19 de set. 2021

TRES APUNTES A LA "MESA DEL DIÁLOGO"

Primero: No comprendo muy bien las razones que llevan a crear una "Mesa de diálogo" cuando el Estado dispone de un Congreso de los Diputados y de un Senado, además de los parlamentos autonómicos, que son los lugares del diálogo entre los diferentes. En esos foros hay cámaras, luz y taquígrafos y, por consiguiente, democracia. Pero supongamos que hay asuntos que se deben tratar con discreción, de acuerdo. Aceptemos pues que debe haber negociaciones discretas. Pero el asunto catalán no es ETA ni el IRA, ni España es Suráfrica, y todo el mundo ve las diferencias entre negociar con unos zumbados que llevan armas y ponen bombas, y negociar con un gobierno regional que se otorga derechos extramundanos.

Segundo: En esta mesa del diálogo estarán los representantes del gobierno autonómico por la parte catalana, todos ellos independentistas en mayor o menor grado, pero no contemplarán a la mitad de los catalanes y catalanas que no somos nacionalistas ni independentistas. ¿Es eso un diálogo en todo su profundo significado? Si eso es un diálogo entre Cataluña y España (???) ¿no deberían estar ahí los representantes de la ciudadanía no-independentista?

Tercero: Teniendo en cuenta lo anterior, y a título personal: quiero que sepan, señor Sánchez y señor Aragonés, que a mi, aún siendo catalán, me siento representado por la parte del gobierno español y no por la del catalán en la susodicha mesa de negociación. Dicho de otro modo: en las elecciones autonómicas voté al PSC (hubiese preferido votar al PSOE). Hay ocasiones en las que ser catalán de nacimiento es más un pesar que una identidad. O es una identidad de pena y que, además, me importa un bledo.

*   *   *

Por si les sirve de ayuda: a mi, haber nacido en Cataluña me parece lo mismo que haber nacido con dos orejas y un rabito: me importa un comino y no haré de ello una identidad. Me siento español porque España es una estado de la UE y quiero seguir en la UE. Me gusta ser un español europeo, y eso es algo que nos ha costado siglos. No lo vayamos a estropear por un ensueño romántico y sin sentido. Eso no es negociable.

¿Soy un botifler? ¡Por supuesto que lo soy! No veo nada más elegante que ser un botifler en esta Cataluña triste y ensimismada. Los botiflers debemos estar en la negociación.


7 comentaris:

  1. Ciudadanos europeos: he ahí la clave, no sé si se logrará algún día de modo pleno, pero muchos ya nos vamos sintiendo eso.

    Comparto cierto enfoque de tu entrada, pero el laberinto español es lo que es, que no es precisamente mágico (Aub), sino de un extravío donde el problema grave no es que no nos encontremos, es que algunos no quieren que nos encontremos. Entonces, maldito laberinto.

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    1. A pesar del laberinto español, creo que el futuro (y una salida del laberinto) es ceder nuestros instintos tribales a la ciudadanía europea. Yo no le veo más alternativa a ese embrollo de naciones, nacionalidades y banderitas.

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    2. Fackei tienes toda la razón del mundo, ni los unos no los otros tienen las manos libres, solo esperan hacer tiempo y esperar a nuevas elecciones a ver si cambian los votos.... mientras tanto espectativas y silencios... en las calles, en las calles ni el "furtbol" ni ná de ná se mueve. ¡Faltaría mas!

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  2. Noooo, noooo, me niego a eso de botifler español. Yo, charnego internacional.
    Salut

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  3. Si a la taula ni tan sols hi ha tot el Govern, només una part, els Puigdemont boys no hi varen anar. La taula és mer teatre, paripé de primera, i és que a Sanchez i Aragonés és el que els convé, es alló de qui dia passa any empeny, i tenen dos anys de marge per anar fent-la petar a la taula.

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  4. En vez de una mesa, yo hubiera puesto una cama, una mesita y una cajita de Kleenex.

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    1. Noxeus no se olviden los preservativos que estamos en pandemia...

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