans i partits politics. Alguns, i la majoria surten indemnes malgrat estiguin podrits per dins.

    Si em deixo guiar pel trailer, la pel·licula promet. Ja tinc ganes de poder veure-la sencera

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  9. El siempre inquietante y retorcido Lovecraft asomado a esas películas voluntariamente congeladas en un tiempo escondido que parece rancio -muy, muy rancio- pero que no es sino la máscara tras la que se esconde un presente donde no se sabe quiénes de los pobladores son/somos los mutantes. ¿Lo son la casta de los podrida y jodidamente poderosos? ¿Lo son los ninguneados, pisoteados y esclavizados?

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