5 de nov. 2012

Roda de Isábena con Carmen


Des de la Puebla de Isábena, un cartelito indica que hay una hora y cuarto a pie hasta Roda, donde se levantan la catedral y el castillo del señor Prior. En coche son apenas tres minutos, pero la pendiente arranca resoplidos brumosos del motor. Todas las fortificaciones elevadas proyectan una sombra siniestra sobre el llano, sobre el pueblo. El sol desciende por el otro lado de los pináculos y sonroja la inquietante roca del Turbón, al fondo, isla solitaria sacada de algún párrafo de Pedro Páramo.


Sin embargo no llevo a Juan Rulfo si no a Carmen Laforet, que debe de estar dando tumbos en el maletero, pobrecita. No creo que sea casualidad: a media altura del camino pasan tres cuervos en silencio. Anoche leí justamente una de las páginas más fabulosas de esa novela. Una página dedicada a los cuervos, aunque sean cuervos con un aspecto tan humano que sobrecogen el ánimo:
Como una bandada de cuervos posados en las ramas del árbol del ahorcado, así las amigas de Angustias estaban sentadas, vestidas de negro, en su cuarto aquellos días. Angustias era el único ser que que se conservaba asido desesperadamente a la sociedad, en la casa nuestra.
Las amigas eran las mismas que habían valsado a los compases del piano de la abuelita. Las que los años y los vaivenes habían alejado y que ahora volvían aleteando al enterarse de aquella púdica y bella muerte de Angustias para la vida de este mundo [Angustias se mete a monja al día siguiente]. Habían llegado de diferentes rincones de Barcelona y estaban en una edad tan extraña de su cuerpo como la adolescencia. Pocas conservaban un aspecto normal. Hinchadas o flacas, las facciones les solían quedar  pequeñas o grandes según las ocasiones, como si fueran postizas. Algunas estaban encanecidas y eso les daba una nobleza de que las otras carecían.
[...]
La verdad es que eran como pájaros envejecidos y oscuros, con las pechugas palpitantes de haber volado mucho en un trozo de cielo muy pequeño.
El curioso picaporte en la puerta que, des del claustro, da acceso al despacho parroquial

Creo que toda la gran literatura, al igual que le pasa a la arquitectura, es gótica. Me refiero a que eso siempre vuelve y proyecta su sombra lenta, alargada y profunda. Si el término gótico designa algo en literatura no lo podría asegurar, como sí puedo hacerlo en el caso de la arquitectura. Pero hay muchas, demasiadas cosas que se escapan a mi razón, y andan por mi cuerpo amándolo o acariciándolo sin que la mente comprenda.

Tiendo a pensar que simplemente vivimos en una negrura espesa, en una época turbia sucia y asquerosa como lo fué el tiempo medieval con la peste, los curas y los dibujos demoníacos pintados al fresco en los ábsides. Posiblemente algunas de esas famosas cuatrocientas familias catalanas que ahora nos mangonean y nos envilecen ya lo hacían entonces. Igual como los cientos de miles de familias que, como la mía, sufren la codicia de las cuatrocientas. Algunas ya estaban. La mía ya debía de estar ahí, malviviendo y huyendo de la peste con vete tu a saber qué trucos, ritos o lamentos.


Siento un agradecimiento enorme hacia Carmen Laforet por haber escrito lo que escribió, y copiarle un párrafo es un pequeño sacrificio que le ofrezco en ese altar mínimo sencillo pobre. Sacrificio ritual, quizás incluso con valor de exorcismo ante tanto demonio posesivo que nos atormenta en la larga noche sin fin, entre tanta maldad.

Pasear por las calles de Roda de Isábena, entrar en la catedral vendida al gremio de la hostelería para montar un restaurante en el antiguo refectorio. Cambiaron las cosas para que todo fuese igual, asquerosamente inmóvil. Donde comían las monjitas ahora hay un menú a 16 euros, con antiguos retratos en las paredes y botellas de vino moderadamente caras en los botelleros de hierro forjado. Y sin embargo ese es mi pensamiento: me gustaría cenar aquí contigo una noche de esas.

Espero que no llegue el día en que ame más a los muertos que a los vivos, pero muchos vivos me parecen monstruos terribles de vileza infinita, seres aborrecibles que sólo piensan en comerse a sus semejantes y devorarlos con un ansia que deja en ridículo toda la literatura gótica con sus vampiros y muertos vivientes y monstruillos enternecedores en su hambre pueril, cencérrica, miserable.

