1 de març 2022

EL HÉROE Y EL MALETERO

El estallido de esa guerra rusa ha despertado el duende belicista y el ensueño del heroísmo en muchas personas. En algunas, de talante pueril, no me sorprende. Pero sí me asombra la cantidad de congéneres con aspiraciones heroicas que conviven entre nosotros y que se adhieren al lenguaje bélico.

¡Cuánto daño nos hizo Mel Gibson con su ridícula Braveheart!

Cuando en mi primera juventud, me creí e incluso aplaudí algunos filmes bélicos. Recuerdo unas cuantas cintas sobre la segunda guerra mundial en las que se pretendía presentar al soldado, al general y a los demás (siempre de un mismo bando) como tipos de moral recta y patriotismo incuestionable, dispuestos a dejar hasta la última gota de su sangre en el campo de batalla para mayor gloria de su país. Pero eso se me pasó pronto, puesto que también el cine se encarga de desmitificar el hecho bélico, y de presentar la guerra como lo único que es: aquello que muestra la peor cara del ser humano. En las guerras, como en su padre el nacionalismo, solo hay muerte y miseria.

En esa de guerra de hoy no faltan los catalanes aspirantes a héroe, aunque su heroísmo empieza y termina en Twitter: ninguno se apunta a las milicias de Kiev. Es pasmoso ver como se compara a Zelenski con Puigdemont cuando se parecen como un huevo a una castaña, pero que sepa el señor Borrell que no fue el primero: se le adelantó por unas horas el filósofo Bernat Dedéu, pensador tan audaz y profundo como activo en las redes, el ala más derecha y descarnada del patriotismo. Y da miedo ver las reacciones, tan airadas, de tantos compatriotas: los unos defendiendo al prófugo, los otros lamentando su nula valentía. Y todos ellos independentistas, solo que de distintas familias, de matices diversos. Siempre muy aguerridos en cualquier caso.

En la mente del ser humano, por lo visto, hay un impulso de héroe parecido al impulso de muerte que describió Freud, aunque Freud se olvidó de relacionar a la muerte con la patria. Lo malo de las guerras, tras la muerte y la miseria, es que desatan el ansia de heroísmo y el deseo de la bandera patria ensangrentada, lo más triste y lastimoso del ser humano.

Estoy contra la guerra y las patrias, contra las naciones y, por supuesto, contra los héroes patrios. Vayan en el maletero o se pongan chalecos antibalas, en ambos casos me dan mucha grima.

9 comentaris:

  1. En las guerras, como en su padre el nacionalismo, solo hay muerte y miseria. Esta es la frase.

    Esto es lo que traen los nacionalismos, los mismos que se envuelven en trapos colgados de los balcones.

    No hay trapos buenos ni trapos malos, sólo hay trapos que se enarbolan en nombre de patrias a las que los vividores del sistema arengan para ponerlos donde antes habían otros. Pero ponerlos tiene un coste, en ese coste no están los arengadores, sino aquellos que se creen a pie juntillas las mentiras de los vividores del sistema.

    Rusia lo pagará caro, si, pero se creen ustedes que los demás, estando todo interconectado, no lo pagaremos caro?

    Salut

    ResponElimina
  2. Borell es referia a Ianukòvitx. Com va dir ahir a la SER, amb el problema que tenim que ens ocupa tot el dia, ni se'm va ocòrrer pensar en Puigdemont, I jo, me'l crec.

    ResponElimina
    Respostes
    1. TAmbé vaig sentir en Borrell ahir, i també me'l crec. Això no fa més confirmar la mirada curta de determinats sectors.

      podi-.

      Elimina
    2. Com podeu veure, per aquí hi ha persones que sempre pensen que el món ens mira.

      Elimina
  3. Zelenski sigue en algún lugar de Ucrania, Puigdemont ni se sabe donde está, pero tampoco hace falta saberlo.

    Esta comparación solo cabe en la mente de un trastornado.

    A todos lo belicistas les recomiendo un par de películas : "Un Puente Lejano" ( 1.977 ) y "Salvar al soldado Ryan" ( 1.998 ).

    Después de visionarlas, no creo que sigan manteniendo sus ideas, aunque siempre hay descerebrados sin empatía.

    Saludos.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Las dos pelis que citas también las recomiendo yo. Aunque hay muchísimas más, empezando por "Senderos de gloria" (glorioso Kubrik) y siguiendo por "La infancia de Iván".

      Elimina
  4. Y yo, Tigre Blanco, que la encuentras en Youtube.
    Te cagas Moragas con el final.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Esa tendré que buscarla, no la conocía. Hay otra joya del cine antibélico, "Monos", una cinta colombiana espeluznante.

      Elimina
  5. Genial la de Kubrik, genio entre los genios. Pero a mí la que más me impresionó fue "Johnny cogió su fusil"

    En cuanto a las comparaciones, yo también estoy convencido de que Borrell se refería a Ianukòvitx, más que nada porque el Vivales no tiene entidad como para figurar en esa comparación. Es que no sería comparable, por más que algunos indepes lo hayan entendido así. Uno (Zelenski) se está jugando nada menos que la vida, y lo afronta, mientras que el otro (Puchi) se arriesgaba como máximo a unos meses en cárcel de lujo, y huyó como rata del barco que se hunde.

    ResponElimina