19 d’oct. 2018

Macron en Cataluña ¿o era un tal Valls?

Resultat d'imatges de arnau de vilanova

Cuando el joven Macron (¿o era un tal Valls?) ascendió a ministro de Francia, con Monsieur Hollande en la presidencia, hizo una serie de promesas. No solo las incumplió: una vez al mando, hizo lo contrario de lo prometido. Esta secuencia sería aplicable a muchos políticos de por aquí. Rajoy y Mas, por ejemplo, hicieron lo mismo por las mismas fechas.

Macron (¿Valls?) se ganó, sin embargo, una cierta fama de político pragmático, realista y expeditivo.  En este giro ya no están ni Rajoy ni Mas. El giro incumplidor de Macron no me sorprende. Sí me sorprende su giro hacia Barcelona, pero mira tu lo que te digo: me gusta. Macron -Valls- pone a Barcelona en el mapa otra vez, tras aquellas olimpiadas tan obsoletas. Lo dijo Artur Mas: el mundo nos mira. No nos miró nadie salvo Macron o Valls. Como profeta, Mas es un profeta cenizo.

Pienso que, del mismo modo que el Barça o el Real Madrid pueden fichar a un gran delantero de otra parte del mundo, los partidos políticos deberían poder fichar a grandes estrellas de la política de cualquier país. El Partido Popular catalán, de haber fichado a Barak Obama, no estaría donde está. A Corbyn le podría fichar Cataluña en Común, y Vox se podría pillar a Nigel Farage, que no está en activo y, por lo tanto, libre de la cláusula de rescisión.

España es un buen lugar en donde recalar para cualquier político profesional de allende los mares o los continentes: clima, gastronomía y fiscalidad siguen ofreciendo buenos incentivos. Convergència (o el Pdecat, o la Crida, o como decidan llamarse) podrían sondear a Donald Trump y ofrecerle un buen trato para cuando termine su labor patriótica en los EUA. La pelambrera de Trump, junto a la de Puigdemont, podrían arrasar en este país en el caso de ir conjuntas. Serían como la mitad de los Beatles. Van a tener los problemas de cualquier equipo futbolero: la lucha de egos. Pero esa disputa la puede resolver un buen entrenador, un entrenador con carácter y con poco pelo, como el Gran Pep. Un entrenador que podría ser, por ejemplo, Vladimir Putin. Vladimir es un malote de libro, un chuleta fanfarrón que encantaría al votante nacionalista catalán y al CDR, y sería muy capaz de poner orden entre Trump y Puigdemont.

Si Joe Bolsonaro pierde las elecciones presidenciales en Brasil y se queda sin curro, podría optar a consejero de interior en Cataluña. Encaja bien en el proyecto republicano de la Crida.

Trump podría ejercer de presidente de la República, Puigdemont de primer ministro y Putin de ministro de propaganda (y de coordinador en la sombra). Lo suyo sería que se fuesen intercambiando los cargos en cada crisis de gobierno, para apaciguar las ínfulas de cada estrella. Estoy seguro de que habría una plaza para Núria de Gispert como ministra de inmigración y para Pilar Rahola como ministra de cultura y medios de comunicación. Núria y Pilar, huelga decirlo, saldrían casi gratis: su voluntad de servicio a la patria es tan vocacional o más que la de los maestros de primaria, de modo que por mil eurillos al mes las tenemos en nómina y compensamos los desmanes de los anteriores, que no se dejan fichar por menos de lo que gana Messi. República catalana: por fin los catalanes seríamos innovadores en algo, pioneros en algo. Ya va siendo hora. Después de toda una historia de irrelevancia absoluta, Cataluña será algo en el mundo .

El día en que inventen la resurrección o la metempsicosis, el nacionalismo catalán podrá fichar a Napoleón para nombrarle ministro del interior y luego de defensa, que significa ataque. Vamos a recuperar el Rosellón y el Capcir, y Valencia y Mallorca, y la parte de Murcia que nos corresponde. Y Andorra. Y Nápoles, que no se me olvide. Y l'Alguer, porqué los catalanes de l'Alguer nos han pedido su ayuda, como los alemanes de los sudetes en 1938.

Si se puede fichar a un extranjero, también se puede fichar a un zombi. Y si el reglamento actual no permite el fichaje de zombis, para eso está la mayoría indepe del Parlamento catalán: se cambia la ley en un plis-plas y se aprueba el fichaje de los muertos vivientes. Solón de Atenas, Aníbal, Gengis Kahn, Atila... ¡cuántos líderes nacionalistas se podrían fichar para que colaboren en la construcción de la república catalano-expansionista de los sueños!

Si se puede comprar, se puede vender: yo le vendería Quim Torra a Macedonia del Norte y Pablo Casado a Polonia, que son muy de misa.

En la república catalana de los sueños, podrán resucitar a Arnau de Vilanova para nombrarle ministro de sanidad. Arnau estaba seguro de que todos los males se podían curar con un bebercio, mezcla de sangre y esperma de toro. Arnau era catalán, y por lo tanto se conformará con un sueldo exiguo. Como el señor Torra, que cuando ascendió a presi de la pre-república se rebajó la nómina: el precio de su cargo estaba en el orgullo de poder servir a la patria, cosa que no tiene precio.


5 comentaris:

  1. Uyyy, no des ideas..no las des....
    Ministro de Propaganda : Empar Moliner (don de gentes )
    Ministro de Sanidad..Boi Ruiz ( siii otra vez la privada, me va)
    Ministro de propaganda e información : Pilar Rahola
    Ministro de Guerra : Gabriel Rufian (gatillo fácil)
    Ministro de Hacienda......Jordi Pujol (sabe de dineros)
    Ministro de Asuntos exteriores Puigdemont (tiene experiencia)
    Ministro del Interior: Torra (ideas claras )
    Ministro de Industria (Artur Mas )..amiguisimo de Grifols
    Ministro de Información y Turismo : Nuria de Gispert (lo sabe todo y sabe quien se ha de quedar y quien tiene que marchar)

    Ala, venga...supérame ¡

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    Respostes
    1. No creo que te pueda superar, porqué me has pillado mis mejores ministros. Mi aportación es muy pequeña:
      Ministro de Justicia (y prisiones): Jordi Sánchez.
      Ministro de Sanidad: Alba vergés (repite la actual, la que no cree en la vacunación universal).
      Ministro de Educación (o Ensañament): Xavier Sala Martín, por sus aportaciones en favor de la igualdad de oportunidades, la inclusión y las ayudas a los más necesitados.

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  2. Yo votaría como conseller de economía por Xavier Sala Martín. Mas que nada, porque en cuatro dias dejará a la república en la bancarrota mas funesta.

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  3. Yo haria un Erasmus español, a los de Cataluña los enviaba a Andalucía o Extremadura, a los de Extremadura a Galicia y a los gallegos a Baleares o así. También, porque no, no me molestaria que gente de fuera se presentase con las debidas garantías a este tipo de cargos...Quizás una visión de fuera nos permita ver otros enfoques, establecer otros análisis y sacar otras conclusiones, porque quizás y digo quizás, es que andamos como cabestros, ya lo decía Machado, o dicen que decía: "En España de cada diez cabezas , NUEVE EMBISTEN Y UNA PIENSA"...
    Un saludo

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  4. Ostras, el de la foto se parece mucho al grabado del casi desconocido autor Siamus de Mera.

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