Yo les llevé a la Verneda, San Adrián y los márgenes del Besós. Me lo agradecieron, y me admitieron que, de no haber visto aquella Barcelona de los bloques, el postbarraquismo y la pobreza, se habrían marchado con la idea de que Barcelona era una bella reliquia burguesa con rincones medievales y modernistas, algo que más bien les hastiaba. No les pasó por alto que en la Verneda y el Besós nadie hablaba catalán. En el resto de la ciudad, debe señalarse, el catalán tampoco era fácil de escuchar.
Siempre pensé que Barcelona se explica por sus límites, esos bloques ciclópeos, sus calles anchas con plazoletas, las terrazas y los chavalillos haciendo caballitos con sus motocicletas. Los italianos me contaron: ese barrio que aquí llamáis la Verneda existe en la periferia de todas las ciudades italianas: está en los límites de Milán, de Roma, de Nápoles. Incluso la bella Venecia tiene barrios como este mucho más extensos y populosos que la ridícula, decadente y pútrida ciudad de los canales y los turistas.
Antes de volverse a su país, tuvimos un último encuentro con los italianos. Entre las conclusiones que se llevaban había una que me interesó mucho. Viendo a la gente y las calles, uno no comprende como puede gobernar un tipo como Aznar, tan distinto a todo lo que hemos visto, dijeron.
Es decir: ¿los políticos representan verdaderamente a sus ciudadanos? Sin querer hacer un tratado sobre democracia representativa, es obvio que algo falla.
Lo cuento a propósito de Pere Aragonès, Laura Borràs, Josep Torrent, Elsa Artadi, Ramón Tremosa, Jordi Canadell, Damià Calvet, etc. Ninguno de ellos se parece a ningún conocido mío. A ninguno de mis alumnos, a ninguno de mis compañeros de trabajo. Ninguno de ellos habla mi lenguaje, ni le interesan las mismas cosas. Creo que me resultaría difícil (no impossible) encontrar espacios de encuentro. Quizás a Borràs y a mi nos gusta Borges, quizás Aragonès y yo compartimos la música de Max Richter o la Pasión según San Mateo. Me resulta muy difícil imaginarlo. E incluso así creo que entendemos cosas completamente distintas de Borges y de Bach, como si fuesen otro Borges y otro Bach.
Viendo a esos políticos que dicen hablar en mi nombre, interpretar mis deseos y mis aspiraciones, que dicen ser portavoces de un pueblo del que jamás me he sentido parte, me quedo atónito y pienso en los italianos que no comprendían como podía ser Aznar el representante de aquellos barrios del Besós. Creo que algo se ha roto en Cataluña, y esos políticos no han venido a recoser: lo que llevan en las manos son tijeras, cuchillos y demás herramientas de rasgar y romper. Tengo la impresión de que todos lucen uñas y dientes largos.
Sin embargo, esos son los representantes. Tras treinta años de nacionalismo e inmoralidad, eso es Cataluña hoy. Cada vez más lejos, más pequeña. Hay días en los que me temo que ya no volveré a ver una Cataluña de todos y para todos y me pasearé por mi propio país como un extranjero que no comprende. Quizás siempre he sido un extranjero aquí.
Aunque quizás Aragonès tampoco comprende nada. Del mismo modo que le ignoran en San Adrián, él desconoce San Adrián, la Verneda y el Besós. Su patria no es mi patria y, sin embargo, habla por mi y de un pueblo que no es el mío. ¿En qué lenguaje y de qué y para quien habla Pere Aragonès? Cuando Aragonès dice pueblo catalán ¿habla de Badia, de Cerdanyola, de Hospitalet, de Viladecans, de Llefià, de Barberà, de Santa Coloma, de San Adrián, de Castelldefels, de Terrassa, de Sabadell Sur, de Can Puiggener, de Can Serra, de Gavà, del barrio de Cerdanyola de Mataró? ¿De qué pueblo habla Aragonès? ¿Habla por los hijos y los nietos de los que vinieron con maletas de cuerdas a servir en Sant Gervasi? ¿Habla por los hijos y los nietos de quienes hicieron del textil catalán la industria que peor pagaba a sus trabajadores y por eso se hizo tan rica? ¿De qué narices hablas, Pere?
