Hace unos pocos años, al principio de la crisis del delirio colectivo catalán, me entrevisté con una persona que me propuso participar en un libro colectivo. Yo, que sabía algo de su manía persecutoria, le pregunté si el libro colectivo contendría alguna referencia a la cosa nacionalista, a lo cual me respondió que no, que no para nada y de ningún modo, que el libro iba de arte literario y que el arte es puro y etcétera, y que no iba de política. La respuesta me puso sobre alerta, como es natural. Se que los nacionalistas creen que el nacionalismo solo es emoción pura y por eso desconfío de quienes hablan de la pureza. Cosa curiosa, porqué la mayoría de ellos no han sufrido la "educación emocional" de la escuela pública catalana de la última década.
Como la política había aparecido en la conversación, mi interlocutor sintió la necesidad de sincerarse y me contó que era apolítico (?) aunque votante de Esquerra Republicana de Catalunya. Alcé una ceja, circunspecto. Entonces creyó que debía contármelo mejor:
-Mira, no creo en la política, pero soy de izquierdas, soy republicano y soy catalán. Así que mi voto estaba definido, ¿no te parece? -y a continuación hizo un mohín que pretendía subrayar su astucia y su buen discurrir, ante los que me invitaba a hincar la rodilla (sí, todo eso estaba implícito en su mohín).
En vez de arrodillarme me hice el loco y le pregunté: Oye, ¿qué significa ser republicano?
-¡Coño! -me espetó con otra mueca, esta vez jocosa y burlona, que me trataba de estúpido: -Los catalanes no queremos al rey.
Unos días más tarde le mandé mi colaboración en su libro colectivo. Y un par de semanas más tarde recibí las pruebas de imprenta, para que les diese un vistazo. Me mandaron las pruebas de imprenta del libro entero, de modo que tuve que llamarle con urgencia:
-Oye, por favor, retira mi texto del libro. Lo siento por las molestias, pero como me engañaste debo retirar mi texto.
El libro supuraba independentismo por todas partes. Las palabras "Catalunya", "nación", "soberanía", "cultura catalana", "dignidad" e "independencia" estaban repetidas en un prólogo de menos de 20 líneas.
Hasta ese momento, mi interlocutor había cometido una inferencia errónea (pero habitual entre los de la caterva): infirió que mis apellidos catalanes me obligaban a la causa secesionista. Eso suele suceder. Al principio me divertía. Ahora me hastía.
Los de Esquerra republicana de Catalunya no han sido jamás de fiar. Acuérdense del gobierno tripartito catalán, sociedad de la que tuvieron que ser expulsados por el presidente Maragall por infiables, mezquinos y pueriles. La historia de ese partido (más que partido, unas siglas en venta permanente a la espera del mejor postor desde que se quedaron huérfanas al final de la guerra civil) es esa y nada más que esa. Solo así se explica que por esas siglas hayan pasado el fascista de Vic Josep Dencàs, dos asesinos de ultraderecha como los hermanos Badia (Miquel, el psicópata "Capità Collons" y su hermano Josep) y a la vez el místico Àngel Colom, el presidente de la Bolsa de Barcelona Joan Hortalà o el beato Junqueras. [Me pregunto: ¿tendrán todos ellos en común una cosita que se llama Opus dei?].
No me cabe en la cabeza que alguien se plantee llegar a pactos con ese personal, cuyo bajo perfil intelectual solo se compensa con su actividad frenética en el folklore: castellers, bastoners y minyons escoltes o, en su defecto, monitores de esplai rústico y tractoril. Como tampoco me sorprende lo más mínimo que los abogados de Junqueras afirmen que su cliente no hizo nada y que todo fue un engaño, una broma, una gimcana de colonias de verano celebrada en otoño. Lo curioso de todo eso, lo único relevante, es que existan personas dispuestas a darles el voto a la mínima de cambio, o ingenuos como mi interlocutor, que considera a ese partido un partido de izquierdas (a lo sumo vagamente liberal, en la línea de Rivera) o republicano sin tener ni idea de lo que es el republicanismo. Creo que mi ingenuo interlocutor estaba convencido de que un republicano es aquel que cuelga la foto de Felipe del revés, o algo así. Y luego se va a la Indepetaberna a meterse unas cervezas del Montseny entre pecho y espalda para celebrar su virilidad y para rapsodiar, una vez puesto, unos versos muy lindos del poeta Gabriel. ¿Gabriel Celaya? ¿Gabriel d'Annunzio? ¿Ferrater?. No. Del poeta Gabriel Rufián.
