El rey que le dió nombre al carlismo se llamaba Carlos, como su nombre indica. Era Carlos María Isidro de Borbón, autoproclamado Carlos V. Autoproclamado Carlos, "el legítimo". Eso es histórico, es decir, científico. El carlismo fue la expresión del tradicionalismo más recalcitrante, se opuso al liberalismo y de ello resultaron tres guerras sucesivas. Las guerras son siempre cruentas y estúpidas y esta, con sus tres partes repartidas a lo largo del siglo XIX, no podía serlo menos.
Cuentan los historiadores que el carlismo no era un bloque bien definido, sino que parece más bien la suma de varias violencias distintas, unidas débilmente por algunos intereses compartidos y por la conveniencia oportunista, más táctica que ideológica. En Cataluña, el carlismo fue especialmente virulento y se parece a lo que hoy señalaríamos como una guerra de "señores de la guerra", pequeños cabecillas locales, caudillos de pueblo fascinados por la violencia extrema, tipos que son poco más que caricaturas, pero unas caricaturas letales, muy dañinas para la convivencia y, en definitiva, para vida.
Los carlistas se circunscribían a determinadas zonas profundas, rurales, católicas y tradicionalistas, la Cataluña más caciquil, a saber: Berga, Olot, Besalú, Solsona, buena parte de Gerona, Igualada, Ripoll. Las zonas liberales eran la gran urbe (Barcelona) y sus aledaños. ¿Les suena de algo ese mapa? Si, lo han intuído ustedes bien: el mapa del carlismo es, hoy, el mapa del secesionismo. O de Tabarnia, claro, depende del ánimo con el que se mire. Los centros neurálgicos del carlismo, los más rampantes, son los mismos ayer y hoy. ¿Nos encontramos ante una broma macabra de la historia?
Llegados hasta aquí, no es nada raro que el representante del secesionismo catalán más beligerante se llame Carlos y se autoproclame "el legítimo", tal como lo hizo su antecesor Carlos María Isidro de Borbón. Parece una broma. Y creo que lo es, pero es una broma trágica, de las que se ríen mostrando los colmillos. Al actual Carlos el legítimo le veo cada día más apegado al léxico bélico, y eso me inquieta (ahora habla de los que antes llamó "presos políticos" como de "rehenes", término de la semántica de la guerra, lo cual es muy preocupante). A uno le da la impresión de que algo debe andar muy mal en este rincón del mundo para que el carlismo resurja de este modo, repitiendo incluso el nombre y el epíteto de su líder. ¿Hemos entrado en un bucle diabólico? ¿Hemos viajado en el tiempo para caer en un círculo patético?
Mi admirado Joan Perucho, escritor excelente y hombre sabio, juez de profesión, muy de derechas, tiene uno de sus mejores textos dedicado al carlismo: "Les històries naturals", en el que el conflicto es en parte el paisaje y en parte el protagonista. En esta historia (una de las mejores novelas catalanas del XX) aparecen carlistas y liberales, el general Cabrera, Félix Lichnowsky, un montón de seres fantásticos, monstruos de pesadilla, idealistas y naturalistas vagando por la Cataluña interior, un ejemplo de novela de caminos y de caminar (en Hollywood lo llamarían "road movie") por la que transita, sobretodo, un sentido peculiar de la nostalgia y de la ironía. Fueron, aquellos tiempos, unos tiempos de científicos visionarios, de nostálgicos del cristianismo medieval que se resistían a admitir el ocaso, de gérmen de los movimientos sociales que estallarían al cabo de poco, aunque en otras partes de Europa. Parece como si España fuese el lugar en donde un dios experimental (aprendiz de Dios y de brujo) ensaya lo que luego sacudirá el mundo con bombas y con una orgía de muerte y de miseria. Lo mismo podría decirse de la guerra civil española, que tiene todo el aspecto de ser un ensayo de la guerra que, justo después de la nuestra, asolaría el mundo. Con la salvedad de que aquí ganaron los fascistas y allí los demócratas (y eso es algo que todavía estamos pagando, con mucho dolor: nacionalismos, violencia machista, catolicismo retrógrada, predominio de la ignorancia, etc). En Cataluña, a día de hoy, también se está ensayando una guerra entre los legitimistas de Carlos (el populismo postdemocrático) y los demócratas que creen en el estado de derecho.
