Titular "El naufragio" a la crónica del "procés" fue idea de Lola García, gran periodista de La Vanguardia. Ello intuyó el hundimiento antes que muchos (yo entre ellos), e incluso hay quien todavía lo niega. Entre los negacionistas del hundimiento están quienes muchas veces me dicen: eres demasiado optimista, esta gente volverá a la andadas, son incorregibles y etcétera.
Pero yo les voy a dar unos datos, y juzguen ustedes:
Un señor afiliado a la cosa del Consell per la República (el chiringuito organizado por Puigdemont y que debía ser un gobierno "legítimo en el exilio") nos cuenta por twitter que se da de baja por la nula transparencia y la gran inutilidad del invento: se niegan a publicar las cuentas e incluso han borrado de su web el apartado de "transparencia" en donde se suponía que publicaban los números. Dice el dimisionario que en dos años solo han hecho una colección de sellos, y que para eso no valía la pena tanto ruido.
En el local de la ANC de mi barrio siguen convocando reuniones. A la última acudieron dos señoras mayores. Al cabo de un rato bajaron la puerta y se fueron a sus cosas. Esa información es de primera mano: les veo des de mi balcón.
La señora Ponsati le pide a la juventud catalana que se arriesgue a entrar en la cárcel por la patria. La señora Ponsati reside en el Reino Unido, según creo. Por toda respuesta, los expresos (ya indultados y en la calle) recurren a sus abogados para lograr la exculpación.
Un señor, hoy concejal de pueblo y antaño poeta, cuenta que ha dado con la mejor opción para lograr la independencia, y va más allá del sacrificio carcelario de la juventud: que la gente joven agarre las armas y se líen a tiros, que corra la sangre y que todo el mundo lo vea, y tal. Nadie le ha seguido por esta senda: los findes, la juventud catalana se agolpa para ir al Waka a celebrar la vida. Y los cachorros de la tribu más cercanos al nacionalismo creo que andan más bien por la Cerdaña a ver si hay algo de alguna clase de nieve.
Un día de estos, Macron y Sánchez se han dado cita en Barcelona para hablar de sus cosas (un tubo para llevar gas arriba y abajo, creo), y el independentismo furibundo creyó que esa cita iba a despertar al zombi de 2017. Mal pensado: el independentismo está tan dividido que no solo sus partidos andan a la greña, si no que el mismo partido protesta y a la vez saluda a los mandatarios de sus dos naciones opresoras. Hoy, en la radio, he escuchado a una señora muy independentista mencionar el Tratado de los Pirineos, algo que sucedió el el siglo XVII: "vienen los dos firmantes del Tratado de los Pirineos, dice la señora (creo que tuvo algún cargo tiempo atrás) y el dueño de la casa sale a recibirles" Todo suena a viejo e inútil, a ridículo. Me pregunto quien sabe contar qué carajo es el Tratado de los Pirineos. A quién le importa lo que diga un tratado de 1635.
Digan lo que digan esto se hundió. Y puede doler que los culpables del dislate antidemocrático y antiliberal de 2017 estén por ahí a sus anchas, pero su barco ya no es barco. Es pecio y ningún submarinista anda tras él.
¿ ira alguien a la convicatoria de protesta.....?
ResponEliminaCrfeo que irán los seguidores de la pobre Borràs, inculpada por corrupta pero capaces de recordar un tratado de 1635. 4 o 5 personas. Aunque no se puede obviar la potencia del populismo derechista nacionalista.
EliminaLo más gracioso de todo es que asistirá al encuentro el anfitrión (o anfitrioncito) mientras que los suyos participan en la protesta por el encuentro (según habrá ordenado, digo yo, el gran y orondo estratega del ojo a la virulé).
ResponEliminaTe he contestado en el Face, pero me gusta más hacerlo por aquí.
ResponEliminaUn abrazo
No veo ni ratones,ni huida,son conciudadanos y familiares,que piensan de otra manera,que nos llevó a la violencia.La concordia ,el perdón y el sentido común es el que debe volver,para hacer grande este país.
ResponEliminaSaludos