2 de març 2022

EDMUNDO BAL

Llevo tiempo siguiendo los discursos del señor Edmundo Bal. En la inmensa mayoría de las veces, suscribo casi cada palabra que dice. No todas, eso no sería honesto. Pero debo decir que el señor Edmundo Bal ha estado francamente bien en su intervención del día 2 de marzo en el Congreso y me han entrado ganas de felicitarle en persona. Pocas veces se escuchan palabras sensatas dichas con pasión: esa es una combinación muy difícil en el foro del parlamento español.

El señor Bal parece disponer de una lucidez poco común, lucidez que es la del sentido común, la de la razón. Y demuestra que uno puede expresar lo racional con energía. Se me ha aparecido un político mítico, como de otros tiempos. Aunque no sabría decir de qué tiempos, ya que uno rastrea por la historia reciente y no encuentra momentos brillantes como este.

Puede que al señor Bal se le puedan cuestionar ciertas afirmaciones, pero uno debería esforzarse mucho si quiere discutirle: sus argumentos se sostienen, se parecen a los axiomas. Quizás las cosas sean tal como él las cuenta.

La intervención de Edmundo Bal en el Congreso del día 2 de marzo se ha destacado entre las demás: tras el descalabro argumental del pobre señor Abascal, perdido en su laberinto populista y mentiroso, y tras la gris alocución de la señora Cuca Gamarra, con el tono de la señora que le regaña a la criada murciana. Y luego de escuchar el hilarante discursillo de la pobre Míriam Nogueras (hoy hablamos de Ucrania pero yo quiero hablar de Cataluña, que es lo nuestro) o el repetitivo mantra tedioso del señor Rufián interpretando al señor Rufián, parodia de sí mismo, demasiado visto ya, demasiado sobreactuado, quizás demasiado amortizado. Tras la previsible y dogmática intervención del señor Echenique, ensimismado y encantado de haberse conocido: el señor Bal aporta algo casi inaudito en ese escenario que, por desgracia, adquiere el aspecto de un circo ambulante aunque no se mueva de la puerta custodiada por dos leones. (¿Para cuándo una leona?).

En la historia de Ciudadanos, que pronto será historia -y para desgracia nuestra, tras sus múltiples errores en serie- han faltado muchos más Edmundos Bal. Quizás sea tarde, y eso confirmaría que la historia de España es una historia de tardanzas y de fracasos que debemos lamentar. Siempre se han echado de menos las voces como la del señor Bal: otro gallo le hubiese cantado a España con una docena de Edmundos. 

Es posible que a Edmundo Bal le tengan ya por un zombi, una curiosidad, un souvenir. La postal mandada des de la España que pudo ser y no fue (gracias a las infinitas torpezas del señor Rivera y la señora Arrimadas, ambos perdidos en sus laberintos egocéntricos). 

Por un instante, me he imaginado a una España gobernada por el PSOE en coalición con el señor Bal.


3 comentaris:

  1. He de decir que no he visto ninguna de las alocuciones, miraré si encuentro en Youtube la del señor al que te refieres.
    Me gustaría, si la encuentras antes, que la pudieras tu por aquí, como complemento de la entrada.
    Un abrazo

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  2. Aquí está:
    https://youtu.be/niCIsxGbhCQ

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