Me temo que cuando Carlos el legítimo (el de nuestros días) habla de "legitimidad", usa el término "legítimo" como eufemismo de "vitalicio", o de "por la Gracia de Dios", porqué ese es su oscuro deseo. Y si no, al tiempo: ese tío siente que alberga a un rey dentro de su cuerpo. El que fue alcalde de pueblo de rebote, y presidentet de pura churra, de republicano no tiene nada: lo que quiere es fundar una dinastía.
En 2017, el año que acaba de fenecer, se publicó "Els estranys", una novela breve y brillante debida a un autor valiente y a la vez irónico, trágico, magnífico en las descripciones de paisajes y ambientes, que trata sobre la primera guerra carlina en la ciudad de Solsona, la lejana y mitrada Solsona. Su autor, un joven Raül Garrigasait, establece un juego de espejos entre la primera guerra carlina y la situación actual de Cataluña, y lo hace con virtuosismo y con inteligencia aguda, ya que la novela habla del paralelismo histórico como si nada, como sin querer. Tanto es así que, estoy seguro de ello, más de un secesionista catalán podría leerla sin sentirse ni molesto ni retratado. Aunque Garrigasait no se ahorra comentarios sobre los carlistas: son una berruga de ignorancia, dice. El carlismo de entonces tenía mucho de eso, puede ser leído como la resistencia de la ignorancia ante el auge de la ciencia y del estado moderno, racionalista, organizado.
Nuestro moderno Carlos el legítimo me huele a literatura para el futuro. Porque Carlos el legítimo tiene un aire de héroe folletinesco y desgarbado, algo muy español, cervantino e incluso buñueliano. ¿Podría ser berlanguiano?. Estoy convencido de que, en un tiempo no muy lejano, este Carlos inspirará a buenos autores y se convertirá en personaje de novelas divertidísimas cuando, dentro de 100 o 200 años este periodo actual se vea en la distancia necesaria para ser tratado con humor, con sarcasmo y con la dulce indulgencia que merece todo lo humano, todo lo de tierno y ridículo que tienen las cosas humanas y esos personajillos ególatras y pendencieros, con sus ocurrencias patrióticas y sus astucias que mueven primero a la perplejidad (o a la indignación) para volver, luego y por fin, a la compasión que se siente por los aventureros irresponsables y los caudillos folloneros.
Uff aquest apunt és molt bo, molt suculent...
ResponEliminaGràcies, Gabriel. Ja saps que aprecio els teus comentaris. Quan apareixes per aquí vol dir que he escrit alguna cosa amb gràcia.
Elimina"Broma macabra" o "Broma trágica"...podria donar per escriure una sèrie d'apunts sobre fets històrics molt interessant. La Història sempre acaba tornant i surant a la superfície com els fems que hi ha sota l'estora de certes cases i palaus.
ResponEliminaSí senyor! La història torna quan ens hem deixat de fer net amb algun mal, com passa amb les infeccions mal curades. Viviem a Espanya, on Napoleó no va aconseguir dur l'estat modern, on va triomfar el feixisme, on els aliats no van entrar. Al subconscient col·lectiu hi ha la idea que els il·luminats, els nacionalistes i els tradicionalistes guanyen.
EliminaPerucho...què gran i menystingut. Se li dedicarà mai un Any Literari? Enguany fa 20 anys de la seva mort i dubto que se'l recordarà gaire.
ResponEliminaAlgun dia parlarem dels anys dedicats a un autor. T'ho prometo. Preferiria en privat, però. Aquest 2018, per exemple, és alhora l'Any Fabra i l'any Pedrolo. A veure què en traiem...
Elimina"Els estranys" amb ganes de llegir-lo.
ResponEliminaAixò de les novel.les divertides del futur m'ha fet gràcia. M'ha recordat la novel.la "Catalanes todos" de Javier Pérez Andújar.Vaig descobrir moltes històries i personatges com els Múñoz Ramonet i altres. Arribarem a llegir mai un "Catalanes todos 2, el retorno?"
ResponEliminaPotser en Pérez Andújar ja té una segona part escrita i no ho sabem.
No ho sé pas... En Pérez Andújar és molt reservat. Però si segueixes els seus articles a la premsa pots veure com viu i com veu el nostre present.
