16 de març 2021

Ayuso o la catalanización de Madrid


La primera vez que estuve en Madrid me comporté como el provinciano que todavía soy: visité el Museo del Prado, me paseé por el Parque del Retiro, anduve por la zona de los bares y creo que hice una siesta en el Jardín Botánico. No cuento más porque la memoria no me acompaña: eso sucedió hace treinta años por lo menos.
 
Lo que recuerdo de Madrid también es un recuerdo de joven provinciano: la ciudad se me antojó enorme, casi Nuevayork, fascinante en sus matices infinitos. La palabra cosmopolita cobró sentido en aquel primer viaje. Allí fue donde descubrí que el cosmopolitismo barcelonés era un acercamiento al concepto, una leve aproximación.

Siempre pensé que había varios factores que le impedían, a Barcelona, ser cosmopolita de veras. Uno de ellos es la medida de la ciudad, pero otra, indudablemente, es la influencia del nacionalismo que asedia la capital catalana y que intenta penetrar en ella.

Por eso mismo, hasta hace muy poco, admiraba la suerte de Madrid: en ella nadie te pregunta qué lengua hablas, cual es tu procedencia, si tu apellido es de los nuestros o de los otros, si eres de aquí o de allá o del más allá. A nadie le importa tu origen, o más bien dicho, eso es del revés: la gente se alegra de vivir entre diferentes. Justo lo contrario de lo que sucede en nuestra desdichada Cataluña.

Y sin embargo... llegó la señora Ayuso y les dijo a los madrileños que ellos son distintos de los demás españoles, que existe una idiosincracia madrileña, que deben mantenerse alertas y vigilantes ante los intentos de confundirles con el resto de los españoles y que no es justo que, con sus impuestos, mantengan a una España que no les merece. ¿Les suena de algo esa melodía? A mi sí me suena, llevo muchos escuchando esa canción. En su versión catalana.

Socialismo o libertad, les suelta Ayuso. Lo mismo que les suelta Laura Borràs a los catalanes, ese discurso cansino de las esencias y la libertad. En el caso de Borràs: España o libertad. Se trata de desleir el debate socioeconómico y cultural en el marasmo de la identidad, en el laberinto estéril y lúgubre del fantasma de la libertad y las esencias.

Ahí está servido el desastre: mientras en Cataluña muchos suspiramos por una Cataluña abierta, plural, desnacionalizada y democrática, y que se aproxime a las demás realidades de España, nos aparece en Madrid una política que, inspirándose en la metodología del nacionalismo catalán, pretende dividir y crispar nacionalizando Madrid. Nosotros queríamos una Cataluña española, y Ayuso nos responde con un Madrid catalanizado.

Supongo que los asesores de Ayuso han descubierto el truco y sus beneficios electorales del método nacionalpopulista catalán: cuando a alguien le repites mil veces que es especial, distinto y por lo tanto superior al resto, ese alguien te votará. Cualquier mentira funciona cuando es agradable a los oídos. Fíjense ustedes: tras doscientos años repitiéndoles a los catalanes que son una nación, aquí ya nadie ni tan siquiera pone en duda que Cataluña sea una nación (aunque nadie sea capaz de definir «nación»). Ahora le toca el turno a Madrid: del mismo modo que la convivencia en Cataluña se resquebraja y la cohesión salta por la ventana por un puñado de votos, lo mismo podría sucederle a la ciudad más cosmopolita de España. Arriesgarse a ser una capital provincial por un puñado de votos.

6 comentaris:

  1. Quizás debemos inferir que cuando Esperanza Aguirre decía - antes de 2017 - que España debería catalanizarse se refiriese a esto de ahora en Madrid más que en los aspectos productivos e de impulso económico.

    podi-.

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  2. Amigo LLUIS:
    En portada nos dejas con el hiper realista Antonio López. Casi vente años le llevó a pintar ese cuadro. En vente años cambia todo, y en ese todo cambiamos nosotros.

    Nada es igual, ni en la vida ,ni en la sociedad, ni en la política. Y todo, más en esta época, se hace en plan cortoplacista, porque se sabe que las legislaturas a las que se aspiran por ocho años, van a ser de cuatro y se votará a los dos y medio.

    Ayuso ha visto que al igual que hace el PNV y los Neo-convergentes, para atraer al personal ya no vale decir de "Madrid al cielo", en tono ambiguo y general, que hay que nombrar al concepto de "nacionalismo madrileño", y que la bandera de España está muy bien, pero que queda mejor una de rojo carmesí con siete estrellas en los balcones delas casas.

    Pobres madrileños, no saben que Ayuso juega con fuego, y que no todos convergen en eso de comunismo o libertad, que se puede ser libre sin ser de su partido ni de IU. Pero temo han llegado tarde, han copiado lo que en un principio hizo el PNV con tan triste resultado, y lo que ahora están haciendo los neo-convergentes, dejando la casa como un erial.
    No saldrán con bien. Al tiempo

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    Respostes
    1. Hola. Mejor llamaré realista. Es como le gusta a él. El hiperrealismo se vincula a los pintores norteamericanos y por eso debe de ser su rechazo. Un saludo amigo común de Lluis.

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  3. -Con decir :que no hace mucho, han sido las votaciones para nuevo rector en LPGC y ha salido elegido como nuevo rector un catalán :LLuis Serra, esto de mirarse solo el ombligo también por estos lares trajo o dejó un mal recuerdo; con Antonio Cubillo y su discurso arrogante...

    Y estoy con Miquel, que ponga la Ayuso las barbas a remojo...

    -Soy catalana y resido en LPGC y la verdad es de pena ver como nos estamos echando tierra a los ojos...

    -LLuis, disculpa por esta entrada de lado , hacía mucho tiempo que no pasaba a visitarte, ya que por mil razones no puedo estar en tantos lados.

    Veo y me alegra infinitamente :Lo de la Charca Literaria ,Escritores Recónditos y reconozco varios nombres cuyos blogs aun visito.

    Un abrazo

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  4. El mejor escribano, echa un borrón. Leer La Vanguardia no El Periódico no ayuda.... https://www.vozpopuli.com/opinion/expolio-capitalidad-cataluna-madrid.html

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