10 de juny 2017

Patria/Pàtria

Resultat d'imatges de patria pelicula

Un día de esos se estrena en Cataluña la película "Pàtria", que lleva el subtítulo esclarecedor: "La llegenda d'Otger Cataló i els 9 barons de la fama". Y debajo del subtítulo, el eslógan: "La primera pel·lícula èpica catalana de la història". Es cine para reforzar la imagen romántica de la patria de los catalanes, y se agradece que hayan incluído el término "leyenda" en el subtítulo, porqué en caso contrario más de uno saldría de la sala dispuesto a liarse a gorrazos contra uno de los pocos buzones de correos que nos quedan en este dichoso país.

Por lo que he leído sobre la peli, se trata de un remedo de Braveheart pero a la catalana, y yo diría -viendo algunas imágenes- que debe haber algo del Excalibur de John Boorman. Pero no la criticaré, ya que es incorrecto y feo hablar de algo que se desconoce.

El estreno de "Pàtria", la película, habrá coincidido en la historia con la publicación de "Patria", la novela de Fernando Aramburu, novelón que repasa las últimas décadas de la historia del País Vasco. Son dos formas distintas de usar el término "patria", y dos formas que tienen poco que ver.

A mi, la palabra "patria" me produce escalofríos, porqué es un término que resuena en mi cerebro en la voz de dictadores varios, des de Franco hasta Idi Amin Dadá. Y por ello solo concibo ese concepto como algo peligroso, asociado a la violencia que se ejerce en su nombre. Con "patria" me sucede algo parecido a lo que me pasa cuando escucho la palabra "Dios": se me vienen a la cabeza Torquemada, Ratzinger el papa con aspecto de Nosferatu o Chtulhu, el sanguinario dios del horror cósmico de mi bienquerido Lovecraft.

Cada uno debe establecer con la patria que le ha tocado una relación completamente personal, aunque no estoy nada seguro de que esta relación se establezca libremente, ya que su entorno familiar o cultural debe jugar un papel muy decisivo en el tipo de vínculo que establecemos. Antes había niños que, a las pocas horas de haber nacido, ya disponían una cuenta corriente abierta en La Caixa, y todavía hoy se lleva mucho afiliar al recién nacido en el Futbol Club Barcelona, siendo el carnet de socio del Barça el primer documento que acredita su existencia en el mundo real, su paso por el planeta Tierra. La relación que establecerán esos bebés cuando dejen de ser bebés y aprendan (si aprenden) a proyectar una mirada crítica sobre el entorno cultural que les recibió nunca será del todo libre respecto a La Caixa o al Barça. Algunos se reirán de ello, otros se sentirán orgullosos y lo exhibirán, otros crearán una rara indiferencia hacia lo que les tocó y algunos se preguntarán por el sentido de la vida mientras contemplan el carné del futbol o la libretita azul.

Tanto Dios como la patria me parecen conceptos antiguos, pero es obvio que voy muy equivocado en mi valoración. Me duele admitirlo pero es lo que hay: todavía hay gente que se lía a insultos, mamporrazos o bombazos para explicar su adhesión a una patria, a un Dios.

Nací en una casa de perdedores, en una familia que venía de perder una guerra y lo habia pagado con sangre, con dolor y con miseria. Mi padre y mi madre no se hubieran conocido en el caso de que uno de ellos -o los dos- hubieran pertenecido al bando vencedor, o hubieran salido indemnes de la guerra. La derrota es lo que les puso en contacto y yo soy eso, el producto de la unión de dos derrotados. Durante algunos años, los primeros, acepté y creí lo que ellos me contaban: que había una patria que había sometido a otra. Pero pasaron los años y descubrí que el problema no era una patria o la otra, si no la patria en general, el concepto, el patriotismo. Y más tarde descubrí que ellos no habían perdido una guerra entre dos patrias, si no una guerra entre dos clases sociales. Eso me pasó porqué quise leer, documentarme y pensar por mi cuenta. Después de ese proceso decidí que no sentía ningún amor por mi patria, por ninguna.

Descubrí que la patria solo era la máscara sucia bajo la que se ocultaba el proyecto de exterminar la lucha de la clase obrera por parte de una oligarquía que no entiende de patrias, ya que esa oligarquía era la misma en Cataluña que en Extremadura, y estaban perfecatmente aliadas. Como lo están hoy.

[Ahora me encuentro a alguien que -a través de las "redes sociales" me resume mi periplo y me diagnostica "autoodio" por no ser partidario de no se qué patria.]

Crecí rodeado de unas ideas que presagiaban, ingenuamente, erróneamente, un devenir de racionalidad, democracia, justicia y equidad. Un futuro en el que los viejos dioses y las viejas patrias no tendrían sentido ni lugar, o por lo menos no nos traerían problemas. Me creí la unidad de Europa, la igualdad de oportunidades mediante un sistema educativo potente, racional y laico, el internacionalismo, la bondad de la ONU, el éxito del pensamiento socialista, el triunfo de la cultura... y me imaginé a una humanidad interesada en ser mejor, que lee ensayo y literatura, que discute sobre literatura comparada, que cuida de sus paisajes naturales, que ha abandonado la codicia, que se embelesa con la Suite en Re menor de Bach y ante la pintura de Caravaggio, etc. Mis dotes de adivino son nulas, cero patatero.

Y sin embargo... voy a seguir creyendo y trabajando para acercarnos a lo que pienso. Sigo creyendo en la educación y en la prevención como únicas estrategias buenas para ser un poco mejores. No va a ser fácil ni voy a sentirme arropado por las mayorías ni por el poder, pero ese empeño sí me lleva a pensar en algo, en darle un cierto contenido a la vida ("sentido" sería demasiado), y voy a seguir escribiendo y leyendo y trabajando en la educación -si me dejan-, y por si acaso no iré a ver "Pàtria" pero igual me leo "Patria" un verano de esos. Creo que voy a seguir sin identificarme con ninguna patria territorial y a seguir soñando con patrias metafísicas, como la de los poetas malditos o la de los parias de la tierra y cosas así. Y seguiré pensando que, sentirse orgulloso del lugar en el que se ha nacido -eso siempre es un accidente, algo azaroso, fortuïto, sin necesidad alguna-, es lo mismo que sentirse orgulloso de haber nacido con dos orejas adheridas a la cabeza.

Resultat d'imatges de patria fernando aramburu

4 comentaris:

  1. Cap de les dues "pàtries" m'interessa. I, com a concepte, sempre m'ha fet una mandra i un fastigeig infinits.

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  2. Fa temps, semblava que conceptes com "pàtria" o "déu" estaven ja superats però la realitat ens assota per fer-nos adonar que no és així.

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  3. Amb les banderes el mateix...quina maaaaandra!

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  4. No crec que vagi a veure la pel·lícula, però el llibre l'he llegit i et recomano que no deixis passar molts estius perquè és una molt bona novel·la.

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