¡Emergencia lingüística! exclaman los apocalípticos de la cosa catalana. Hay una encuesta sobre usos lingüísticos de la juventud barcelonesa que lleva más de un año dando vueltas por ahí, pero cada vez que un nacionalista se la encuentra (un mal momento lo tiene cualquiera) le entra la desesperación y siente la necesidad de salir a la calle gritando que se avecina el fin del mundo. El milenarismo, en Cataluña, se fija en el número de hablantes en la lengua de Guerau de Liost. Es más: si un día se extingue la especie humana, lo que más lamentarán será que nadie hable en catalán.
Tanto es así que el mismísimo Òmnium Cultural se ha gastado unos dineritos (procedentes de subvenciones, me temo) con eslóganes tan ridículos como inanes: nos piden que no nos acomplejemos y que usemos el catalán siempre y en todas partes. Lo habitual y lo de siempre, lo que vengo escuchando des de mi más tierna edad. No se observa ninguna reflexión por ningún lado: si el catalán desaparece, nos dicen, será por culpa de los catalanes traidores, flojos o acomplejados. ¡Es tan simple!
Ya lo saben ustedes: el latín de Cicerón desapareció por la dejadez de los romanos, que debieron acomplejarse y encima no tenían un buen Òmnium Cultural que les salvase.
¿Una reflexión, he dicho? Eso sería lo mínimo: preguntarse por el retroceso del uso del catalán cuando es hegemónico en la escuela, único en la administración, con su carísimo canal de Tv, con sus campañas y sus subvenciones. Jamás la lengua catalana había estado tan protegida, tan promovida, tan bien presupuestada. Y sin embargo... ¿el error está en un complejo de los catalanohablantes?
Hay una pseudociencia llamada "sociolingüística" que estudia ese tipo de fenómenos, y que en Cataluña siempre ha tenido a muchos fieles. Son esos creyentes los que nos hablaron de bilingüismo y diglosia, de bilingüismos asimétricos, de la imposibilidad de una sociedad bilingüe, ya que según su doctrina todo bilingüismo tiende a la desaparición de una de las dos lenguas. Decenas de años de sociolingüística tendenciosa y sesgada para terminar acusándonos de acomplejados. La desaparición del catalán, pues, resulta ahora que obedecía a cuestiones de índole psicológica, de timidez y holgazanería. De renuncia: siempre llegamos al mismo lugar, al maldito botifler.
"Parece que odies el catalán", me dijo un conocido antes de cortar toda relación conmigo. No le respondí: durante mis años de docente he pasado muchísimas horas dando clases de catalán y en catalán, y la mayor parte de lo que he publicado en papel lo he publicado en catalán. No me apetece nada defenderme, excusarme ni tan solo argumentar. Otra cosa, claro está, es que a partir del "procés" haya decidido que este blog se escriba en castellano y que no vuelva a publicara nada en catalán. Pero este es otro asunto. Y no es un complejo: es una decisión pensada.
En El Prat no creo que se llegue al diez por ciento de catalano parlantes. No lo creo. Y te diré más, es un tema en el que me fijo bastante, antes, en el ambulatorio todo funcionaba en catalán, absolutamente todo, pero¿qué ha pasado?, que han empezado a despedir y a marcharse los médicos autóctonos, unos por jubilación propia, otros porque han encontrado trabajo en la privada, y así han ido contratando personal foráneo, y los de Paraguay, Bolivia o Colombia, médicos también, quizá con otro grado de formación, pero eso es otra cosa, no hablan catalán, y aquí no hay ni Cristo, en el ambulatorio, que lo carraspeé.
ResponEliminaY eso es lo que se ha ganado. Despedir personal, personal nativo, me refiero a los médicos, para después, y ante la falta de encontrarlos contratarlos de fuera.
Hace una semana, cuando fui a pedir hora escuché una frase al celador que las daba: ¿usted que prefiere, esperarse al dr X que le atenderá en catalán dentro de dos meses, o a al dr Y que le atenderá de urgencias cuando le toque?
Salut
Hasta en el Hospital de Vic cada vez hay mas medicos sudamericanos, y enfermeras castellanoparlantes!
EliminaI què? Fan bé la reina o se'ls mor la gent?
EliminaQué curioso,¡ jó!.Te enfadas y ya no hablas en catalán. Te pareces a una de mis nietas, que estudia en el Colegio Alemán, la pobre ya está harta de hacerlo en ese idioma, pero además igual actitud tiene con el inglés y el francés. Así que le ha dicho a su madre, que se va a Córdoba y que sólo hablará en castellano.
ResponEliminaEsperemos que se le pase el berrinche.
Que cada quién hable como quiera, pueda o sepa.
ResponEliminaO 10 millones de hablantes, y futura potencia en Europa, o a punto de la extinción. Un argumento u otro según les convenga.
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