9 de des. 2022

TIEMPOS DE REDENCIÓN EN CATALUÑA

Reza la Constitución que España es un estado aconfesional (que no laico, como a veces leo que escriben por ahí los ilusos). Aconfesional, como saben ustedes, significa que no hay una sola religión, si no que el estado no profesa ninguna y las permite todas. Incluso las varias religiones nacionalistas: y lo digo así porque el nacionalismo tiene muchos elementos religiosos.

Ahora mismo no solo está en marcha el perdón piadoso de los delincuentes sediciosos, si no que se está perpetrando una operación de redención en sus pantallas. En un canal de TV pueden ustedes ver "La sagrada familia", presentado como el documental definitivo sobre Jordi Pujol y su clan. Lo firma David Trueba para darle una pátina de elegancia.

Me gustaron las películas que vi de David Trueba, que no son todas. También leí algo de su escritura y me gustó menos, pero me parecía alguien a tener en cuenta.

Sin embargo, la serie "La sagrada familia" dedicada al clan Pujol que ha dirigido me presenta a otro Trueba: un hombre incapaz e insolvente ante el reto que se le planteó. David Trueba no estuvo a la altura y el encargo le vino grande. No pudo o no supo, o le pagaron para eso y él obedeció. Ante todo: lo que se cuenta en esta serie estaba todo ya visto y sabido. Quien espere algo más, que se abstenga de perder el tiempo.

La serie procede al rescate moral del individuo más nefasto que se ha paseado por la democracia restaurada, y obra como una herramienta de esa "memoria histórica" que consiste en presentarnos a un buen hombre con algunos claroscuros, pobrecito, claro está, ya se sabe, nadie es perfecto y el pobre andaba muy atareado construyendo un "país".

Nos cuenta lo previsible y la moraleja que difunde es: como todos los hombres, Pujol tuvo sus luces y sus sombras, pero predominan sus luces. Y quizás, dice alguien en el documental, de sus 23 años de presidente le sobraron algunos. Pero todos sabemos la verdad: de esos 23 años de presidente le sobraron 23, y ese aparato que construyó (llamado Generalitat) se parecía más a una máquina de corrupción y propaganda que a cualquier otro artefacto. En cualquier caso, no era la democracia esperable en un hombre que procedía del antifranquismo lo que inspiró a su omnipotente creador: era otra cosa, más oscura, y que está en el alma del hombrecito (y que algunos conocen).

Sobre la miniserie de Trueba solo se puede recurrir al dicho: para este viaje no hacía falta ninguna alforja. David, lo siento pero la verdad es esa: has cometido un truño. La serie es completamente olvidable, mala y tan llena de buenas intenciones como el infierno: no hacía falta blanquear a un señor que ya dispone de muchos medios para su beatificación.

La productora de la serie (Lavinia) habrá pensado que el fin de los días del señorito Pujol está cerca y que ha llegado el momento de la redención. Por cierto: el dueño de la productora militó en el PSAN y el PSUC, partidos que se suelen olvidar cuando se habla del gran desastre catalán.

6 comentaris:

  1. No pretendía verla, lo que está corrupto siempre olerá a podrido, pero leyendo tu entrada obviaré el hacerlo.
    Un abrazo

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  2. Si redimirse es ignorar u olvidar las verdades, menuda redención. Claro que este término siempre me resultó sospechoso, tan manipulado por la teología al uso. Menos mal que el uso de la lengua del español le otorga -redención, redimir- varias acepciones útiles. Me pregunto qué acogida tendrá esa serie entre los que la vean.

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  3. Trueba hizo peliculas buenas,pero ahora no estamos en el mismo tiempo.No puede arriesgarse a que una crítica le cueste su trabajo,porque la vida da muchas vueltas,cuando se esta viendo que los mismos independentistas que cayeron en desgracia con su golpe de estado,ahora vuelven a tomar el poder.Sostienen un gobierno a cambio de amnistias,eliminación de la ley de malversación, todo a cambio de un año más en el poder.Mejor no meterse con nadie y seguir viviendo,que hace mucho frio,que nunca se sabe las vueltas que da la vida.

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  4. es un documental -claramente- expiatorio...

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  5. El documental me decepcionó, esperaba más. Estoy de acuerdo con tu análisis.

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