En la defensa a la que ha tenido derecho el Sr Junqueras, al primero que ha citado sido a Petrarca. Lo segundo que ha citado a sido el tiempo de permanencia en Italia (un estudioso de Historia Medieval y un afortunado amigo del papa emérito, con el que mantiene un cordial entente.
ResponEliminaY lo tercero que ha dejado muy claro ha sido :"como cristiano que soy".
Te dije en una ocasión, tiempo ha, al gremio al que pertenece. En la Facultad de Ciencias Religiosas, antes, cuando yo estudié durante siete años, la Facultad de Teología, no había nadie que no supiera de su condición.
Las personas se llevarían muchas sorpresas de ER, pero muchas. Son los menos ateos, seguidos de cerca y casi rozando por los neo-convergentes. En realidad ya lo sabes, la religión y el poder son casi inseparables.
Salut
Te confieso (confesar es algo muy católico) que la primera vez dudé de tu afirmación. Pero esa duda se me ha pasado como una nube de verano. Es evidente. Aún así: si el electorado de ER supiese que su líder es del Opus, no creo que dejase de votarle por eso. O lo harían solo unos pocos, compensados por los nuevos adeptos que ganaría. La raíz carlista del partido es así.
EliminaCuenta que él lo toma como un sacrificio hacia su país, no como algo personal. Creo te has dado cuenta en su alegación, que no ha durado más de cinco minutos y que poco o nada se ha referido hacia su persona. No ha hecho alusión a los días en prisión, ni ha dicho que es juzgado "por ser quien es", como así lo ha afirmado la sra Forcadell.
EliminaSus raíces, LLUIS, son puramente Carlistas, es una muy buena observación, donde el tradicionalismo, la patria, y las convicciones religiosas ante todo (recuerda que en la prisión sólo se quejó porque no podía ir a misa, -adjunto un enlace-)...
https://www.elperiodico.com/es/politica/20180215/junqueras-tiene-dificultades-para-ir-a-misa-estremera-6626433
...y que la tercera afirmación en el Carlismo (y el Rey), se suprime por "la idea", en este caso de Guifré el Pelós. Tal como suena. Así ya está la linea legitimada y tenemos patria, tenemos rey propio y tenemos Dios Trascendente y de comunión diaria.
Esto no acaba aquí, antes bien, acaba de empezar. Tómatelo con calma, contesta lo justo, escribe lo imprescindible y pon aliento en la acuarela, al menos los colores te seguirán acompañando.
Un abrazo
Gracias, Miguel. Me quedo con tu último párrafo. A ver si soy capaz de aplicármelo.
EliminaHola, Lluis. Hay un libro reciente, bastante interesante, que se llama Cómo mueren las democracias, que explica el camino seguido por los norteamericanos para llegar a Trump que es como una calca de todo lo que está pasando en Cataluña. El camino del autoritarismo, de la vuelta al poder de la supremacía blanca, en este caso, de los apellidos catalanes, la buena gente, blanca y cristiana. Me harto de decir a mis amigos que ERC no es un partido de izquierdas a pesar del nombre, que es un engañabobos, pero es que eso se ha sabido siempre hasta que la simplería se ha instalado en la mente de nuestros comunicadores. Estoy en el whatshapp de Barcelona en Comú y se lo repito a Ada Colau cada vez que puedo; en el fondo, Valls es de izquierdas si lo comparamos con Esquerra. Dicen los separatistas que África se acaba en el Ebro, pero yo llevo estudiando las etnias africanas hace un tiempo y no creo que haya nadie tan parecido a las tribus de África como estos que se reúnen por apellidos y que mantienen rivalidades ancestrales entre familias, unidas únicamente por el supremacismo de los apellidos medievales. En el fondo, todos están de acuerdo en que son la buena gente; de los demás, algún castellano, como anomalía, es buena persona, el resto son mano de obra barata, a los que se contrata como autónomos en el matadero para así poder pagarles por horas y quitarles la primera si llegan cinco minutos tarde. El resto no somos de fiar, por eso deben gobernar ellos, los elegidos. Se entiende que Pilar Rahola siempre defienda a los judíos, es que los palestinos...
ResponEliminaGracias por la cita libresca, Teodoro. En alguna parte me apunté el título que comentas, que vi reseñado hace un par de meses. El fin de la democracia es algo que me inquieta mucho, porque es un lobo al que se le ven las orejas en algunas partes del mundo, y Cataluña es, por desgracia, una de ellas.
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