Preocuparse por la política catalana envilece y embrutece. Por eso mismo hice acopio de paciencia, valor y paracetamoles y busqué el discurso navideño del presidente regional. Lo hice alertado por los titulares de la prensa, que me alarmaron: Aragonès promete un referéndum por la independencia catalana en 2023.
Sin embargo, y tras escuchar el tostón voluntarioso e ingenuo, pero tedioso, descubro que Aragonès no ha prometido ningún referéndum. La prensa se rasga las vestiduras ante un anuncio que nadie ha hecho. En su lugar, Pere hace una larguísima perífrasis, un aburrido circunloquio en el que habla de sentar las bases para iniciar un debate encaminado a debatir el futuro del "conflicto" entre Cataluña y España y tal. O algo así.
Me parece que Aragonès todavía no ha comprendido que el único conflicto que existe aquí es un conflicto entre catalanes: el conflicto entre los catalanes que quieren la independencia a toda costa y los que no la queremos de ningún modo. No hay otro conflicto: todo los demás es ruido de fondo, propaganda y necesidad de poder. De poder regional. Una forma postpujoliana de peix al cove revestida con banderas cubanas (unas banderas que, todo sea dicho, desaparecen, languidecen, amarillean y se deshilachan en cuatro balcones estrictos).
Me parece que quienes se han llevado las manos a la cabeza y han prorrumpido en gritos y aspavientos solo escucharon el titular periodístico -desafortunado, sesgado y malintencionado-, pero no escucharon el discursillo de Aragonés. Cosa que, de otra parte, se entiende muy bien: ¿quién quiere perder el tiempo con esos sermones patrióticos y victimistas?.
Me parece que ya nadie se acuerda del dato: con un presidente del PP en la Moncloa, primero Mas con unas urnas de cartón y luego Puigdemont con unos tupperwares chinos, organizaron dos referéndums ante la pasividad, la torpeza y la pésima gestión de dicho presidente, un tal M. Rajoy.
Me parece que Sánchez puede errar con su estrategia de desescalada y su regreso a la política (fuera de los juzgados), pero también es cierto que nadie ha organizado ningún referéndum y el presidentito catalán usa el perfil bajo -valga la redundancia-. Otra cosa es esa persistencia en la deslealtad institucional de la que parece que no se descabalgan los politiquillos regionales, olvidándose de que la Generalitat es nada más y nada menos que Estado. Estado español para más siglas: es decir, España. Ese asunto debe resolverse en las urnas, claro está, pero en las urnas de veras, las legales.
Un referéndum que solo aumentaría el conflicto catalán -entre catalanes- poniéndole cifras, números que son personas, personas que son ciudadanos que quieren vivir en paz con sus vecinos sin ser tachados de botiflers, de traidores, de ñordos y de colonos.
El día en el que el señor Aragonès termine de comprender que es el representatnte del estado en Cataluña y que preside a toda la ciudadanía, y que su misión es buscar lo mejor para todos dejará de soltar discursos con perífrasis lánguidas y conseguirá que los catalanes dejemos de vivir en Catatonia. Ese es mi deseo para Cataluña en 2023: que los titulares periodísticos que hablan de Cataluña nos hablen de progreso social en vez de hablarnos de deslealtad y de ensueños identitarios.
Cuando un partido político se atribuye el mérito de la lluvia no debe de extrañarnos que sus detractores les culpen de la sequía. Y eso es lo que pasa en este país. Ahora bien, no le rento buenos beneficios a una alianza con un converso. Aragonés debería de saber que el "Encantado de conocerme" juega siempre con trampas, lo malo es que el tablero somos nosotros, los ciudadanos de a pie, y que aunque gane haciendo trampas, quien va a perder será el pueblo llano, que se volverá a dividir como en estos tiempos anteriores y de la que aún no no hemos recuperado, ni por supuesto la economía.
ResponEliminamenos mal que el límite de los nacionalismos está en la reducción del beneficio.
Es lo único que nos puede salvar.
Yo creo que Aragonés no es el problema ahora, el problema (en el lado catalán) es ese señor gordito con el ojo a la virulé que va a misa todos los días.
ResponEliminaEl "problema", J. VICENTE, posiblemente sea el que nos señalas, pero ese deseo de república independiente, que existe, no es tan potente ahora en él. Sabe que mantener una república lleva unos costos de 4.000 millones/mes sólo de pagos logísticos y sabe que no podría pagar las pensiones al precio (*) que lo hace el estado español. Él no quiere problemas, quiere mandar una autonomía tipo Renania Palatinado (Landerd alemán) o bien conformarse con algo parecido a los fueros navarros, por no decir decantarse con el tipo de economía que tiene el País Vasco, donde el IVA no se repercute a la hacienda española.
