22 de set. 2022

¡NO QUIERO PAGAR IMPUESTOS!

El debate de los impuestos enmascara otro debate, que es el de centralización/descentralización, el viejo fantasmón español. Ahora mismo, quienes más hablan de la unidad de España son quienes más trabajan por su atomización. Y del revés: aquellos que parecían dispuestos a federalizar España, son justamente quienes defienden su unidad. Hay algo lúgubre y cínico en todo eso.

Dan un poco de vergüenza esos nuevos independentistas: Ayuso, Moreno y el de Murcia, de quien no consigo recordar su nombre. Todo el mundo sabe cual es la otra cara de la moneda de la bajada de impuestos: el empobrecimiento de los servicios públicos. Aunque no lo digan, lo sabemos de sobras. Hoy bajada de impuestos y mañana cerramos tres centros de atención primaria.

La historia de España no solo es cíclica: es tediosa. Damos un paso hacia adelante, dos hacia atrás. Dos hacia adelante, uno hacia atrás. Nos vemos atrapados en una ilusión con banderitas, monsergas, discursos y grandes palabras. Yo le voy a contar un historia muy pequeñita, que se limita al pie de una alumna de la ESO en un barrio pequeño, de un suburbio pequeño, en una ciudad pequeña.

Una alumna llega a las 8 y diez minutos. Le abro la puerta y le pregunto por ese retraso.

Ella lleva un zapato en el pie y el otro en la mano. Cojea. Le pregunto.

Cuando está sentada, me muestra el pie descalzo: la piel se ha levantado y la planta está roja de sangre. Me detengo un segundo ante esa sangre colorada en una piel tan morena, pero actúo enseguida con las primeras curas. Una vez ella está más calmada y el pie limpio y vendado, me fijo en esa zapatilla que que ha quedado tirada a un lado. No hace falta tener el ojo de un perito para descubrir que esta zapatilla ha andado muchos quilómetros, muchos más que aquellos para los que fue diseñada. El zapato está destrozado por todas partes, es viejo. Será un zapato de segunda o tercera mano (es decir: de segundo o tercer pie). Luego caigo en la cuenta de que el resto de su vestuario sigue el mismo patrón. Hay un drama pequeñito, de talla 38, ante mi. Miro sus ojos. No llora, no muestra dolor. Esta joven, que apenas habrá cumplido los 15, ya conoce el mundo.

En esos ojos queda un resquicio de ingenuidad y algo de la candidez que vemos en los ojos de 15 años. Pero a la vez me doy cuenta, con una punzada que me hiere en el pecho, que esa ingenuidad y esa candidez se están desprendiendo de su mirada, que se van a caer en cualquier momento y no habrá quien lo recoja del suelo. Ella me cuenta que en su casa hay una caja con zapatos, y que el primero que se levanta se pilla los mejores. Si te levantas tarde, te toca calzarte los peores. Y hoy le ha tocado a ella el peor par de zapatos de la caja porque las sábanas (si es que existe eso en su casa) se le han pegado al cuerpo.

Eso sucede en una ciudad de España en septiembre de 2022, con los fondos Next Generation derramándose por doquier, con bajadas de impuestos para favorecer a los más ricos, para atraer a empresas, para promover la creación de riqueza. Alguien podrá acusarme de sentimentalismo, de demagogia lírica.

Mis impuestos son los zapatos de esta niña. Por eso quiero pagar impuestos. Podría irme yo a la zapatería y comprarle unos buenos zapatos nuevos, claro está, y ganarme el cielo y el aplauso de mis semejantes, en el mundo y en Facebook. Pero mi acto sería otra vez aquella caridad de las mesas petitorias, y no quiero caridad ni mesas petitorias para Sami. 


3 comentaris:

  1. Abres un debate intenso.
    Estoy contigo en lo de pagar impuestos. Sin el iva jamás se me hubiera podido operar tres veces del corazón e implantarme una máquina que vale 100.000 $ USA., más mano de obra y estancia. Por eso me niego a comprar nada sin iva, aunque si miro el precio de lo que compro.

    Dos). El sr Moreno baja impuestos que después necesitará para acabar de paliar sus déficits presupuestarios, y para ello pedirá a las arcas de España ayuda. Los sre de Navarra y pais Vasco no bajarán impuestos, porque ellos se quedan con absolutamente todo lo recaudado, siendo insolidarios con el resto peninsular (uno de los secretos de la Seat en Landaben era quedarse con el iva de lo vendido allí sin repercutir), de eso sabe mucho que es a lo que se dedica Daniel F, que lo ha explicado mil veces), y esa es otra forma insolidaria, porque a la hora de necesitar ayuda por algún siniestro (inundaciones, terremotos...) la pide al gobierno central.

    Tres) "Pero mi acto sería otra vez aquella caridad de las mesas petitorias..." Podrías comprarle un par de zapatos, cierto, y yo podría dejar de ir donde voy, cierto, y pensar que el sistema se las apañe con sus impuestos y que este les busque la comida, se la cocine y además se la sirva, pero se que no lo hará. Como tu sabes que el sistema no le comprará los zapatos.
    Eso no quiere decir que debas comprarle los zapatos a todo el colegio, ni por mucho, pero si quiere decir que hay casos en donde pueden, no digo deben, haber excepciones.
    Lo digo porque la conciencia, (suma de tu libertad más tu responsabilidad) mi buen amigo LLUIS, después nos juega malas pasadas
    Un abrazo
    Pienso en ti

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  2. Estoy de acuerdo contigo en que el tema de fondo es el de centralización/descentralización. Y en esa especie de inversión de planteamientos que demuestran no solo cinismo sino limitaciones. La derecha ha sido tradicionalmente lo más centralista que ha existido siempre, porque con el poder de Madrid todo era posible de controlar en toda España. En otros tiempos. Ahora la derecha es taifa. Gusta tocar poder por regiones y ahí tiene sus buenos negocios la corte que gobierna en cada taifa. Esa sensación de que los que han clamado toda la vida por la unidad nacional -un mito como cualquier otro, pero que ha causado grandes desgracias y heridas de muerte- son federales del negocio, de la administración que tiende a privatizar, del reparto de poder y cuotas en adjudicaciones. Unidad española, vamos.

    Lo del efecto social, y el ejemplo de la niña que llegó a tu clase en tales condiciones, es de clamar al cielo y al infierno. Por ahí van los tiros de la desintegración real de un país: la marginación de clases e individuos.

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  3. Yo soy partidario de bajar impuestos para atraer empresas, de bajar impuestos a quien contrate gente, soy partidario de bajar impuestos para poner más al alcance de esas niña unos zapatos que están grabados con el 21% de impuestos. Centralizar o no, para mi no es la cuestion, la cuestion es para que se gastan los dineros públicos. Yo por ejemplo pondría uniforme a todo el mundo en la escuela pagado por el estado, los libros gratis y algunas cosas más. Así no hubiera diferenciación económica por la ropa, por ejemplo, que en determinadas edades es frustrante, todos iguales y ya esta y todo pagado por el estado.
    ¿DE donde saco el dinero? de por ejemplo cerrar todas las cadenas de televisión públicas (que solo sirven de altavoces al cacique de turno) y eliminar la publicidad institucional, por ejemplo, con el déficit de estas y el ahorro de lo otro, ya se pagan los uniformes y nadie va a tener que ver esa infamia que nos muestras.
    No todo es recaudar más, es gastar racionalmente y en cosas que aporten.
    Yo desde el dia de Reyes del Año Pasado no he visto TV, si se puede vivir sin TV publica no sin zapatos.
    Un saludo.

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