Mientras llevo mis pasos hacia el claustro un cuervo sobrevuela el rectángulo de cielo y grazna inesperadamente hacia el sol que se cae.
-Amo a Carmen, digo en un susurro.

16 comentaris:

  1. magnífiques fotos, he tingut que busca Roda de Isábena al google maps, perquè no sabia on era. He vist que està a prop de Tremp. Les terres frontereres sempre m'ha interessat

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    1. La carretera de Tremp a Isábena és una mica especial, però molt recomanable. És difícil creuar-se algun cotxe...

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  2. Alerta LLuís que quan coneixes les persones que admires et pots defraudar encara més. Sempre, però, ens queda la literatura.

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    1. En aquest cas corro pocs riscos, em temo, perquè la Carmen només es pot conèixer per la seva obra.

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  3. Feliz relectura, Lluís. A mí me pasa también leyendo algunos textos tuyos.

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    1. Pues eso me halaga, claro, pero creo que Laforet es mejor lectura...

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  4. L'haurè de rellegir, fa molts anys de la primera lectura, que en aquell moment no em va causar cap impressió espècial. l'haurè de buscar, em sembla la té el meu pare.

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    1. La recomano de veritat, i la visió de la Barcelona de post-guerra diu coses sobre la Barcelona de pre-guerra, o sigui, la d'avui.

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  5. m'ha sorprès i m'ha agradat especialment una frase que em produïx una sensació estranya:

    "cosas que escapan a mí razón andan por mi cuerpo amándolo o acariciándolo", això d'entrada m'ha semblat agradable, però "sin que la mente comprenda" ho fa sobretot desconcertant.

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    1. Deuria voler dir, més o menys, que no totes les coses que entenem o que vivim es poden racionaltzar, però és veritat que alhora volia anomenar la "incomprensió" per a fer-ho més inquietant. Gràcies per llegir atentament, carai.

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  6. Nada és d'aquestes obres que es comporten com el fang. Llegides ahir, avui o demà adquireix valors i matisos diferents. A classe n'he parlat més d'un cop, com a referència literària, sense entrar en detalls, i ara, llegint el fragment del teu apunt, m'ha sorprès la imatge "haber volado mucho en un trozo de cielo muy pequeño", que m'ha produït una angoixa que no recordava d'altres lectures. Serà que la realitat que m'envolta ha canviat. La bona literatura té això: és intemporal.

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    1. Segurament aquesta capacitat de superar el temps és el senyal de la bona literatura. D'imatges terribles i suggerents com aquesta n'hi ha moltes, donaria per a una colla de posts...

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  7. LLuis, me ha gustado mucho este texto tuyo, no conozco a la escritora que mencionas; pero me quedo con esto:
    "Tiendo a pensar que simplemente vivimos en una negrura espesa, en una época turbia sucia y asquerosa como lo fué el tiempo medieval con la peste, los curas y los dibujos demoníacos pintados al fresco en los ábsides. Posiblemente algunas de esas famosas cuatrocientas familias catalanas que ahora nos mangonean y nos envilecen ya lo hacían entonces. Igual como los cientos de miles de familias que, como la mía, sufren la codicia de las cuatrocientas. Algunas ya estaban. La mía ya debía de estar ahí, malviviendo y huyendo de la peste con vete tu a saber qué trucos, ritos o lamentos."

    Yo quisiera añadir que va siendo hora de una vez de que se haga la luz y si hay que romper estructuras para crear otras nuevas más abiertas, más transparentes y más justas se hace....

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    1. Creo que Carmen Laforet fué una gran escritora, la novela es tremenda. Lo que pasa es que después de "Nada" no supo encontrar su sitio y sufrió un bloqueo... y además era una catalana escribiendo en castllano, y la novela es un retrato brutal de la burguesía barcelonesa... no se lo perdonaron.

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  8. En Roda y sus medievales piedras planea la personalidad del cura Leminyana, en pugna artística con Erik el Belga, ladrón de arte religioso, dos insólitos personajes que hubieran tendido la mano a Andrea para sobrellevar su vida intramuros y hubieran aliviado su asfixia entreteniéndola con aventuras y cuitas tragicómicas.

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    1. Pues es una historia interesante... Y Erik el belga qué personaje, ahora ayudando a la policía para resolver robos de arte...

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