ResponEliminaEs mucho más oscuro de lo que pensamos y no deja ver sus cartas porque su política es una política carlista (no lo digo en broma), lo digo por lo de Dios , patria y rey, que para él, no lo dudemos, sería el condado de Barcelona.
Salut y buen año
(*)Manteniendo el IPC anual y la misma cotización mensual.
Ni siquiera existe un conflicto entre catalanes, es un lenguaje artificial inspirado en los conceptos que manejaba la izquierda abertzale en los años de plomo de ETA, y en el concepto "troubles" ( problemas, disturbios) de la guerra civil del Ulster.
ResponEliminaAquí no hay partidarios lealistas ni pro-anexionistas, ni siquiera hay bandas armadas como las hubo en Belfast
No debemos caer en las trampas de un lenguaje alambicado, yo no soy partidario de la independencia y no tengo ningún conflicto con nada ni con nadie. Sencillamente digo "no" y ahí se acaba todo. Quizás el conflicto lo tengan los independentistas entre ellos.
Pero le quieren hacer creer al gobierno y al resto de España de que EXISTE un conflicto en Cataluña, para buscar una solución "adecuada" a sus intereses.
Lo dicho, de "conflicto", nada, no hay que caer en las trampas de un lenguaje pervertido.
Feliz año nuevo
Bueno, ya sabemos aquello de que depende del color del cristal con que se mira. Yo puedo decir que sí hay conflicto, porque he tenido conflictos. Desde un amigo que casi no me habla, porque él es indepe, a otros que también lo son pero ese tema no se toca para que prevalezca nuestra amistad. Y conflictos hubo cuando iban enmerdándolo todo con los lazos amarillos y otros iban quitándolos, y conflicto soterrado cuando yo me empeño en hablar solamente castellano y mi interlocutor se empeña en hablar únicamente catalán. Y conflicto sigue habiendo cuando quieres que a tus hijos les den clases en castellano (aunque sea ese ridículo 25 por cien) y ellos se empeñan en que sea todo en catalán. O cuando vas a un restaurante de la Cataluña profunda y ver los carteles en catalán, inglés y francés pero no en castellano.
EliminaTodo eso son conflictos, el lenguaje pervertido es otra cosa.
Dicho sea, claro está, en la acepción que le da la Wikipedia, que dice que "El conflicto es una situación en la cual dos o más personas con intereses distintos entran en confrontación, oposición o emprenden acciones mutuamente antagonistas, con el objetivo de dañar o eliminar a la parte rival, incluso cuando tal confrontación sea verbal, para lograr así la consecución de los objetivos que motivaron dicha confrontación"
EliminaL'autor ha eliminat aquest comentari.
ResponEliminaJ. Vicente : dos no discuten si uno no quiere. No creo que fuese un amigo sincero si a causa de las diferencias políticas ha dejado de hablarte. La amistad es otra cosa, y conlleva el respeto a las ideas del otro.
ResponEliminaConflicto fue lo que sucedió en el Ulster, con el IRA provisional armado por un lado y los lealistas también armados por el otro, con bombas y tiroteos y asesinatos casi a diario, eso si fue un conflicto.
Y como este podría ponerte docenas de ejemplos : Bangla Desh, Vietnam, Camboya. . .
Aquí sencillamente solo hay una pataleta infantil de unos políticos que como los niños en el recreo, no quieren compartir el balón, ni la tarta con los demás.
Vuelvo a repetir, usar el concepto de "conflicto" es hacerles el juego a los vendedores de humo.
Entre las acepciones aceptadas por la RAE, conflicto es
Elimina1. m. Combate, lucha, pelea. U. t. en sent. fig.
2. m. Enfrentamiento armado.
Así que desde ese punto de vista tienes toda la razón. Pero en estos caso se suele hablar de "conflicto armado"
Pero la palabra abarca más significados, entre ellos el que señalé de la Wikipedia, y en ese estamos metidos. Y te aseguro que hay hiperventilados (en los dos lados) que estarían muy contentos y felices si la cosa escalara hasta el nivel de "armado", aunque por suerte son una ínfima mayoría.
En lo de los amigos te doy la razón, no es verdadera amistad si por un tema como éste se rompe. Miremos el lado bueno: a algunos nos ha servido para descubrir a los falsos amigos.
Ahora mismo yo creo que la propia derecha pondría los medios - a escondidas - para la realización de un referéndum ilegal en Cataluña y ponerse las manos en la cabeza con algo palpable.
ResponEliminapodi-.