Pere: ¿no crees que ya basta y que llegó la hora de reconstruir el paisaje tras la batalla perdida?
Aragonés no ha pisado nunca la linde de Les Rambles hacia la calle Hospital, LLUIS. Ya no Llefiá, que no sale ni en el tiempo de TVEN3, con ese lenguaje de doctos, hablando un "vos" por obviar el usted.
ResponEliminaSi alguién le dice a Aragonés que a menos de quinientos metros de donde tiene el Audi oficial, con su chofer oficial, y su secretaria oficial, junto a su sueldo oficial, hay unas colas de cincuenta metros que bordean toda una manzana para recoger la comida diaria, no se lo creería.
Viven en otra dimensión, y necesitan vivir en esa otra dimensión, carecen de capacidad de sacrificio y no podrían soportar ver la realidad.
No están preparados.
salut
me temo que se nos avecina otro gobierno de lo mismo, inoperante y lleno de grandes declaraciones nacionalistas.
EliminaHabemus President... Pere Aragonés i García....toma ya. es el nº 28567 despues de Cristo.... tendremos que celebralo....o no
ResponEliminaSi se tienen en cuenta los Presidents anteriores a Cristo, vamos por el 35.827.
EliminaEl otro día leí el texto y no supe comentar nada, ahora tampoco, pero lo hago. Pensaba en los "catalanesbien", los "verdaderoscatalanes", esa "reserva espiritual de Cataluña" que va con "la boina a rosca" aunque tengan títulos universitarios. Me salió una sonrisita porque a Barcelona y por ende Cataluña se la conoce más por Manuel Garcia (alias Manolo Garcia, nombre de profundas raíces catalanas), por Jose Manuel y David Muñoz alias Estopa (figuras representativas del folclore catalán), Loquillo, Manuel Vazquez Montalbán , Juan Marsé, Eduardo Mendoza, Cercas, que la principal editorial de libros en español esta en Barcelona (no he dicho la mejor, porque no lo e, sino la más grande en volumen) y aunque todavía no se han dado cuenta o no se quieren dar cuenta, ser anti español no es rentable en ningún aspecto, ni en el social porque genera una división y un enfrentamiento social que no solo les beneficia a ellos que son los que lo generan, ni en el económico porque en definitiva os cierra, de facto, muchos mercados (hay ignorancia y tontos también en el resto de España, no te creas). Esto que digo no es más que esa falta de contacto con la realidad de la calle que nos muestras, ese desapego con lo que se oye en los polígonos industriales en charlas de currantes (ya sean vendedores u otros), en las peluquerías, en los mercados, en las empresas. Ellos a su bola, sinceramente creo que en una inmensa mayoría en la calle se morirían de hambre o ganarían menos de la mitad, cuando lo normal es ganar más en puestos de responsabilidad. La Generalitat tiene un presupuesto este año de casi 27.000.000.000 de euros ¿Quién le daría la máxima responsabilidad de una empresa que facture 27.000.000.000 de euros a tíos como Puigdemont o Torra? y no me diga el personal que se "lo ha dado el pueblo", porque el pueblo no voto a Puigdemont, ni a Torra, solo votaron unas listas cocidas y recocidas donde todos aspiran a mantener el puestecito para sus colegas (lo llaman estructuras de partido que suena más fino). Esto es España y Cataluña no es la excepción. Todos a por sillón debiera ser el eslogan, democrático, desde luego.
ResponEliminaUn saludo.
"un enfrentamiento social que solo les beneficia a ellos que son los que lo generan"
ResponEliminaUn saludo
Totalmente de acuerdo. Otra anécdota de visitas: Hace muchos años, vino a vernos un conocido. Era de Ibiza. Lo primero que me preguntó es si era Barcelonés o Barcelonino. Llevaba poco tiempo en la Ciudad Condal y no supe que responder. Ahora entiendo la pregunta. Él era eivissenc por lo que sé ahora. Y yo barcelonés. Ahora soy cacereño. Aquí, a rebufo del bable, también se promociona una lengua todavía no oficial: el castuo. Tendré que investigar cuál es el gentilicio de los de Cáceres en castuo.
ResponEliminaPerdón las faltas ortográficas.
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