EliminaEn Carles, el legítim, l'actual prové de la família de CDC, després Ciu,Democràtes, Junts pel Sí, Plegat,Junts x Cat...més metamorfosis que Ovidi.
ResponEliminaFins i tot aquest cap de setmana el diari Ara publicava un article sobre una nova galàxia, la galàxia Puigdemont que alguns per fugir del passat tèrbol de Ciu ja voldrien que fos un nou partit ja que Pdecat no funciona i està condemnat a diluïr-se. Evidentment també en l'època Ciu hi pot haver hagut parlamentaris honestos que han cregut en els idearis d'aquests partits però evidentment el final del pujolisme va ser un cataclisme que va sacsejar els fonaments d'una època de la societat catalana. Avui la sentència del cas Palau, l'Arturito fa un altre pas al costat dies enrere i els de Puigdemont somiant tornar triomfalment a Catalunya i ser investit President. Respectant tots els anhels i ideals de cadascú i de cada opció política, crec la situació actual és molt surreal i esperpèntica. Cal recuperar les institucions catalanes i que s'acabi això del 155 i totes les seves conseqüències però si entre les diferents parts no posen una mica de sentit comú crec que estel condemnats a viure una llarga decadència. La figura de Puigdemont ha patit el pitjor que li pot passar a un polític: en molt poc temps convertir-se en una caricatura d'ell mateix i perdre molta credibilitat. Quan estàs encausat- recordem no condemnat- els seus ideals poden ser legítims i respectables però quan la seva acció política s'ha convertit en un tap pel propi independentisme i pel propi país i pel propi Parlament i pel propi futur de Catalunya hauria de ser prou noble per fer un pas al costat i entendre que altres candidats poden ser investits President de la Generalitat.
Avui amb la sentència del cas Palau tornen a surar tots els fems a la superfície i a Tv3 en el programa i en la tertúlia política de la tarda han tornat a treure la famosa picabaralla Maragall -Mas al Parlament amb la mitíca frase de l'entrenyable Pasqual dient-li a Mas: vostès tenen un problema i és diu 3%!...en fi potser no ve a tomb però amb Carles, el legítim hi ha unes etapes prèvies que potser ens han portat on estem.
Cal dir que l'antiga CiU dóna per una trilogia de pels i algun spin-off..."CiU Wars"...i això del cas Palau seria un spin-off..."Millet Solo- a story of CiU Wars".
Ho subscric gairebé tot. La paraula clau que has dit és "decadència": jo ho veig així. Estem assistint a la decadència de les institucions i també de la cultura. Els que diuen que ens defensen són els qui ens ensorren, i això és letal.
EliminaTe envío unos recortes de la periodista leyre Iglesias, del Diario de Burgos, del 9 de enero del 2017.
ResponEliminaQuizá aclare alguna duda sobre la tradición familiar, y quizá lleguemos a la conclusión de que tan ni siquiera es carlista.
Salut
Lo he visto. Es fascinante. Y me reafirmo en lo escrito: Carlos el legítimo (el presente) será un magnífico personaje literario en el futuro. Estoy pensando en Nikolai Gogol y "Las almas muertas".
EliminaLe tira más "El aviador ciego "...jejejeje
ResponEliminasalut
Més que cervantino o buñueliano, li veig un perfil únic per a la sèrie Els Cargol!
ResponEliminaTens raó en que el seu llenguatge és cada cop més virulent; més de pastor evangelista que proclama la fi del món si no ens convertim. Perquè si no ho fem i el seu discurs s'apaga com una candela en dia de tramuntana, ell està condemnat a vagarejar pels llims belgues com per un purgatori sense porta de sortida.
Ostres, Elena...! Això de Els cargols em retrotransporta al temps, molt pretèrit, en què jo mirava tv3. Quines males persones són les que mosseguen la mà dels qui els alimenta...! Al Putxi jo el veig tal com dius, atrapat en el seu deliri i vagant pels llimbs belgues (o els transilvànics dels seus sogres). En fi, és prou grandet i sap a què juga. Ja s'ho farà.
EliminaY será legítimo que se escriba bastante sobre ese Carlos actual.
ResponEliminaBesos.
Algo me dice que de este Carlos también se va a hablar bastante, aunque también intuyo que será durante un tiempo y luego nada.
ResponElimina