8 d’ag. 2021

El resquebrajamiento del procés

Tras muchos años (diez, podemos contar) de gobierno de las emociones, de acción agitadora y delirios autocráticos sin fundamento, llega la hora del choque contra la realidad y, por fin, se resquebraja el régimen nacionalista en Cataluña. Vienen horas muy inciertas y veremos quien sabe capear el temporal, quien está a la altura y quien se atreve a dar un paso al frente y proclamar: señoras y señores, el procés se ha roto.

[Es curioso: ayer el FC Barcelona dijo: señoras y señores, Messi se va].   

Hace unos pocos días, paseando por el Valle del Tena, me di cuenta de como Cataluña ha perdido el paso. En estos pueblos del Pirineo aragonés algo se mueve: están limpios, alegres, llenos a rebosar de gentes de todas partes, bien restaurados, bien cuidados. La oferta hotelera y gastronómica es variada, asequible al bolsillo y de calidad. No hay banderas en los balcones. En los ayuntamientos no hay pancartas con amenazas ni prometiendo venganzas o reincidencias. El clima es suave, desciende el agua por todas partes, las tiendas no exhiben fotos de supuestos presos, de supuestos exiliados. Nadie asegura ser distinto a nadie y por lo tanto nadie pretende ser mejor que su vecino. Nada que ver con muchos pueblos catalanes, unos pocos valles más al este.

Se intuye algo que había escuchado rumorear: por aquí cerca se está preparando la alternativa al corredor mediterráneo que exigen los líderes nacionalistas. Esta alternativa está en marcha. Y sería una respuesta adecuada.

Aunque esté en el Valle del Tena, ya lo ven, me acuerdo de la desdicha catalana y hojeo la prensa. Leo, pasmado, que el presidente regional se permite la ausencia en una reunión con sus homólogos en donde se reparte la millonada de euros que nos cede la UE para salir del enorme atolladero de la COVID. El gesto absentista de Aragonès es de una muy osada irresponsabilidad, es pueril y estéril: ¿intenta insistirle a alguien con su reiterativo y cansino fet diferencial? ¿Se da cuenta de que preside una institución que representa a toda la ciudadanía de Cataluña y no solo a algo menos de la mitad?

Sin embargo, por las mismas fechas, su vicepresidente negocia con el gobierno nacional una inversión de 1700 millones de euros para ampliar el aeropuerto de Barcelona, aunque poco antes había rechazado el proyecto por considerarlo una ingerencia española en los asuntos catalanes.

¿Acaso el Presidente y el Vice van cada uno por su lado? ¿No será que el Vice le ha hecho una jugarreta a su superior? Aragonès se fue a Ginebra para hablar con Marta Rovira, política en declive que solo hizo política emocional a lagrimones. ¿De qué habló Aragonès con Rovira? Bueno, no me interesa saberlo, pero me pregunto si los catalanes nos beneficiaremos en algo de tan alta cumbre. Es muy difícil imaginar los beneficios que sacaremos, la ciudadanía, de esa conferencia suiza.

Por todo ello me parece innegable: que el gobierno de las emociones, los lacitos, las pancartas y las banderas, balbucea y anda a ciegas. Quizás percibe que su tiempo ya se agotó y que es imposible mentir siempre y mentir siempre a todo el mundo. Ahora se da cuenta: debe afrontar una realidad maltrecha, difícil y desorientada, para la cual las emociones patrias y el color amarillo ya no ofrecen nada. Incluso los muy procesistas se han dado cuenta. Algunos se caen del guindo y otros, inesperadamente, descubren que les timaron durante diez años. La década perdida, la década nefasta.

Se termina el procés, pero no se puede ir discretamente y en silencio quien tanto azuzó los ánimos, quien alentó manifestaciones históricas, quien practicó esa sobreexposición mediática abusiva e impúdica con la complicidad de una TV pública vergonzante y dimitida de sus funciones periodísticas.

El verdadero correctivo del procés no fueron ni los juicios ni los años de cárcel para sus líderes. El verdadero castigo llega hora, y viene al galope. Alguien deberá afrontarlo con altura de miras y con la responsabilidad que se abandonó en nombre de un ideal tan quimérico como inane. No se observa a nadie dispuesto a ello: uno se va a Ginebra y el otro pide dinero para el aeropuerto, según la vieja tradición autonomista catalana y comercial que inauguró el lúgubre Pujol: chantaje y peix al cove

El proyecto se resquebraja por todas partes y tocará recoser enormes descosidos en una sociedad enfrentada, rota en su precaria cohesión. Y empobrecida.

Atentaron contra la democracia y fueron juzgados por ello. Juzgados con todas las garantías constitucionales imaginables. Y poco más tarde indultados. Pero atentaron también contra la sociedad, contra su ciudadanía, contra el país que tanto dicen amar. Atentaron contra el propio cuerpo social, he ahí la cuestión que ahora deben afrontar.

¿Cómo se responde ante ese cuerpo social contra el cual atentaron, al cual engañaron y maltrataron en nombre de la ficción nacional denominada Cataluña?

Quienes se hartaron de reclamar la balanza fiscal se encuentran ahora con la balanza moral en las manos. ¿Quién dará el primer paso y afrontará la situación? ¿Quién les contará a los fieles que fueron ignominiosamente engañados y les pedirá perdón a quienes violentaron con sus amenazas de secesión?

3 comentaris:

  1. No estoy tan seguro de ese desquebrajamiento, al menos no de que acabe en ruptura irreparable. Hoy ya no engañan, no, a los que no "simpatizábamos" con aquello no, entonces el mayor temor era que quizás estuvieron a punto. Intentarán que los suyos sigan sin sentirse engañados.

    podi-.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Creo que, a esas alturas, no pueden seguir engañando a sus seguidores. Es imposible: hay demasiadas evidencias en su contra y la realidad es terca. A mi me sigue preocupando, sin embargo, la terquedad de los más fieles. Empiezo a sentir pena por ellos, aunque sea una pena intermitente.

      Elimina
  2. No LLUIS, no.
    Y de nosotros...¿quién se apena? ¿ Quién va a reparar aquella conversación que subió de tono con tu hijo en la comida familiar y que a partir de allí las cosas, tanto para él como para mi cambiaron por completo.?
    ¿Quien?
    Y como en casa, en todas las casas.
    Han roto familias, yo hablo por la mía, pero se de otras donde el silencio es el mejor amigo de la reunión...¿y entonces para qué se reunen?, pues se reunen porque son familia. Son padres e hijos. Hermanos, hermanas y primos y tios...
    No LLUIS. De pena nada.
    Pena doy yo que si que no hice nada a nadie y me he encontrado con una colla de mentirosos, cuatro viejos que se lo creen porque viven de utopías , diez vividores del sistema, a los que les va de puta madre ir de líderes del humo, y cinco críos a los que les han dado una banderita a condición de que repitieran el mantra de la Anna Simó :
    AMB LA REPÚBLICA SEREM MÉS FELIÇES ¡

    Salut

    ResponElimina